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Opinión

28 de Diciembre de 2018

2019: En busca de la felicidad

En un cara a cara con Rodrigo de la Fabián, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Diego Portales y Doctor en Psicoanálisis, conversamos sobre su nueva obsesión: los discursos sobre la felicidad, un tópico que en tiempos de cierres y términos de ciclo, se vuelve en una permanente angustia. ¿Qué respuestas ha recogido en estos años de investigación? ¿Hay alguna certeza sobre cómo encontrarla? ¿Podremos alcanzar la tan ansiada felicidad este 2019? Acá algunas reflexiones.

Valentina Collao López
Valentina Collao López
Por

IDEA I: AUTOAYUDA NEOLIBERAL

La gran tesis que sostenemos los que investigamos acerca de la Felicidad es que estos nuevos discursos de la tecnología de la Felicidad -entendidas no solamente como artículos tecnológicos, sino por ejemplo, como un libro de autoayuda porque te dice qué hacer, cómo hacer, cómo operar- se tienen que entender como una formación que cobra sentido en el contexto del neoliberalismo contemporáneo. Entendiendo el neoliberalismo en un sentido amplio y no solamente como una política económica, sino como una transformación cultural que va mucho más allá de una manera de gestionar la economía sino que impregna nuestras vidas cotidianas, nos da una cierta mirada respecto a quiénes somos, quiénes son los otros, es decir, un desborde hacia la cultura, hacia la cultura cotidiana, popular.

IDEA II: ¿NUEVOS DISCURSOS?

El tema de la felicidad es tan viejo como la humanidad. Cuando se habla de nuevos discursos y nuevas tecnologías de la felicidad nos referimos a un giro que uno puede detectar hacia finales de los años 90 y a principios de los 2000. En esta época hay un giro en el tratamiento de esta vieja pregunta y ¿en qué consiste este giro? Primero aparece la psicología positiva finales de los 90 en Estados Unidos con uno de los exponentes más importantes: Martin Seligman. Esta es una corriente psicológica que tiene, hasta hoy, mucho impacto en las distintas áreas, tanto en el ámbito de la psicología clínica pero, también, en el new management y la felicidad organizacional. Hay publicaciones sobre esto, hay neurociencias positivas, pedagogías positivas, o sea, esta cosa de “lo positivo” que se expande un poco en esta tecnología positiva y que hace repensar otros escenarios que van más allá de la psicología.

IDEA III: POLÍTICAS DE LA FELICIDAD

La psicología positiva hizo un giro bien importante en el 2000 en el ámbito de las políticas públicas. Por primera vez habrá premios nóbel de economía que van a empezar a  hablar de indicadores económicos duros como el PIB o el ingreso per cápita no necesariamente dan cuenta del bienestar de las personas. Y que por lo tanto es necesario repensar cómo medimos el desarrollo. Esto no puede ser medido solamente en cifras o ingreso, sino que tenemos que empezar a medir directamente “el bienestar” o “La felicidad de las personas”. En Chile el informe del PNUD del año 2012 se trata del tema del bienestar, por ejemplo.

IDEA IV: DESPOLITIZACIÓN DE LA FELICIDAD

Yo diría que hay dos grandes tradiciones: Una explícitamente más adscrita a lo que podría ser un pensamiento neoliberal más conservador y ortodoxo donde en la idea de felicidad hay una adscripción clara al modelo capitalista más tradicional. Por lo tanto, la felicidad sería algo fundamentalmente individual. Aquí la pregunta es: ¿Qué hace feliz al individuo?

Una cosa que sostienen estos discursos que están retóricamente sostenidos en  la ciencia: Nosotros venimos a hacer psicología científica y a hablarles ‘La ciencia de la felicidad’. El hecho de que esté respaldado por la ciencia, hace que la gente lo crea. Por que ellos proponen que existe un factor genético -depresión, factores psicológicos, etcétera- que corresponde a un 40%. Después tienes lo que uno normalmente cree que son los factores más determinantes: la salud, el dinero y el amor. Y en realidad nuestra felicidad está determinada no más que en un 10% por todos estos factores. O sea, que el hecho de ser pobre, de no tener salud y no tener pareja, no deberían ser factores determinantes para la felicidad o la ausencia de ella. Y es ahí donde opera el tema ideológico y la producción de individuos neoliberales. Ellos proponen que el 50% de la felicidad depende de las cosas que puedes hacer por ti mismo. O sea “nosotros te enseñamos”, “si tú haces esto”, “si lo haces de esta manera”, “si tú conduces tu vida de esta manera puedes alcanzar la felicidad”. En conclusión, si no eres feliz, no culpes al Estado, no culpes a tu familia, es culpa tuya: ser feliz es tu deber y está en tus manos. No hay nada que te lo impida. Entonces el problema ya no es la inequidad sino que es que “usted no quiere ser feliz”.

IDEA V: LA OTRA MIRADA

También existe la mirada de la centro izquierda: Aquí no hablan de felicidad sino de bienestar. De alguna manera se encargan de diferenciarse de los discursos más neoliberales entendiendo que es más importante el bienestar que la felicidad ¿Y cuál es la diferencia? Cuando medimos bienestar no solamente evaluamos la percepción subjetiva individual sino que también entendemos que hay variables objetivas, por ejemplo, vivir en una mejor ciudad, tener mayor bienestar económico, etcétera. Pensar en el bienestar implica pensar en sociedades más justas y más igualitarias.

IDEA VI: LA TRANSICIÓN DE LA FELICIDAD

De a poco empieza a aparecer esta idea de que la felicidad deja de ser un asunto privado. O sea este tema siempre fue importante, pero correspondía a un asunto privado,  o sea es un problema tuyo, de tu mundo privado. Ahora, con este nuevo paradigma la felicidad se vuelve un asunto público, medible, gestionable, potenciable a través de distintas políticas públicas, independientemente de que hayan acentos distintos. Suponíamos que intervenían factores pero nunca habíamos entrado a esa caja negra a medirla directamente, a evaluarla, potenciarla y a generar políticas públicas que directamente apunten hacia eso.

De todos modos, en ambos casos, tanto en la lógica del bienestar como en la felicidad, el que tiene que dirimir si esta política pública es efectiva o no, es la idea de un individuo y la percepción subjetiva de su vida y su entorno.

La felicidad hoy en día se ha vuelto una idea altamente individual y podríamos decir que, un fin en sí mismo. El tema de ser o no ser feliz dejó de ser un tema opcional, un tema privado, para ser un imperativo: ahora se te exige ser feliz, es un mandato, todos tenemos que buscar la felicidad. Antes nadie te exigía eso, solo tenías que ser una buena persona, trabajadora, abnegada, nada más.

IDEA VII: EL IMPERATIVO

Si quieres ser  feliz no busques la felicidad, preocúpate de otras cosas, la felicidad es consecuencia: busca una buena vida. Si buscas la felicidad directamente vas a salir perdiéndola. La felicidad ahora es un objetivo y actúa al revés. Nos preguntarnos “¿Qué es lo que me hace feliz?”, y en base a eso ordenas tu vida, eliges tu trabajo o decides si casarte o no, y eso, a mis ojos, es un error.

La felicidad está puesta como punto ordenador, no en la consecuencia sino como un fin en sí mismo. Yo creo que eso tiene que ver con los cambios en el modelo productivo. Antes a nadie le importaba si eras feliz o no haciendo tu trabajo, importaba que fueras y produjeras. Hoy día, en nuestra sociedad, donde el tema de servicios es mucho más preponderante más que la producción misma, todas esas variantes subjetivas son más relevantes, lo importante hoy no es solamente lo que hagas sino cómo lo haces.  Finalmente se trata de cómo mantener cierto tipo de producción, de relación, de inequidad. Se trata de mantener esto, sin hacer transformaciones estructurales sino más bien, cambiando la percepción subjetiva que tú tienes sobre las cosas. Cuando te dicen que la felicidad tiene que ver en cómo tú interpretas las cosas y no cómo son las cosas, está operando la psicología de la felicidad. La tesis fuerza de ésta es que si no eres feliz “deja de quejarte con tu jefe, eres tú la propia fuente de felicidad o de infelicidad”.

IDEA VIII y final: FELICIDAD PRODUCTIVA

Ser fuente de nuestra propia felicidad en términos políticos es muy eficiente, siempre digo: cuando tu jefe quiere tu felicidad, estás frito o está frita. Porque en el fondo anestesia tu capacidad crítica, porque, supuestamente, es lo que uno también quiere, entonces, da la impresión que todos queremos lo mismo. Si tú eres feliz, produces más y yo soy más feliz como jefe, tu vas a trabajar mejor.  La lógica es “win, win, todos felices”. Eso, de alguna manera, lo encuentro muy terrible en algún punto, de alguna manera esta felicidad productiva es una ceguera.

Esta orientación busca producir en “engagement” y eso en español es compromiso, o sea, trabajadores comprometidos. ¿Qué significa eso? Se trata en que ya los trabajadores no están pensando en recompensas, como por ejemplo en el sueldo,  sino que trabajan por la pasión que les provoca el trabajo, ese sería el compromiso. Te quedas más tiempo en el trabajo sin pago de horas extra, asumes más responsabilidades de las que te corresponden y así. La felicidad es una llave que abre todas las puertas.

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#Felicidad#psicología#UDP

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