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Opinión

25 de Junio de 2019

[Columna de Constanza Schönhaut y Marcela Sandoval] Elecciones Municipales: una oportunidad para la paridad y los proyectos feministas

"En nuestro país esperamos que el debate se instale en el ámbito local porque el panorama municipal es desolador en materia de representación de mujeres: las alcaldesas en Chile son apenas el 11% del total de alcaldes en el país, muy por debajo del promedio de América Latina de 20%, que ya es bajo. En concejalías las mujeres apenas alcanzan el 20% y en algunos concejos municipales hay solo hombres" sostienen las autoras del texto.

Marcela Sandoval Y Constanza Schönhaut
Marcela Sandoval Y Constanza Schönhaut
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Hace algunos días en un seminario del PNUD e IDEA Internacional, un alto funcionario señalaba que éste era el siglo de las mujeres. Suena hermosa y desafiante esa frase, pero para que este siglo sea el nuestro se deben derribar varios muros, partiendo por los de la política. Las mujeres hemos sido protagonistas de las más importantes movilizaciones sociales del último tiempo ¿qué pasa entonces que donde se toman la decisiones estamos muy poco o no estamos?

El año 2016 debutó en Chile la exigencia legal que establecía que ningún sexo podía superar el 60% en la conformación de listas parlamentarias. El impacto de esta norma en los resultados de la elección fue evidente: las parlamentarias aumentaron de 15,8% a 23% su representación en el Congreso. Estos resultados positivos se han visto en toda América Latina: cada país que incorpora cuotas de género, mejora objetivamente la paridad en los espacios de decisión y con esto también se ha logrado incidir en las agendas políticas instalando, por ejemplo, la preocupación por temas como el trabajo reproductivo de las mujeres y los costos asociados a la participación política y económica.

En nuestro país esperamos que el debate se instale en el ámbito local porque el panorama municipal es desolador en materia de representación de mujeres: las alcadesas en Chile son apenas el 11% del total de alcaldes en el país, muy por debajo del promedio de América Latina de 20%, que ya es bajo. En concejalías las mujeres apenas alcanzan el 20% y en algunos concejos municipales hay solo hombres.

En este contexto, el martes 4 de junio se aprobó en general un proyecto de ley para incorporar cuotas de género en las elecciones a gobernadores, alcaldes y concejalías. Si bien el proyecto actualmente tiene algunas complejidades para su implementación -que deberán ser resueltas en los próximos trámites legislativos-, como la aplicación de la norma en cargos uninominales o la falta de incentivos económicos en la elección de candidatas, esta ley es necesaria porque permite a las mujeres competir con mayores garantías, arrojando resultados más plurales que mejoran sin duda la democracia, por lo que esperamos este proyecto sea aprobado antes de las elecciones municipales de 2020.

Según datos de IDEA Internacional, en América Latina los partidos se componen en promedio de un 51% de mujeres militantes, sin embargo, los espacios de dirigencias cuentan con apenas un 19% de ellas y, en Chile, ese porcentaje no alcanza más del 13%. Esta ausencia en espacios de decisión termina favoreciendo el estatus quo en momentos electorales, donde las definiciones intra e inter partidos terminan siendo llevadas por espacios comúnmente integrados y liderados solo por hombres.

Las cuotas son una acción de justicia distributiva que permite superar barreras culturales e históricas que frenan la participación de las mujeres, promoviendo mayor diversidad en la representación y haciéndose cargo de contrapesar los privilegios que en nuestras sociedades mantienen los hombres. Pero la búsqueda por la representación de las mujeres no debe descansar solo en este tipo de medidas. La igualdad de género se juega fundamentalmente en el carácter de las políticas públicas, en la transformación de las estructuras institucionales y en la necesaria perspectiva integral que supone cambiar siglos de sociedades gobernadas sin nosotras.

Recientemente un grupo de mujeres de oposición reunidas en el proyecto “Mujeres al poder” elaboramos un décalogo de compromisos sobre democracia paritaria que firmaron las presidentas y dirigentas de partidos desde el Frente Amplio hasta la DC. Este tipo de iniciativas son positivas en tanto promueven transformaciones, pero para que éstas ocurran necesitamos a las dirigencias decididas a impulsar cambios en las dinámicas partidarias que abarquen, entre otros aspectos, medidas que promuevan la participación efectiva de mujeres en la política, estableciendo condiciones para conciliar vida pública y trabajo reproductivo; elaborando orgánicamente una perspectiva feminista que supere la mera declaración de principios; e implementando un arduo trabajo para que esta perspectiva sea expresada tanto por militantes de base como por representantes de elección popular. Esperamos que el compromiso impulsado por “Mujeres al poder” signifique avanzar en las próximas municipales hacia la paridad.

En el Frente Amplio hemos asumido este desafío desde nuestros inicios y, aunque no ha estado exento de dificultades, el proceso de transformación de la cultura política está en curso. Hemos trabajado para construir redes de apoyo entre nosotras, para que nuestros diputados y diputadas sean una voz del programa que elaboramos el 2017, para que el trabajo legislativo tenga perspectiva de género, para que nuestros partidos abran paso a que liderezas encabecen este proyecto y para que nuestras militancias avancen en ser expresión de estas nuevas formas de hacer política en cada espacio del que son parte.

En momentos en que las instituciones, la confianza y la política están en crisis, las movilizaciones feministas nos han dado una hoja de ruta contra la violencia, la invisibilización y exclusión de las mujeres y las diversidades, es ahí donde tenemos un deber. En momentos en que la democracia en America Latina está asediada, pero en cada país van floreciendo proyectos democráticos, de vocación feminista y transformadora, tenemos una oportunidad. Por eso, llamamos a seguir dando pasos en la dirección de una democracia feminista, desde adentro y desde fuera de nuestros espacios de organización; por eso hacemos un llamado a los partidos, a las militancias, a las dirigencias y a sus autoridades electas a asumir estos desafíos no sólo desde la buena voluntad, sino desde las acciones concretas.

Si pujamos por estas transformaciones al interior de los partidos, quizás veamos a más mujeres en las próximas municipales encabezando proyectos políticos. Si pujamos por mayor representación de mujeres con un proyecto feminista, quizás veamos más avances en derechos e igualdad. Pero definitivamente sin nosotras, nada de eso pasará.

Marcela Sandoval, Revolución Democratica

Constanza Schönhaut, Convergencia Social

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