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Entrevistas

18 de Junio de 2020

Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico: “Estoy en otra fase de mi ciclo vital como para asumir un desafío presidencial”

Es una figura en ascenso. Muchos la apuntan como una carta presidencial, pero ella rehúye el bulto. Pone el foco en el drama que impone esta pandemia y advierte que la próxima semana, el país podría vivir lo mismo que Italia. “El gobierno ha intentado sortear y eludir la crudeza del escenario que se acerca”, afirma.

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Son las 9 de la mañana del miércoles 17 de junio. El día está partiendo con malas noticias. El sistema sanitario del país está en un punto límite y el número de fallecidos se dispara. Ese miércoles, Izkia Siches tendrá su primera reunión formal con el nuevo ministro de Salud, Enrique Paris. Sabe que hay expectación. Y sabe también que muchos la ven como una suerte de “factótum” a la hora de evaluar la estrategia sanitaria del gobierno. Su relación con Jaime Mañalich fue tirante e intensa. Y está por verse cómo será con su sucesor, el doctor Paris.

Izkia Siches tiene 34 años. Desde que asumió a la cabeza del Colegio Médico en el 2017 ha marcado una impronta. Ha sido la primera mujer –y la más joven- en el cargo. Pero no sólo por eso. En estos poco más de tres meses de pandemia, ella ha desplegado un estilo, un sello, que hoy la instala como uno de los personajes mejor evaluados. Incluso ya hay encuestas que la miden en la categoría de presidenciable.

Muchos la apuntan como una figura en alza; un “cheque a fecha”, como dijo el presidente de la CPC, Juan Sutil. Ella insiste en que no le interesa. Que su foco ahora es repostular a la presidencia de su gremio –en agosto de este año- y contribuir desde ahí a la salud pública.

Izkia es médico internista y trabaja en la unidad de infectología del Hospital San Juan de Dios. También es hija de la clase media. Nació en Arica, creció en Maipú y estudió en un colegio subvencionado que en una entrevista calificó como “picante”. Ahora explica lo que quiso decir: que la educación que recibió era muy deficiente. Y que, cuando llegó a la Universidad de Chile, se dio cuenta de sus enormes desventajas. Fue por esos años que militó en las Juventudes Comunistas. Hoy no tiene fichaje partidista, pero se define de izquierda.Algunos sectores se esfuerzan mucho en recalcar esa militancia. Soy una mujer de izquierda, pero represento una entidad gremial que es muy diversa y mi actitud siempre ha sido sentarme a la mesa y conversar con todos. Especialmente ahora que estamos atravesando un momento tan doloroso y difícil como país”, dice. 

La presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches. Crédito: Agencia Uno.

¿Estamos entrando al peor momento de la pandemia? 

-Estamos en un escenario sumamente adverso. La capacidad de las camas críticas en la Región Metropolitana ha llegado al 96%. Estamos entre 5 mil y 6 mil nuevos pacientes diarios. Es una sobrecarga que el sistema sanitario no tiene capacidad de absorber. Creo que muy pronto vamos a llegar al lamentable escenario de Italia, a lo que vimos cuando ellos estaban en sus peores momentos.

¿Cómo Italia? ¿Así de dramática es la situación? 

-Así de dramática… El peor momento es cuando empieza a aumentar la letalidad por falta de acceso a camas críticas. Los equipos de salud tienen que empezar a priorizar los cupos ventilatorios. Lo más probable es que la próxima semana estemos en eso. La red sanitaria no va a dar y hay que ser muy claros en decírselo a la gente. 

A estas alturas y con el alto número de contagios, ¿existe posibilidad de modificar la curva de las próximas semanas?

 -No, pero sí de mitigarla. Si seguimos a este ritmo de 5 mil a 6 mil casos diarios, donde el 80% son de la RM, está situación será abismante. Con un sistema sanitario superado, la cantidad de fallecidos y la letalidad va a ir aumentando de forma dramática. Por eso es tan relevante lo que ha planteado el ministro Enrique París respecto a que hay que ser mucho más taxativo con las medidas. 

“Estamos entre 5 mil y 6 mil nuevos pacientes diarios. Es una sobrecarga que el sistema sanitario no tiene capacidad de absorber. Creo que muy pronto vamos a llegar al lamentable escenario de Italia, a lo que vimos cuando ellos estaban en sus peores momentos”.

¿Y por qué no se había sido tan taxativo?

-Yo creo que el gobierno ha intentado sortear y eludir la crudeza del escenario que se acerca. Pero eso no contribuye en nada. Hay que transmitirle a la ciudadanía que, si no reducimos la movilidad ahora, el escenario será dramático. 

¿El virus se fue de las manos? ¿Se perdió el control?

-Quiero pensar que esto tendrá dos fases. Ojalá que con el cambio de ministro estemos entrando en una fase distinta. 

¿Cómo describe la primera fase?

-Creo que el ex ministro Jaime Mañalich se enamoró de la tesis de que en Chile podíamos hacer un confinamiento acotado y que la pandemia se podía mantener bajo control.  Él creyó en eso a pesar de que habíamos visto cómo países con sistemas de salud mucho más robustos estaban de rodillas frente al virus. Al final,  primó la idea de que se podía mantener el funcionamiento de la economía y de la salud al mismo tiempo. Fue una apuesta arriesgada que nosotros advertimos.

El gobierno ha intentado sortear y eludir la crudeza del escenario que se acerca. Pero eso no contribuye en nada. Hay que transmitirle a la ciudadanía que, si no reducimos la movilidad ahora, el escenario será dramático“.

¿Cree que era una obsesión del ministro Mañalich o era un diseño más estratégico?

-No conozco al ex ministro tan detalladamente como para saber si era una obsesión personal o si había otros actores que apoyaban esa tesis, ya sea desde los poderes económicos o desde el Segundo Piso del gobierno. Desconozco cuál es el entramado, pero es muy relevante saberlo.

¿Por qué?  

-Porque hoy se requiere que el gobierno ponga la pelota en el piso y clarifique si ha logrado visualizar el error y si está dispuesto a cambiar el rumbo. De no ser así, la opinión pública y nosotros como Colegio Médico nos vamos a terminar de convencer que la obstinación no era una cosa solamente del ministro Jaime Mañalich. 

Yo espero que el Presidente cambie rápidamente la línea de las medidas que se están tomando.

“Hoy se requiere que el gobierno ponga la pelota en el piso y clarifique si ha logrado visualizar el error y si está dispuesto a cambiar el rumbo. De no ser así, la opinión pública y nosotros como Colegio Médico nos vamos a terminar de convencer que la obstinación no era una cosa solamente del ministro Jaime Mañalich”.

La lectura de La Moneda

Dice que ojalá el ministro Enrique Paris inicie una segunda fase. ¿Cómo es su relación con él? 

-Trabajé tres años con el doctor Paris. Yo era presidenta del regional Santiago y él era el presidente nacional del Colegio Médico. Teníamos una relación muy cordial. Yo entiendo que en esta fase  él toma una suerte de representación del gobierno en la mesa social y en los medios de comunicación para intentar aplacar críticas que, desde la mala lectura de La Moneda, se vieron como si fueran críticas con fines políticos. 

17 de Marzo de 2020. La presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, se refirió en la sede del recinto a las nuevas medidas contra el COVID-19. Crédito: Agencia Uno.

¿Y no ha sido así? Hay quienes creen que usted ha marcado diferencias más políticas con el gobierno…

-No es así. Todas las cosas que yo he señalado, se las dije al Presidente en la primera reunión que tuvimos. De hecho, le dije que esta pandemia sería una debacle sanitaria en que nadie iba a acumular resultados políticos. Que tenía que ser algo en conjunto o los costos de esta pandemia se los iba a llevar el gobierno. Dicho y hecho. Y no porque nosotros tengamos una bola de cristal. Era cosa de mirar los países que nos llevaban la delantera.

“Trabajé tres años con el doctor Paris. Yo era presidenta del regional Santiago y él era el presidente nacional del Colegio Médico. Teníamos una relación muy cordial”.

¿Faltó una respuesta más unitaria? 

-Eso le planteamos: la necesidad de que fuera algo unitario. Pero esa tesis que tenía el gobierno, de que ésta era la forma de levantarse después del estallido social y de la pésima evaluación que tenían en las encuestas, bueno… le duró un cuarto de hora porque ahora esto va a ser puro sufrir y puro costo. Fue un error que ahora hay que enmendar. 

Y ahí será clave el rol del nuevo ministro, ¿no?

-Yo espero que tengamos una muy buena relación. Tenemos toda la voluntad de apoyarlo, pero también queremos que el gobierno lo apoye a él.

¿Qué significa eso? El gobierno le dio un apoyo cerrado al ex ministro Mañalich.

-Sí, pero esta fase dos requiere otro manejo. El doctor Paris ha mostrado voluntad de dialogar, de tomar medidas. Pero, al final, quién toma las decisiones es el Presidente. Y cuando el ministro, con todos los elementos que le hemos dado los distintos actores, vaya a reunirse con él y tenga que hacerle propuestas más audaces, va a tener que contar con su apoyo. Habrán planteamientos más conservadores desde el punto de vista de movilidad, de la apertura, sobre todo considerando los rebrotes… 

“Esa tesis que tenía el gobierno, de que ésta era la forma de levantarse después del estallido social y de la pésima evaluación que tenían en las encuestas, bueno… le duró un cuarto de hora porque ahora esto va a ser puro sufrir y puro costo. Fue un error que ahora hay que enmendar”.

Esa sí que es como la tercera o cuarta etapa…

-Obviamente hoy se requiere disminuir al máximo la movilidad y que ojalá muera la menor cantidad de gente posible. Lo que digo es que el día de mañana, cuando esta fase vaya bajando, de nuevo va a llegar la tensión de la apertura inmediata. Y ahí vamos a necesitar a un ministro robusto, fuerte, diciendo: “Calma. Vamos paso a paso. Apertura paulatina, con mucho protocolo”.  

¿Por qué lo dice ahora?

-Porque el ministro va a estar siempre tensionado con el alma de apertura económica que trae el gobierno. Y eso les ha salido caro. El poder económico y los economistas tienen que ver que, si hubiésemos sido más cautelosos, ya estaríamos en una fase de apertura. Pero se hizo una apuesta muy osada y finalmente nos salió el tiro por la culata.

Entonces, a su juicio, ¿el problema es el interés económico?

-No. Creo muy importante que prime el interés económico. Sobre todo en nuestro país que tiene tanta desigualdad y que ahora vendrá pobreza, hambre. Nosotros no vivimos en un mundo naif. Al revés. Porque la economía es importante es que debimos tener una estrategia más conservadora. Debió haber pesado más el mundo sanitario y que otras voces pudieran haber asesorado al Presidente. Yo hubiera esperado que el Presidente nos escuchará más a nosotros, al Consejo Asesor. Lamentablemente no ocurrió. 

“El ministro va a estar siempre tensionado con el alma de apertura económica que trae el gobierno. Y eso les ha salido caro. El poder económico y los economistas tienen que ver que, si hubiésemos sido más cautelosos, ya estaríamos en una fase de apertura”.

Quizá había un ambiente de sospechas en el sentido de que pensaban que había un interés más político detrás…

-Espero que nos juzguen por los hechos. Si quisiéramos hacerle daño al gobierno, pucha tenemos harto material. Pero hemos intentado ser moderados y colaboradores. Yo me senté a la mesa social, me reuní con el Presidente, le escribo cada vez que pasa algo, presentamos minutas. O sea, siempre estamos intentando aportar y no con buenos resultados.

¿Cómo?

-No nos han tomado en consideración. Desde el primer día dijimos: “Ojo, va a quedar la embarrada”. Tuvimos cero respuesta. Hemos llevado propuestas técnicas, se las planteo al ministro del Interior o al propio Presidente. Porque cuando ya estoy media desesperada, le escribo directamente a él para decirle que está la embarrada y que por favor haga algo. En general, tampoco nos ha dado buenos réditos. 

¿No?

-En general, no. Y yo le escribo a quien sea. No tengo ningún problema. De hecho, cuando estábamos viendo que esto se nos iba de las manos, le escribí a los presidentes de los partidos de gobierno para decirles: “¿Qué hacemos? Ayúdennos por favor”. De verdad nos interesa aportar y no ser vistos como un Colegio Médico de oposición.

“Si quisiéramos hacerle daño al gobierno, pucha tenemos harto material. Pero hemos intentado ser moderados y colaboradores. Yo me senté a la mesa social, me reuní con el Presidente, le escribo cada vez que pasa algo, presentamos minutas”.

Cancha presidencial

Créditos: Agencia Uno.

Usted ha jugado un rol desde el Colegio Médico, pero también como un factor político. ¿Esa impronta ha condicionado la relación con el gobierno?

 -Nos ha jugado muy en contra. Yo he intentado clarificar que no tengo ningún interés en ninguna elección. Nuestra agenda es totalmente sanitaria. Nuestra aspiración no está en gobernar ni nada por el estilo. Tampoco tenemos un equipo para hacernos cargo. Pero hay sectores que han intentado posicionar esa figura de presidenciable. 

Esa figura es la suya, la de Izkia Siches…

-Sí, particularmente la mía, pero yo no soy sólo yo. Trabajo con un equipo y nuestra agenda es sanitaria, pero tengo la percepción de que el gobierno y algunos sectores ven solamente un objetivo político. 

“Nuestra agenda es totalmente sanitaria. Nuestra aspiración no está en gobernar ni nada por el estilo. Tampoco tenemos un equipo para hacernos cargo. Pero hay sectores que han intentado posicionar esa figura de presidenciable”.

Usted ya aparece en las encuestas. Incluso como opción presidencial. ¿Cómo lo está leyendo?

-Creo que después de estallido social, el país está hambriento de liderazgos nuevos. Y siempre lo novedoso es algo que atrae a la ciudadanía. Comprendo ese fenómeno, pero entiendo que es una cosa transitoria y dentro del contexto de pandemia.

Digamos que lo ve como algo temporal.

-Espero que sí. Y es por lo que te decía, hay hambre por nuevos rostros. Yo veo mucha gente valiosa, liderazgos interesantes como Patricia Muñoz, la Defensora de la Niñez; la propia Andrea Repetto, el ex fiscal Carlos Gajardo, Rodrigo Jordán. Es un mundo de independientes que quieren que Chile le vaya bien. A mi también me importa que a mi país le vaya bien.

Y cuándo ve su nombre en las encuestas presidenciales, ¿de verdad no le pasa nada? 

-No está dentro de mis aspiraciones ser candidata presidencial. No me interesa. Sí quiero ir a la reelección de mi gremio en agosto de este año y aportar desde ahí. Lo otro supera absolutamente nuestras capacidades. Somos muy serios y racionales. Tenemos un equipo para conducir el Colegio Médico y hasta ahí quedaría. Cuando tengamos más capacidad, más expertice, más gente dispuesta, obviamente vamos a estar disponibles para asumir otros desafíos. Me parece que esas encuestas contaminan un poco los mensajes que hemos intentado transmitir.

“Hay hambre por nuevos rostros. Yo veo mucha gente valiosa, liderazgos interesantes como Patricia Muñoz, la Defensora de la Niñez; la propia Andrea Repetto, el ex fiscal Carlos Gajardo, Rodrigo Jordán. Es un mundo de independientes que quieren que Chile le vaya bien. A mi también me importa que a mi país le vaya bien”.

A Michelle Bachelet le pidieron que fuera candidata. No lo buscó, pero no había nadie más. ¿Qué pasaría si le dijeran lo mismo? 

-Es que un desafío así no es ponerse la banda y listo. Si yo accediera a algo así sería porque estoy segura de que le voy a hacer bien al país. Y eso es dar gobernabilidad, tener partidos que te apoyen, equipos, un proyecto. No es puro voluntarismo. Sería muy irresponsable de mi parte participar en una candidatura presidencial con las puras ganas o porque estás posicionada en las encuestas.  

No está disponible para ser candidata presidencial. ¿Lo diría así de categórica?

-Sí, pero me han dicho que esa frase es como que habitualmente se devuelve. Entonces, para no apostar a Ley de Murphy, no la digo. El tema es que hoy no estamos preparados para tomar un liderazgo como ése, pero en lo sanitario queremos seguir aportando mucho. Yo espero que surjan nuevos liderazgos. Y creo que una de las primeras cosas que debe tener un candidato presidencial  es querer.

Y usted no quiere…

-Hoy día estoy en otra fase de mi ciclo vital como para asumir un desafío como ése. Creo que me faltan algunas vueltas y sobre todo tener la sensación de que voy a ser un real aporte al país ante un desafío así. Es de magnitudes enormes; y en un momento muy complejo del país, creo que sólo decir “quiero” es una agenda demasiado individualista. 

“Un desafío así no es ponerse la banda y listo. Si yo accediera a algo así sería porque estoy segura de que le voy a hacer bien al país. Y eso es dar gobernabilidad, tener partidos que te apoyen, equipos, un proyecto. No es puro voluntarismo”.

¿Sería como narcisista?

-Sí, y uno tiene que huir de esas figuras. Dicen que uno se pierde en el camino, pero yo todavía tengo la lucidez para ver que eso sólo sería responder a un narcisismo y que sería irresponsable para el país. Me gustaría contribuir en proyectos más colectivos. 

Mundos paralelos

Figuras importantes de la derecha han dicho que hubo una ofensiva de la izquierda para sacar a Jaime Mañalich. Incluso, en una carta dicen que el odio es una segunda pandemia. ¿Cree que esas críticas apuntan a usted también?

-Sí, yo he sido bien criticada por esos sectores. Quizá desde la otra vereda, desde el otro prisma, uno lo ve al revés y piensa: “Ellos son los fundadores del odio”. El tema de fondo es que el ex ministro no tuvo una política abierta ni en la transparencia de los datos ni tampoco en querer escuchar opiniones distintas. Ese fue su error. Algunos podrán mirarlo como que fue odio o un tema político. Yo pienso que no. El ministro era muy astuto políticamente. Se sabía mover. Pero no lo pudo hacer bien en un contexto de pandemia y de post estallido social. Eso se lo dijimos al Presidente.

La Presidenta del Colegio Médico Izkia Siches y el exministro de Salud, Jaime Mañalich.
Crédito: Agencia Uno.

¿Si? ¿Qué le dijo el Presidente? 

-Que esta pandemia requería muñeca, requería diálogo porque había poca credibilidad en la sociedad. Y ellos lo sabían. El problema de fondo, para volver al punto anterior, es que hay perspectivas demasiado polarizadas en el país. Es como que viviéramos en mundos paralelos. 

“Yo he sido bien criticada por esos sectores. Quizá desde la otra vereda, desde el otro prisma, uno lo ve al revés y piensa: “Ellos son los fundadores del odio”.

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