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Opinión

21 de Marzo de 2019

Freddy Stock: “Más que un estadista, Piñera es un especulador de la política”

El periodista, locutor de Radio Futuro, escritor y ahora líder de la banda Los Carrera, habla sobre sus temas favoritos: política, poderosos y rock and roll, una mezcla inevitable según él. Embalado con la nueva temporada de “Stock disponible” de Vía X, el entrevistador hace un balance del periodismo y su relación con el poder, realiza comparaciones odiosas -y no tanto- entre líderes y estrellas pop, dispara contra Miguel Bosé y su reciente fijación con Bachelet, y analiza sus posibles alianzas en el caso de dedicarse a la política.

Valentina Collao López
Valentina Collao López
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¿Qué te han parecido los tiempos mejores?
-Fueron tan buenos que tuvieron que cambiar el eslogan – risas-. Estamos en los tiempos de los petardos, el Presidente Piñera está gobernando a punta de petardos comunicacionales. Tiene la política comunicacional del electroshock, de querer mantener la agenda a toda costa para que no se preocupe la ciudadanía de los temas que realmente interesan, los temas profundos. Y está haciendo lo que mejor sabe hacer: comprar acciones. Piñera compra acciones. Y no las compra cuando van a la baja. No quiso marcha del 8M pero después cuando vio lo que significó el 8M, compró acciones en el movimiento feminista. Compró acciones por la inmigración y la xenofobia, está comprando acciones por el populismo penal al intentar que ahora los niños sean revisados por carabineros. Entonces más que un estadista, es un especulador de la política.

Y en ese escenario, ¿qué te parece el ascenso de figuras como José Antonio Kast en escenarios donde está todo tan polarizado?
-Yo creo que su ascenso tiene muchas caras. Primero es un mundo occidental que lo permite, redes sociales que lo amplifican y lo manipulan. Además creo que hay irresponsabilidad de alguna manera de nosotros como medios, de darle cobertura a este tipo de sujetos que son hacedores de odio y que se alimentan de eso porque dan buen rating, buenos réditos o buenos titulares. Creo que Kast es un síntoma de una degradación política de la tolerancia, del respeto y la convivencia.

¿Y qué crees que hay que hacer con este tipo de discursos que incitan al odio?
-A sujetos como estos hay que darles la relevancia que realmente tienen, no tratar de ponerlos en los programas o en las entrevistas porque es parte de un circo de rating. La odiosidad, la rabia y la agresión es fácil alimentarlas, sólo necesitas desconfiar del otro, inocular ese miedo para que ese miedo se convierta en agresión y se convierta en votos, y luego terminemos nosotros con sujetos que en nombre de la libertad, la empiezan a conculcar y empiezan a perseguir al que creen y consideran distinto. Y eso hay que cuidarlo. La democracia es muy frágil porque es un sistema muy noble. Es muy fácil aprovecharse de la nobleza.

La primera gestión de la Presidenta Bachelet no te gustó tanto, en varias entrevistas leí dijiste que había sido insuficiente su mandato ¿Qué opinaste de la segunda parte?
-No me gustó la primera gestión de la Presidenta Bachelet. En ese sentido, me gustó mucho más la Presidenta Bachelet de la Nueva Mayoría que la de la Concertación. Fue una mandataria que quiso atreverse a hacer muchas cosas dentro de lo que su propio conglomerado le permitió. El codazo interno que ella sufrió fue feroz: pocos días después de haber salido del ministerio del Interior, su jefe de gabinete, estaba diciendo que el tren estaba descarrilado en torno a ella. Tuvo que enfrentar muchas suciedades de la política, que además te pegan emocionalmente. Y si a eso le sumas el caso Caval, que tiene todos los tintes de haber sido una operación política, te das cuenta que no la tuvo fácil. Aún así se hicieron varios avances para las mujeres y la sociedad en general, como el aborto en tres causales o el nuevo sistema electoral que también fue muy importante. Obviamente quedaron cosas al debe, pero creo que se intentó avanzar en algo.

Durante la primera gestión, dijiste a The Clinic que Michelle Bachelet era como Lady Gaga, algo así como una versión coreana de Madonna. ¿En este segundo gobierno con quién la compararías?
-Creo que le puso más color en esta gestión, le puso más energía, más garra y le puso más corazón así que yo creo que ya tenemos una buena Mon Laferte de nuestra política, por buscar un símil de la música popular chilena. Básicamente por la perseverancia que ella, dentro de todo, le quiso poner a su gobierno. La historia de Monserrat Bustamante es una historia de perseverancia al servicio de su arte y creo que la presidenta quiso perseverar en muchas cosas también. Yo no soy de los que cree que fue un gobierno malo ni mucho menos, yo creo que fue un gobierno que corrió muchas barreras y, como amante del rock and roll y respetuoso de su historia, siempre voy a venerar a aquellos que son capaces de correr barreras del statu quo.

EL ESCENARIO DEL PODER

El pasado 15 de marzo debutó por las pantallas de Vía X la segunda temporada de “Stock disponible”, uno de los proyectos que más emocionado tiene al locutor de Radio Futuro y que le regala una hora de conversación profunda con ministros, diputados, senadores y líderes que están en la vereda del poder. Carlos Larraín, Ximena Rincón, José Miguel Insulza, Ricardo Solari y Carmen Hertz, entre otros, han desfilado por el estudio.

¿Hay algún personaje que te haya sorprendido?
-Una conversación que me gustó personalmente fue la que tuvimos con Carlos Larraín. Vino y por primera vez habló desde el corazón sobre lo que pasó con su hijo. Es un tema al que él no se había referido y creo que eso se puede hacer también porque es una entrevista larga, una entrevista desde lo humano y donde él, pudo hablar sin miedo sobre ese tema, eso fue muy interesante.

O también cuando Mario Desbordes dijo acá que iba a ser el primer presidente de RN que venía de un liceo. Creo que cuando esos logras esos grados de intimidad con alguien y lo muestran desde lo humano, siempre cruzado por la política, hemos logrado nuestro objetivo.

¿El programa siempre se planteó llegar a ese lugar?
– Me gustan las entrevistas que parten desde la convivencia más que desde el enfrentamiento. Hay una escuela del periodista inquisidor. A mí no me gusta mucho ese estilo, porque es ponerte en un rol moral que no creo que a un periodista le corresponda. Quizás, en las entrevistas más cortas hay que ser así porque hay que ir directo al grano.

¿A quién te falta entrevistar?
-Bueno, a la ex Presidenta Bachelet que no logramos tenerla el año pasado. Y también me gustaría entrevistar al Presidente Piñera. Básicamente eso: los primeros mandatarios.

ROCK Y POLÍTICA

En el año 2018 Freddy Stock cumplió un sueño y fundó Los Carrera, su primera banda bajo el concepto de “rock y república”, integrada además por Carlos Albarracín “Dr. Rock & Roll” (voz, guitarra, armónica), Felipe Balcazar (Bajo, voces) y Alejandro Stock (Batería, voces), su hijo.

¿Estás muy emocionado haciendo música?
-Es que todo es comunicar y bajo esa premisa, creo que tenemos que tratar de hacerlo de todas las formas posibles. No creo en la objetividad, creo en la honestidad y en el mundo de hoy debiéramos realmente premiar la honestidad. Por eso yo hago editoriales en “Palabras sacan palabras” de la Radio Futuro. Sé que eso tiene un costo, pero estoy dispuesto a pagarlo. Y he estado dispuesto a pagarlo, llevo siete años. En más de dos mil editoriales hechas, la gente sabe perfectamente lo que pienso. He escrito libros al respecto, biografías también, pero estamos en un mundo en que eso hay que hacer: comunicar, comunicar. Porque además está peligrosa la comunicación con las redes sociales donde cualquiera puede informar.

Se ha criticado mucho el periodismo que editorializa, que opina, que toma postura. ¿Qué opinión te merece a ti? ¿Qué te provoca el trabajo de Mónica Rincón o Daniel Matamala?
-Cada cierto tiempo surge un nuevo concepto que denomina “el nuevo periodismo”. Y eso pasa cuando los periodistas tienden a situarse en una realidad cambiante, ocurrió en la post guerra, y está ocurriendo hoy en Chile. Cuando hice periodismo en los 90 se nos decía que los periodistas eran eunucos ideológicos, que no podían expresar ni decir lo que pensaban por este concepto llamado objetividad, que era muy de la transición además, eso de no romper callos. Y yo creo que ahora habemos una nueva generación que no va con eso y que se la juega. Cada vez que la Mónica o Daniel dicen lo que piensan, se la están jugando. O cuando yo hago un editorial en el programa, o lo que en algún momento hacía la Bea Sánchez cuando ejercía periodismo, era un ejercicio de jugársela por algo, de poner el pecho frente a las balas y de mostrarse como uno es. Ahí hay un gran arrojo de valentía, sobre todo en sociedades como las de ahora y con el grado de balas que se disparan en redes sociales.

¿Qué es lo que buscas comunicar a través de la música?
-Los Carrera es pura comunicación, el concepto de la banda es “rock y república”, tenemos canciones que hablan de lo que nosotros creemos y pretendemos. Tenemos una que se llama “Te haré tener”, que es nuestra visión de la llegada de Piñera al poder. Hay canciones que están dedicadas a las influencias que hemos tenido y que están dedicadas a los temas que nos han golpeado en el alma.

“ME CAE BIEN EL PARTIDO COMUNISTA”

También leí que tenías aspiraciones políticas, que te gustaría llegar a ese escenario también.
-Sí, claro. Es un salto que están dando muchos periodistas y a veces, uno cuando es periodista, tiene que revisar muchos de sus propios pensamientos con el objetivo de escuchar al otro y darle cabida. En algún momento yo creo que voy a caer en esa necesidad de defender ideas más propias, y que obviamente no pueden ser desde un medio de comunicación, que no me pertenece. Porque una cosa es expresar lo que uno cree, otra cosa es usarlo como una plataforma. Creo que los periodistas tenemos mucho que aportar: desde nuestro punto de vista y desde cómo entendemos la sociedad desde las comunicaciones y más en sociedades como esta, donde la comunicación es todo. Así que yo no lo descarto. Si el país me lo pide…- risas-.

Me surge inevitablemente la pregunta, ¿a quién le darías la mano? Igual tendrías que asociarte a alguien.
-No soy una persona de derecha ni mucho menos. Tengo esperanzas todavía en lo que pueda hacer el Frente Amplio. Su problema es que es demasiado amplio y todavía tiene que condensarse en términos metodológicos para que realmente sea algo. Cuando tú dices Frente Amplio yo pienso en Hendrix y su “nube púrpura”. Tiene que dejar de ser una nube púrpura, ese es el principal desafío del Frente Amplio: convertirse en una herramienta que abra un camino hacia algo, un serrucho que corte, una brújula que marque un camino. Todavía los veo muy difusos.
Por otro lado está lo que se llamó Nueva Mayoría o centro izquierda más tradicional, tiene todos los conflictos que el poder le pudo haber dejado. Eso de haber sido financiado por SQM, que es un herpes que nunca se lo van a sacar. Además cómo se replantean a sí mismos frente a cosas que no quieren cambiar, que fue el problema que tuvo la presidenta. La presidenta quería cambiar el sistema educacional, pero gran parte de la DC estaba metida en el negocio de la educación. Hay mucho que discutir y repensar. En ese sentido, la derecha tiene las cosas mucho más claras y tiene mucho menos que cambiar. Siempre estar a favor del statu quo va a ser más fácil que estar a favor de los cambios.

Ya, pero no me respondiste la pregunta ¿con quién terminarías haciendo alianzas?
-Todo eso que te dije para decirte que no sé, hay gente que me cae bien. Ponte tú, a mí me cae muy bien el Vlado (Mirosevic), me cae bien el concepto liberal del siglo XIX, algunos héroes míos del siglo XIX son Francisco Bilbao, Lastarria, Valentín Letelier o Balmaceda, todos esos pensadores laicos del siglo XIX que se enfrentaron a una Iglesia poderosa, me producen un gran sentido de admiración. Me cae bien Allende, me cae bien su visión de hacer cambios dentro de la institucionalidad, el sentido de inmolarse por lo que se cree. Me gusta la gente que quiere cambios, pero dentro de una institucionalidad. Por eso me cae bien el partido comunista, porque pese que ha sido el partido más diezmado y perseguido en el siglo XX, aun así siguió defendiendo la democracia que los persiguió y los asesinó. No comulgo con las ideas del partido comunista, pero siempre me han caido bien.

Estás emparejado con la diputada comunista, Karol Cariola, ¿qué te ha enseñado o qué has aprendido del comunismo con ella?
-Claro, me di cuenta que no se comen las guaguas ponte tú y que son muy tiernos – risas-. Siempre tuve amigos comunistas y siempre me interesó mucho. Claro, ahora estoy más cerca de las nuevas generaciones del Partido Comunista, que es un PC muy distinto al que yo vi en los 90, donde era mucho más conservador en todo sentido. Ahora está mucho más ligado a los tiempos y también al Frente Amplio y algunos sectores del Partido Socialista. El PS también me cae bien y no solamente por Allende sino que porque es divertido que sea un partido que tenga tantas corrientes y les ponga nombre a las corrientes, y vivan con eso. El PS siempre lo he visto más como una federación de pensamiento que un partido como tal: que exista una figura como Atria por un lado e Insulza por el otro.

“Nunca me gustó Chávez y su retórica populista. Menos Maduro. Pero de ahí a apoyar al fascismo golpista hay una gran distancia. El golpismo fascista tiene muchas caras y ataca apenas puede. Acá lo seguimos sufriendo a diario, bailando al son de la Constitución que nos impusieron”, escribiste en Twitter y Karol ha señalado lo contrario. ¿Cómo se concilian o se llevan en paz estas grandes diferencias en pareja?
– Con la Karol tenemos una relación de mucho respeto, yo difiero en varias cosas de cómo piensa cierta realidad de Chile y de afuera, y ella también difiere de mí en varios conceptos. Pero valoro mucho su energía para apostar por un cambio que beneficie al país y es la convicción que tiene ella y varios más que he conocido del PC de su generación, que están entre los 30 y los 45 años, de realmente querer estar en política por cambiar, por creer que sus ideas son lo mejor para la gente, eso lo valoro mucho y eso es lo más respetable de estar en eso, porque es realmente una vida de mierda.

¿Cómo viste la presencia de Piñera en la ayuda humanitaria?
– Es lo que te decía, Piñera compra acciones. Compra acciones y a veces se equivoca. Compró las acciones para ser el líder de la región para volver a la democracia de Venezuela, pero fue a hacer el ridículo. El único presidente del grupo de Lima que fue, salvo el colombiano que era dueño de casa y Guaidó, que es presidente de mentira. Todo lo que significó esa visita es realmente lamentable y cuando compra acciones de repente puede ser hasta inescrupuloso, como lo dijo la propia sanción que recibió de la superintendencia por ocupar la política exterior de Chile para asuntos internos. Eso nunca se había dado. Chile siempre fue respetuoso de no caer en lo que cae Bolivia. Se está ocupando mucho lo que está pasando en Venezuela para sacar réditos propios y eso es mínimo, eso es de comprador de acciones sin escrúpulos.

Cuando Miguel Bosé mandó a Bachelet a que “moviera las nalgas” en su gestión como Alta Comisionada de Derechos Humanos para Naciones Unidas en la crisis de Venezuela, te lanzaste un tuit que fue bastante bullado: “Vamos a levantar una bandera ciudadana para que @BoseOfficial no cante más en este país… su ataque neurótico y grosero a una ex Presidenta de la República no nos puede dejar indiferentes”.
-Eso fue básicamente un llamado ciudadano a que esto no pasara desapercibido. Bosé no es cualquier persona, es un artista que nosotros hemos visto crecer. Vino la primera vez el año 1982, cuando era un niño que comenzaba en la música. Por eso la relación que ha tenido con Chile es bien estrecha. Además, la relación que él había tenido con la Presidenta Bachelet también era muy, pero muy cercana. Yo lo sentí como un acto de matonaje emocional, poco ético y bien traicionero.

Por último, si Michelle Bachelet es Mon Laferte, ¿quién sería Sebastián Piñera?
-Piñera es un gran producto del pop, esos productos que se hacen pensados en cómo se van a vender los discos, más que en el arte que se le va a poner encima. Eso diferencia el pop del rock, ¿no? Que el rock es un movimiento musical que está pensado en el artista, es como el cine de autor. Y el pop es un movimiento de la industria pensando en la venta, el blockbuster hollywoodense. Para ponerlo en símiles de cine. Piñera es un producto de la industria del pop.

No sé, Piñera sería un artista pop cualquiera, como Rick Astley. Aunque me imagino que ahora debe estar escuchando mucho Miguel Bosé.

*El programa “Stock Disponible” se emite los viernes a las 23:00 hrs y domingo a las  22:00 hrs.

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