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Bar La Virgen

Ciudad

24 de Septiembre de 2024

La disputa judicial del Bar La Virgen con la municipalidad de Vitacura por cierre de local: acusan “actuar autoritario” de concejal Evopoli

La no renovación de la patente de alcohol del local ubicado en el Paseo El Mañío, desató una pugna que escaló hasta la Corte de Apelaciones. Desde el bar acusan que el concejal actúo con motivaciones personales tras ser expulsado del recinto. Por su parte, el representante de Vitacura desmiente todo y acusa al local de funcionar como discoteca ilegal.

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Un nuevo capítulo judicial se suma a la pugna entre el Bar La Virgen y la Municipalidad de Vitacura, luego de que esta última decidiera cancelar la patente de alcoholes tras una fiscalización impulsada por el concejal de Evópoli, Tomás Kast.

Ante el último revés judicial, en el que la Corte de Apelaciones confirmó la decisión de no renovar la patente, los propietarios del Bar La Virgen decidieron presentar un recurso de apelación para revertir la medida. Desde el local aseguran que la sentencia es equivocada, ya que el Bar La Virgen no es una discoteca.

En este último recurso presentado, los propietarios acusan que el fallo se basa únicamente en lo expuesto por la Municipalidad por infracciones en marzo de 2023, plasmado en el decreto impugnado, y no en antecedentes concretos que demuestren la existencia de una discoteca. Aseguran que el local siempre ha funcionado como bar.

Asimismo, afirman que el Bar La Virgen cuenta con 9 locales, y que este es el único que ha tenido problemas con sus patentes. En este contexto, mencionan al concejal de Vitacura, Tomás Kast, a quien acusan de tener motivaciones personales para impulsar el cierre del local.

Acusaciones al concejal Kast

En un escrito presentado en diciembre de 2023 acusan que el “concejal Tomás Kast, previo a la sesión de concejo donde no se renovaron las patentes de alcohol del bar, concurrió a sus dependencias –en un aparente acto de fiscalización–, donde no solo se le observó bailando, disfrutando y consumiendo alcohol, sino también asediando al público en general en la barra de alcoholes”.

Tras este incidente, el concejal fue expulsado del local por el personal del Bar La Virgen. En el escrito se lee que el “concejal, arrogándose facultades, les expresó: ‘Los voy a clausurar’, y posteriormente cumplió su palabra”.

Este actuar fue nuevamente destacado en el concejal asistió en el marco de “su esfera privada, acudió al local” y “sobre la bade de su actuar propio – por actos incriminatorios contra los clientes y trabajadores de Bar La Virgen Vitacura – fue retirado del local, prometiendo cerrar el mismo, lo que, en la especie, sucedió”.

Desde la defensa aseguran que el concejal Kast ha tenido un actuar autoritario en la decisión del cerrar del local sobre todo por su rol dirigiendo la Comisión de Alcoholes que ha propuso el rechazo de la patente”.

La repuesta del concejal

Consultado por The Clinic por las acusaciones en su contra, el concejal Tomás Kast las desestimó y explicó las razones que llevaron a la clausura del local.

“Al ‘Bar La Virgen’ no se le renovaron sus patentes de alcohol porque estaban haciendo un uso fraudulento de la patente que ostentaban, utilizándola como discoteca. En ese sentido, la Corte lo ratifica en ambos recursos, incluyendo el de protección”, asegura el concejal.

Sobre el alegato de una decisión arbitraria y discriminatoria, Kast sostiene que “el único local que vi con esas condiciones en ese semestre, según el listado que se nos proporcionó, fue el Bar La Virgen. No hubo otros que, en el análisis de los antecedentes, se haya tratado con un criterio distinto”.

En cuanto al relato de que él se encontraba en estado de ebriedad, incomodando a otros clientes y que luego fue expulsado, el concejal asegura que es totalmente falso.

“Desmiento absolutamente esas declaraciones. Lo veo más como una estrategia judicial que pudo haber utilizado. No me sorprendería que haya usado esa estrategia para desviar el foco de atención. Agradezco que las instituciones funcionen, porque más allá de la polémica que intentó generar, lo fundamental es que estaba haciendo un uso fraudulento de su patente y generando externalidades negativas para los vecinos, especialmente considerando que el plan regulador no permite discotecas en esa área”, dijo Kast a The Clinic.

“En resumen, la falta incurrida por el Bar La Virgen’ fue operar como una discoteca sin la patente adecuada. No es que estuvieran abiertos más tarde de lo permitido, sino que su patente era de restaurante, cantina, pub o cabaret, pero no de discoteca. La Corte de Apelaciones ha ratificado esto en ambos recursos”, concluye el concejal.

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