Secciones

The Clinic
Buscar
Entender es todo
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad
Perros

Tendencias

16 de Mayo de 2024

Tras ataque de una jauría de perros en Buin: las diferencias entre uno abandonado y uno asilvestrado y las conductas a tener en cuenta

Un grupo de 13 perros atacó a una mujer y a su hijo de cuatro años. Según una veterinaria, estos animales pueden haber reaccionado por "agregación social".

Por Camilo Fernández
Compartir

Una jauría de 13 perros atacó el lunes pasado a una madre con su hijo que, simplemente, caminaban por una de las veredas de la comuna de Buin, Región Metropolitana. 

El hecho ocurrió cerca de las 8:00 horas, cuando una enfermera del hospital de la comuna se dirigía a su trabajo, acompañada por el menor de cuatro años de edad. Fue en este momento que se encontraron con los 13 perros, los que iban con una mujer de 74 años

Lo sucedido quedó registrado en un video que comenzó a circular en redes sociales, que muestra cómo los canes se abalanzaron contra las víctimas y luego las arrastraron, sin darles tregua. Tuvo que intervenir la misma dueña de los perros y algunos transeúntes para detener la agresión. 

Salvajes versus abandonados

Un perro asilvestrado o salvaje, no es exactamente lo mismo que uno abandonado, aunque la definición es difusa, según explica la veterinaria de la Universidad Andrés Bello, Ana Francisca Soto. “Lo que sí podemos saber es que un perro asilvestrado se va a encontrar lejos de los asentamientos urbanos. Por lo tanto, si es un perro que deambula cerca de los lugares donde habitan los seres humanos, es probable que sea un perro más bien abandonado que asilvestrado“, señala. 

Agrega que “los perros asilvestrados son perros que se han alejado de los humanos después de varias generaciones. No es como que un perro fue abandonado y después de mucho tiempo de estar en la naturaleza se volvió asilvestrado“. 

La causa de un ataque 

De acuerdo a la también etóloga, los perros no son violentos de por sí y para que se comporten como lo hicieron en Buin puede haber múltiples factores. Uno de ellos puede ser a la historia de cada uno de ellos, los problemas de salud que pueden tener o si tuvo, o no, sociabilización cuando cachorro. 

Lo que sí puede tener explicación en este caso es que “muchas veces las conductas se generan cuando están en grupo, entonces si un perro del grupo empieza a agredir, es probable que los otros también lo hagan porque es un tema de agregación social”. 

Para desencadenar la embestida, los perros pueden haber reaccionado a un sonido, olor o algo que les haya generado temor. “Lo mismo si estos perros han sido educados a través del miedo, a través de la violencia, si es que no han sido socializados con niños previamente, por ejemplo; si son perros que están estresados, que tienen hambre”, dice la profesional. 

Además, añade que es fundamental que las personas se hagan responsables de los animales y no se les debe permitir salir sin correa ni supervisión. “Si el perro manifiesta algún cambio de conducta, deben recurrir sí o sí a un especialista”, apunta.

Por su parte, la veterinaria Alicia Valdés, académica de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (Favet) de la Universidad de Chile, sostiene que el ataque al menor podría haber sido porque realizó algún movimiento, gesto o ruido que, en el lenguaje de los perros, podría haberse interpretado como que era una presa, gatillándose el instinto de caza.

“El caos entre movimientos y gritos que se generan con un ataque de este tipo también puede haber exacerbado la conducta violenta de los perros”, agrega.

80 días de investigación

La dueña de los perros fue detenida y el Ministerio Público le imputó los cargos de cuasidelito de lesiones con resultado de lesiones graves y menos graves. 

Finalmente, el Juzgado de Garantía decretó el arraigo nacional para la dueña de los perros y fijo un plazo de investigación de 80 días.

En tanto, los 13 perros fueron trasladados hasta un canil y la Municipalidad de Buin realizó un operativo sanitario a la casa de la mujer. 

Con los escasos antecedentes que tenemos en este caso, Valdés manifestó que aquí hay una tenencia irresponsable por parte de la tutora, “que podría corresponder incluso al Síndrome de Noé, donde ciertas personas acumulan animales en malas condiciones de vida”.

En cuanto a los animales, Soto expresó que aquí lo que hay que hacer es “una evaluación conductual donde también se hace un análisis de riesgo y así determinar cuáles son los pasos a seguir, si es que son perros que se pueden rehabilitar”. 

Si existe esa posibilidad, “se debe hacer una terapia conductual que incluye terapia de modificación conductual y entrenamiento, que muchas veces incluyen fármacos. Con base a eso, se puede hacer una rehabilitación y se puede  introducir nuevamente a estos perros, quizás a un hogar estando seguros de que no vaya a haber un problema similar”. 

Temas relevantes

#Buin#jauría#Perros

Comentarios

Notas relacionadas