“Hasta por mi origen campesino”: Ingresan denuncia por grave discriminación laboral en contra de Seremi de justicia del Maule

Pedro Espinosa es gendarme y tras los años de servicio llegó a ser Suboficial. Luego de dirigencias sindicales y un paso por la Unidad de Servicios Especiales de Gendarmería, el 29 de septiembre del 2023, fue trasladado como conductor del entonces Seremi de Justicia de la Región del Maule, José González Gaete. Hasta ahí, todo bien.

El 1 de junio del 2024, Gonzáles dejó su puesto y tres días después llegó el nuevo seremi Juan Manuel Guillermo Miño. Según relata la denuncia interpuesta por Espinosa, la relación que tenía con el ex seremi era buena e, incluso, este solicitó la inscripción de notas meritorias en la hoja de vida del chofer. En cambio, el seremi actual, dice Espinosa en su acusación, era una persona “despectiva y clasista”.

Antes, cuando Miño llegó a su nuevo puesto, reunió al personal para explicar sus nuevos lineamientos, dice explica el recurso interpuesto ante la justicia. Ahí, el seremi del Maule reconoció que su intención era continuar lo que había hecho la administración interior, sobre eso les dijo que se sintieran seguros en los puestos de trabajo, pues no haría cambios.

Los eventos que acusan discriminación

Espinosa ya notaba algunas cosas diferentes, por ejemplo, cuando asistían una actividad fuera de la ciudad, Miño no se sentaba a almorzar junto a él. Más tarde, el chofer asegura haber sido víctima de discriminación. En la seremi, explica Espinosa, hay dos funcionarios que provienen de Gendarmería, “y el maltrato fue solo hacia mi persona, discriminándome incluso hasta por mi origen campesino de la ciudad de Chanco“, advierte Espinosa en su denuncia.

Fue el 24 de julio de este año que Miño llama a su oficina a su chofer y le dice que no seguirá trabajando como chofer la Seremi de Justicia y Derechos Humanos de la Región del Maule. Ahí, Espinosa asegura que el modo fue “tratándome muy mal, diciendo que me despacharía de inmediato a Gendarmería, por lo cual debía sacar mis cosas rápidamente de la oficina y hacer entrega de las llaves del automóvil, sin
explicación alguna”.

Lo que alcanzó a explicar el seremi era que el cargo de chofer es uno de “más confianza política”. Según Espinosa, eso no es así, pues el conductor siempre es un efectivo de Gendarmería. En fin, la decisión estaba ya tomada y le quitaron la credencial, las llaves del vehículo y las de la oficina. Por último, Miño le indica que al día siguiente debe presentarse a primer hora en Gendarmería, pero Espinosa le recuerda que tenía una gran cantidad de horas compensatorias acumuladas.

El Seremi, según el gendarme, llamó por teléfono a la Subsecretaría de Justicia la que instruyó a darle las horas compensatorias, pues no había dinero para pagarlas. Naturalmente, estas debían tomarse antes de volver a Gendarmería.

La denuncia relata que Miño le dice que no lo quería ver más en la oficina hasta el 16 de agosto, cuando fuera a buscar el oficio justificatorio de las horas compensadas. “No me quedó otro remedio que irme de
inmediato muy humillado y cabizbajo, pues nunca había sido tan maltratado por una jefatura, mucho menos sin justificación alguna, sin haber cometido ninguna falta, ni error en mi labor”, revela Espinosa en la denuncia.

The Clinic consultó a la subsecretaría de Justicia sobre el caso de discriminación y advirtieron que no podían referirse a causas que están en tramitándose ya en tribunales laborales.