Duelo interrumpido: el contagio de una familia

Desde el día jueves 14 de mayo la cantidad de contagiados de coronavirus dejó de ser solo un número para Francisca (cuyo nombre fue modificado para este artículo, en resguardo de su privacidad). Tres días antes, el 11 de mayo, su abuelo falleció en casa luego de tres amputaciones y una larga lucha contra la diabetes. Pero fue recién el jueves que la Seremi de Salud de la región de Valparaíso contactó a su familia para anunciarles que el hombre era covid-19 positivo.

Se enteraron tarde. Para ese día, Manuel, su abuelo, ya había sido despedido con la pompa fúnebre tradicional: velorio y misa. Aparte de las mascarillas y el jabón gel, nadie tomó precauciones extras, ya que el hombre había sido dado de alta con el examen PCR en espera de resultados.

Se fueron tranquilos, el personal médico les aseguró que saldría negativo, mencionando que si estuviera contagiado, no lo habría aguantado.

El contagio

Aún cuando Manuel había sido despachado desde el hospital luego de una amputación por diabetes, sólo la madre de la joven fue a ver al abuelo ya de vuelta en su casa. “De hecho mi mamá solo estuvo tres veces en contacto físico con mi abuelo antes de que falleciera. Sabíamos que el hospital era foco de contagio”, asegura la joven, añadiendo que, por lo mismo, la última vez que vio a su abuelo fue por videollamada.

Tomaron precauciones, pero aún así no fue posible evitar el contagio. Tanto la madre de Francisca, como su abuela y tía (que vivían junto a Manuel), resultaron contagiadas, presentando fiebre y tos. Ellas, siguiendo la costumbre, fueron quienes arreglaron a Manuel para el funeral, confiando en el alta médica.

Cómo vivir con un contagiado

Frente al contagio de su madre, Francisca tomó las riendas del asunto. Dejando la universidad de lado, se encargó del cuidado de la casa, siempre asustada ante la posibilidad de perder a su mamá a causa del virus: aunque fuera asintomática, siempre estuvo el miedo a que de un momento a otro cayera enferma.

“Hubo que aislar a mi mamá en una casa normal, en su pieza. Yo me hice cargo de mi hermana chica, que tenía que seguir en clases, y de ella, que tenía que alimentarse”, afirma Francisca.

“Ha sido un huracán”

“Para nosotros ha sido un huracán, mi mamá está devastada: primero se te muere el papá, dan el resultado tardío de Covid, le dan a ella el resultado positivo y cree que se lo pegó a sus hijas”, cuenta la hermana mayor. Este martes, la mamá de Francisca recibió el examen negativo de salida, pero aún quedan cercanos contagiados.

La joven cuenta que para su familia el golpe no fue solo físico, considerando el contagio y algunos malestares, sino psicológico, por el miedo, el dolor y la angustia de la enfermedad y la muerte.