Columna de Emilia Schneider y Matías Marín: Chile pide a gritos educación sexual integral para todes

De acuerdo al último informe revelado por Onusida con respecto a la situación epidemiológica del VIH en Latinoamérica, Chile lidera el ranking debido al aumento sostenido desde el 2010 hasta 2018 en las personas notificadas con el virus por año, cifra que pasó de 2982 a 6948 personas en dicho período. La situación actual mantiene al país en la lista de los países donde más han crecido las cifras a nivel mundial, junto con Egipto, Kuwait, Madagascar, Montenegro, Macedonia,Uzbekistán, República Checa, Kazajistán, Filipinas y Eslovaquia. Está problemática no es casual, a principios de este año en nuestro país se constituyó una Comisión Investigadora en el Congreso para determinar responsabilidades y buscar salidas a la crisis que implica dicho alza en las tasas de VIH, trabajo que concluyó recientemente durante el mes de julio, en cuyo informe se establece la negligencia e ineficacia de las políticas implementadas desde el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación, estableciéndose la deuda que tiene el Estado y que tenemos como sociedad a la hora de formular planes efectivos desde la salud pública y políticas educativas que no se subordinen a la influencia de grupos religiosos o de interés .

En este sentido es que la educación sexual integral es clave en la prevención de VIH, pues se encuentra en la base de la estrategia combinada, junto con la promoción del uso del condón, la entrega de tratamientos a las personas viviendo con VIH, el acompañamiento y consejería entre pares, testeo accesible a la población sin prejuicios por parte de profesionales de la salud, campañas comunicacionales sin estigma ni discriminación, enfocadas tanto en prevención como también en visibilizar la realidad seropositiva en el país, explicitar la importancia de mantener una carga viral suprimida de acuerdo al estudio Partner-2 que comprueba que siendo Indetectable (carga viral suprimida) no es posible transmitir el virus (Indetectable = Intransmisible) y también en la entrega de tratamiento de Profilaxis Pre Exposición (PrEP) en poblaciones clave. Por otra parte, en un contexto de alza de la violencia de género y discriminación contra disidencias sexuales el potencial de la educación sexual integral para combatir estas problemáticas sociales es tremendo y lo estamos desaprovechando, por ello es importante y urgente que abramos estos debates a la sociedad, para incorporar una perspectiva de derechos sexuales y reproductivos en dichas políticas que nos permita construir otra forma de relacionarnos, de vivir en sociedad, en donde prime la autodeterminación de las personas y el respeto.

La actual Ministra de Educación, Marcela Cubillos, presentó en mayo un proyecto para ampliar las orientaciones existentes respecto a educación sexual desde quinto básico, sin embargo, el proyecto no significa una transformación sustantiva, pues mantiene la aplicación de dichas orientaciones supeditada al proyecto educativo, de acuerdo a sus convicciones y creencias, lo que entrega prioridad a las posiciones ideológicas y culturales de privados por sobre el derecho de les niñes de acceder a una educación sexual de calidad y como un derecho, restándole importancia en la formación básica de las personas, sin mencionar que no se abordan temáticas como identidad de género, orientación seuxal, acoso, abuso y violencia sexual, responsabilidad sexoafectiva, prevención de Infecciones de Transmisión Sexual, prevención de embarazo infanto-juvenil, etc. Así, tenemos un panorama bastante complejo que exige la creación de políticas que se propongan garantizar la educación sexual como un derecho en todos los niveles educativos y que incorporen un concepto de la sexualidad integral, sin acotar ni restringir una parte tan importante de nuestras vidas y nuestras relaciones sociales, sino que buscando combatir la falta de información con herramientas para vivir una sexualidad libre, responsable y respetuosa.

Esperamos podamos deliberar democráticamente como sociedad cuál es la educación sexual que queremos y necesitamos, para ello se hace urgente escuchar la voz de organizaciones sociales que durante años hemos trabajado y luchado por estas banderas, así dejamos de imponer sesgos y aprovechamos el conocimiento y experiencia acumulada, de forma de poner como prioridad los derechos de les niñes, adolescentes y jóvenes en el país, con un objetivo claro que empieza por hacernos cargo de la profunda crisis que ha generado una larga historia de gobiernos ausentes en la materia.

*Emilia Schneider, Presidenta Fech y Matías Marín, Coordinador general Cevvih.