Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

6 de Diciembre de 2019

Columna de María Isabel Peña: La violencia en su origen

Agencia Uno

"Creo que este es uno de los rasgos más relevantes y acertados de esta obra de arte creada por las cuatro componentes de Lastesis, el señalar (literalmente, con el dedo) la violencia contra las mujeres como el origen y la forma más radical de violencia", escribe María Isabel Peña.

María Isabel Peña
María Isabel Peña
Por

María Isabel Peña Aguado; Profesora titular, Instituto de Filosofía de la Universidad Diego Portales

Desde que comenzaron los movimientos de #Metoo, #Cuéntalo #Yotecreo, etc. nuevos aires recorren tanto la teoría como el activismo filosóficos. Lo más sustancial de estas manifestaciones es, como ya he apuntado otras veces, la solidaridad ostentada entre mujeres de distinta edad y condición. Con esto no quiero decir que no haya antecedentes históricos de un actuar conjunto entre las mujeres luchando por igualdad de derechos –al voto, a la educación y al mercado laboral, por ejemplo. Los movimientos actuales, sin embargo, tiene otras características que los convierten en algo singular.

Por primera vez, y con una fuerza inusitada, las mujeres denuncian juntas la violencia que se nos hace, solo por el hecho de nuestra condición de “mujeres” (violencia que, por ende, se traspone por a todo aquello a lo que se atribuye una condición femenina, por lo que incluyo aquí todo tipo de formas de ser mujer). Se trata pues de una violencia que hasta hace poco las convertía en idénticas e indiferenciadas: cualquiera de ellas valía para ser sobada, violada, atacada, o asesinada. El ataque parecía ir contra todo un género. Lo notable es que de esta visión patriarcal, de este pensar la mujer como un género común, de ese restarle todo tipo de particularidades a las formas en que las mujeres habitan el mundo, surge la contrapartida: las mujeres se unen para denunciar esa violencia. Y no lo hacen desde esa identidad común que las considera intercambiables, sino desde una diferencia compartida positivamente: la diferencia entre ellas mismas.

Este es quizá uno de los puntos más significativos de la repercusión mundial que está teniendo la performance iniciada por el grupo chileno Lastesis y que se pudo ver por primera vez el martes 26 de noviembre en Santiago de Chile. Incluso para quienes no eran capaces de leer e interpretar la cantidad de signos que se manejan en esta denuncia hecha a coro (elemento fundamental de la tragedia griega), el mensaje ha llegado de una forma clara, profunda y estremecedora a muchas y diferentes mujeres de muchos y diferentes lugares del mundo. Muchas de nosotras podemos dar fe de eso.

Hay un aspecto que, sin embargo, se pierde en la recepción internacional de esta performance. Me refiero al significado tan relevante que tiene dicha actuación en el contexto chileno actual, tras el estallido social que se hizo visible el, ya famoso, 18 de octubre. Lo que se denuncia en ese canto coral es, en mi opinión, la madre de todas las violencias, la violencia en su origen. Una violencia endémica que atraviesa todos los niveles sociales y que ha sido ejercitada con impunidad desde hace décadas. Una violencia que tiene su núcleo en el trato que se da a las mujeres, pero que irradia y se transforma alcanzando a todos los miembros de la sociedad.

Creo que este es uno de los rasgos más relevantes y acertados de esta obra de arte creada por las cuatro componentes de Lastesis, el señalar (literalmente, con el dedo) la violencia contra las mujeres como el origen y la forma más radical de violencia. Poniendo en evidencia, al mismo tiempo, hasta qué punto la impunidad y la ‘normalización’ han permitido que esa violencia se enquiste en buena parte de la sociedad chilena, incluidas, a menudo, las mismas mujeres.

Una vez más se pone de manifiesto, hasta que punto el potencial emancipador de el y los feminismos, la concienciación, puede iniciar y ser parte de un cambio radical beneficioso para todas y todos.

Notas relacionadas