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Foto: AgenciaUno.

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23 de Septiembre de 2024

¿Fueron mucho los cinco días de Fiestas Patrias? El estrés de celebrar repetidamente con la familia entre la comida y el alcohol

Los cinco días de celebración de Fiestas Patrias fueron esperados con ansias. Las expectativas de descanso y disfrute fueron antes. Pero si ahora que ya pasaron, queda una sensación de estrés en la mente y el cuerpo, es por el hecho de que celebrar repetitivamente puede traer consecuencias físicas y relacionales durante las fiestas familiares.

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Volver a la vida después de cinco días de celebración y Fiestas Patrias puede traer consigo una nostalgia reflexiva. Los momentos buenos, los malos y los momentos que fueron “demasiado”. Mucho alcohol y comida. Infinito tiempo organizando y ordenando. Volver después de haber tenido tanto de todo y todo tan junto, puede ser una de las razones por las que el lunes 23 de septiembre se siente con tanto cansancio.

Para los chilenos, un fin de semana largo tiende a significar algo positivo para la salud física y mental. Incluso, se ve como algo necesario, pues Chile es el país que menos vacaciones proporcionales tiene a nivel de la OCDE. Por eso cuando cada tanto las Fiestas Patrias caen en cinco días de descanso, la gente se entusiasma. Además, el componente de “fiestas” y celebración en esta época es parte de la idiosincracia. Cadem reveló el año pasado que el 84% de los chilenos sienten que las Fiestas Patrias es lo que les hace sentir más identificados con el país.

Pero estas fechas tienen un grado de complejidad que mirando hacia atrás, no pasa desapercibido.

Si las vacaciones nacieron para reducir el estrés y el cansancio, varios estudios internacionales, entre ellos, uno del departamento de Turismo de la Universidad de Aukland, hablan sobre estos momentos como precursores del estrés.

El estudio reveló que las vacaciones familiares pueden crear estrés por razones tan sencillas como el hecho de que falten utensilios del hogar en los lugares donde escogen alojar fuera de casa.

“El hecho de no tener persianas o suficientes cubiertos para el almuerzo generó altos niveles de angustia en los encuestados”, dice el estudio. Esto, es un ejemplo de cómo cosas que pueden parecer insignificantes a simple vista, aumentan la carga laboral doméstica, las discusiones producto del estrés y, sobre todo, la falta de descanso en las familias.

Más allá de los pequeños baches que pueden producir estrés en las vacaciones, está también el tema de las expectativas. “A medida que se acercan las fiestas, las expectativas suelen tomar vuelo, pintando hermosas imágenes de momentos familiares felices, risas y comidas cocinadas sin ningún desastre. Y luego, cuando finalmente llegan, alguien está enfermo, es un día de demasiado trabajo, la comida sale mal. Las vacaciones parecen arruinadas”, dice la psicóloga Amie M. Gordon phD. de la Universidad de Michigan.

Esas expectativas familiares tienen que ver con los momentos que se pasan juntos, pero también, con el exceso de trabajo que hay en una familia cuando se quiere hacer una celebración. Un asado de Fiestas Patrias con 15 o 20 personas invitadas, es un ejemplo.

“Algunas investigaciones muestran que nos sentimos resentidos cuando un miembro de la familia no nos ayuda. Luego, que sentimos poca gratitud cuando lo hace, porque la ayuda de la familia es algo que se espera. Sin embargo, sentimos mucha gratitud si un extraño nos ayuda, y poco resentimiento si no lo hace”, dice Gordon.

Repetir la fiesta una y otra vez

Pero el problema, según las revisiones académicas sobre vacaciones en familia, no se trata solo del hecho de pasar las celebraciones con la familia. De hecho, esto es algo positivo para las relaciones. Un estudio longitudinal de la Universidad de Chicago, mostró a través de tres pruebas científicas que “los rituales familiares durante las vacaciones, están asociados con una sensación de cercanía y mayor interés intrínseco. Esto, proporciona el disfrute de las vacaciones”.

En Chile, el vínculo entre familia y felicidad fue testeado recientemente. El Informe de Felicidad Global 2024 de IPSOS reveló que el 85% de los encuestados chilenos expresaron satisfacción con sus hijos. El 76% lo hizo con sus relaciones con los padres, padres, hermanos o primos.

Si los rituales no son el problema, la complejidad podría estar en tener muchos de ellos, muchas expectativas y que entonces, pierdan el sentido.

El Instituto Americano del Estrés habla de que es importante escoger en qué se ponen las expectativas durante las celebraciones. “¿Qué tradiciones son importantes para que su familia continúe? ¿Hay alguno que normalmente causa estrés y frustración y que pueda retirarse o reemplazarse? ¿Qué actividades se pueden delegar a otros miembros de la familia? ¿Qué tareas se pueden sustituir por objetivos más fáciles de lograr?”, recomiendan preguntarse.

Ahora, hay que imaginar como esas cosas que significan un estrés en momentos donde la expectativa es de descanso, pero durante cinco días seguidos. Y donde además, hay otra expectativa peligrosa: la de celebrar y “pasarlo bien”.

Demasiado alcohol sin justificación

Según un estudio de Cadem y Aprocor publicado en 2023, el 70% de los encuestados cree que el consumo de alcohol en Fiestas Patrias es un tema cultural. El 66% dice que el consumo aumenta porque hay más instancias de socialización con la familia y amigos. Un 35%, opina que el exceso se da porque “son pocas las ocaciones de celebración que hay en el año”.

2 de cada 3 chilenos cree que progresivamente los chilenos consumen más bebidas con alcohol en Fiestas Patrias. Pero el consumo de alcohol durante cinco días seguidos, podría no estar justificado en alcanzar un disfrute del cuál, la gente pueda pensar que está privada durante los otros días que no son Fiestas Patrias.

Maia Szalavitz, reportera especialista en neurociencias y autora de múltiples investigaciones sobre adicción a las drogas, escribió recientemente una columna en The New York Times. En ella, habla sobre el mito de que la adicción al alcohol se genera porque el cerebro se vuelve adicto a la dopamina que éste produce. La dopamina, es la hormona responsable del sentimiento de placer y relajación en el cerebro.

“En el cerebro, el placer y la adicción son increíblemente complejos”, escribe la autora. “Cuando se libera en ciertos circuitos neuronales, la dopamina es fundamental para hacernos querer repetir comportamientos que nos hacen sentir bien”.

Para entender cómo la conducta repetitiva de beber alcohol o comer carne durante cinco días seguidos es contraproducente al placer, el ejemplo que escribe Szalavitz se relaciona en cómo la dopamina producida por este consumo no es realmente un placer real o duradero. “La dopamina está relacionada con la creación del deseo de repetir acciones que anteriormente conducían al placer, en lugar de causar la sensación de placer en sí. Así, la dopamina se empieza a relacionar con conductas repetidas, hábitos casi incontrolables que ahora son difíciles de cambiar”.

Por eso, el consumo de productos que buscaban “satisfacción” o “felicidad” durante este periodo, puede ser parte de una adicción provocada por lo repetitivo que es beber y comer todos los días durante cinco días seguidos. No porque efectivamente, se produzca un placer que perdure. Así, el día lunes, los rezagos de felicidad que podrían haber significado tantos asados y celebraciones, se van.

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