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Planeta

24 de Diciembre de 2019

Lorena Donaire: Ante el modelo de despojo, no nos queda más que resistir

Agencia UNO

La crisis que denuncia el estallido social tiene mucho que ver con el despojo de los bienes naturales comunes que han ido empobreciendo cada vez más a los territorios, han despojado de todo a las familias, a los niños, a las mujeres.

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Por Lorena Donaire*

Recopilado por Romina Reyes

Nuestro territorio se está muriendo. La provincia de Petorca queda sin agua en el 2010. Desde entonces vemos en nuestro paisaje que nos reparten agua con camiones aljibe. Los niños tienen dos oportunidades para ir al baño en toda su jornada escolar, porque no hay agua. Es impresentable, es impresentable también que un palto consuma 400 litros de agua al día en tiempo de producción. La ONU declara que cada persona debiera recibir 54 litros de agua. Acá se reciben 50 por familia. Hay comunidades que tienen 17 minutos de agua al día, y es un hilito.

Aquí están primando los intereses de las personas que trabajan en el gabinete de Sebastián Piñera. En un minuto, durante la COP, me enfrenté a la ministra Schmidt, preguntándole qué pasaba con el conflicto de intereses en cuanto a Quintero/Puchuncaví, dado que su marido tiene acciones en Oxiquim, una de las empresas contaminantes de la zona (Ver Nota de la Redacción). Bajo esa realidad quién no se cansa, quién no despierta. El gobierno de Chile nunca ha estado a la altura, y tener un ministerio del Medioambiente parece un mero trámite.

NOTA DE LA REDACCIÓN sobre este artículo de opinión: Luego de la publicación de esta columna, desde la empresa Oxiquim señalaron que “A raíz de la publicación ‘Ante el modelo de despojo, no nos queda más que resistir’, donde se menciona que el marido de la ministra del medio ambiente, Carolina Schmidt, tendría participación en Oxiquim, como empresa nos vemos en la necesidad de aclarar que dicha persona no tiene acciones ni relación alguna con Oxiquim, y que la información entregada induce a error y confusión.

En esta década de mucho conflicto, han sido fundamentales los movimientos sociales para levantar esa conciencia de que sí se pueden cambiar las cosas a nivel legislativo, y también social.

Cuando hicieron el Viernes por el Futuro, una de las últimas marchas previas al estallido, vi que se le tomó el peso al despojo, se le tomó el peso a la pelea por el medioambiente, porque es nuestra casa, y desde ahí se nos precariza.

La crisis que denuncia el estallido social tiene mucho que ver con el despojo de los bienes naturales comunes que han ido empobreciendo cada vez más a los territorios, han despojado de todo a las familias, a los niños, a las mujeres. La precarización de la vida y la falta de dignidad parte con el modelo de despojo, y nosotros estábamos en una parada de resistencia a la vida, de resistencia a la precarización, a la pobreza, a la falta de dignidad.

Estamos frente una crisis de humanidad. En Valparaíso tenemos más puntos de conflicto que en todas las regiones de Chile. Y Chile quiere seguir dándole infraestructura a los empresarios, seguir exportando, no importa bajo qué costo, y el costo medioambiental es también humano.

Se corona un año tremendamente difícil para las organizaciones ambientales. Durante la COP25, Chile, como presidencia, presentó un discurso muy pobre. Nuestros territorios, que están en despojo, tuvieron muy poca relevancia. La carta que se envió al cierre tenía que ver nuevamente con proteger al empresariado.

Por otro lado, algunos de los países participantes de la COP fueron en un afán de negacionismo climático. El problema se refleja incluso en cómo se estructura la COP. Por ejemplo, ponen en un lado la zona azul, donde estaban todos los países, las empresas, y Chile estaba en el espacio verde, en un rincón donde nadie lo veía; los pueblos originarios tapados por un tremendo muro. Incluso en la cumbre de los pueblos por la acción climática, le dieron 1.30 minutos a la minga indígena que representaba a todos los pueblos originarios latinoamericanos y como se pasaron, se les cortó el audio.

A nivel sudamericano estamos enfrentados a varios gobiernos capitalistas neoliberales, los mismos que en la COP niegan la situación que vive Chile, que se presenta al exterior como el “paraíso de la sustentabilidad”.

Ante este escenario, como Modatima fuimos a COP a hacer alianzas estratégicas. Estamos recurriendo a la mirada internacional para presionar al Estado chileno; trabajamos con diputados del consejo nórdico para hacer del agua un derecho humano fundamental, para que tenga una preponderancia vital dentro de la UE, de la ONU. Tenemos una campaña para concientizar sobre qué alimento estás consumiendo. Si yo consumo una palta de Petorca, tengo que tener claro que esa palta ha vulnerado un montón de derechos de la gente de Petorca. En Dinamarca los supermercadistas no compraron más la palta chilena, y eso significa que ganamos un territorio.

Por otro lado, insistimos en la unidad como un acto revolucionario. Somos parte y fundadores de Unidad Social. Tenemos una visión conjunta que es levantar Chile, nuestros territorios. Para esto, será fundamental hablar con la clase política, y hacerles entender que su visión tiene que cambiar, sino vamos a seguir en la calle, enfrentándonos a las policías que reprimen y vulneran nuestros derechos.

Llegó el momento de hacer un cambio en este sistema, y el cambio no parte solo desde los gobiernos, sino también de cada uno. Cómo yo transformo mi vida, cuál es mi aporte. Cómo uso mi basura, cómo me movilizo en mi ciudad, cómo me alimento. Nos ha costado mucho ponernos de acuerdo. El sistema nos separa, y nos hace individuos únicos con gran ego.

Pero hemos resistido terremotos, dictaduras, zonas de despojo, de sacrificio. Y ante esta crisis de humanidad, no nos queda más que resistir.

*Dirigente de Modatima(Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la protección del Medio Ambiente) y asistente de la COP25.

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