Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Reportajes

13 de Marzo de 2021

Una crónica en Koz-Koz: el trawün mapuche para debatir sus ideas y escaños en la Constituyente

Foto: Erick Valenzuela

Dialogar sobre los mecanismos para cambiar las bases de la institucionalidad, insertar la importancia que tiene el concepto plurinacional como base en el reconocimiento de los pueblos originarios, las implicancias de un eventual reconocimiento constitucional y una propuesta para modificar el modelo económico. Estos temas fueron tratados en el encuentro al que llegaron trece de los cuarenta inscritos para hacer uso de los escaños reservados.

Por

En febrero de 2007, un sector del pueblo mapuche volvió a conmemorar el Parlamento de Koz-Koz en el mismo lugar que cien años antes, un 18 de enero de 1907, sus liderazgos se reunieron a dos décadas de la arremetida final del Ejército chileno. Jorge Weke, uno de los gestores de este encuentro, ha sido el impulsor de conmemorar la fecha como un hito de la historia política del pueblo mapuche. Ante las nuevas las elecciones, que por primera vez contará con representantes de las Primeras Naciones, los liderazgos que representan la “vía política” del pueblo mapuche a la autonomía se reunieron el pasado 22 de febrero, acordando algunos puntos estratégicos ante las próximas elecciones.

El largo camino a un reconocimiento constitucional

Escribió el periodista Aurelio Díaz en 1907: “Luego de la tregua definitiva –en alusión al encuentro entre longkos y el general Cornelio Saavedra en 1864– retirados a sus bosques, a esos espléndidos bosques que infiltran en el ánimo un terror sagrado, vivieron en paz, hasta que las codicias de comerciantes, aventureros y leguleyos han traspasado los lindes de sus tierras para disputárselas volvieron los mapuche a reunirse para tratar los asuntos de la tierra (p 197)”.

Créditos: Fernando Pairican

El 22 de febrero pasado, ciento catorce años después de ese escrito, a las diez de la mañana comenzaron a llegar a la pampa de Koz-Koz -a pocos kilómetros de Panguipulli- las comitivas de representantes del pueblo mapuche para someter a discusión las propuestas que cada constituyente a escaños reservados llevará para representar al pueblo mapuche de salir escogidos por sufragio universal. El propósito era “proponer, debatir y concordar contenidos desde nuestra visión de nuestro pueblo mapuche, así como estrategias políticas en este contexto”. 

Dialogar sobre los mecanismos para cambiar las bases de la institucionalidad, insertar la importancia que tiene el concepto plurinacional como base en el reconocimiento de los pueblos originarios, las implicancias y alcances de un eventual reconocimiento constitucional y una propuesta para modificar el modelo económico. Todos estos temas fueron tratados en el trawün (encuentro) al que llegaron trece de los cuarenta inscritos para hacer uso de los escaños reservados.

La controversia: plurinacionalidad

En los días previos al encuentro de Koz-Koz, el Wallmapu –el territorio que abarca en la percepción mapuche desde el río Bío Bío hasta el estrecho Reloncaví– se hallaba bajo la presencia de fuerzas de Carabineros por los hechos de violencia política desarrolladas por la Coordinadora Arauco Malleco, la Resistencia Territorial Lafkenche, Weichan Aukan Mapu y La Resistencia Mapuche Malleco, los exponentes del movimiento rupturista a la Autodeterminación.

Ya en octubre del 2019, la CAM expreso su punto de vista ante los escaños reservados y la Plurinacionalidad en un panfleto dejado por el Órgano de Resistencia Territorial Wenteche: “Ni escaños reservados ni plurinacionalidad. Avanzamos hacia la Liberación Nacional Mapuche”. Aspecto similar expresaron luego las otras organizaciones políticas de la vía rupturista las que, desde fines de enero, incendiaron camiones forestales, cabañas de turismo y casas de agricultores. La respuesta del gobierno fue amenazar con envío de fuerzas policiales; y las voces más exaltadas solicitaron la presencia del Fuerzas Armadas para poner fin a lo que llamaron la escalada de terrorismo rural. 

Al interior de la “vía política” hacia la Autodeterminación, la controversia en relación con la Plurinacionalidad no está tampoco ausente. La abogada Carmen Caifil planteó en Koz-Koz que el concepto de Plurinacionalidad no es algo relevante: las experiencias internacionales no mostraban un desarrollo integral para los pueblos originarios. Los ejemplos de Bolivia y Ecuador demostrarían ello. Su propuesta es que los territorios liderados por sus longko sean los creadores de los conceptos políticos y de ese modo formar un nuevo tipo de movimiento mapuche. Como constituyente prometió trabajar en el reconocimiento de los derechos colectivos en la nueva Constitución. Marcar fronteras geográficas para ejercer un control significativo sobre las formas de vida del pueblo mapuche. Forjar normas de convivencia mínima que permitan una coexistencia e interacción armoniosa entre los pueblos en base a la territorialidad sintetizada en el concepto de MAPU, que debería gozar de un estatuto especial de protección bajo la nueva Constitución. Como estos territorios han sido dañados por las empresas, destacando en específico la contaminación desarrollada por la Celulosa Arauco y Constitución, Caifil planteó el derecho a la reparación. 

En un sentido parecido se expresó Vanessa Huaquimilla, para quien la Plurinacionalidad no sería la formula que permitirá el desarrollo del pueblo mapuche. Son los mismos territorios los que deberían formar la nueva institucionalidad, una vez logrado el reconocimiento constitucional. A su juicio, los derechos internacionales permiten ese proceso y prometió que sería una de las tareas si llegase a ser elegida.

Créditos: Fernando Pairican

Natividad Llanquileo sostuvo que el reconocimiento a los pueblos pre-existentes debía ser una de las tareas a luchar en la nueva Constitución. Para ella, la Plurinacionalidad democratiza y reconoce a los pueblos originarios negados desde la formación original del Estado. La nueva Constitución, a su juicio, debería expresar ese concepto para dar cuenta de la diversidad considerando el derecho a la libre determinación.   

Uno de los líderes emblemáticos del movimiento mapuche, Galvarino Reiman, tampoco compartió la óptica de la Plurinacionalidad. Planteó sus dudas a ese término, mientras su wiño apegado con fuerza a la tierra marcaba su énfasis al sostener que la Autodeterminación era el camino para la liberación del Wallmapu. En ese momento, un fuerte maulen (viento con torbellino) se posó sobre el techo de paja del lugar dispuesto para el encuentro y se llevó parte de éste. Alguien gritó “¡que tienes fuerza Galvarino!” pero otros y otras lo tomaron en forma contraria: el consenso era el camino de la Plurinacionalidad. 

Introfil Mongeñ: Buen Vivir

Mientras exponía Huaquimilla, llegó la delegación de la Machi Francisca Linconao. Su figura se abrió camino sin titubear mientras subía hacia la pampa de Koz-Koz. Fue una de las Autoridades Tradicionales (como denomina el pueblo mapuche a Longko, Machi, Negpin) que más atrajo la atención. Habló en Mapuzungun, mientras su dedo índice derecho reafirmaba su postura política golpeando la mesa para enfatizar en lo que tal vez fue el consenso de los candidatos a escaños reservados: la protección del territorio y el medio ambiente para las futuras generaciones de mapuche. 

“Primeramente me enfocaría por la tierra: la recuperación de la tierra, el agua, el cerro hay que cuidarlo, menoko hay que cuidarlo sino lo cuidamos si viene un wiki a votar todos los árboles medicinales, ¿si nosotros los mapuche no hablamos? ¿Cómo nos va ayudar el cerro? ¿la mapu? Todo eso hay que defenderlo y recuperar la tierra y las aguas que tiene el Estado. Y eso hay que escribirlo en la nueva Constitución”, dijo. La nueva Constitución, agregó, debe consagrar primero “el derecho a la tierra y el agua”. 

Aspecto similar planteó Ana Llao. Su voz se amplificó gracias al eco en la pampa de Koz-Koz: “Como en otros momentos históricos, los mapuche vuelven a encontrarse para pensar en el futuro”. Recordó que la lucha por una nueva Constitución era planteada por Ad Mapu desde la década de los 80 y también el reconocimiento constitucional. El futuro, dijo, será una constitución Plurinacional y descentralizada. “Será el comienzo de la reparación de los daños históricos”; y para ello declarar la naturaleza como un sujeto de derecho sería una de las tareas fundamentales en la redacción de una nueva Constitución. 

La académica Elisa Loncon señaló que comparte el camino de la “Plurinacionalidad intercultural como reconocimiento de la Autodeterminación”, lo que significa la devolución del territorio. Una Constitución Plurinacional, en su óptica, sería un avance en los derechos colectivos del pueblo mapuche para poner fin a la negación identitaria y al extractivismo económico sobre el territorio. Su propuesta es retomar el Az Mapu que une la lucha por la tierra, la identidad y la lengua. Al hacerlo se garantizaría el Küme Mongen; es decir, el Buen Vivir que surge junto al equilibrio de género. Lo llamó zomo newen-zomo kimün, destacando la contribución de lo femenino como fuerza del pueblo mapuche.

En ese momento dio la palabra a Askadi, como denomina a su dupla, el académico Claudio Álvarado Lincopi, quien destacó la importancia a nivel histórico de Koz-Koz. También la señal de unidad que daban los representantes a escaños reservados para consensuar una agenda para el futuro constituyente del pueblo mapuche. Para esta dupla a escaños reservados, la solución es política, pasa por formar nuevos vínculos entre pueblos y establecer nuevos modelos de coexistencia. La Plurinacionalidad permitiría ello.

Para Ingrid Conejeros, profesora mapuche, la reconstrucción del pueblo mapuche se suscribe a ngürekafe; es decir, hilvanar una red de relaciones simbólicas y políticas del pueblo mapuche que deben protegerse en una nueva Constitución. Pero ellas se “intersectan” con las del pueblo chileno ante un modelo avasallador. Su protección, afirmó, se logrará con una nueva constitución que se oponga al extractivismo económico y profundice en relación con la libre determinación. También compartió la óptica de la Plurinacionalidad: permitía cruzar el reconocimiento hacia nuevas políticas en el ámbito jurídico a través de la formulación de leyes propias para las comunidades y los territorios.

Desde Trapa Trapa, en Alto Bío Bío, Gabriel Kürrumañ, hablante de mapunzugun al igual que Elisa Loncon y Francisca Linconao, sostuvo que el idioma mapuche era fundamental para una nueva Constitución, poner fin a la pobreza en la cual vive el pueblo mapuche e impulsar la reconstrucción de su territorio. Desde su punto de vista, la Plurinacionalidad debe ser garante de los derechos a la libre determinación que permita el ejercicio de la Autonomía y el Control Territorial. Dijo que la nueva Constitución debe redactarse en torno a los derechos ya suscritos por el pueblo mapuche; y debe expresar la diversidad de vidas y comunidades territoriales. 

El desafío: lograr una votación histórica

Adolfo Millabur ha señalado que la Plurinacionalidad en una perspectiva intercultural es un horizonte político que permitiría el desarrollo del Buen Vivir. Compartiendo las posiciones a favor y divergentes que todo pueblo tiene, destacó que la nueva Constitución debe garantizar los derechos colectivos como pueblo mapuche. Y puso al debate un aspecto clave del momento político: la necesidad que los mapuche voten por escaños reservados en las elecciones y que quienes triunfen se pongan de acuerdo en puntos de consenso para escribir la nueva Constitución, sin perder “el espíritu fraterno como peñi y lamgen”. 

Créditos: Fernando Pairican

En efecto, un millón trecientos mil son las personas habilitadas para votar por los escaños reservados. ¿Qué sucedería si vota un porcentaje bajo por los mapuche? Sería un retroceso para la hegemonía política del pueblo mapuche considerando que son 39 los inscritos para siete cupos que serán por primera vez parte de la redacción de una Constitución política.

Existen consensos y divergencias. El 27 de febrero, la Coordinadora Arauco-Malleco invitó a distintas comunidades para debatir sobre el proceso político del pueblo mapuche. Fue en el fundo Los Pastales en Chol-Chol, que lleva adelante un proceso de Control Territorial por la comunidad Renaco-Pastales. Plantearon que la resistencia y las diversas tácticas de autodefensa serían el camino futuro, e hicieron un llamado a continuar con las recuperaciones de tierras en base al control territorial en la lucha “concreta para avanzar en nuestros derechos fundamentales de territorio y autonomía, sentando las bases para la reconstrucción y liberación nacional mapuche”.

Para el sector rupturista a la Autodeterminación, si el pueblo mapuche no vota en los escaños reservados demostraría la poca adhesión que esa línea política representa, autoafirmando que la resistencia territorial y el uso de la violencia política como instrumento son el camino a la liberación del pueblo mapuche. A la inversa, como sostuvo Jorge Weke, Werken de Koz-Koz, es importante conciliar posturas como pueblo pre existente mapuche, constituir los derechos a la tierra, el agua y los derechos a la naturaleza. Fijar un camino común y acordar posturas para un proyecto como pueblo mapuche. Y la nueva Constitución debería garantizar la participación mapuche. 

En Koz-Koz, el derecho sobre el territorio ancestral fue subrayado como “inalienable e irrenunciable”. También el rechazo al sistema político vigente, según los constituyentes, “fundado en el extractivismo y saqueo de nuestra Mapu”. Ante ese contexto, dijeron: “Respetando la plena libertad de los procesos territoriales en el ejercicio de autonomías no institucionalistas del actual Estado chileno, afirmamos la necesidad de refundar el Estado chileno desde sus bases, creando un nuevo Estado democrático, plurinacional e intercultural, descentralizado política y administrativamente, y cuyo desarrollo ponga en el centro el respeto por los derechos de la naturaleza -itrofil mogen- y la dignidad de la persona humana”.

*Doctor en Historia, posdoctorante del Centro de Estudios Interculturales Indígenas (CIIR) y Académico de la Universidad de Santiago.

Notas relacionadas

Deja tu comentario