María Paz Grandjean, actriz: “La criminalización a las sobrevivientes del estallido es bastante fuerte”

El próximo 2 de abril comienza el juicio contra del capitán de Carabineros, Tomás Rodríguez Soriano, acusado de dispararle a la cara a la actriz María Paz Grandjean, el 18 de octubre de 2019, provocándole heridas graves. Esto, luego de que el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago acogiera a trámite la ampliación de una querella contra el uniformado por el delito de tortura.

La actriz de 49 años, quien es representada por la abogada Karinna Fernández, asegura “no creer” en la justicia, “pero sí en la institucionalidad como mecanismo de establecer ciertos hechos como verdades”. “El tema judicial, finalmente, me va a ayudar en el sentido de… no creo que el carabinero vaya preso, y no me interesa ese carabinero, lo que me interesa es que sea la institución la que haga el relato y no yo diciendo: ‘Ese loco me disparó’”, explica Grandjean, una de las primeras víctimas de la represión policial de ese día, tras ser herida con una munición “super sock” de Carabineros en su rostro.

“Nosotros, los sobrevivientes, llevamos aproximadamente siete personas suicidadas, entre ellos alguien que para mí fue importante, que es Jorge Salvo. Y el suicidio es una respuesta, claro, a la depresión y todo, pero es una respuesta al abandono y es una respuesta a la criminalización social. Yo experimento algo como lo que pasa en los ochenta. Te acuerdas cuando decían: ‘Es que no eran blancas palomas, algo habrán hecho’”, plantea la actriz.

Sobre lo que ocurrió el 18 de octubre, María Paz Grandjean asegura que “me hubiera encantado haber ido a la manifestación, pero como tengo función al otro día, yo juraba que iba a haber teatro, entonces dije ‘no, me tengo que cuidar’ y en ese momento me dispararon”. “A veces quiero salir a hablar y a veces la mayoría del tiempo me escondo. Soy más callada con el tema que abierta, en verdad”, dice.

–¿Qué le dice su abogada sobre cómo va encaminado el inicio del juicio?

-Yo diría que es positiva. Ella, más que decirme “vamos a ganar” o ponerse optimista o pesimista, lo que va haciendo es que los hechos mismos hablen, no que sea mi opinión, ni mi sentimiento, ni de la fiscal. Ni ningún sentimiento, ni ninguna opinión.

–El juicio, sea cual sea el resultado, ¿es una manera de empezar a cerrar?

-Sí, por lo menos este momento sí. No sé en qué se irá a transformar después, porque también es como “un, dos, tres por mí”. Porque esto también me ha llevado a conocer a otras víctimas y por eso es que me muero de pena y de espanto el nivel de criminalización a gente como uno, gente trabajadora siendo atacada y luego criminalizada, además de ser atacada por agentes del Estado. Eso creo que ya no se soporta más. Creo que eso es lo que más me llena de vergüenza. Y capaz que algún día vuelva a sentir algo como un respeto por Carabineros, porque por ahora es pura vergüenza.

La recuperación y las oportunidades laborales

Desde los hechos ocurrido el 18 de octubre de 2019, María Paz Grandjean cuenta que ha sentido estigmatización e inestabilidad en su trabajo, “sobre todo audiovisual”. “Pero eso coincide con que soy mujer y tengo más de 40 años. Entonces, eso me coincide con que, además, vivo esa experiencia de estigmatización, con respecto de la gente que no quiere acordarse”. Por esa razón, dice, “el 2023 lo cerré con cierta tristeza, porque es el tema de la criminalización a las sobrevivientes del estallido, que es bastante fuerte”.

“Me acuerdo de un director de casting que le pregunté por qué no me llamaban y me dijo ‘es que pensé que tu carita estaba dañada’, cuando ya hace rato que no estaba dañada y era conocido. Y de varios colegas he sentido eso: ‘¿Pero qué estaba haciendo?’, ‘¿Por qué te metiste ahí?’. Como si el GAM estuviera en Vitacura y yo hubiera bajado al centro a tomar micro para mi casa”, relata María Paz Grandjean.

A su vez, la actriz afirma que con el Centro Cultural Gabriela Mistral va teniendo “cada vez más problemas”, ya que está evaluando si presenta una demanda. “Este es mi último año para decidirme y como no tuve el sindicato de actores atrás, me da miedo tirarme sola. Pero a esta altura ya estoy viendo que da lo mismo, porque igual me van a ir desplazando donde sea. Porque me voy transformando en alguien como problemática, ¿cachai? Eso es lo que voy sintiendo”, dice.

El pasado 24 de diciembre, en entrevista con The Clinic, Felipe Mella, director ejecutivo del GAM, se refirió al caso de María Paz Grandjean, asegurando que la actriz “tenía un contrato similar al de cualquier trabajador más del centro cultural, por lo tanto contó con los mismos beneficios”. “A pesar de que no estuviese dentro del espacio de trabajo, lo acordamos con ella y todo lo que le cobraron a María Paz donde fue atendida, le fue devuelto después directamente. También se mantuvo un contacto directo con ella, apoyándola hasta que estuvo mejor y retomó el trabajo en La pérgola de las flores”.

Respecto a esas palabras, la actriz plantea que le parece “grave decir que GAM me cubrió los gastos, cosa que no fue. No ha sido así”. “Sin embargo, Felipe Mella, justamente a propósito de lo que me pasó, manifestó harta preocupación y dijo: ‘Oye, tú te vas a atender donde sea, yo me encargo después de cómo hacemos con los gastos’”, agrega. Según detalla, su relación laboral era un convenio de honorarios, “entonces por supuesto que no tuve derecho”. “Es muy delicado decir que tienen contrato”, añade. Además, remarca que ella no era parte de las manifestaciones y que en el lugar “había seis personas tratando de circular y otras cuatro tratando de tomar micro”.

La actriz también vio cómo su magister en Teatro, el que estaba cursando en Francia, se vio forzosamente interrumpido. “Terminé el primer año, me fue súper bien y quedé súper bien evaluada para hacer la parte dos, que es casi pura práctica”. Sobre la posibilidad de retomarlo, plantea: “La verdad es que no sé. Después del juicio, a lo mejor. Claro, en verdad estoy súper expectante con respecto al juicio. Es que siento que puede ser un puntito, si me va bien, un puntito bien hecho para todos. Viste que soy de las pocas personas que tengo videos, entonces puede ser interesante lo que pueda pasar con respecto a cuantas veces más se va a criminalizar y abandonar, digamos, a los sobrevivientes”.

“Yo soy de las pocas personas que ha ido prosperando, en términos de gestión judicial, y caché que tenía que estar ahí, porque soy el caso índice. Y es importante, porque explica bastante bien, digamos mi caso, lo que pasó ese día en adelante”.

–¿Qué fue lo más difícil de la recuperación?

-En primera instancia, fue salir a la calle. Por ejemplo, vino la pandemia y había que pedirle permiso a carabineros. Tener que enfrentarles y pedirles permiso, eso era muy complejo para mí.

–Y en el plano laboral, ¿le costó mucho volver frente al público?

-Sí, cuesta mucho, porque es un espacio de exposición. A veces a mí me da paranoia que me dispararon por ser alta. Bueno, evidentemente por ser mujer, la única mujer que estaba ahí. Entonces, ya ser alta, uno se vuelve un blanco fácil y, de alguna manera, eso aprendí y me da miedo. También el GAM vendió una función el año pasado para el 18 de septiembre, el 12 de septiembre, específicamente, a los criadores de caballos, que son esta gente que usa ponchos de cinco millones de pesos, celebrando la chilenidad, justo al otro día de los 50 años del Golpe. Casi me morí.

Yo ya había tenido funciones con alto mando de Carabineros y todo, pero me habían avisado antes. Y eso es mucho más gestionable que enfrentarte en el escenario, porque, más encima, habían dos carabineros grabando como con una handycam. Y eso también te da paranoia, porque tú estás actuando en tu espacio de trabajo. Me violentaron un poco.

–¿En qué proyecto está? ¿Qué viene para 2024 en lo laboral?

-Hay harto proyecto, harta invitación, pero otra cosa es cuando se concreta. Entonces, sí, harta obra de teatro, dos películas, harta cosita, pero ver para creer.