El disfraz del protagonista amarillo de Pokémón llegó a la familia de Giovanna Grandón casi por error. Tras pasar días encerrada triste, viendo las noticias y comiendo chocolate, esta mujer de Lo Hermida salió a la calle a marchar en un corpóreo que no ha terminado de pagar. Hoy es símbolo de esperanza y alegría en uno de los momentos más oscuros y tensos que vive la democracia chilena desde su retorno.