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Opinión

26 de Abril de 2019

Gonzalo Rojas Canouet, Doctor en Filosofía: La poesía son los pelos en la sopa que diagnostican lo que está mal en una sociedad

A cargo del conjunto de ensayos “Poesía sobre poesía”, el académico advierte que el Chile país de poetas, es un mito. Pero que, sin embargo, la poesía se encuentra en diversas plataformas, performances y registros. No sólo en la alta cultura, sino en los rayados de muro y las batallas de rap en los parques.

Carlos Salazar
Carlos Salazar
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Gonzalo Rojas, explica el rol de los versos en un país que lee poca poesía, pero que la practica cotidianamente. A pocos metros de donde se lanzó el libro de ediciones UAHC, está el Parque Bustamante, improvisado ring de las batallas de freestyle de la capital. Allí, consagrados del rap como Teorema, Nitro o Kayser se dan con versos de destrucción mutua asegurada. Les siguen los pasos nuevos autores como El Menor, El Barto, Luck MC o Atómico, niños de 12 a 14 años que manejan una lírica propia del mito de un país de poetas. Todos, grandes celebridades del under. A Juicio del doctor en filosofía, en estas postales urbanas surgen evidencias performáticas elocuentes del verdadero rol de un género que se escribe (o se frasea) para incomodar, para ir a contrapelo de lo establecido y denunciar, cada cierto tiempo, que el rey anda desnudo.

El poeta, académico y compilador de ensayos “Poesía sobre poesía”, Gonzalo Rojas, explica el rol de los versos en un país que lee poca poesía, pero que la practica cotidianamente. A pocos metros de donde se lanzó el libro de ediciones UAHC, está el Parque Bustamante, improvisado ring de las batallas de freestyle de la capital. Allí, consagrados del rap como Teorema, Nitro o Kayser se dan con versos de destrucción mutua asegurada. Les siguen los pasos nuevos autores como El Menor, El Barto, Luck MC o Atómico, niños de 12 a 14 años que  manejan una lírica propia del mito de un país de poetas. Todos, grandes celebridades del under. A Juicio del doctor en filosofía, en estas postales urbanas surgen evidencias performáticas elocuentes del verdadero rol de un género que se escribe (o se frasea) para incomodar, para ir a contrapelo de lo establecido y denunciar, cada cierto tiempo, que el rey anda desnudo.

Sobre el libro, el docente del Instituto de Humanidades de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, cuenta que la publicación nace como resultado del “Primer Coloquio de Literatura Poesía sobre poesía” realizado el año 2017 en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. En él participaron Carmen Berenguer, Marina Arrate, Claudia Rodríguez y Mauricio Torres Paredes.

Por entonces circularon ensayos, versos y diversas reflexiones sobre un quehacer heterogéneo que dieron forma a una publicación lanzada esta semana por Ediciones UAHC. “Poesía sobre poesía. Ensayos de poetas chilenos”, recoge los textos de estos cuatro poetas nacionales, y entrevistas a Rodríguez y Torres, quienes actualizan el trabajo escritural y el vínculo de la poesía con la sociedad.

En ese sentido, el compilador destaca algunas cuestiones relevantes como la noción de falla, en Mauricio Torres (respecto a que la poesía marca un corte de reflexión en el mundo que no te entregan las ciencias duras); la corporeidad del lenguaje, de Marina Arrate; la exploración de lo monstruoso en Claudia Rodríguez y la escritura del cuerpo femenino en Carmen Berenguer. “Temáticas que nos revelan una concepción abierta de la poesía, que permite pensarla tanto desde su espesor estético -como un ejercicio de revitalización del lenguaje- como en su dimensión ideológica, que la vincula con los procesos sociales y su contingencia”, destaca Rojas.

Contra el discurso político y otras grandilocuencias

Asuntos que están debatiéndose de manera formal y científica, legal y mediáticamente, también vienen siendo materia de reflexión poética desde hace varios, años cree el editor del libro. De ahí su pertinencia en el librero. “Claro, parecen temas conocidos y que nos acompañan desde siempre. Autores como Carmen Berenguer, Marina Arrate, Claudia Rodríguez y Mauricio Torres Paredes, son autores para quienes también estos son asuntos recurrentes en su vida pública como la vida de poetas. La poesía chilena ha abordado estos temas desde su origen: la marginalidad, la mujer que escribe, el género ahora último como algo recurrente, pero a la vez poco conocido dada la circulación de estas obras que son metarrelatos también”, señala el responsable de “Poesía sobre poesía” y autor de poemarios como “América todavía no nace” y “Cigoto”.

¿En qué puntos de la tangente literaria cree, usted, convergen los mundos poéticos y la crónica?
-Creo que muchas de estas realidades conversan desde diferentes formatos literarios y se tocan desde la marginalidad, el tema del género y el de la literatura queer y en general el interés por el sujeto social que es algo transversal desde la poesía y su afán de reconstruir el mundo desde el lenguaje. En ese sentido es relevante la mirada sobre “la falla” que propone Mauricio Torres Paredes, esta especie de corte en la realidad, de una visión distinta de lo que los grandes metarrelatos se hacen cargo. La importancia de estas formas poéticas entregada para la sociedad es que entregan una mirada a contrapelo, disonante con lo establecido. Te podría decir que, ante el discurso político y otras grandilocuencias, la poesía se hace cargo. La poesía son los pelos en la sopa de la sociedad para diagnosticar el status quo, cuando las cosas no funcionan.

-Sin embargo, la poesía sigue vigente en el underground y ciertos circuitos menos visibilizados. ¿Ha constatado si realmente estamos leyendo poesía?
Yo desmitifico altiro el “Chile país de poetas”, creo que es más terreno de historiadores. El tema poético como práctica es algo reciente, que empieza a moverse desde principios del siglo XX. Con suerte llevamos cien años de esto dentro de la vida republicana, pero si hay cada día más vestigios materiales y esa es una de las finalidades del libro: armar ensayos de poetas que hablaran de una tradición que a ratos se pierde, de una práctica como la que tenían gente como Gabriela Mistral o Vicente Huidobro quienes acompañaban su obra de una reflexión política. A eso me refiero con las cosas que se pierden. La idea es volver a esas antiguas prácticas que, de alguna manera, revitalizan el lugar en el que el poeta está parado en la sociedad. Mientras, persiste un circuito de recitales y lecturas poéticas, de personas que cultivan la alternativa y el under del discurso.

-¿Entonces dónde se ve poesía en el cotidiano?
No estoy muy convencido de lo que se vive en ese cotidiano, eso vuelve a la poesí aun discurso de resistencia. Sin embargo, se ve poesía en varias partes porque ese es un lenguaje que no está solo escrito. Es un lenguaje performático que ocupa distintas plataformas. Desde Bobby Sands, uno de los líderes del IRA, que murió durante una huelga de hambre en 1981 y que escribía sus poemas con caca desde una celda. Estos fueron reescritos por Carmen Berenguer como muestra de que la poesía soporta distintas plataformas escriturales. En ese contexto, podemos encontrar poesía visual, artefactos, letras de rock como las de Bob Dylan que le valieron un Premio Nobel. Y siempre, en cada caso, es poesía que provoca controversia y que es legitimada, precisamente por esta controversia. Tenemos que repensar la poesía no sólo como un hecho escrito porque eso la agota en su propia forma, es sobrepasada por la musicalización, por el grafiti, por las visuales, etcétera. En esa tradición experimental está gente como Juan Luis Martínez, Héctor Hernández, Diego Ramírez, ejemplos de autores que trascienden la prueba de la escritura poética. Incluso se ha reconocido obra de Pedro Lemebel como poesía, pese a que es una obra que no está versificada como tal. Lo visual, lo performático es parte de la poesía postmoderna. En ese contexto, un rapero que participa de las batallas de rap en los parques de Santiago también es un poeta.

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