Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Entrevistas

16 de Julio de 2019

Belén Soto y su relación abusiva con un hombre 15 años mayor: “La idea no es funarlo porque para mí ya quedó en el pasado”

A principios de julio la actriz de "Papi Ricky" lanzó su primer libro "No te lo mereces", donde aborda una tóxica relación con un hombre de televisión mucho mayor. Aunque no dice quien es, da pistas, pero asegura que lo suyo no es exponerlo porque él no es el protagonista de esta historia. En conversación con The Clinic, la actriz reflexiona sobre la importancia del autoestima, el autoboicot y la funa.

Por

“Soy buena para hablar”, parte diciendo Belén Soto (22), la actriz que hoy hace noticia por el libro No te lo mereces, donde cuenta por primera vez una relación abusiva con un hombre 15 años mayor.

Este proyecto personal comenzó -sin saberlo- hace años, cuando, tras su primera y última ida al psiquiatra, llegó a casa, se encerró en su pieza, se desnudó y miró al espejo. Pese a su incomodidad, siguió enfrentándose a sí misma hasta que logró pedirse perdón. “Entendí en ese momento el daño que me estaba haciendo”, dirá en esta conversación.

A partir de ese episodio, comenzó un largo camino de autoconocimiento que incluyó perdonar su historia familiar, a su ex -a quién se refiere como F- y escribir para sanar.

Sin embargo, toda la vorágine del libro empezó hace pocos meses, cuando fue invitada a presentar un libro de la ilustradora Natichuleta y donde, pese a la vergüenza, se atrevió a comentarle la idea de articular todos esos escritos y convertirlos en un libro sobre relaciones abusivas a la editora juvenil de Penguin Random House.

El libro ya es una realidad.

No sólo eso: El próximo 27 de julio estrena su primer programa para Canal 13 cable “Plan de viaje”, un proyecto pensado por ella misma donde recorrerá el mundo y entregará datos para los interesados en conocerlo.

¿Cómo surgió la idea de empezar a escribir esta historia?
-Seguí esos consejos que uno lee en internet del tipo: “Escribe las diez cosas que te hacen mal”, “las 10 cosas que te angustiaron durante el día”. Esa fue mi única salvación para ir dándome de cuenta de lo que me había estado haciendo mal todo este tiempo, más allá de lo que me había ocurrido con la relación abusiva; sino por qué hoy estaba siendo tan masoquista conmigo, por qué estaba haciéndome daño. Fue la única forma de entender mi adicción al azúcar, por qué me estaba comiendo esa torta que no me quería comer y así mismo, por qué no me quería, por qué no quería mi cuerpo.

Con todas esas dudas empecé a armar un relato dentro de mi notebook, pero escribiendo las cosas que me estaban haciendo mal, cosas que me habían pasado en esta relación que las tenía tan calladas, tan guardadas a mí, en mi alma.

Fue una manera de desahogarme porque, como nunca me había desahogado con nadie de lo que me había tocado a vivir, al final el computador empezó a hacer un poco como mi partner y así fue como armé una historia. Una historia que releí tantas veces que poco a poco fui saliendo de la depresión. Lo encontraba tan ridículo, que al final empezaba a cuestionarme en qué me había metido, cómo había aceptado tanto y cómo me había dañado tanto a mí misma. Cuando me miré al espejo y me perdí perdón entendí el daño que me estaba haciendo.

Claro, que son esas mismas intervenciones que tú haces dentro del libro: “Oye, ojo, esto está mal”.
-Exacto, como: “error number one”. Les digo: “amigas, ojo, con esto no” Y por eso el libro es tan interactivo. Casi todos los capítulos tienen como “las 5 cosas que aprendí de…”.

¿Te interesaba hablarle a otras mujeres que pudieran estar en una situación similar?
-Claro, por ejemplo el mail que uso con los pies de página. Yo ese mail me lo releí unas 100 veces tratando de entender cada palabra que este personaje me trató de decir y cómo caí a mis 16 años. De tanto releerlo pienso: ¿Cómo un hueón puede ser tan estúpido que me escribió esta cuestión? ¡Se contradice él mismo con lo que me está escribiendo! Entonces para mí era importante mostrar, por ejemplo, el mail de un manipulador. Porque finalmente, una persona que está viviendo una situación similar, quizás tiene los mismos ojos cegados que yo tuve en ese tiempo y esta es una manera de mostrarte que es un chanta. Lo importante es saber cómo manejar una situación en donde uno no se da cuenta que está siendo manipulada y por eso también pongo un quiz de una relación abusiva, porque quizás si yo no hubiera leído ese quiz cuando estaba escribiendo el libro, no me hubiera dado cuenta que en verdad todo lo que ese gallo hacía conmigo estaba mal

¿Has recibido feedback de mujeres?
-Muchísimo. Se abrió un mundo, una puerta muy distinta. Hasta el día de hoy me han llegado más de mil mensajes de mujeres contándome sus testimonios. Entonces, es increíble lo que ocurre, porque finalmente te agarran una confianza porque también viviste lo mismo que ellas y eres como una partner, una amiga sin conocerte. Me mandan testimonios gigantes y súper dolorosos con historias más terribles, más crueles, o muy similares también a la mía. Mujeres que también han tenido que salir de esto. Muchas mamás también me han escrito contándome que sus hijas han sido abusadas, abusadas sexualmente, abusadas psicológicamente. Entonces siento que lo que ha ocurrido ha sido algo súper mágico, porque quizás abrió una puerta a hablar realmente sobre lo que trata una relación abusiva, pero más allá: sobre el autoestima. Todo es más terrible cuando uno se mira al espejo y no le gusta lo que ve. Esa sensación te desmorona mil veces más que si un hombre te cagó o no. Ahí estás hablando del amor propio, que es mil veces más importante. O sea, si no hay amor por uno mismo, estás vulnerable a pasar por este tipo de situaciones.

Cuando recibes el feedback de otras mujeres, ¿revives tu propia historia? ¿Cómo recibes esa información que te llega?

Me pasa que para lo único que sirve que las mujeres se atrevan a escribirme, a contarme su testimonio, es que finalmente se produce un desahogo: un desahogo que yo no tuve. Yo nunca pedí ayuda, nunca le conté a nadie, nunca nadie supo de esto y mi único desahogo fue escribir un libro. Entonces, encuentro increíble que al final se atrevan a escribirme y también a desahogarse. Obviamente es imposible poder responderle a todas, porque también dar un consejo a cada una es imposible, no soy psicóloga ni soy la persona adecuada para decirte cómo salir de una relación tóxica, porque yo no salí de ella, yo tuve que vivir todo el luto y la depresión para salir de ella y sentirme bien conmigo misma.

¿Para qué crees que sirve tu libro?
-Siento que de alguna forma intento derribar un poco lo que pasa hoy con los cánones de belleza. Para mí los cánones de belleza no existen: si tú no te crees el cuento, entonces nadie más se lo va a creer por ti. Da lo mismo el cuerpo que tengas, lo importante es aceptarse, mirarse al espejo, saber dónde están tus grasitas, la celulitis y que finalmente esto es lo que te tocó y que una vez que uno acepta eso, tienes todo para salir adelante y si quieres buscar la mejor versión de ti misma, la raja, si te amas como eres, la raja. Al final eso es lo importante y eso es lo que trata de trasmitir el libro: la reconciliación con el cuerpo.

Tener la posibilidad de hacer este libro, tener esta exposición, de partida, te instala a ti en una situación de privilegio. ¿Tú entiendes esa posición en la que estás, a diferencia de quizás otras mujeres que viven situaciones similares o peores?
-Claro que sí. Si yo te leyera todos los mensajes que a mi me llegan: desde mujeres que salieron adelante y otras que me dicen: “¿sabes?, llevo 20 años dentro de esta depresión, he subido 40 kilos. No me quiero y no sé cómo salir de eso, me siento fea, me siento gorda”. Y no sé, creo que todos los seres humanos funcionamos de una manera distinta. Uno de los consejos que doy en el libro es pedir ayuda, porque ese fue mi gran error: yo por vergüenza y miedo a lo que el resto me iba a decir u opinar, o por resguardar ese personaje y esa máscara que yo tenía para que nadie se diera cuenta de que yo estaba viviendo una depresión. Si tú sientes que estás en una situación donde no has logrado salir de una depresión, donde no te sientes bien contigo mismo, la única persona que va a poder salir de eso eres tú misma, no va a venir un salvavidas.

Claro, esta idea del #CreeteElCuento
-Es que para mí es algo así de sincero: si yo un día no me creo el cuento, no voy a tener ese trabajo. En cambio, cuando uno se cree el cuento y va con toda la seguridad, con toda la personalidad a la calle, logras mil cosas. Cuando uno cree en su trabajo, en sus ideas, en sus desafíos, todo funciona. Esa fue mi gran demostración a mi misma este año: hacer mis propios proyectos. Por eso para mí era tan importante tomarme para demostrarme a mí misma que mi propia competencia soy yo y que si quiero lograr cosas en mi vida, si quiero ir más allá, lograr mis metas, mis desafíos, yo soy la única que lo puede hacer. Entonces, finalmente ese también es el mensaje del libro: créete el cuento, acéptate, quiérete, ámate y sácate el mejor provecho.

¿Cómo se recompone el autoestima luego de una relación así?
-No sé, yo no creía en el amor, le tenía miedo al amor y le tenía miedo a los hombres. No quise salir con nadie durante tres años, porque sentía que finalmente si estaba con alguien me iba a hacer daño. No quería que me tocaran, no quería que me dijeran nada, no quería que me dijeran palabras bonitas porque sentía que todas eran mentiras, que me iban a cagar, que nuevamente me iban a manipular. Entonces tuve que volver a creer y creer en todo sentido. El amor lo entiendes a partir de tu primera relación y esa es la educación que a ti te va a quedar. Hoy estoy en una relación y fue todo un proceso decir: “ah, ok, esto significa que te quieran, esto es lo que uno merece”. “Ah ya, perfecto, me piden pololeo” y eso en la vida me había pasado. Todo era algo nuevo. Y vivía con la idea de que me iban a cagar en cualquier momento.

Llevas casi tres años de relación con tu nuevo pololo. ¿Se te aparecen los fantasmas e inseguridades?
-Siempre. O sea hoy no tanto, pero el miedo siempre va a estar en uno. Al principio de la relación sobre todo.. Yo llegué con él a terminar a los 6 meses porque dije: “me va a cagar igual”. Y me tuve que acostumbrar a que cuando él me dijera que iba a salir con sus amigos, que es algo normal, no significaba que me iba a ir a cagar, que era lo que me pasaba con la otra relación. Yo sabía que cuando él me decía que iba a salir con amigos era porque me estaba cagando y estaba con otra mujer. Entonces fue todo un proceso porque le tuve que contar mi historia y tuve que ser super sincera con él y contarle qué es lo que me había tocado vivir para que él entendiera.

¿Te sirvió el movimiento feminista como contexto para escribir este libro?
-Fue una súper coincidencia. Empecé escribiendo el libro hace 2 años, cuando todavía el movimiento no era tan fuerte como hoy. Pero sí, yo siempre me voy a considerar feminista y sobre todo para poder crear este tipo de movimiento. El abuso y este tipo de temas cada día se están conversando más y obvio que me gustaría poder ser también una referente: Este es un libro que va a llegar a un público de niñas de 12 años, que recién están comenzando a saber finalmente de lo que trata esta vida. Me siento honrada con que una niña pueda leerlo y pueda saber lo que se merece, lo que no se mereces, lo sano y lo que no es sano en una relación. Pero sí, es una coincidencia que me fascina. Ojalá que se pueda también instalar como un movimiento que nos ayuda a nosotras las mujeres a reconciliarnos con el cuerpo, que es uno de los temas que más me importa a mí.

Hace un rato me contabas que habías vivido una depresión muy fuerte. Por otro lado uno ve tus redes sociales y todo luce muy perfecto, muy bonito. ¿Qué reflexiones tienes en torno a ese juego que hay como entre la vida y ese mundo que tú muestras?
-Las redes sociales siempre han sido un arma de doble filo, porque lamentablemente -y también de que se lo agradezco a la vida a diario-, se han convertido en un trabajo y el trabajo es mostrar una vida perfecta. Es como ese capítulo de la serie Black Mirror donde te muestra esto de que mientras más calificación tengas y más aceptado eres socialmente. O sea, a mí me encantaría que quizás el día de mañana Instagram funcionara sin likes. Donde la gente pueda comentar, escribir, pero no tanto de calificar si tu foto es buena o mala, que si saliste en bikini tiene más likes que la foto en que sale un paisaje. Igual yo tengo mucha suerte de que la mayor parte de mi público son mujeres, entonces con todo esto del libro y con todos los temas que estoy tocando he tenido una recepción increíble.

¿Las ves como un arma de doble filo?
-Claro, porque ocurre que no te puedes mostrar tal cual como tú eres. Muchos de los mensajes que me han llegado han sido del tipo: “Belén, jamás me esperé esto de ti, porque te muestras tan feliz todos los días, con una sonrisa…”. Entonces, al final las redes sociales se prestan para claro, ser un referente, pero más que nada para las marcas, la publicidad. Porque si te soy sincera esto es un trabajo y uno gana plata hoy con las redes sociales.

Otra de las dudas que me surgió leyendo el libro que si bien tú no explícitas quién es F, igual uno podría rastrearlo fácilmente.
-Claro.

¿Eso fue a propósito? Evidentemente este libro no es sólo de él, es tu historia, pero inevitablemente uno podría hacer una búsqueda rápida y saber quién es.
-Es que para mí hubiera sido súper fácil poner su nombre, pero no le quería dar más protagonismo. Yo doy algunas características y contexto para también crear un poco más de atmósfera en el libro: poder contar la situación en la que estaba, el contexto en el que estaba, que la gente se pueda imaginar también un poco cómo era este personaje. También podría ser ficción, pero finalmente estamos tratando de crear un personaje para que la gente se lo pueda imaginar en su cabeza, entonces de eso se trató. Más allá de que sea una historia real, este personaje yo le puse F, pero puede ser B o puede ser A o puede ser C. Entonces, ahí la gente nunca va a poder ir más allá porque la única verdad la tengo yo, entonces es una historia más.

A raíz de lo mismo, ¿qué opinas de las funas, por ejemplo?
-Desde que conté esta historia de relación abusiva en la Divina Comida, mucha gente me dice: “Belén, ¿por qué no dices su nombre?, ¿por qué no lo meten preso?”. O sea yo era menor de edad. Pero mi idea no es funarlo. Yo sé que él en este momento se está haciendo caca: porque su mayor miedo siempre fue que yo contara algo y muchas veces me amenazó respecto al tema. No soy una persona rencorosa, porque yo ya viví mi duelo y mi gran recompensa es hacer un libro para que a otras mujeres no les ocurra lo mismo o que si están viviendo una situación similar, puedan salir de eso. Entonces, yo sé que en este momento lo está pasando mal, tiene ese gran miedo. Por eso mi idea no es funarlo porque para mí ya quedó en el pasado, para mí esto ya es historia, y es una historia que estoy contando.

*Participa por un ejemplar de “No te lo mereces” en el Instagram de @theclinic_cl

Notas relacionadas