Adiós al Monumento a la Solidaridad: la pérdida cultural que representa la demolición de la obra de Mario Irarrázabal

Una vez fue un hito urbano, resplandeciendo imponente en el acceso a Valparaíso, justo frente al Congreso. Inaugurada en 1995, el Monumento a la Solidaridad simboliza la unidad con cuatro hebras de cobre que se entrelazan hasta alcanzar los 12 metros de altura. Sin embargo, el 29 de febrero de 2020 fue incendiada en el marco del estallido social. Hoy, la obra representa un peligro inminente de caída y desprendimiento, por lo que la Municipalidad de Valparaíso ordenó su remoción.

El edil de la ciudad, Jorge Sharp, escribió en sus redes sociales que “tomamos contacto con Mario Irarrázabal, autor de la obra, quien manifestó estar de acuerdo por la decisión ya que una posible reparación es difícil por razones técnicas. Trabajaremos con Mario para crear una réplica a menor escala”. El escultor, que también realizó la “Mano del Desierto” en el sur de Antofagasta, lamentó la demolición de su obra. “Soy partidario de la vía no violenta. No guardo rencor contra las personas que atentaron (contra la escultura), pero ojalá tomaran conciencia de la brutalidad de lo que hicieron, del costo y del sin sentido que tiene. Son anarquistas y, claro, tienen sus quejas. Pero no estoy de acuerdo en su manera de actuar”, señaló a El Mercurio.

No fue posible restaurar la escultura, ya que su estructura interna de madera fue carbonizada por las llamas. Lo recuperado se destinará para trabajos y creaciones de escultores y escultoras porteñas de la Escuela Municipal de Bellas Artes. Los trabajos de demolición tendrán un plazo de 10 días y un costo de $12.911.059. “Recuperar eso no tenía sentido, sería un trabajo de locos y no iba a durar mucho tampoco, entonces no quedaba otra“, profundizó Irrarázabal.

Una pérdida para la cultura

El concejal Gonzalo García, presidente de la comisión de Patrimonio, recalcó que sería bastante más costoso repararla que demolerla. “Lo positivo es que se va a trabajar en un lugar donde estaba una imagen dañada para Valparaíso, era una de las tristezas que teníamos entrando a la ciudad”.

Sin embargo, hay quienes lamentan que se haya perdido un nuevo monumento de la ciudad portuaria. “Es como una pérdida en que uno va asumiendo y asumiendo que cosas que se pierden ya no se reparan, aparte de la conciencia de destruir no hay una conciencia de mantener, preservar, rescatar o restaurar, todo es como lo más fácil“, comenta el hijo ilustre de Valparaíso Lautaro Triviño.

El diputado Hotuiti Teao, integrante de la comisión de Cultura, Artes y Comunicaciones, expresó su preocupación por la decisión de removerla. “Es sabido que restaurar siempre es más caro que demoler, pero bajo esa premisa, no tendríamos hoy cientos de elementos históricos conservados cuyo valor radica precisamente en dejar a las futuras generaciones vestigios de lo que es nuestra cultura e identidad nacional“. Además, cuestionó que “si desde el 2021 se sabía que era más caro restaurar que demoler, lamento la falta de operatividad de la municipalidad que esperó casi tres años para tomar una determinación, pues claramente demoler hoy es mucho más caro que haberlo hecho en ese momento. En mi rol fiscalizador, no dejaré de plantearlo en la comisión que integro, pues su valor histórico lo amerita”.