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Opinión

1 de Abril de 2021

Columna de Genaro Cuadros: Nueva crisis urbana, la trampa de la urgencia y del mercado

Debemos planificar la ciudad al mismo tiempo que proveemos de un techo a cada familia de forma integrada; debemos reforzar el rol del Estado en las garantías urbanas y de vivienda adecuada, debemos incorporar a las familias y sus comunidades en las decisiones y diseño de las políticas, los programas y sus proyectos.

Genaro Cuadros
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El aumento explosivo de familias en campamentos reportados por la Fundación Techo llega a 81.643 en todo Chile. Ello nos enfrenta a una crisis urbana de proporciones. Allí donde esta situación adquiere una dimensión crítica es en las grandes áreas metropolitanas como Valparaíso con un aumento sobre el 100% y en Santiago sobre el 200%. En regiones endémicas como la Araucanía se alcanza el máximo aumento sobre 300%; y en regiones fronteras como Arica-Parinacota el 200% y Tarapacá sobre el 100%. Es evidente la urgencia de actuar.

Tanto en regiones como en Valparaíso y Santiago, nos encontramos con áreas metropolitanas donde el alto costo del suelo urbano y una política de suelo pasiva se arrastran por décadas. Situaciones de pobreza endémica, crisis territoriales e inmensos flujos migratorios que presionan la frontera, en un país acostumbrado a estar aislado, configuran en parte los bordes de esta crisis. 

Pero hay otras variables de análisis: La incorporación de nuestras ciudades a la economía global trae aparejado altos costos de la vivienda producto de los altos costos del valor del suelo. Además, la pandemia agudizó muchos de los fenómenos como la expulsión de arrendatarios y allegados, altos precios de arriendo, informalización del arriendo, hacinamiento en los hogares, falta de cobertura de servicios, problemas de accesibilidad adecuada, y nuevas familias que demandan una vida digna -como les corresponde- sin importar de donde vengan.

Tanto en regiones como en Valparaíso y Santiago, nos encontramos con áreas metropolitanas donde el alto costo del suelo urbano y una política de suelo pasiva se arrastran por décadas. Situaciones de pobreza endémica, crisis territoriales e inmensos flujos migratorios que presionan la frontera, en un país acostumbrado a estar aislado, configuran en parte los bordes de esta crisis”. 

Debemos planificar la ciudad al mismo tiempo que proveemos de un techo a cada familia de forma integrada; debemos reforzar el rol del Estado en las garantías urbanas y de vivienda adecuada, debemos incorporar a las familias y sus comunidades en las decisiones y diseño de las políticas, los programas y sus proyectos. 

Urge diseñar una política de suelo robusta, transparente y proactiva, que permita proveer viviendas adecuadas en el largo plazo. No sólo en la urgencia de esta crisis, no sólo en propiedad, no sólo en la periferia, no sólo en suelo público, no sólo de construcción privada, no sólo donde se pueda, sino, también proyectando la ciudad y la sociedad que deseamos.

Se impone un rápido rediseño de las políticas públicas orientadas hoy a un déficit estable y menguante. Sin embargo, se requiere de un esfuerzo distinto para abordar este nuevo escenario, que no sólo se haga cargo de los aspectos cuantitativos sino también de los cualitativos. El debate constituyente debe hacerse cargo del “derecho a la ciudad y vivienda adecuada” para que el oportunismo y el lucro no se instale nuevamente en las políticas de ciudad. 

Urge diseñar una política de suelo robusta, transparente y proactiva, que permita proveer viviendas adecuadas en el largo plazo. No sólo en la urgencia de esta crisis, no sólo en propiedad, no sólo en la periferia, no sólo en suelo público, no sólo de construcción privada, no sólo donde se pueda, sino, también proyectando la ciudad y la sociedad que deseamos”.

Todas éstas son una clara señal del fin de un ciclo de políticas de vivienda de mercado, sin planificación urbana, que proveía viviendas en propiedad de bajos estándares en suelo mal localizado, y sin bienes públicos fundamentales para el buen desarrollo de nuestras vidas y una convivencia urbana digna. Sería lamentable caer en la trampa de la urgencia, y olvidar como fue que llegamos a muchos de estos problemas que nos tienen en una nueva crisis urbana. 

*Genaro Cuadros es arquitecto y urbanista. Universidad Academia de Humanismo Cristiano

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