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Nacional

28 de Mayo de 2019

Tito Rivera tira la cadena y declara sobre el presunto encubrimiento de Ezzati en casos de abusos sexuales

"cuando los casos son muy escandalosos o muy notorios, con el afán de que el religioso supere su mal y tenga la posibilidad de redimirse, se le traslada de parroquia, de colegio o de ciudad. Tenemos algunos casos como el del padre Rimsky Rojas, que después de abusar y de conocerse tal hecho fue enviado a África y a la vuelta de allá lo mandaron al mismo colegio de donde había salido, en ese tiempo los salesianos de Concepción, donde monseñor Ezzati era el superior y él dispuso esa medida (…) creo que hace como ocho años atrás”, dijo el religioso acusado de abusar sexualmente de un joven en la Catedral.

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El pasado 21 de marzo el sacerdote Tito Rivera declaró ante la fiscalía, imputado por presunto abuso sexual contra un joven en la Catedral Metropolitana.

Según consigna La Tercera, el religioso que mantiene arresto domiciliario nocturno y arraigo nacional aseguró que sólo vio en dos oportunidades muy cortas al joven que lo acusa de abuso.

Por su parte, indicó que el cardenal Ricardo Ezzati supo de posibles abusos, pero que en esos casos optaba por mandar a los involucrados a otras parroquias u otros continentes si fuera necesario.

En otros pasajes, aseguró que el cardenal Francisco Javier Errázuriz le habría pagado $500 palos a una periodista para que no publicara un libro que hablaba sobre una supuesta homosexualidad de él.

Respecto a las denuncias por posible abuso sexual, se defendió argumentando que “yo no he tenido relaciones sexuales con menores de edad, tampoco con jóvenes acólitos, las relaciones que he mantenido han sido con adultos mayores de edad del ámbito religioso, de las parroquias de la iglesia, de los grupo juveniles, pero no son muchos. Me duele que me califiquen de depredador sexual”.

Añadió que el pasado 16 de marzo Ezzati se comunicó con él por celular: “me dijo ‘Aló, padre Tito, sí, con él habla, habla el cardenal Ezzati’. Me preguntó cómo estaba, le dije que mal, me dijo que me iba a enviar una cartita, que le diera la dirección de mi casa, yo se la di. Me dijo que estaba preocupado por mí, que ojalá todo saliera bien y que confiara en Dios”.

Luego, comentó, a los 5 minutos habría llegado un chofer con un decreto que le informaba que se le suspendía toda actividad dentro de la Iglesia.

“La interpretación que yo le doy es que estaba tratando de averiguar si yo estaba en mi casa”, apuntó Rivera.

Rivera también declaró que el ambiente del sacerdocio provoca un fomento a la homosexualidad. En este punto precisó que “con mis 38 años de sacerdocio (…) me dan fundamento para afirmar el ambiente de homosexualidad que existe en la Iglesia, algunos casos entre los sacerdotes son secretos a voces, nunca se dicen públicamente, la madurez afectiva y emocional conduce a tener relaciones entre hombres, se da la posibilidad de que se come juntos, se estudia en la biblioteca juntos y eso facilita la homosexualidad que mal llevada y con las posibilidades de acceder mediante cursos de primera comunión y los colegios para que se abuse de niños menores de edad”.

Remarcó que “cuando los casos son muy escandalosos o muy notorios, con el afán de que el religioso supere su mal y tenga la posibilidad de redimirse, se le traslada de parroquia, de colegio o de ciudad. Tenemos algunos casos como el del padre Rimsky Rojas, que después de abusar y de conocerse tal hecho fue enviado a África y a la vuelta de allá lo mandaron al mismo colegio de donde había salido, en ese tiempo los salesianos de Concepción, donde monseñor Ezzati era el superior y él dispuso esa medida (…) creo que hace como ocho años atrás”.

A renglón seguido, manifestó que “en cuanto al encubrimiento de Ezzati, hay sacerdotes que han sido removidos de sus lugares y han sido cambiados de parroquias o colegios por el asunto de la sexualidad por casos de abusos y eso ha sido ordenado por el cardenal Ezzati. Está el caso de Rimsky Rojas, está el caso del cura que terminó en el Sagrario después de todos los cambios y que lo mandaron a su casa por estar enfermo de sífilis y sida, en la época de Javier Manterola, quien era el párroco hace unos seis años. También está el caso de Hernán Acuña de San Felipe, también el del párroco de Zapallar Juan Julio Lutgens (…) Ellos fueron trasladados anticipadamente”.

Aquí Rivera sostuvo que “todos estos casos de traslados para proteger a sacerdotes contrastan con los casos que yo he dado a conocer en esta declaración en que ni siquiera se denunciaron ni fueron investigados, lo que demuestra que hay tratos desiguales”.

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