Columna de Gloria Hutt: Las razones tras el escaso entusiasmo electoral

Una pregunta recurrente en las últimas entrevistas y debates en que he participado es mi percepción sobre el ánimo de las personas respecto a las próximas elecciones para el Consejo Constitucional. En la medida que avanza la campaña y converso con más personas, he podido comprobar en forma transversal que existe muy escaso entusiasmo sobre el proceso electoral. Esto se puede atribuir a diferentes razones, que explico en el orden de prioridad que revelan esas conversaciones.

Primero, recibo comentarios que reflejan una sensación de profundo desencanto. Hubo muchas expectativas puestas en el proceso constituyente de 2022, las que finalmente se vieron frustradas. Entonces, muchas personas plantean su desconfianza sobre las razones por las cuales en esta ocasión deberían creer y esperar buenos resultados. Si a eso se agrega la presencia de partidos políticos y el cansancio electoral, el desánimo se hace más evidente.

Segundo, existe ausencia de información sobre los aspectos más básicos de la elección. Preguntas como ¿qué se elige y cómo? ¿Por cuántos candidatos debo votar? ¿Para qué estamos votando? No encuentran respuesta en una proporción importante de los potenciales votantes. En este sentido, la presencia del Estado como soporte al proceso, guardando la necesaria neutralidad, ha sido escasa y poco comprometida con la importancia de lograr una votación alta, que legitime la elección del grupo que representará a los ciudadanos en la redacción del texto nuevo.

En tercer lugar, la Comisión Experta ha avanzado correctamente y según los plazos, con acuerdos importantes, lo cual anticipa un buen escenario. Sin embargo, también es evidente que en esta etapa de redacción han preferido mantener la discusión en un nivel general, para que luego se revisen bajadas más específicas en el seno del Consejo Constitucional. Así, la atención de los votantes se ha mantenido lejos de la dinámica y contenidos de la Comisión que se encuentra sesionando desde comienzos de marzo.

La cuarta razón se refiere al efecto de las multas por no votar. El entusiasmo por participar en el plebiscito de salida 2022 respondió a razones que levantaban una épica, movía a la defensa de ideales y visiones, no sólo a una posible multa. Aunque en esta ocasión lo que está en juego es tanto o más épico, la similitud de los mensajes entre postulantes y la preocupación prioritaria de las personas por otros temas contingentes, como la seguridad pública, reduce lo emocional de la votación y aleja el fervor electoral.

Frente a este escenario, cabe reflexionar sobre el compromiso ciudadano con uno de los procesos más importantes que enfrentamos en la actualidad, por sus alcances y consecuencias. Existen responsabilidades generacionales que no se pueden –ni deben- eludir. La fatiga electoral es real, el descrédito del sistema político también, lo mismo que la desafección con mecanismos que se perciben lejanos al quehacer ciudadano. Sin embargo, es nuestra tarea levantar la atención sobre la oportunidad de instalar una visión de país que nos represente, y que logre entregar a nuestros hijos y nietos una vida mejor.

Debemos dedicar nuestros mensajes a convocar y a mostrar que cada ciudadano tiene un rol, desde las candidaturas, el gobierno, organizaciones sociales, votantes, universidades, prensa. Un desafío que enfrentaremos el 7 de mayo será mostrar que, cumpliendo un deber, podremos afirmar derechos que beneficiarán a muchos.

* Gloria Hutt Hesse, presidenta de Evópoli, candidata al Consejo Constitucional por la Región Metropolitana y exministra de Transportes y Telecomunicaciones.