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10 de Febrero de 2021

La historia a través de los microcuentos: “Santiago en 100 Palabras” cumple 20 años

Gentileza Plagio

Partió solo como una idea para una revista universitaria en el año 2001, pero hoy es quizás -según el escritor Francisco Ortega- el concurso literario más importante del país. Cientos de miles de textos escritos desde la diversidad de Santiago, que por dos décadas han entregado pequeños pasajes de cómo los capitalinos perciben su ciudad. Junto a Ortega y la directora del concurso, Carmen García, The Clinic hace un viaje por el tiempo y recoge aquí una selección de cuentos destacados, que relatan pedacitos de la historia de la urbe más poblada del país.

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“Íbamos a los buzones de las distintas estaciones de Metro a buscarlos. Nos habilitaban ahí una sala, hacíamos al tiro el conteo de los sobres y los preseleccionadores iban in situ para que les pasáramos sus bolsas de basura” recuerda Carmen García, directora de Fundación Plagio, sobre la primera versión del concurso Santiago en 100 Palabras, en 2001, cuando ella tenía 21 años.

Justamente uno de esos preselccionadores era el escritor Francisco Ortega, en ese entonces de 26. “Me llevaba las bolsas de cuentos en taxi y las tenía que dejar en la pieza de servicio de mi departamento. Era como el Sábado Gigante, puros grupos de papel. Y había que tomarse su tiempo, uno estaba leyéndolos por 15 días. Pero pagaban bien para ser estudiante” bromea hoy el autor de Trilogía de los Césares.

Plagio -fundación que realiza el concurso- había partido un año antes como una revista universitaria y este era solo un proyecto que había nacido “casi por intuición”, dice García. Consiguieron un auspiciador en tiempo récord y la colaboración de Metro, sin pensar mucho a largo plazo. “Esperábamos que llegaran 300, pero llegaron 3 mil. En una época donde casi no existía internet. La gente mandaba los cuentos por mixmail, casillas, por correo, o incluso los iban a dejar en buzones. Era un esfuerzo noble” relata la socióloga y gestora cultural.

Veinte años más tarde, la iniciativa -que se ha ido adaptando a las nuevas tecnologías- se realiza en una quincena de ciudades, repartidas entre regiones, América y Europa. El año pasado, en su versión de Santiago, se recibieron más de 72 mil cuentos. El concurso se ha transformado ya en un ícono de la capital, que permite a los habitantes de esta segregada ciudad, reencontrarse a través de la literatura, aunque sean en breves relatos de apenas 100 palabras.

Carmen García, Directora Ejecutiva de Fundación Plagio. Foto: www.plagio.cl

“SE LEÍA DESGASTE”

La Revolución de los Pingüinos, la muerte de Michael Jackson, el terremoto del 2010, la discusión del aborto en tres causales o el estallido social han sido solo algunos de los hitos que han impactado en la agenda y por lo tanto en el devenir de los santiaguinos.

– Evidentemente el concurso ha sido una ventana de expresión ciudadana súper importante, pero también una forma de tomar el pulso imaginario que tienen los habitantes sobre su propia ciudad. Aunque sean historias mínimas, nos van mostrando cómo son estos fragmentos de cada realidad- dice García.

Por supuesto, la actual dinámica de revisión de los cuentos no es tan complicada como la década pasada, ya que más del 90% de las personas que escriben cuentos lo hacen a través de la plataforma online. “En papel es sobre todo la participación de colegios, que nosotros valoramos mucho y que lamentablemente disminuyó con la pandemia, por razones obvias” añade. Pero requiere tiempo: cada preseleccionador lee alrededor de 2 mil cuentos, de los que se entrega un porcentaje a los jurados.

“Los que más llegan son a categoría general y después las de niños y adultos mayores” explica Ortega, quien ha sido jurado de la competencia varias veces y es considerado “escritor amigo” del proyecto. “Leo todos y voy haciendo barridas según los que me van gustando. Después en una reunión super larga con el resto del jurado los leemos en voz alta y así vamos eligiendo. En general coincidimos con los finalistas, pero es entretenido como se va moviendo la balanza para elegir a los ganadores”.

García dice que es muy bonito ver en las páginas de los libros de mejores cuentos “a una niña de Puente Alto al lado de una señora de 60 de Las Condes y como te van iluminando esas realidades distintas”. Gracias a esos relatos, dice, puedes conocer mejor al otro, y también verlos como un relato ciudadano de una época. “Por ejemplo, el malestar que se venía insinuando antes del estallido”.

Coincide Ortega: “Si tu revisas los de 2017 en adelante, por lo menos en los cuentos ganadores, había mucha rabia, una sensación de algo como apretado, como una olla a presión”.

LA PLUMA DEL MICROCUENTO

– Yo creo que todos los años son mejores los cuentos, por lo menos los seleccionados. Hay cada vez más riesgos: autores que se atreven a escribir un cuento en 3 líneas, o en 50 palabras y otros que llegan justo al límite- reflexiona el escritor.

Algo que ha pasado con el fenómeno de las 100 palabras es que muchos cuentos intentan repetir fórmulas, de escribir en el mismo estilo que los ganadores de versiones anteriores. Lo que no beneficia mucho el resultado, dice García, porque “el cuento original es el que destaca por sobre el resto de manera bastante notoria”.

“Siempre hay entre uno y tres cuentos que brillan y te das cuenta altiro. Porque hay muchos bien escritos, pero que son anécdotas no más, no son cuentos ni relatos” explica Ortega y rescata algo importante: el último tiempo las categorías talento infantil y joven (menores de 12 y 18, respectivamente) están sacando muy buenos cuentos.

García relata que cuando partieron, el género del microcuento “se veía como el hermano chico de la literatura, se miraba más a huevo”, pero que hoy en día la mayor parte de la gente sabe que escribir un relato breve es un desafío importante que requiere mucha capacidad de síntesis y de “creatividad por mil”.

“Cada vez se maneja más la idea, entendiendo que un cuento es distinto de una idea o un poema” agrega Ortega, quien además de participar como jurado, ha colaborado con Plagio haciendo cápsulas en video explicando algunas de estas cosas.

Taller de escritura dictado por Francisco Ortega

“La gente todavía le cree a Santiago En 100 Palabras, porque en el minuto en que la gente deja de participar, el proyecto deja de existir. El hecho de que todavía nos legitimen como una plataforma de expresión o creación, es invaluable y muy sagrado y es algo que hay que cuidar” reflexiona Carmen García, quien también aprovechó de agradecer a BHP Escondida, que ha permitido darle continuidad al concurso por todos estos años.

Para este cumpleaños de las dos décadas Plagio ya se hicieron algunas actividades, como un matinal en que Leo Caprile hizo un recorrido por la historia. Y también organizaron una conversación de Alejandro Zambra con la escritora mexicana Margo Glantz, ambos componentes del jurado para la versión de este año. “La pandemia ha normalizado el trabajo por zoom, a distancia, y gracias a eso tenemos la posibilidad de tener a Margo, que es de lo mejor de la literatura latinoamericana”.

Pero quizás la gran novedad del 2021 es que habrá un premio especial al mejor “relato del futuro”. “Una invitación difícil en estos tiempos de incertidumbre, pero nos parece súper necesario hacerlo y dialogar sobre lo que imaginamos del futuro de la ciudad” agrega García.

REENCUENTRO URBANO

“Si seguimos encerrados otros años, esta es una manera de salir. Seguir contando cuentos es una manera de viajar a cualquier parte sin movernos y eso es bonito” dice Ortega sobre lo que se comentó en la sesión de jurados del año pasado. En plena cuarentena, con todos encerrados “era como estar de nuevo en la ciudad viva y eso es super respetable de Santiago en 100 Palabras”.

El escritor considera que este concurso literario -dejando fuera los del Consejo de la Cultura y el Premio Santiago que son a nivel de escritores- es el más importante de Chile a nivel masivo y popular. “Y no solo el de Santiago, sino que con todas sus ramificaciones. Está haciendo una pega súper fuerte en la difusión de la literatura a nivel de una campaña de gobierno de fomento a la lectura y la escritura” argumenta.

– Todos tenemos algo que decir respecto al lugar donde vivimos. Y el concurso es una plataforma que legitima todas estas experiencias y percepciones de Santiago. (…) Eso es uno de los grandes temas en una ciudad tan segregada como la nuestra, que no muestra la diferencia, que no se ve, porque la gente con plata se va a la cota mil mientras el resto se queda en el poniente. Estamos totalmente divididos y este es un lugar que busca lo contrario, encontrarnos. Eso es lo que se ha hecho con el concurso durante todos estos años.

Revisa otros cuentos destacados en estos 20 años de Santiago En 100 Palabras a continuación:

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