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Opinión

27 de Diciembre de 2018

COLUMNA | Nueva agresión contra marcha feminista: ¿Qué esperamos?

*Por Marcela Soto Meza, integrante de Fem Chile Soy de las personas que se ha propuesto no dar espacio en medios ni redes sociales a José Antonio Kast. Lo tengo silenciado a él y todo lo que tenga que ver con su movimiento. Fue una decisión por salud mental, pero también porque vi cómo atacaron […]

Marcela Soto Meza
Marcela Soto Meza
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*Por Marcela Soto Meza, integrante de Fem Chile

Soy de las personas que se ha propuesto no dar espacio en medios ni redes sociales a José Antonio Kast. Lo tengo silenciado a él y todo lo que tenga que ver con su movimiento. Fue una decisión por salud mental, pero también porque vi cómo atacaron a una compañera.

Hoy he decidido escribir sobre él, sus seguidores y el daño que nos están haciendo.

El miércoles 19 de diciembre, un grupo de mujeres feministas nos reunimos y marchamos por el centro de Concepción para visibilizar y exigir el Día Nacional Contra los Femicidios, adhiriendo a la convocatoria de la Coordinadora 19D. Como pocas veces ocurre, todo iba tranquilo y conversado con carabineros, quienes no pusieron problemas para que nos manifestáramos libremente y no nos bloquearon el paso, como en otras ocasiones.

Caminamos por el paseo peatonal de Barros Arana y nos detuvimos en la intersección con Ánibal Pinto, para explicar a los transeúntes el motivo de la manifestación que estábamos realizando. Es ahí cuando se acercan unos hombres, de quienes no sospechamos al principio, pero luego pudimos identificar por medio de fotos y vídeos que nos estaban observando desde hacía bastante rato. También pudimos identificar que son seguidores de Kast y presumimos que militantes de Acción Republicana, pues ese día participaron en actividad que se desarrolló en Teatro Concepción.
Cuando retomamos la marcha por calle Barros Arana, uno de estos hombres comenzó a lanzar gritos contra nosotras: “¡Maracas culias!”, “¡Se merecen que las maten!”, “¡Son las que le hacen daño a la patria!” y repetía una y otra vez que éramos unas putas y maracas.

Ante dicha situación no pudimos quedarnos indiferentes y lo encaramos, exigiéndole que se callara y que nos dejara tranquilas, pero, en vez de hacerlo, comenzó a pegarnos con sus puños y a darnos patadas. Varias compañeras recibimos golpes, pero sólo tres fuimos a constatar lesiones y a hacer la denuncia en Carabineros. Éstos últimos, al ver el nivel de agresividad del individuo, lo tomaron detenido y lo pasaron a control de identidad. Ahí fue identificado como un menor de 17 años, de iniciales W.R.M.A.

Soy una de las mujeres agredidas, constaté lesiones y declaré en Carabineros y hoy escribo porque siento que más allá del relato de la agresión, debemos poner freno a estas agrupaciones que incitan a la violencia. No es posible que se les dé pantalla ni espacios en los medios a personas que tienen discursos de odio contra feministas, migrantes, pueblos originarios, y todo grupo que les resulten un bodrio para su concepción de “Patria”. Hoy nos encontramos en una situación de alerta, pues en el contexto latinoamericano, estos grupos están creciendo y sintiéndose con el poder de atacarnos.

No es posible que el Congreso mantenga indiferencia y no tome las medidas necesarias para legislar contra quienes incitan al odio o hacen apología de la violencia, amparados en grupos nacionalistas, ultrafascistas que tanto daño han hecho al mundo. No es posible que la justicia patriarcal deje en libertad a sujetos que atentan contra nosotras de esta manera, que le impute una multa de 1 UTM, la cual fue suspendida por seis meses por no tener antecedentes penales, pues sabemos que es un agresor expulsado de diversos colegios de Concepción por conductas agresivas. Cabe señalar que tampoco se dictaminaron medidas de protección hacia nosotras, sino que hemos tenido que gestionarlas de manera personal en Fiscalía, pues sabemos que este tipo de acciones volverán a ocurrir y queremos estar mínimamente protegidas.

Estamos indignadas con la justicia patriarcal que ni siquiera tomó nuestro testimonio, que no le toma el peso a que un grupo organizado bajo ideas seudonacionalistas, nos persiga, nos grite y golpee por el sólo hecho de ser feministas. Estamos indignadas, pues hay testigos, fotografías, videos de como este grupo nos siguió durante la marcha y en un momento determinado W.R.M.A. decide comenzar a gritar y agredirnos.

Como feministas, es la segunda vez que somos atacadas por este tipo de agrupaciones. Antes fueron nuestras compañeras de Santiago apuñaladas en el contexto de marcha por el aborto libre en el mes de julio y hoy somos nosotras en Concepción mientras pedíamos el reconocimiento del Día Nacional contra los Femicidios.

Ciertamente buscan asustarnos y callarnos, no quieren que estemos en las calles luchando por nuestros derechos o exigiendo leyes para que dejen de matarnos. No cuentan con que las feministas tenemos la convicción de que no nos callarán nunca más, que no permitiremos que nos intimiden con su actuar agresivo y lleno de odio. ¡Las feministas seguimos en lucha y no nos callarán!

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