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Ciencia

30 de Marzo de 2022

Telescopio Hubble obtiene primera imagen de Eärendel, la estrella más lejana jamás observada

Foto: NASA

La estrella tomó su nombre del poema “El viaje de Eärendel, la estrella vespertina”, escrito por J.R.R. Tolkien, autor de “El señor de los anillos”.

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El telecopio espacial Hubble logró captar por primera vez a Eärendel, la estrella más lejana jamás observada. El astro está ubicado a unos 12.900 millones de años luz de la Tierra.

La NASA difundió la primera imagen, donde apenas se puede apreciar como un puntito de tres píxeles. Sin embargo, se trata de la estrella más lejana y antigua de la que se tengan registro.

Eärendel ya no existe. Fue formada cuando el universo aún era muy joven y explotó hace millones de años luz. Sin embargo, su luz fue tan potente que aún es visible.

Previamente, el récord de la estrella más lejana lo ostentaba Ícaro, descubierta en 2018 y que se encuentra ubicada a 9.000 millones de años luz.

Los aportes a la ciencia de la estrella más lejana descubierta por Hubble

El hallazgo publicado por Nature fue obra de un equipo internacional liderado por Brian Welch de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU) y el equipo Space Telescope Science Institute (STScI).

“Hasta la fecha habíamos visto solo estrellas recientes, nunca una tan antigua como esta”, explicó a EFE el investigador José María Diego, uno de los realizadores del estudio. De acuerdo a sus cálculos, la estrella existió durante los primeros mil millones de años tras el Big Bang.

El investigador del Instituto de Física de Cantabria (IFCA, CSIC-UC) destacó la importancia del descubrimiento para entender la evolución de las estrellas y cómo se formaron las primeras.

También ayudó a profundizar en la etapa de reionización del universo. En este período, circulaban electrones libres, pero no se sabe muy bien qué fuentes de energía provocaron ese proceso.

Eärendel será “una ventana a una era del universo con la que no estamos familiarizados, pero que condujo a todo lo que conocemos. Es como si hubiéramos estado leyendo un libro interesante, pero comenzamos en el segundo capítulo. Ahora tenemos la oportunidad de ver cómo empezó todo”, subraya Welch, investigador principal del hallazgo.

El origen de Eärendel

La estrella toma su nombre del poema “El viaje de Eärendel, la estrella vespertina”, escrito en 1914 por J.R.R. Tolkien, autor de “El señor de los anillos”.

De acuerdo a los científicos, este astro se encuentra en una galaxia que han llamado Sunrise Arc. El equipo estima que tendría, al menos, 50 veces la masa del Sol y es mucho más brillante.

Sin embargo, habrá que esperar a que el telescopio espacial Webb esté totalmente operativo para determinar con exactitud su masa, tamaño, temperatura y radio. También permitirá determinar si corresponde a una estrella de primera o segunda generación.

José María Diego explica que las de primera generación son las más cercanas al inicio del Big Bang. Estas solo estaban formadas por hidrógeno y helio. Junto con un poco de litio, eran los únicos elementos que había en el universo. Por otro lado, las de segunda generación contienen pequeñas cantidades de otros elementos químicos.

El milagro de la “lente gravitatoria”

Hasta 2018, cuando se detectó Ícaro, nadie había pensado en buscar este tipo de estrellas, que son muy difíciles de reconocer. “Son simplemente un punto de luz, sin ninguna forma”, detalla Diego.

De hecho, Hubble se diseñó para ver galaxias a la distancia que está Eärendel, pero no para estudiar una única estrella. “Hace tres años era ciencia ficción, nadie se lo hubiera creído”, puntualiza el científico.

Sin embargo, fue posible gracias a “algo que nos regala la naturaleza”, un fenómeno llamado lente gravitatoria, cuyo efecto es como hacer el Hubble 70 veces más grande. “No hay telescopio en la Tierra que sea tan grande; es una combinación única”, subraya.

Una lente gravitatoria es una concentración de materia muy grande, en este caso un cúmulo de galaxias tan masivo que curva el espacio a su alrededor. Al pasar por esa zona, la luz se curva y actúa como una lente.

Al mirar a través de esa lente gravitatoria, el Hubble amplifica lo que ve detrás y, en zonas muy pequeñas, esa ampliación puede ser “muy muy alta”. Eärendel está justo en una de ellas, señala Diego.

La combinación entre la lente gravitatoria y Hubble, el telescopio que lleva casi 32 años proporcionado innumerables conocimientos científicos, ha hecho posible detectar esta estrella tan lejana.

Por el momento, Eärendel es solo un punto de tres píxeles. No obstante, “es increíble la cantidad de información que se puede obtener de un solo puntito”, destaca Diego.

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