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15 de Julio de 2020

Tía Pikachu sobreviviendo a la pandemia

Giovanna Grandón, la transportista escolar que se convirtió en la Tía Pikachu durante el estallido social, cuenta a The Clinic cómo se las ha ingeniado para alimentar a su familia, trabajar -usa su furgón para repartir frutas y verduras- y seguir vistiendo estoica, pese a todo, el traje que la lanzó a la fama.

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“Hace dos meses estamos trabajando martes y viernes repartiendo frutas y verduras. Tratando de seguir adelante y haciendo algo de lucas para pagar los servicios básicos”, cuenta Giovanna Grandón, la mujer que dio vida a la Tía Pikachu, uno de los íconos del estallido social de octubre. Eso cuenta al teléfono, mientras su esposo conduce el furgón escolar que durante años funcionó transportando niños.

Pero la pandemia los obligó a reinventarse.

Solo alcanzó a operar 15 días su vehículo antes de que cerrara el colegio donde trabajaba. “Menos de la mitad de los papás pudieron pagarme algo, otros nada. ¿Qué iba hacer? La pandemia nos pilló por sorpresa a todos, yo los entiendo”, cuenta.

Durante el verano, la Tía Pikachu y su familia fueron recibidos en distintos lugares. Su hija, a través de redes sociales, puso que este emblema de la protesta social salía de “gira”: espontáneamente, desde muchas ciudades de Chile mostraron interés. Pese a que las invitaciones eran de forma desinteresada, ella y su familia aportaron comida e insumos. “Cuando volvimos de vacaciones, teníamos lo justo para arreglar los autos, comprar uniformes y útiles a mis dos hijos que siguen en el colegio. No nos esperábamos lo que pasó. Cuando se inició la pandemia nos sentimos de brazos cruzados y preocupados por lo que se nos venía”, cuenta.

Tía Pikachu bailando en los alrededores de la Plaza de la Dignidad. Crédito: Agencia Uno

A fines de abril, vistiendo de Tía Pikachu, Giovanna hizo un llamado a varios de sus colegas y se movilizaron en sus furgones de forma pacífica alrededor de la Plaza de la Dignidad, exigiendo ayuda del Estado. Ese lugar lo conocía bien. Meses atrás, en pleno estallido, marchó junto a miles de chilenos exigiendo un país más justo. La gente vitoreaba y bailaba junto ella.

“Lo que más nos afecta es que no se puede trabajar y tenemos que seguir cumpliendo con nuestras deudas. A muchos tíos de furgón ya les han quitado los autos por no pago y muchos están vendiendo sus furgones a muy bajo costo para poder pagar lo esencial y tener para sobrevivir”, relata.

Para combatir la crisis que empezaba a azotar su propia economía, se asoció con un vecino verdulero y durante dos días de la semana hace delivery de frutas y verduras. El resto de los días se moviliza por Santiago, arriba de su furgón escolar, y reparte quesos, huevos y miel pura. Para poder hacerlo debió pedir el crédito Covid de 5 millones que le permitió hacer malabares: pagar una deuda pendiente, asumir una nueva con menos interés y comprar productos en grandes cantidades para “tener algo de ganancia y así sobrevivir”. Ha optado por la prórroga en algunos pagos, lo que le ha permitido sostenerse estos cuatro meses.

“Lo que más nos afecta es que no se puede trabajar y tenemos que seguir cumpliendo con nuestras deudas. A muchos tíos de furgón ya les han quitado los autos por no pago y muchos están vendiendo sus furgones a muy bajo costo para poder pagar lo esencial y tener para sobrevivir”, relata.

“Aunque las deudas las corrieron, tienen interés y sobreinterés. Hay que empezar a cancelar en diciembre, ojalá lo sigan postergando hasta que se nos ordene un poco el trabajo. Hay mucha incertidumbre sobre cómo enfrentar el futuro. Hay que ver qué pasa después de septiembre, espero que a esa fecha se vuelva algo a la normalidad”, comenta. 

También aprovecha sus tránsitos por la ciudad para juntar alimentos no perecibles y ayudar en las ollas comunes de La Pintana, La Florida y San Bernardo, entre otras. Allí participa junto a su grupo de amigos que se conocieron durante las protestas del estallido: Condorito, Congaman, Chapulín, perrito Matapacos y el Guasón, entre otros. “Como algunas personas saben que seguimos ayudando, de repente me escriben y me dicen: ‘Tía, tengo estas cosas para donar’ y yo: ‘Ya, dónde vives, lo paso a buscar’. Así planifico las entregas del delivery y paso recolectando donaciones de la gente”, dice.

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Giovanna cuenta además que hace unos días, junto a sus amigos del estallido, se movilizaron hasta Colina y visitaron a Gustavo Gatica, el joven que perdió ambos ojos durante las protestas.

¿Cómo se sintió ese reencuentro con él?

-Súper emocionante. Nos tocó ir a un campamento a ayudar y le preguntaron si quería que lo visitáramos y aceptó. Nos reunimos en una cancha y conversamos, él también nos agradeció la presencia y la ayuda que damos.

¿Qué le dijiste?

-Que él junto a Fabiola (Campillai) son el símbolo de la injusticia que cometieron con muchas personas durante el estallido social. Que vamos a seguir luchando y que esta pandemia demostró que lo que ocurría en las calles era cierto. 

¿Cómo ves el futuro, Giovanna?

-Creo que si esto no se arregla pronto, yo y muchos transportistas más tendremos que vender nuestros furgones para ver cómo nos reinventarnos o simplemente para pagar las deudas al banco, mantener a nuestros hijos y no perder nuestras casas o los pocos bienes que tenemos. Muchos tíos de furgón no califican para ninguna ayuda del Estado y otros están siendo apoyados por familiares que sí pudieron optar al seguro de cesantía o bonos. Estamos sobreviviendo y racionando alimentos, tratando de actualizar nuestra ficha de protección social y ojalá optar a algún beneficio.

¿Ha sido muy complejo?

-A veces el dinero no alcanza, todo subió y sigue subiendo y el gobierno no hace nada para que los empresarios regulen los precios de los alimentos. No es primera vez que estamos en una situación dura, pero con la pandemia ha sido más complicado para todo el mundo. De todos modos, nosotros como familia siempre tratamos de salir adelante como sea, es parte de nuestra esencia.

“No es primera vez que estamos en una situación dura, pero con la pandemia ha sido más complicado para todo el mundo. De todos modos, nosotros como familia siempre tratamos de salir adelante como sea, es parte de nuestra esencia”.

*Si quieres contactarla para hacer un pedido, ingresa a: www.treboldorado.cl

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