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Salud

19 de Julio de 2023

La soledad, una silenciosa epidemia: expertos plantean formas de cómo hacerle frente

Pexels

Expertos apuntan a la necesidad de ver a este problema como algo más amplio que una lucha mental o una condición que solo se puede tratar con remedios. "Es una elección seguir estando solo o no estarlo", remarca la neurocientífica Stephanie Cacioppo en un artículo publicado por The New York Times.

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El creciente problema de la soledad ha despertado una profunda preocupación de los expertos que incluso han calificado esta situación como una epidemia. Con esta calificación surge de esta manera una interrogante: ¿Cómo se puede tratar?

Sobre esta situación The New York Times publicó un extenso artículo donde se aborda este escenario mediante la voz de diferentes expertos. Una de estas es la doctora Stephanie Cacioppo, neurocientífica del comportamiento, que entrega una serie de lineamientos al respecto.

La profesora asistente adjunta de la Universidad de Oregón ha dedicado su vida a investigar este problema desde la muerte de su esposo. Tomando su propia experiencia de soledad se centró así en estudiar posibles soluciones para superar y prevenir este tipo de momentos en la vida.

En esta línea, los médicos concuerdan en que el enfoque para tratar esta condición no debe ser el mismo que cualquier otra enfermedad a través de remedios, sino que se debe considerar un panorama mucho más amplio que enviar a una persona a la farmacia.

El citado medio consignó en esta línea que una gran cantidad de estudios determina que la soledad “es un fenómeno biológico con consecuencias de largo alcance. Los neurocientíficos han descubierto que las señales cerebrales que deberían impulsar a alguien a buscar una conexión social son las mismas que, en diferentes circunstancias, pueden poner a las personas a la defensiva y vigilantes, más propensas a acurrucarse en lugar de tender la mano”.

Un problema epidémico

A este planteamiento se sumó el profesor del departamento de desarrollo humano y estudios familiares de la Universidad Estatal de Iowa, doctor Daniel Russell. “Pensar en la soledad como un problema clínico, en realidad creo que es una forma apropiada de pensar sobre el tema”, afirmó.

Debido a esto recalca que al considerar esto como una epidemia primero se debe entender qué es y cómo funciona en el cerebro. Sin embargo, aquí surge el problema de que no se debe confundir con el aislamiento social al que definen como un estado objetivo.

La soledad, por otro lado consigna el medio estadounidense, se trata de una “experiencia totalmente subjetiva de angustia ante la percepción de falta de conexión social”. Al respecto, el doctor Russell remarca que una persona “se siente sola porque el conjunto de relaciones que tiene, su red social, no cumple con sus expectativas”.

Otro punto a considerar según los expertos es que una persona solitaria además de sentirse triste, también se siente en peligro. Esto genera que perciban las situaciones sociales como una amenaza. Ante esto la doctora Cacioppo que la soledad es una “señal biológica que nos dice que algo anda mal en nuestro entorno social”. Incluso en sus estudios anteriores logró determinar que alguien solitario puede detectar “imágenes y palabras negativas o amenazantes en menos de 400 milisegundos”.

Sasha Freemind en Unsplash

Posibles soluciones contra la soledad

The New York Times relató así que la doctora Cacioppo, luego de la muerte de su esposo, investigó una posible intervención farmacéutica usando la hormona pregnenolona. Si bien este tratamiento con una dosis oral registró una disminución en la soledad autoinformada, le preocuparon los posibles efectos secundarios.

Empeoramiento de la calidad del sueño o hasta problemas cardiovasculares se encontraron dentro de estas reacciones adversas. “Personalmente, detuve el ensayo clínico porque creo que podríamos impulsar la pregnenolona y las conexiones sociales de forma natural”, explicó la profesional.

La doctora precisó que caminar, meditar o pasar tiempo en la naturaleza pueden llegar a producir cambios similares a la píldora, sin ninguna de las desventajas. Entonces, ¿cuál sería una solución? Cacioppo recalca que se deberían combinar estas alternativas naturales con intervenciones médicas ya disponibles.

Sobre esto, el citado medio recogió un ensayo del The New England Journal of Medicine que apunta a la importancia de los propios médicos como primera línea de defensa. En esta línea otro documento de la Escuela de Graduados en Educación de la Universidad de Harvard plantea que los profesionales de la salud “deberían preguntar a los pacientes si se sienten solos como parte de los exámenes físicos anuales”.

De esta manera, recalcan, las personas que se sientan solitarias podrían llegar a tener una atención oportuna. Esto además permitiría identificar los componentes que afectan al paciente y poder avanzar en un tratamiento adecuado.

“Es una elección seguir estando solo o no estarlo”

Con este escenario los profesionales de la salud precisan que si bien la soledad nunca podrá ser curada por completo, si se puede tratar. Otro factor que recomienda la doctora Cacioppo tener en cuenta en este sentido es replantear la relación de las personas con las redes sociales.

“Si las personas pueden usar las redes sociales como una estación de paso en lugar de un destino, eso realmente podría ayudar. Las redes sociales pueden ser una gran herramienta para establecer conexiones. Todo depende de cómo lo uses”, acotó la experta.

Pero no solo limitar el tiempo en estas plataformas es esencial, sino que también el rol que juegan los amigos y la familia. Sobre estos, recalcan que se deben encontrar los espacios para apoyar a quien se sienta y ser proactivos en relacionarse con estos. Finalmente, esta el factor de que la persona debe entender que si bien no es necesariamente responsable de esta situación, sí puede tomar medidas para enfrentarla.

Ante esto la doctora Cacioppo detalló que una de las alternativas que ella promueve es el acrónimo GRACE. Este, según sus siglas en inglés significa: Gratitud, reciprocidad, altruismo, elección y disfrute. “Es una elección seguir estando solo o no estarlo”, sentenció al respecto la profesional.

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