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8 de Marzo de 2021

Macarena Ponce de León, historiadora: “Debemos relevar las mujeres chilenas como un actor histórico importante y significativo”

La directora del Museo Histórico Nacional analiza el rol de las mujeres en la academia y en la sociedad; y advierte que hoy se debe empezar a hacer nuevas preguntas. “La discusión ha estado muy centrada en el tema de la igualdad respecto a los hombres… ¿Por qué no respecto de lo que son las mujeres?”.

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Macarena Ponce de León (51) se dice “cada vez más apasionada” por lo que hace. “No hay conocimiento si no hay motivación”, considera la historiadora, quien asumió hace dos años la dirección del Museo Histórico Nacional en un escenario marcado por constantes cierres y reaperturas.

“Creo que en la vida uno debe tener grandes pasiones, hay que tener una gran pregunta que responder”, afirma.

-¿Y cuál sería tuya?

-No te pienso decir (se ríe).  

La también académica de la Universidad Católica se ríe a menudo. Le encanta hacer bromas y advierte que no aceptará que esta entrevista salga publicada a menos que vaya acompañada de una fotografía que le guste. También se divierte contestando las preguntas. No aborda un tema sin antes chequear los datos, sin estar segura de que la cifra o año que entrega son los correctos. “Soy matea, sé que puede sonar fome, pero es algo que para mí ha sido positivo”, insiste antes de retomar la conversación. 

-Chile ha sido destacado en el extranjero en los últimos años por el movimiento de las mujeres. Las Tesis y la masiva movilización del 8 de marzo en 2020 son ejemplos de ello. ¿Cómo evalúas el rol de las mujeres y su situación hoy? 

-Me parece muy destacable el valor de la dimensión performativa que ha tenido en Chile Las Tesis y también el movimiento MeToo para visibilizar cuáles son las consecuencias actuales de las diferencias de género en la sociedad. Somos herederas de al menos dos factores históricos. Por un lado, por el solo hecho de ser mujeres, tenemos una larga historia de legitimación en diferentes ámbitos. Por otro, hay consensos acerca de los abusos de poder insertos en las relaciones sociales.

Y continúa: “Pero creo que la discusión ha estado muy centrada en el tema de la igualdad respecto a los hombres, y no tanto en cuanto a las singularidades de las propias mujeres. ¿Por qué no respecto de lo que son las mujeres? ¿Por qué no damos vuelta el argumento y trabajamos sobre lo que sí somos, que no tiene por qué ser igual a los hombres? El valor de la singularidad de las mujeres, de la forma de pensar, de enfrentar los problemas, de lo creativa que son no está tan presente en el debate”. 

Es paradójico. Me parece que hemos conquistado una larga lista de derechos en el espacio público, pero que hemos perdido o no hemos avanzado al mismo ritmo en el espacio privado. La reflexión sobre los roles al interior de los hogares ha avanzado mucho menos que en el ámbito de la política. Y hoy muchos de los cambios que queremos las mujeres tienen que ver con esto”. 

-En ese sentido, ¿dirías que en las últimas décadas las mujeres hemos ganado o perdido más? ¿Qué temas consideras que siguen pendientes? 

-Yo creo que hemos ganado, pero que hay temas pendientes. En 1930 las mujeres formaban el 20,2% de la población económicamente activa, en los 2000 ese porcentaje alcanzó el 41%; las mujeres están insertas en política, no todo lo que quisiéramos, pero se legisló acerca de una ley de cuotas y es inédito que la Convención Constituyente sea paritaria. Pero uno debiera hacer un análisis crítico de esos datos y darse cuenta de que la pregunta no es solamente “cuántas” sino “dónde” están esas mujeres. Y en general están en la base de la pirámide. En este museo, que se formó 1911, de los 15 directores, sólo 5 son mujeres. Más interesante aún, hay mujeres sólo desde 1993.

Habla entonces de la situación de las historiadoras: “En Historia, la mitad de los estudiantes son mujeres. Pero en la carrera académica el número de profesoras es más o menos un tercio. Peor aún: es bien dramática la situación en el campo docente universitario, porque a medida que uno sube en la jerarquía académica faltan mujeres”. 

-Todo eso se refiere al espacio público. ¿Qué pasa con el ámbito privado?

-Es paradójico. Me parece que hemos conquistado una larga lista de derechos en el espacio público, pero que hemos perdido o no hemos avanzado al mismo ritmo en el espacio privado. La reflexión sobre los roles al interior de los hogares ha avanzado mucho menos que en el ámbito de la política. Y hoy muchos de los cambios que queremos las mujeres tienen que ver con esto. 

-Muchas historiadoras feministas han hecho énfasis en que las mujeres han realizado una importante labor en el desarrollo político, científico, social y económico que la historia, tradicionalmente escrita por los hombres, ha invisibilizado. ¿Cómo ves esta situación específica en Chile? ¿Cómo puede mejorar? 

-Es un debate permanente. La historia ha sido un campo de historiadores durante todo su primer desarrollo intelectual y profesional. Pero hoy es una profesión o disciplina que se ha feminizado. A la vez ha habido una gran renovación de la historia social, política y cultural donde las mujeres entran con mucha fuerza con nuevas temáticas. Es curioso: se ve que las mujeres estudian temas considerados “de hombres”, en cambio al revés ha sido menos frecuente cruzar esa frontera.

-Como que un hombre que estudie la historia desde el feminismo…

-Claro, los hombres la han cruzado menos y las mujeres sí se han hecho las mismas preguntas que ellos. 

-Recién en 2018 una mujer, Sol Serrano, obtuvo el Premio Nacional de Historia. ¿Cree que exista todavía una diferencia en la valoración hacia los académicos hombres y las mujeres? 

-Sí la hubo, pero hoy ocurre cada vez menos. Hoy sería impensable que un hombre declarara abiertamente algún tipo de diferencia o menosprecio por el trabajo de una mujer por el solo hecho de ser mujer. Además, la disciplina se ha sido especializando y estandarizando, hay ciertos criterios bastante compartidos sobre los cuáles evaluar la producción científica de un hombre y la de una mujer.

-¿Cómo hacer para que el papel de la mujer y su actividad creadora se ponga de relieve en los museos, bibliotecas, etc.? 

En el Museo Histórico Nacional tenemos una deuda pendiente con las mujeres: debemos relevar las mujeres chilenas como un actor histórico importante y significativo y no seguir contando todo lo que ellas no fueron. Eso significa tratar de incorporarlas en la comprensión de lo que fue el pasado. Pero no desde la mirada actual, porque uno no puede juzgar el pasado con criterios del presente. Es delicado, pero la narrativa de este museo y, en general, de las mujeres tiene que cambiar a favor de la diversidad cultural y de la de género. 

-Finalmente, ¿cómo ves el futuro para las académicas y las historiadoras?

– Positivo. Este es un tiempo de mujeres.

*Lee más entrevistas de nuestro Especial 8M.


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