Columna de Carolina Urrejola | Isapres y CAE: las dos almas del gobierno

“Hay que mirar a la cara a esos jóvenes que hicieron todo bien y explicarles que no fue su culpa… no es que fueran flojos o tomaran malas decisiones, es que hay un problema estructural”. Eso decía el año pasado el entonces investigador de Nodo XXI y hoy subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, frente al drama de los endeudados por el CAE. Sostuvo que era necesario avanzar en la condonación de la deuda, dado que la política pública no cumplió con lo que prometió: mejores sueldos para los nuevos profesionales y la transformación productiva del país.

El tema ha reflotado con el anuncio del ingreso de un proyecto de ley de condonación. Desde el Mineduc aseguran que el fisco pierde una gran cantidad de plata pagando la garantía estatal a los bancos y que el primer semestre del próximo año enviará el proyecto para solucionarlo. La bancada de diputados del Frente Amplio secundó a Orellana y llamó públicamente al Ministro de Hacienda a considerarla.

La acción coordinada del subsecretario con la bancada da cuenta de una ofensiva de doble efecto: uno interno, al emplazar a Mario Marcel a apoyar una sentida demanda de la generación política que surgió del movimiento estudiantil. Y un segundo efecto: hacerle un guiño al 30% que permanece firme junto a Boric a días del plebiscito constitucional.

La respuesta de Marcel fue fría y pragmática: no se trata de un proyecto de condonación sino de un nuevo sistema de financiamiento de la educación superior. Además, dijo desconocer el dato del costo de las garantías para el fisco y, en cambio, puso sobre la mesa la descomunal cifra que implicaría la condonación universal: 11 mil millones de dólares. Es decir, el dueño de la billetera fiscal ni se inmutó con el despliegue de sus colegas de coalición.

Tampoco se inmutó con la propuesta del Superintendente de Salud, Víctor Torres, de que las Isapres inyectaran capital para sortear su aguda crisis. “El de las Isapres no es un problema de capital sino de flujo” sentenció Marcel. Y frente a la interpretación del mundo de la izquierda de que subir el precio de los planes base de salud equivale a un perdonazo a las aseguradoras, dijo con su calma habitual que “hay que equilibrar las cosas”.

No ha sido sutil la distancia que ha tomado La Moneda con la gestión de la Ministra de Salud en el tema Isapres. Ximena Aguilera ponía en duda, hace una semana nada más, la gravedad de la crisis. Nuevamente Marcel se sitúa en una posición de moderación, frustrando las ideas de quienes creen que las Isapres deben terminar con el abuso aunque eso implique su desaparición.

Todos los gobiernos tienen dos almas, porque para gobernar se necesita una coalición lo más amplia posible y el desafío es sumar voluntades y construir mayorías a pesar de las evidentes diferencias. Pero cuando la disputa entre las dos almas se hace evidente -por la vía de las desautorizaciones públicas o los recados explícitos- es deber del capitán del barco darle un cauce a la diferencia. Y en este punto el Presidente de la República tendrá que decidir, no puede jugar a la ambigüedad.