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Coronavirus

9 de Abril de 2020

Trabajadores de la comida rápida en crisis, Parte II: El oasis de las pizzerías

Foto: Pixabay

Mientras la mayoría de los locales de comida rápida cierran, las cadenas de pizzas mantienen el negocio con innovación en sus procesos y sin soltar la entrega a domicilio. Sin embargo, esta situación, en tiempo de pandemia tiene sus riesgos y los los sindicatos no ha dejado de estar alerta. Tanto es así que ya han empezado los roces en los tribunales del Trabajo.

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Lo primero que se ve en la página de Papa John’s es un anuncio de que las tiendas estarán abiertas hasta las 21:00 horas -apenas una hora antes del toque de queda- y llaman a sus clientes a hacer pedidos online con anticipación.

Luego aparece una infografía que explica lo que han decidido llamar “Reparto libre de contacto”. Esto es, si se pide la pizza por una aplicación, se hornea sobre los 230° C, se ingresa en una caja con un sello de seguridad, ésta se mete en un bolso sanitizado y el repartidor entrega el producto a 1,5 metros de distancia, con una mascarilla y su casco.

Según la cadena Fox, esta fórmula ha permitido a la compañía seguir funcionando en Estados Unidos pese a la pandemia del Covid-19, que en ese país concentra el mayor número de contagiados del mundo y donde ya se han registrado más de 18 mil muertos a causa del virus.

https://www.youtube.com/watch?v=MKOyg0AEJLk

En Chile, el método es el mismo. Consultados por The Clinic, desde Papa John’s explican que “implementamos un sistema de pick up y reparto de libre contacto para reducir los riesgos de nuestros colaboradores y de nuestros clientes. En este sentido, le dimos especial relevancia a los sistemas de pago en línea (webpay y one click, entre otros) como medio para reemplazar el uso del efectivo”, el que ha sido totalmente erradicado de las tiendas desde el 16 de marzo.

Sin embargo, los trabajadores tienen una mirada crítica hacia la implementación de estas medidas. Según la presidenta del sindicato, Bárbara Montt, “la empresa habla de ciertos protocolos de higienización, de sanitización de las tiendas o de repartos con cero contacto, pero es imposible aplicarlo con el nivel de trabajo que estamos teniendo”.

“Si vas a darte una vuelta después de las 8 de la noche a una tienda, la aglomeración de gente es increíble. Como está cerrado el restaurante, deben esperar afuera. No existe la posibilidad de sanitizar bolsos. Toda esa pomada que están vendiendo es imposible”, subraya.

EL BOOM DE LA PIZZA

Desde la empresa explican que “la crisis del coronavirus ha provocado duros efectos financieros a la economía en su conjunto. Industrias completas se han visto dañadas con importantes mermas en sus ingresos y Papa John’s no es la excepción considerando además que opera en el canal retail de alimentos y bebidas, uno de los más golpeados por las medidas sanitarias adoptadas en el país”.

“En nuestro caso, la implementación de medidas tales como el cierre de la venta en comedores, eliminación del uso de efectivo como medio de pago y restricción de horarios en tiendas, entre otras medidas, sin duda alguna, han generado un fuerte impacto en lo financiero”, añaden sin entregar cifras.

Repartidores. Foto: Agencia UNO

Sin embargo, el sindicato acusa que la crisis se ha convertido en “una tremenda oportunidad de negocio” para Papa John’s. “Tenemos permiso para trabajar incluso con cuarentena, nos catalogaron en esta pasada dentro de las empresas de primera necesidad y podemos trabajar”, explica Montt.

La dirigenta agrega que “estamos trabajando con mayor intensidad en la pega, porque estamos vendiendo más pizzas. La oferta de comida rápida se redujo y Papa John’s, que tiene delivery propio y trabaja con aplicaciones como Rappi y Uber, ha seguido la línea de otros países como en España, donde el reparto a domicilio se ha disparado”.

Repartidor. Foto: Agencia UNO

Ante esta realidad, el sindicato de Papa John’s interpuso una demanda ante el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago por, lo que estiman, vulneración de los derechos fundamentales de los trabajadores, particularmente de su “integridad física y psíquica”.

Según el texto, la empresa habría anunciado que los empleados que pertenecen a la población de riesgo eventualmente volverán a trabajar, medida que hasta el día de hoy no se ha tocado, según afirma la propia compañía.

No obstante, en conversación con The Clinic, Bárbara Montt, lamenta que “esta crisis nos venga a enrostrar lo precarizados que estamos. Hoy tenemos que elegir entre comer o enfermarnos”.

Pese a que el juicio se fijó para mayo, desde tribunales decretaron la medida cautelar de mantener en aislamiento social a dichos trabajadores y también a aquellos que tengan población de riesgo en su entorno familiar. Sin embargo, Papa John’s afirma que “a la fecha, no hemos sido notificados por ningún tribunal respecto de alguna demanda asociada a materias de vulneración de derechos fundamentales, razón por la cual no podemos hacer comentarios al respecto”. 

EL CASO DE TELEPIZZA Y PIZZA HUT

Francisco Romero, delegado sindical de los trabajadores de Telepizza y Pizza Hut, reconoce que en su caso “las tiendas no han cerrado, sigue funcionando con delivery propio y se adoptaron las medidas del Minsal”.

“Hay casos donde cuesta mantener la distancia, porque no todas las tiendas son grandes. Además, en algunos locales se sigue manejando dinero en efectivo. De todas maneras, la empresa se preocupa de que haya mascarillas, guantes y alcohol gel”, señala.

Local de Pizza Hut. Foto: Agencia UNO

El dirigente explica que el escenario ha ido variando semana a semana. “Cuando empezaron a darse los primeros brotes, hubo mucho revuelo, la gente no quería asistir a sus trabajos”, cuenta. De hecho, recuerda que mientras algunos pidieron licencia, otros recurrieron al artículo 184 bis del Código del Trabajo que permite la ausencia del trabajador si hay un riesgo grave e inminente para su vida o salud. 

Sin embargo, esa tendencia se revirtió, tras el polémico dictamen N°1283/06 de la Dirección del Trabajo, que estableció que el empleador no está obligado a pagar la remuneración si el trabajador se ausenta de sus labores.

“La gente se empezó a dar cuenta que tenía que ir a trabajar igual”, concluye Francisco.

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