Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Actualidad

27 de Enero de 2020

Hasta viajes de cuatro horas y bajo 34°C de calor: La travesía de atravesar Santiago entero para rendir la PSU

Agencia UNO

Una nueva jornada de PSU comenzó este lunes y no estuvo exenta de molestias: recintos alejados a más de 2 horas de los hogares, altas temperaturas y un aumento del contingente de Carabineros. The Clinic recogió el testimonio de alumnos -y sus apoderados- que tuvieron que cruzar la capital para rendir la prueba en comunas como Las Condes, Lo Barnechea, Vitacura y Colina.

Por

Una intensa jornada cargada de molestias y malos ratos vivieron este lunes los estudiantes que rindieron la Prueba de Selección Universitaria (PSU), todo esto luego de que hace algunas semanas se suspendiera dicho examen producto de las fuertes manifestaciones de varios jóvenes en diferentes recintos del país.

A las 10:00 horas el proceso empezó con matemáticas, para luego continuar a las 16:00 horas con el examen de lenguaje.

El principal dolor de cabeza de varios estudiantes y sus padres quienes los acompañaron, fue la lejana reubicación que les dieron para rendir la PSU.

Múltiples jóvenes fueron avisados a pocas horas de rendir la prueba sobre los nuevos recintos en que serían ubicados. Por ejemplo, algunas reubicaciones fueron De Quilicura y Peñalolén a Las Condes, de La Florida a Vitacura, de Recoleta y Conchalí a Colina, entre otras.

Universidad del Desarrollo como recinto habilitado

The Clinic se dirigió hasta la Universidad del Desarrollo, ubicada en la comuna de Las Condes, para recoger el sentir tanto de estudiantes que rindieron allí su PSU, además de apoderados. Aquí algunas reacciones:

Leontina González llegó desde Quilicura con su hijo de 17 años: “Tres horas me demoré, me levanté a las 6:30. Soy diabética y quiero ir al baño y aquí no hay nada y no dejan entrar. Es horrible, espantoso. Pregunté en Google maps por la Universidad del Desarrollo y nos mandó a otro campus. Mi hijo ya se quería ir, me decía ¡vámonos! ¡vámonos!, pero yo le dije que, por último, aunque no nos dejaran entrar al menos había que terminar el camino que comenzamos este día. Pero angustiada por cómo se sentía él, ahora en qué condiciones va a dar la prueba”.

Enrique Farías, es otro apoderado que estaba fuera de la Universidad del Desarrollo esperando que su hija rindiera la prueba sin problemas: “Yo tuve una muy mala experiencia anterior, a mi hija le tocaba en el ex Liceo 7, a mi modo de ver fue un desastre, una cuestión vergonzosa. Uno puede no estar de acuerdo con muchas insatisfacciones de este país, pero el tema es que cuando se pasa por el derecho de los demás no puede ser. Para mí es un fascismo de izquierda. De repente la educación en este país no es igual en todos lados, pero qué culpa tienen los que han tenido la posibilidad o una familia que haya podido soportar una educación y de pagarla, para que lleguen a un momento que es crucial e importante”.

Marcela Valladares, apoderada y madre de un estudiante que también viene de una primera oportunidad en el Liceo 7 de Ñuñoa, no está conforme con el proceso: “No hay competencias necesarias en este gobierno ni en el ministerio, sabían que esto pasaría desde el 18 de octubre y no tomó ninguna acción, estaban esperando que esto pasara para traspasar las responsabilidades, que a ellos les competen, a los estudiantes. Eso es lo que a mi me molesta. Se tiran la pelota entre ellos, la Ministra Cubillos debió tomar medidas desde un inicio y no pasó. ¿Al final qué pasa? Pan para hoy y hambre para mañana. Porque en marzo no van a haber clases, esto no va a pasar.”

Johan Ortega (21) viene de de Macul, se levantó a las 4 y salió de su casa a las 5, dice que porque no sabía cómo llegar a la Universidad del Desarrollo. “Me demoré 2 horas, habrían sido menos si no me perdía, es que yo no conozco por acá, las calles son confusas”.

Al ser consultado por la presencia de Carabineros, “parecía estar entrando a un campo de concentración, además te revisan entero cuando entras. A mí no me molestó, pero a otra gente quizás sí y eso los perjudica para dar la prueba”.

Respecto al aumento de contingente de carabineros, algunas apoderadas/os lo agradecen. Eso sí, a pesar de sentirse muy conformes con este escenario, prefirieron mantenerse bajo el anonimato.

“Ningún problema, esperemos que el proceso se acabe pronto. Yo feliz con carabineros, ojalá haya harto adentro igual. A esta altura, bienvenido sea, con tal que controlen. No están haciendo nada, no han tocado a nadie. Yo no me siento con miedo, me siento resguardada”, dijo un apoderado consultado por este medio.

Carabineros fue protagonista el día de hoy, ubicado en varios puntos de los establecimientos. Hubo varios controles a cargo de ellos, pedían la tarjeta de identificación y revisaban mochilas. No dejan entrar con celulares y se deben dejar en alguna parte del establecimiento, según cuentan estudiantes que rindieron la prueba en la Universidad del Desarrollo.

Martín Urrea llegó a las 11:30 junto a Pedro Pinto, ambos de 18 años. Martín vive en Peñalolén y se demoró 4 horas en llegar, “nos juntamos en el Metro Plaza Egaña a las 8:30, pero cortaron toda la línea 4. Yo la vez pasada la di en Ñuñoa, en el liceo que yo iba”, su acompañante también la había dado en la misma comuna la vez pasada. Están a la espera de alguna respuesta.

Más casos de establecimientos lejanos a los hogares

Valentina Sepúlveda tiene 20 años, vive en Rojas Magallanes con Vicuña Mackenna (La Florida) y le tocó en el Liceo Municipalizado Amanda Labarca en Vitacura. “Tuve la suerte de que mi papá se accidentó el viernes y tenía licencia para hoy entonces me pudo venir a dejar en auto, solo por hoy día, me demoré una hora y media en llegar hasta el establecimiento. Nos citaron a las 9:15 horas, sin embargo, no nos dejaron entrar hasta las 10:00”. Luego de retrasos, Valentina dijo que iniciaron la prueba a las 10:40, además agrega que es absurdo el cambio debido a la distancia y “porque no cambió nada más, ya que me tocó la misma sala (sala 3), con las mismas personas  que habían en el colegio pasado y hasta en el mismo asiento”.

Damaris Ovalle (18), vive en Conchalí y la reubicaron en Colina. “Me parecieron mal las reubicaciones ya que no eran proporcionales a mi dirección de domicilio. Soy de Conchalí y me tocó en Colina, me demore 2 horas y gasté 4 mil pesos de ida y vuelta en solo un día. Con respecto a los Carabineros, “fue demasiado el aumento, aquí en Colina hay como 5 patrullas y 2 retenes”.

Allison Olivas, de 22 años, es su segunda vez dando la PSU y ha sido un periodo largo. Vive en Huechuraba y ahora le tocó rendirla en Lo Barnechea, “la lejanía de los locales de rendición con los hogare eran bastante grandes, sin considerar los casos de algunos chicos y chicas que les tocaba rendir la PSU en otras ciudades. Para mi fue difícil el traslado hasta allá, ya que no conocía el sector y viajar en locomoción en hora punta es un caos, me demoré aproximadamente  2 horas. Había mucho personal de carabineros, en el acceso al colegio habían alrededor de 30 funcionarios, sin contar los que estaban dentro del establecimiento. Hubo un retraso de 25 minutos para comenzar la prueba, pero al momento de rendirla no hubo complicaciones”.

Notas relacionadas