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Opinión

24 de Enero de 2019

Benjamín Walker, cantante y músico: “Chucha, cómo agarré tanto vuelo”

El 2018 fue un año que marcó la carrera del cantautor: un concierto en Sala Master y otro en en Matucana 100 donde cerró un capítulo con sus amigos, una nominación a los Grammys y la selección por parte de la producción del Festival de Viña para representar a Chile en la competencia folclórica, entre otros hitos que definieron el 2018 para Benjamin Walker, y que además marcan un precedente para lo que viene en su carrera musical.

Florencia Limonado
Florencia Limonado
Por

Benjamín Walker Echenique es hijo del ex ministro y diputado democratacristiano Ignacio Walker y de la cantante Cecilia Echenique, con quien comparte el oficio. Egresó de Derecho en la Universidad de Chile. Se declara frenteamplista y un enamorado de lo que está haciendo como músico independiente.

Políticamente, se desmarca de su padre al contarnos que se considera “de izquierda y frenteamplista”. Conversan de política a “diestras y siniestras” y dice que le preocupa la izquierda por su “falta de humildad y de aterrizar las cosas en un lenguaje que se pueda comunicar, entendiendo que hay que estar más unidos que nunca para que el populismo de las ideas demagógicas de derecha no se instalen en el poder”.

Benjamín conversó, en compañía de Toffy -la mascota favorita de The Clinic-, acerca del gran 2018 que tuvo, de sus privilegios, de sus amistades musicales, de sus sueños y de cómo cambió su vida al dedicarse por completo a la música.

Viña tiene Benjamín

A mitad de año hizo una canción que mostró en un concierto y dice haber sido el momento más lindo de esa noche. “Despertó muchas emociones en la gente y en mi”, confesó. Vio que estaban las postulaciones y acudió a su amigo Nano Stern quien le dio el empujón para atreverse. No lo imaginó, pero fue seleccionado para la competencia folclórica con su canción.

– Representarás a Chile con la canción Y arderán, inédita, tuya. ¿Qué significa ese hito para ti?

Es como socializar de la forma masiva el trabajo a pulso e independiente de años, que vengo haciendo con mi música y con la escena musical a la que pertenezco. Se da la oportunidad de que, independientemente del propósito mismo de ir a Viña a tocar y eventualmente ganar un premio, es entender el carácter mediático que tiene para acercar una escena musical de la cual me siento parte y que creo que es necesario que la gente empiece a conocer.

– ¿Qué piensas sobre la evaluación que hace el público de la competencia?

Eso es importante, es la gente la que no lo está valorando. Uno tiende a apuntar al canal de por qué no le dan importancia a esto y creo que sí han hecho un esfuerzo. Lo que he aprendido los últimos años, en el marco de lo precario que es hacer música en Chile, es que siempre ha funcionado bien la filosofía de que a pesar de que las condiciones sean adversas hay que mostrar un show impecable. Voy con esa noción: preparar un show que la gente encuentre atractivo, que sea bonito y chileno.

“¡Chucha, cómo agarré tanto vuelo!”

Benjamín se despertó una mañana de septiembre con la llamada de su manager quien le contó la noticia: estaba nominado a un Latin Grammy en la categoría Mejor Nuevo Artista y eran, junto a Mon Laferte, los únicos chilenos.

– Te nominaron y además presentaste otras categorías. ¿Qué fue eso?

La locura po. Fue no entender dónde chucha estaba parado, ni qué estaba haciendo ahí. La mañana de la premiación, en el backstage estaba con Lali Espósito sentada al lado, con Fito Paez aprendiendome las categorías que tenía que anunciar, con telepronter, con premios, todo una locura. Pensaba: ¡chucha, cómo agarré tanto vuelo!

– Nicky Jam te etiqueta como nominado y así te enteraste de lo que vendría en Los Ángeles, ¿cómo te sentiste?

No, la cagó. Fui a creerme el cuento ¿sabís? Estaba empoderado porque antes de irme me asesoré en varios aspectos. Yo era el único representante de la industria chilena, ya que Mon Laferte trabaja en México, entonces tenía que hacerlo con altura. Me conseguí tenidas ad hoc, tomé en cuenta consideraciones que nunca había pensado en mi vida: el zapato, el blazer, etc. No podía ir con el terno que usaba en Derecho de la U. de Chile. Me preparé bien, fui con buena ropa y cuando me vi en la alfombra roja empecé a jugar. Estaba de turista.

– Tu nombre saltó internacionalmente a la fama y fuiste parte de una categoría por donde han pasado grandes artistas, ¿qué significó esta nominación?

Era muy importante. Me di cuenta porque estaba sentado en la cuarta fila del teatro, y a pesar de que es la categoría con los artistas más desconocidos, por la proyección se le toma el mismo peso que a las otras. La verdad es que no le tomé el peso de nada de esto hasta llegar allá. El respeto con el que te trata la gente, sin conocerte, da cuenta de por qué las cosas fluyen a nivel de industria musical. En cambio, el chileno exige tantas pruebas de blancura, somos muy moralistas en todo el sentido de la palabra, espera muchas cosas de ti antes de bancarte. Nos falta amor propio.

“Nos hacemos piecito”

Sus amistades y su círculo de músicos independientes como Charly Benavente, Vicente Cifuentes, Yorka, entre otros, reman para el mismo lado que Benjamin y éste confiesa que “todo lo que prima es el amor a hacer canciones lindas y admirar a los colegas, cuando desde el oficio hacen cosas significativas y bellas”.

– Ahora estás de gira con Vicente Cifuentes, en el Bromance de verano, y durante el año pasado hiciste varias giras con tus amigos músicos ¿cómo es tu amistad con ellos?

Para mí son un cambio de vida. Somos de contextos muy distintos. Yo cambié al decidir dedicarme a la música, cambió mi forma de entender la vida, las energías que uno invierte en las diferentes cosas que hacemos. Digo todo esto porque las amistades que tengo hoy día son la familia que me llegó por tomar estas decisiones. Los seres humanos que están en mi frecuencia son con los que hago proyectos de manera achoclonada.

– Tu historia contrasta con la de tus amigos en cuanto a privilegios y oportunidades, ¿has comparado tu carrera musical con ellos?

Sí, pero creo que vamos todos de la mano. Hacemos música independiente, autogestionada, a pulso y eso es sincero. Te voy a dar el ejemplo de la Yorka. Ella es la mujer que más admiro en la música chilena de hoy en día. Cuando la conocí me entregó toda la energía que me faltaba para empezar a creerme el cuento con esto de que si quiero lograr algo, manos a la obra. Ella es de San Bernardo, estudió en el Peda, es profesora de música y todos sabemos como se dan las cosas en este país. Yo no tengo que mentirle a nadie, vengo de un contexto familiar de mucho contacto, de privilegio educacional y tengo la suerte de compartir mi oficio con mi mamá entonces crecí en la música chilena. Yorka viene de otro contexto, pero a ella nadie le dirá que no puede hacer algo, y si no tiene iluminador, productora o sonidista se los va a inventar. Vamos de la mano, y como dice ella “haciéndonos piecito”.

Un enamorado de sus sueños

La música le cambió su vida y desde el lanzamiento de su primer disco Felicidad(2014) hasta hoy, donde enfatiza en Brotes (2017), dice haber madurado y logrado crear un lenguaje, “un sonido y un concepto musical con el que me siento más identificado, más cómodo”.

– ¿Te emociona ver lo que tus canciones causan en la gente?

Muchísimo. ¡Es brutal! Tengo un fan cluby nos hemos juntado, se saben mis canciones, me cuentan por qué las canciones son significativas para ellos y son cosas muy reales. Es bacan aportar a complementar las anécdotas de vida de la gente.

– ¿Es un sueño hecho realidad?

Sí. El último año me despertó un bichito que me había llamado la atención: la falta de inquietud por hacer, por crear, por generar realidades, hacer ocurrir algo donde no está ocurriendo. Eso lo recuperé y estoy soñando un poquito, pero es real y me siento feliz por hacerlo. Siento cosquillas con lo que está pasando y creo que es significativo.

– Desde Felicidad hasta hoy, ¿cómo defines tu carrera?

Cinematográfica. Me empecé a acomodar en un espacio que vibra conmigo y nunca me había pasado. Veo todo con mucho significado. Estoy enamorado de esto y es lo único que quiero hacer.

Benjamín, en compañía de Toffy, debutó en nuestra nueva sección The Clinic Amplag y nos regaló varias canciones, entre ellas un cover del grupo británico Radiohead.

Revisa acá este adelanto:

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