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5 de Septiembre de 2024

El derecho al espacio personal estando en pareja: cuando la independencia choca con el apego del otro

No se trata de motivar a que quien se siente solo a evaluar los beneficios de su soledad. La soledad que se escoge, sería parte de una necesidad de introspección para liberarse de la ansiedad de cumplir con las expectativas de los demás. Cuando se está en pareja, esa necesidad puede entrar en dilema si el otro no está preparado para entenderla de la misma manera, según explica la especialista María Pía Santelices.

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Querer estar solo un momento, un día o incluso una semana, y no poder hacerlo porque se está en pareja. Es una situación que algunos pueden reconocer si alguna vez han pedido pasar un tiempo a solas sin ninguna otra excusa que tener tiempo de calidad con uno mismo. Y la otra parte de la pareja, se lo impide, o le pide, que no lo haga por querer pasar más tiempo juntos.

En esos momentos, hay que tomar la decisión de tomarse ese tiempo, aunque sea breve, o responder a la expectativa del otro.

La decisión puede estar rodeada de factores que tienen que ver con las relaciones de apego que tiene cada parte de la pareja. “Quien tiene apego seguro, no solamente es más autónomo. También sabe que al separarse un rato de la pareja, esto será algo transitorio y que habrá un reencuentro”, explica María Pía Santelices, académica especialista en apego de la Escuela de Psicología UC e investigadora de MIDAP.  “Por otro lado, a quienes tienen apego inseguro, les cuesta muchísimo la separación, porque la viven como un abandono”.

Un momento sabático para la pareja

La soledad como un concepto de bienestar. Eso es lo que científicos americanos han estado estudiando bajo el término “Aloneliness”. La palabra, se ha definido “como un sentimiento negativo que surge cuando una persona no tiene suficiente tiempo a solas. Fue creada en el idioma anglosajón para explicar lo importante que es para una persona el hecho de estar solo o consigo mismo. Esto, en periodos determinados.

No se trata de motivar a que quien se siente solo a evaluar los beneficios de su soledad. El sentirse ignorado o abandonado conlleva desafíos emocionales complejos que se vinculan con el apego y la autoestima. La soledad que se escoge, sería parte de una necesidad de introspección para liberarse de la ansiedad de cumplir con las expectativas de los demás.

“El Matrimonio Sabático” –The Marriage Sabbatical– de la autora norteamericana Cheryl Jarvis, plantea una hipótesis sobre ese tiempo de introspección. “Pienso en las cosas que podría crear si no me preocupara constantemente por quién o qué estoy descuidando”, dice.

Y la pareja, podría ser una demanda con expectativas constantes hasta en las cosas más sutiles y pequeñas. El demostrar cariño, el decirse cosas lindas, el estar atento al otro, el conversar, también puede ser un comportamiento determinado por una reflexión. “Por eso, poder estar solo con uno mismo es enriquecedor incluso para la pareja”, explica Santelices. “Cuando uno está solo, es cuando uno más reflexiona sobre el comportamiento que tiene hacia la pareja”.

Pero, esta decisión debería ser entendida así por ambos, según la especialista. Sino, se corre el peligro de que el otro pueda sentir una especie de abandono. “Puede que para una persona sea súper razonable tener un tiempo para uno. Pero el otro, si tiene un apego ansioso, lo puede vivir como una sensación de quedar a la deriva. Para quienes tienen apego evitativo también, porque pueden decir que no les importa separarse por un momento. Pero en realidad, se involucran menos para evitar el sufrimiento”, explica Santelices.

Determinantes para querer pasar tiempo juntos o no

El científico Birk Hagemeyer desarrollo una escala sobre los deseos sociales llamada “The ABC of Social Desires: Affiliation, Being Alone, and Closeness to Partner”. En ella, junta en la misma medición el deseo de estar afiliado a amigos, a estar solo y a ser cercano a la pareja. La explica según distintas necesidades de proximidad y distancia experimentadas de manera subjetiva en situación que son calificadas como “serias”.

“Encontrar el equilibrio adecuado entre cercanía y distancia, parece ser crucial para funcionamiento y estabilidad de la relación. Esto, presenta un gran desafío para cualquier pareja”, dice el estudio. “Un considerable conjunto de investigaciones ha abordado los patrones de distancia”.

El primer patrón, es el de demanda-retirada: una parte de la pareja quiere más cercanía que la otra. “Asumimos que las parejas regulan su cercanía según las necesidades que ambos experimentan”, explica el estudio.

Las “necesidades”, según el estudio, deben ser compartidas por ambas partes para estudiar el comportamiento de querer estar pegados o no. Por ejemplo, las parejas deberían tener similares objetivos de intimidad e identidad en sus necesidades. O más preferencia por la cercanía entre los dos que por la propia independencia. Si el resultado de estas necesidades difieren mucho, puede llevar a pelear y conflictos, según el estudio.

Para que la pareja desee estar cerca y evite el excesivo deseo de estar separados, “no se trata solo de cumplir con la intimidad. Se trata de que la intimidad, también tenga interacciones positivas, auto-revelaciones e intercambio de emociones. También la seguridad que brinda una figura de apego confiable en situaciones amenazantes y/o el deseo sexual”, agrega el estudio.

La soledad negativa versus la positiva

La “soledad” se ha catalogado como una epidemia en la era post-pandemia. Incluso la OMS la incluyó en el catálogo de problemas de salud pública producto de las enfermedades en salud mental que ésta puede provocar. Pero en Chile, la soledad negativa o la soledad que no se elige, va a la baja. Esa soledad, es cuando alguien se siente frecuentemente aislado de los demás o excluido.

Según el Termómetro de Salud Mental realizado por la ACHS y la Universidad Católica en abril del 2024, las personas con una percepción de altos niveles de soledad negativa, llegó a 16,2%. La cifra más baja desde 2020.

Desde 2018, se están probando estudios en Estados Unidos para determinar los beneficios de la soledad positiva. Contraria a la soledad negativa, ésta es una que imparte beneficios. Uno de ellos, según los especialistas, sería mejorar el estado de ánimo.

Pero ojo, solo, cuando la soledad está intrínsecamente motivada. O sea, cuando se “elige” estar solo.

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