Tips para que el cambio de hora no te afecte toda una semana: somnolencia y falta de atención son los mayores problemas

Este sábado 1 de abril los relojes se debieron retroceder una hora para dar inicio al horario de invierno, con excepción de la región de Magallanes y la Antártica Chilena. El cambio puede llevar a que esta semana sea para muchos más difícil de llevar, por eventuales problemas de somnolencia.

En ese sentido el director del Centro de Estudios en Neurociencia Humana y Neuropsicología de la Universidad Diego Portales (UDP), Francisco Parada, señaló que dependiendo de la persona, este puede tener un efecto de rápida adaptación o algo que tome más tiempo.

“Tenemos distintas poblaciones y efectivamente hay gente que ante el cambio de horario, van a ser unos cuantos días de adaptación y otros va a ser un poco más de tiempo, una semana y más”, indicó el experto con relación al cambio de hora. En ese sentido, recomienda evitar situaciones de riesgo durante ese periodo de acomodación.

Efectos del cambio de horario

Francisco Parada señala que relacionado al grupo de población que puede tener más problemas al momento de adaptarse al horario de invierno, puede traer peligros en lugares urbanos: “Los típicos problemas que puede traer esto van asociados a la somnolencia, eso es el principal problema de no estar completamente despierto”.

Agregó que “eso está asociado a accidentes de tránsito para quienes manejen, la probabilidad de que vaya a chocar aumenta, y si a eso lo sumas a que hayan otras personas también con un efecto de pequeño jetlag las probabilidades van a ir subiendo”.

Por otro lado, algunas personas pueden sentir dificultades para la concentración con el cambio de hora, ya sea en su vida personal como en el trabajo. En ese sentido, aseguró que también existe peligros relacionados a la ciudad, sobre todo con los “accidentes de tránsito tipo atropello, va por el tema atencional. Cuando estás con sueño, tus recursos cognitivos van a disminuir, por lo tanto por ejemplo tu atención va a estar disminuida”.

El experto agrega también que se pueden potenciar problemas de salud mental. Explica que “hay grupos que emergen como grupos más vulnerables en este ámbito, que son personas en contexto hospitalario, niños y niñas, personas privadas de libertad o quienes tienen problemas de salud mental; estos grupos se pueden ver más impactados”.

“Personas que están cursando una depresión que no reacciona a psicoterapia (…) se van a presentar mayores síntomas o exacerbar cierta sintomatología, la sensación de depresión o de agobio va a aumentar sin duda sobre todo en estos grupos, o el tema de ansiedad por llegar más tarde o que se puedan equivocar”, detalla.

Consejos para adaptarse al nuevo horario

El director del Centro de Estudios en Neurociencia Humana, destaca que lo más relevante para enfrentar los efectos de somnolencia y falta de atención por el cambio de hora, es la higiene del sueño.

En ese sentido los consejos para adaptarse van en la línea de dormir las horas correspondientes para estar descansado. El experto señala que esto varía por cada persona y sus estilos de vida, pero que en general equivale a un promedio de ocho horas.

Asimismo, aconseja evitar mirar pantallas hasta tan tarde y menos antes de dormir. Tampoco es recomendable hacer deportes intensos cerca de la hora de acostarse; en ese sentido es mejor priorizar el horario matutino para el deporte.

“Efectivamente la discusión de fondo es acerca del buen dormir, y qué significa eso. Lo que hay que hacer es tratar de promover hábitos saludables, no tienen que ver consumir comida orgánica, hacerte vegano o hacer mucho deporte, hay que partir con las cosas más básicas, que es dormir. Desde ahí se construye una salud mental y una salud física”, apunta.

En ese sentido, Parada enmarca la importancia de generar rutinas saludables frente al cambio de hora, que se repitan en todos los husos horarios, acostarse más o menos a la misma hora durante todo el año, para higienizar el sueño.

Agregó: “Estamos acostándonos en horas que no corresponde y con altos niveles de estimulación, eso causa muchos problemas. Debemos promover la idea de llegar a una hora en la noche, que sea realista obviamente, pero que hagamos el esfuerzo de disminuir la cantidad de estímulos, sobre todo audiovisual, y empezar a generar rutinas de ir a dormir”.

En ese sentido recomienda que padres o personas que se dedican al cuidado, entiendan los ritmos de las personas que cuidan, para trabajar y ver cuánto se necesita dormir para tener una buena noche y planificar.