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Opinión

2 de Diciembre de 2019

Columna: Tres preguntas para un diálogo real

Agencia UNO

El diálogo es el opuesto del debate, mientras en el debate hay una posición ganadora (aún cuando todos pueden pensar que su posición es la ganadora), en el diálogo el objetivo es escuchar para entender la posición de la otra persona o del otro grupo.

María Paz Domínguez
María Paz Domínguez
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Mucho se habla de la necesidad de diálogo, sin embargo poco hemos reflexionado respecto de que es el diálogo y cómo éste es distinto de una conversación, de un debate, de una capacitación y de una discusión.

El diálogo es el opuesto del debate, mientras en el debate hay una posición ganadora (aún cuando todos pueden pensar que su posición es la ganadora), en el diálogo el objetivo es escuchar para entender la posición de la otra persona o del otro grupo.

Mientras en una conversación el propósito primario es la expresión de nuestra opinión,  en el diálogo el objetivo es aumentar nuestra capacidad de comprensión respecto de un tema en particular.

Y por supuesto que el diálogo es distinto de la capacitación, no creo que ello sea necesario de exponer en este espacio.

Si bien el diálogo puede contener todos los elementos anteriores, tiene también condiciones muy particulares. Sólo en el diálogo podemos realmente comprender la posición de otra persona. A veces nos podemos dar cuenta que estamos de acuerdo con alguien por motivos distintos y a veces podemos descubrir que es la misma necesidad o temor la que está en la base de quienes pensamos distinto.

¿Podemos dialogar si estamos seguros y seguras que nuestra verdad es “la verdad”? De acuerdo con la experiencia que ha tenido el centro Nansen para el diálogo y la paz en Noruega, para dialogar es necesaria la curiosidad y la humildad. Necesitamos perspectivas diversas que a su vez estén dispuestas a escuchar la posición opuesta. El diálogo real necesita de curiosidad para aprender y de humildad para cambiar de opinión.

¿Puede haber diálogo real si estamos apurados y apuradas en terminar con algo concreto? No. Si al diálogo le ponemos un tiempo muy acotado, se hace más difícil abrirse a comprender la posición del otro. En el Congo sólo se está logrando un proceso de paz duradero tras **TRES años** de diálogo. El diálogo sentó las bases para la negociación que ahora comienza. Y claro, diálogo no es negociación.

¿Pueden las personas dialogar de manera autónoma? No. Como el diálogo es entre grupos que no están de acuerdo, el diálogo debe ser un proceso facilitado por una tercera persona(s) que mantenga(n) una posición neutral entre las dos o más perspectivas que intentan dialogar.

Debido a la situación del país es que la semana pasada estuve en Noruega en un curso de formación sobre qué es y cómo facilitar el diálogo. Dado lo  que expongo más arriba y como era de esperarse, me quedo con la pregunta de cuán preparados y preparadas estamos para dialogar. Me quedo con la relevancia (y desafío) de la facilitación en un proceso de diálogo. Me quedo con la convicción de que a nuestra transición le faltó mucho diálogo y que en parte es eso lo que nos tiene ahora en esta crisis.

El desafío es grande y va a tomar tiempo.

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