[Columna] En la recta final: este 27S todas y todos a la calle

En diciembre de este año se realizará la COP 25 en Chile, un país altamente vulnerable a la crisis climática debido a sus particularidades geográficas y a una serie de problemáticas sociales y ecológicas que no están ni cerca de ser resueltas. Estamos terminando septiembre con la Semana Mundial por la Acción Climática, movilización internacional liderada por la activista sueca Greta Thunberg, para presionar a los gobiernos del mundo -que se encuentran participando en la Cumbre por el Clima en Nueva York- a que dejen los discursos vacíos de lado y comiencen a tomar acciones realmente ambiciosas para enfrentar la crisis que enfrentamos.

Greta ha dado en el clavo; el consenso científico mundial con respecto a la problemática, tanto en sus causas y consecuencias como soluciones, se logró en 1990, hace casi 30 años atrás, y desde la realización de la primera COP en 1995 las emisiones de gases de efecto invernadero y las causantes del calentamiento global prácticamente se han duplicado. Esto demuestra el total fracaso de los esfuerzos que se han impulsado hasta ahora y nos deja claro que el desafío se juega principalmente en el plano político. Es por eso que es tan importante que la Huelga Mundial, convocada para este 27 de septiembre, supere a los cerca de cuatro millones de manifestantes que salieron a la calle el viernes pasado a visibilizar esta preocupación mundial.

Este gran debate llega a Chile con fuerza por la realización de la COP 25, generando una creciente conciencia ecológica en la población, facilitando la articulación de la gran mayoría de las organizaciones sociales, y con eso abriendo la oportunidad de lograr una gran fuerza humana con demandas claras y un amplio respaldo ciudadano que logre superar el discurso contradictorio del presidente Piñera y del gobierno.

Además, las agrupaciones estamos logrando un consenso cada vez más claro: la crisis climática y ecológica está directamente relacionada con el modelo económico, diagnóstico al cual Greta hace referencia en su discurso de este lunes al decir “lo único que pueden hablar es de dinero y sobre el cuento de hadas de crecimiento económico infinito. ¿Cómo se atreven?”.

La ciudadanía, completamente alineada con la evidencia científica, está demandando el cuidado del agua exigiendo derogar el código que ha permitido su gestión no renovable y que ha generado una crisis hídrica que se agrava cada día. Mientras, el gobierno se alinea con propuestas que seguirán secando Chile, como la construcción de una carretera hídrica que tomará el agua de la región del Bío Bío, o la aprobación de la destrucción de glaciares, una de las principales fuentes de agua dulce.

Así suman y siguen las demandas por parte de la ciudadanía, como del cuidado y reforestación de a lo menos 60.000 hectáreas de bosque nativo y no productivo, ya que este último disminuiría en un 45% la disponibilidad de agua en la zona centro-sur; o la prohibición de las termoeléctricas a carbón a partir del año 2030 y no para el año 2040.

En esta línea, algunas acciones concretas serían poner fin a las zonas de sacrificio y firmar el Acuerdo de Escazú al que tanto se ha resistido el gobierno. Pedir disculpas y culpar a los gobiernos anteriores es una falta de respeto.

La marcha del 27S es la recta final. Los meses de octubre y noviembre son claves para lograr instalar las demandas de la ciudadanía y la comunidad científica, logrando presionar al gobierno para que deje de trabajar para las grandes empresas y comience a hacerlo por el presente y futuro del país y su gente. Este desafío no termina aquí, será necesaria la unidad y perseverancia durante los años venideros, no sólo para presionar a las autoridades, sino que también para ejecutar las soluciones que necesitamos en diálogo y colaboración con los movimientos internacionales, especialmente los de Latinoamérica.

*Pedro Glatz y Pablo Troncoso, coordinadores de Revolución Climática, del proyecto de crisis climática y de “RD a la COP25”.