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Reportajes

6 de Agosto de 2020

A propósito de estallidos monumentales: Detalles de la explosión de la bodega de Explonun en marzo en Pudahuel

Foto: Agencia Uno

Debido a la explosión el martes en Beirut, en El Líbano, es inevitable recordar la que ocurrió en Chile hace cinco meses. Fue en una bodega de Explonun en Pudahuel. La Dirección General de Movilización Nacional autorizó a esta empresa a almacenar el químico que explotó, pese a que estaba expresamente prohibido por los planos reguladores metropolitano y comunal. La institución, que depende del Ministerio de Defensa, negó el acceso a toda la información solicitada por Transparencia respecto a dichos permisos. Los organismos públicos que deben fiscalizar este tipo de bodegas no tienen ningún registro de que estén siendo controladas. En el accidente murieron cuatro personas.

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La columna de humo que provocó la explosión en Pudahuel el 2 de marzo de este año fue vista desde distintos puntos de la Región Metropolitana. El estallido se originó en una de las bodegas de Explonun, filial de Enaex, la empresa más grande de Sudamérica en la fabricación de explosivos y tronaduras para uso minero. José Caamaño, hermano de Gabriel -una de las víctimas fatales-, vio la imponente nube grisácea en su teléfono, a través de redes sociales. José Marín, comandante de la 11ª Compañía de Bomberos de Quinta Normal, vio el humo desde Chicureo, cuando se dirigía al incidente. El alcalde subrogante de la Municipalidad de Pudahuel, Jaime Romero, desde Santiago Centro. 

2 de marzo de 2020

7.20 (6 horas antes de la explosión)

Chef de profesión, amante del ciclismo, un hijo de 11 años. Gabriel Caamaño Pérez, de 36 años, se dirigió por última vez en su bicicleta a las bodegas San Francisco en Puerto Madero 9710, Pudahuel, lugar en donde trabajaba hace dos años para la empresa Explonun. Allí manipulaba químicos para la fabricación de explosivos mineros. 

Explonun pertenece a Enaex, que a su vez es filial de Sigdo Koppers, uno de los grupos económicos más grande del país. La empresa no tiene información pública respecto a qué clientes provee y al ser consultada se negó a dar información, pero Enaex distribuye productos explosivos a distintas minas del país, como Chuquicamata, Radomiro Tomic, Ministro Hales, El Teniente y Mantos Blancos, además de proveer a Brasil, Perú y Australia, convirtiéndolo en el tercer productor de nitrato de amonio más grande del mundo. 

El nitrato de amonio es un compuesto de aspecto similar a la sal gruesa que está presente en diversos productos, como por ejemplo, fertilizantes. Sin embargo, al ser mezclado con petróleo, se obtiene ANFO, un explosivo de alta potencia utilizado especialmente en detonaciones de la industria minera. 

Explonun pertenece a Enaex, que a su vez es filial de Sigdo Koppers, uno de los grupos económicos más grande del país. La empresa no tiene información pública respecto a qué clientes provee y al ser consultada se negó a dar información, pero Enaex distribuye productos explosivos a distintas minas del país, como Chuquicamata, Radomiro Tomic, Ministro Hales, El Teniente y Mantos Blancos, además de proveer a Brasil, Perú y Australia, convirtiéndolo en el tercer productor de nitrato de amonio más grande del mundo.

12.00 (1 hora y 25 minutos antes de la explosión)

Dentro de la instalación había una torre, la cual llamaban “el molino”. Ahí  mezclaban los materiales con los que posteriormente hacían cartuchos para explosivos. Para subir a esta torre, había que ir con elementos de protección, con un arnés para engancharse arriba.  “Antes de colación, mi hermano acordó con sus compañeros que él después de almuerzo iba a subir a la torre para monitorear. A las 13.00 volvieron y mi hermano se fue a preparar para subir ”, cuenta José Caamaño, hermano mayor de Gabriel, quien pudo reconstruir lo que pasó ese día gracias al relato de uno de los testigos.

La autorización para almacenar y manipular materiales explosivos la entrega la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) y los espacios deben ser fiscalizados por Carabineros de Chile y por la Seremi de Salud. Pero en ningún sector de Pudahuel está permitido acopiar material peligroso. 

Imagen del día de la explosión. Crédito: Agencia Uno

Los municipios tienen la responsabilidad de cobrar y otorgar las patentes de bodegaje. Estas tienen que responder al uso de suelo permitido que se especifica en el Plan Regulador Metropolitano y el Plan Regulador Comunal: “(A Explonun) nosotros les contestamos que sólo podían generar actividades de orden administrativo y de carácter inofensivo o molesto, no de carácter peligroso. Con eso, tiempo después la empresa pidió una patente para oficina administrativa y el municipio se la dio”, explicó Jaime Romero, quien era alcalde subrogante de Pudahuel el día del incidente. Una actividad inofensiva o molesta no representa ningún tipo de riesgo para la población.

El Plano Regulador Metropolitano y el Plan Regulador Comunal de Pudahuel son los instrumentos utilizados para normar el desarrollo urbano del territorio. En ambos se señala que las actividades peligrosas no están permitidas, dentro de las cuales se incluye el almacenamiento de productos químicos explosivos, polvóricos y/o inflamables. Tampoco están autorizadas las fábricas de explosivos o municiones. 

13.25 (hora cero)

En la planta baja de la bodega había una máquina que expendía material para que los trabajadores llenaran los cartuchos. De esta salió una chispa que prendió las manos de la persona que la estaba manipulando: Gustavo Salinas Muñoz. Sus compañeros le agradecen la vida, porque en vez de pedirles que le ayudaran a apagar el fuego de sus manos, simplemente les advirtió que escaparan: “Chiquillos, arranquen porque esto va a explotar”. Gustavo fue una de las cuatro víctimas fatales.

Salió una chispa que prendió las manos de la persona que la estaba manipulando: Gustavo Salinas Muñoz. Sus compañeros le agradecen la vida, porque en vez de pedirles que le ayudaran a apagar el fuego de sus manos, simplemente les advirtió que escaparan: “Chiquillos, arranquen porque esto va a explotar”. Gustavo fue una de las cuatro víctimas fatales.

“El muchacho que me relató la historia fue el que le dijo a mi hermano ‘Gabriel, Gabriel, baja porque esto va a explotar’. Tengo entendido que mi hermano lo escuchó porque él alcanzó a hacer dos miradas en eso que corría. Miró y vio que mi hermano estaba tratando de sacarse el arnés, pero estaba enganchado y perdió mucho tiempo. Miró de nuevo y vio que mi hermano iba en la mitad de la escalera bajando. En ese momento sintió la explosión. Toda la infraestructura cayó encima de mi hermano”, señala José Caamaño.  

La autorización para almacenar y manipular materiales químicos para la fabricación de explosivos la entrega la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), organismo que debe velar por el cumplimiento de la Ley de Control de Armas. Dicha institución afirma que no se puede llevar a cabo el proceso sin el permiso municipal correspondiente: “Sin ese documento nosotros no podemos autorizar. Todos los antecedentes que aparecen en el reglamento complementario son necesarios. Si falta uno, no se resuelve la autorización”, señala José Manuel Benítez, jefe del Departamento de Control de armas y explosivos de la DGMN. El problema es que desde la alcaldía aseguraron no haber autorizado a la empresa y ninguna institución demostró la existencia del permiso municipal. A pesar de eso, la DGMN permitió a Explonun realizar actividades peligrosas en la bodega de Puerto Madero 9710. 

“A raíz del accidente acontecido el día 02 de marzo de este año en el centro de bodega San Francisco, la Dirección General de Movilización Nacional (…) informa que la empresa «Obras civiles y Tronaduras EXPLONUN Ltda.», cuenta con los permisos vigentes ante esta Autoridad Nacional para fabricar, almacenar y comercializar el producto químico”, indicó la DGMN en un comunicado en su sitio web.      

Desde la alcaldía aseguraron no haber autorizado a la empresa y ninguna institución demostró la existencia del permiso municipal. A pesar de eso, la DGMN permitió a Explonun realizar actividades peligrosas en la bodega de Puerto Madero 9710.

A pesar de la reglamentación vigente, Bodegas San Francisco, dueños y arrendadores del lugar utilizado por Explonun, permitió que se desarrollaran actividades peligrosas en su recinto. “Bodegas San Francisco debe responder como privado respecto a las relaciones contractuales y el uso que se le da a su infraestructura, porque el permiso de edificación y de suelo lo tiene Bodegas San Francisco”, explicó Jaime Romero, alcalde subrogante de Pudahuel. Al ser consultados por las autorizaciones para funcionar y las fiscalizaciones de los espacios, tanto Explonun como Bodegas San Francisco se negaron a entregar antecedentes argumentando que existe una investigación en curso.

13.26 (un minuto después de la explosión)

El capitán de la 11ª Compañía de Bomberos de Quinta Normal se encontraba en las Bodegas San Francisco cuando ocurrió la explosión. Él fue quien avisó a la compañía. Al mismo tiempo, en las redes sociales comenzaron a circular videos e imágenes de la explosión, los gritos y la nube de humo que se elevaba. 

13.27 (dos minutos después de la explosión)

Salió el primer carro bomba B11 a las Bodegas San Francisco. En el transcurso del día llegaron al lugar más de 27 máquinas como bombas, portaescalas, escalas mecánicas, carros aljibes y vehículos de comandancia, además de once compañías de la Región Metropolitana que fueron a prestar apoyo. 

Imagen del día de la explosión. Crédito: Agencia Uno

Las llamas que se iniciaron en la bodega de Explonun, se propagaron a las bodegas aledañas, las cuales también se prendieron: alcanzaron a cubrir alrededor de 15.000 metros cuadrados, eso es casi dos canchas de fútbol del Estadio Nacional. 

Para este reportaje, se solicitó a través de Ley de Transparencia la nómina de las bodegas que almacenan químicos para la fabricación de explosivos y sus respectivas fiscalizaciones, a todas las municipalidades de las regiones mineras del país -Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Arica y Parinacota y Coquimbo-, y también a los municipios de la Región Metropolitana conocidos por el arriendo de bodegas. Además, se pidió la misma información a diferentes instituciones que forman parte del proceso de acreditación y fiscalización de estas mismas bodegas: Dirección General de Movilización Nacional, Carabineros de Chile y Seremi de Salud.

Las únicas instituciones que entregaron información sobre lo solicitado fueron las municipalidades, de las cuales hubo 16 de 60 que contaban con patentes vigentes vinculadas al almacenamiento y manipulación de explosivos. A los municipios les corresponde otorgar las patentes de este tipo de bodegaje, pero no están a cargo de su fiscalización. También se enviaron seis solicitudes a la Dirección General de Movilización Nacional, pidiendo la nómina de las bodegas autorizadas para almacenar explosivos de uso minero y las respectivas actas de fiscalización. En todas las respuestas se indica que no es posible acceder a lo solicitado, porque la entrega de esta información podría poner en peligro la seguridad nacional. “Entregar esta información sensible para la seguridad, como es la ubicación de polvorines o el material explosivo que se almacena, facilita la comisión de atentados”, explicó Pedro Reveco, jefe de la Sección de Gobierno Transparente de la Dirección General de Movilización Nacional. 

Se enviaron seis solicitudes a la Dirección General de Movilización Nacional, pidiendo la nómina de las bodegas autorizadas para almacenar explosivos de uso minero y las respectivas actas de fiscalización. En todas las respuestas se indica que no es posible acceder a lo solicitado, porque la entrega de esta información podría poner en peligro la seguridad nacional.

La Ley de Control de Armas establece que a Carabineros de Chile le corresponde fiscalizar las bodegas de explosivos. A ellos se les solicitó las actas de fiscalización, a lo que la institución señaló que no era de su competencia dar resolución: “Su requerimiento, al ser parte de antecedentes que están en conocimiento de la Dirección General de Movilización Nacional, y al no ser Carabineros de Chile el órgano correspondiente para dar respuesta, se procederá a derivar la misma a dicho ente”. 

13.30 (cinco minutos después de la explosión)

El alcalde subrogante, Jaime Romero, iba camino a Santiago Centro a una reunión cuando se enteró de la noticia: “La columna de humo se veía desde el poniente de la Región Metropolitana. Era una columna de humo parecida a lo que ocurre en las erupciones volcánicas. Una pluma que se eleva recta hacia arriba, de un aspecto bien tóxico, muy café e incluso grisácea”. 

Imagen del día de la explosión. Crédito: Agencia Uno

A partir de ese momento comenzó a tomar contacto con todas las áreas municipales de gestión de riesgo y social para saber qué ocurría. Se enteraron de que había un incendio en el complejo logístico Bodegas San Francisco, el cual se ubica en la zona rural de Pudahuel. Llegó a su oficina, tomó su equipamiento de emergencia -indumentaria reflectante, casco y antiparras- y se dirigió junto con el resto del equipo hacia el incendio. Allí se reunió con el Director General de la ONEMI, Miguel Muñoz, y con el comandante de la 11ª Compañía de Bomberos de Quinta Normal, José Marín. Además, había distintos mayores del cuerpo de Carabineros de la comuna.

José Marín se encontraba a más de 30 kilómetros del incendio, cerca del sector de Chicureo, desde donde podía visualizar la columna de humo: “Yo me acerqué a la ruta 5 y veía «el hongo», que le decimos los bomberos. Se veía desde casi toda la Región Metropolitana, son incendios de ese nivel de magnitud”. 

José Marín se encontraba a más de 30 kilómetros del incendio, cerca del sector de Chicureo, desde donde podía visualizar la columna de humo: “Yo me acerqué a la ruta 5 y veía «el hongo», que le decimos los bomberos. Se veía desde casi toda la Región Metropolitana, son incendios de ese nivel de magnitud”.

José Caamaño había visto este incendio por las redes sociales desde su trabajo en Vitacura, pero nunca se le pasó por la mente el que su hermano pudiera estar involucrado. “Entonces en eso me llamó mi otro hermano y me dijo: «Tote, estoy preocupado porque hay un incendio y parece que es en el lugar donde trabaja el Gabriel. Dijeron en las noticias que es una empresa en donde hacían explosivos para la minería». Yo, para no preocuparlo, le bajé el perfil a la situación. «Si hubiera pasado algo malo, ya nos hubiéramos enterado»”. 

15.00 (una hora y 35 minutos después de la explosión)

A la hora y media se dio aviso de que había gente desaparecida. El comandante Marín le ordenó al capitán de la 3ª Compañía que estableciera un equipo de rescate rápido y se dedicara solamente a buscar personas. Así, encontraron a los cuatro fallecidos: dos de ellos trabajadores de Explonun y los otros dos empleados de la Cooperativa de Carabineros, quienes se encontraban en la bodega contigua. 

Imagen del día de la explosión. Crédito: Agencia Uno

Cuando la detonación ya estaba en todos los noticieros, llegó el segundo llamado a José Caamaño. Su hermano Gabriel, había sido confirmado como uno de los desaparecidos tras la explosión. “Fue un balde de agua fría. Avisé en la oficina que tenía una emergencia, agarré mi camioneta y no sé cómo volé hacia el Servicio Médico Legal. En eso que iba bajando me hacen otro llamado. Escuchaba en el ambiente los llantos de mi sobrino: «¿Qué le pasó a mi papá?, mi papito»”. 

“Desesperado pedía información como loco. Quizás cómo habré estado que llegó el gallo y me dijo: «Flaco, cálmate, yo voy a entrar a averiguar algo y tratar de comunicarnos con la gente que está en terreno». Ahí me quedé en una sala de espera cuando llegaron como cuatro o cinco personas más, también familiares de las otras víctimas. En eso sale una persona y pregunta: «¿Ustedes son todos familiares del incendio de Pudahuel? La única información que tenemos es que hay cuatro cuerpos. Tres de ellos están con nombre y estos son: (…)». La segunda persona que nombraron fue Gabriel Caamaño Pérez”. 

“Me quedé en una sala de espera cuando llegaron como cuatro o cinco personas más, también familiares de las otras víctimas. En eso sale una persona y pregunta: «¿Ustedes son todos familiares del incendio de Pudahuel? la única información que tenemos es que hay cuatro cuerpos. Tres de ellos están con nombre y estos son: (…)». La segunda persona que nombraron fue Gabriel Caamaño Pérez”

Imagen del día de la explosión. Crédito: Agencia Uno

02.45 (13 horas y 20 minutos después de la explosión)

El carro bomba B11 se devolvió a la estación de la 11ª Compañía de Bomberos de Quinta Normal. 

José Manuel Benítez, jefe del Departamento de Control de Armas y Explosivos de la Dirección General de Movilización Nacional, prefirió no dar antecedentes: “No nos podemos referir a los hechos ocurridos en Pudahuel porque es una situación que está bajo investigación judicial. Entonces cualquier información respecto a esa materia se tiene que hacer a la Fiscalía a cargo de la investigación”. De igual forma, desde la Fiscalía Occidente comunicaron que no podían revelar datos sobre el caso por ser una investigación en curso.

Durante la jornada, la exseremi de Salud, Rosa Oyarce, comunicó que la bodega de la empresa Explonun contaba con la autorización de la Seremi para almacenar materiales peligrosos, pese a que este organismo no tiene ninguna competencia en las autorizaciones. Donde sí tiene injerencia es en su fiscalización. Todas las instalaciones para sustancias peligrosas deben contar con un Plan de Emergencia, cuya aplicación y cumplimiento monitorea la Seremi de Salud. Pero al día siguiente, la información fue rectificada a través de un comunicado en el sitio web de la institución: “Tras la investigación desarrollada por la Seremi de Salud RM, se concluyó que la compañía posee permisos de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) para la fabricación de Plasma desde 2018, en la que esta Autoridad Sanitaria no tiene competencia”. 

Todas las instalaciones para sustancias peligrosas deben contar con un Plan de Emergencia, cuya aplicación y cumplimiento monitorea la Seremi de Salud. Pero al día siguiente, la información fue rectificada a través de un comunicado en el sitio web de la institución: “Tras la investigación desarrollada por la Seremi de Salud RM, se concluyó que la compañía posee permisos de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) para la fabricación de Plasma desde 2018, en la que esta Autoridad Sanitaria no tiene competencia”.

10 de marzo de 2020

Tras nueve días de espera, se logró reconocer a las cuatro víctimas de la explosión en Pudahuel. “Les tuvieron que hacer reconocimiento porque los nombres estaban, pero no sabían quiénes eran específicamente. Yo iba todos los días, ni llamaba, iba nomás, a ver si me podían dar una información extra”, cuenta José Caamaño. Tras el funeral, José recuerda haber visto a muchos compañeros de Gabriel: “Estaban súper afectados. Ninguno quería volver a trabajar”.

*Este reportaje fue realizado en el curso Taller de Periodismo Avanzado, de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en la sección de la profesora Paulette Desormeaux. 

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