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24 de Septiembre de 2024

Por qué la moda de llevar una botella a todas partes se ha vuelto una marca de personalidad más que de conciencia por la hidratación

Tener una botella de agua de acero inoxidable se volvió una moda constante después de que en 2019 se revelara que el BPA de las botellas de plástico era dañino para la salud. Más adelante, comenzaron a salir botellas de todo tipo de material con la marca "sin BPA" en su etiqueta. Pero esa no es la única razón por la cual hoy, las botellas de agua parecen unas compañeras de hidratación ineludibles. Las personas las llevan a todas partes, como accesorio, como algo que se debe tener y no se debe olvidar. O como algo en lo que vale la pena invertir. Aquí, exploramos las razones que van más allá de la conciencia de que la hidratación hace bien.

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Llegar a la oficina en la mañana y dejar sobre el puesto de trabajo una botella de agua de acero inoxidable. Mirar hacia el lado y ver cómo otras botellas sobresalen de las mesas como si se tratara de edificios en una calle. O en la universidad, ver cómo los mesones largos de las salas de clases se decoran con largas botellas de colores. Algunas con diseño. Otras con marcas deportivas impresas en el aluminio. O con imágenes de personajes de la industria televisiva. O simplemente de plástico con colores translúcidos. Es, simplemente, el furor de las botellas de agua.

Hasta Karl Lagerfeld, Chanel o Alberta Ferretti lanzaron sus propias botellas de agua de acero inoxidable hace algunas temporadas, que vendieron en 50-70 dólares. Otras marcas como Burberry, Fendi o Marine Serre lanzaron fundas para llevar y proteger esas botellas. ¿El precio? 500 euros por lo bajo.

“Yo he invertido a lo largo de mi vida en botellas de agua. La última en la que invertí fue una botella preciosa de un litro de una tienda deportiva con harto reconocimiento”, cuenta Catalina Bastías (29).

¿Tiene que ver con que en Chile hay más conciencia de tomar agua? Según la última Encuesta Nacional de Salud del Minsal, solo el 28% de la población cumple con el consumo de agua recomendado -6 a 8 vasos por día o 2 litros diarios aproximadamente-.

Pero en contraste, una investigación de la Universidad de Concepción, en conjunto con la Universidad de Glasgow, caracterizó el consumo de agua en la población chilena. Encuestó a 5.520 personas y reveló que el 72% tomaba seis vasos de agua al día o más, mientras que el 28%, tomaba menos.

Quienes fueron más propensos a beber las cantidades de agua recomendadas, fueron personas que convivían con otras. También, que tenían un nivel educativo medio y superior. Y, que seguían un plan de alimentación y reportaban un buen estado de salud y bienestar.

“Sí. Es un tema el agua en mi casa”, dice Catalina Bastías, quien está dentro del rango de personas más propensas a tomar agua junto con su pareja, Gonzalo. Pero a pesar de que tienen el hábito de tomar harta agua en la casa, hay diferencias entre ambos. Ella, que tiene una botella increíble, no toma más de dos vasos al día en su botella que la tiene, para llevarla a la oficina.

Mientras que su pareja toma agua todo el tiempo, pero nunca ha invertido en una.

“Podría ser que me gustan las botellas por moda”, comienza a contar Catalina Bastías. “Yo por ejemplo, tomo solo del agua filtrada. Gonzalo en cambio, toma del agua que sea, porque es fanático. Está siempre con un vaso en la casa y todo el día, me ofrece agua. ‘¿Quieres agua?’, me dice cada cierto rato y yo le digo que no, que prefiero una Coca Cola”, cuenta.

Ella, puede tener hasta cinco botellas de agua distribuidas en la casa. Las compra desde siempre, e invierte en detalles en los cuales Gonzalo, no se fija. “Creo que si tengo una botella bonita, cómoda para andar trayendo, con correa para colgarla y todo, con la boquilla perfecta para tomar y que cierre bien para que no se me caiga el agua, es perfecto”.

Nelly Bustos, académica del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile e investigadora responsable de las Guías Alimentarias para Chile, las personas han destacado la importancia del agua como recurso durante los últimos años. “Pero la conciencia es más bien de carácter ecosistémico. Aunque sí existe una dimensión personal sobre el agua y su uso, en tanto responsabilidad individual”.

Según cuenta Bastías, Gonzalo “toma del agua que sea y donde sea aunque no tenga botella. Ocupa y recicla las que hay en la casa, pero no tiene una propia. La única botella que nunca me saca es la de litro de la marca deportiva que compré hace poco. Sabe que es mi favorita”.

Incluso, Gonzalo siempre termina comprando agua embotellada mientras se traslada por la ciudad. “En la casa siempre aparecen botellas de Cachantún o Vital de medio litro. Yo las enjuago y las dejo para el reciclaje. Luego él las busca en el reciclaje, las encuentra, las llena y las deja en el refrigerador”, relata. “No puede tener solo una botella”.

La otra moda: tomar casi 4 litros de agua al día

La versión más brutal de la moda de la botella de agua nació en 2021, cuando la pandemia y el encierro todavía estaban latentes.

El creativo de marca neoyorkino John Jannuzzi la viralizó porque atendía sus reuniones de Zoom con un botellón gigante de agua que hacía 3,785 litros.

“Este es un gran momento para la “industria de la hidratación motivacional”, dijo en ese entonces Jason Holloway (31) empresario norteamericano que fundó la empresa HydroMate -que significa literalmente “compañera de hidratación”– en 2019.

Foto: NYT.

La botella que entró a Chile en esa época, tiene escritos mensajes motivacionales cada vez que se va cumpliendo una meta de ingesta. Pero no por litro, por hora. La botella solo marca el nivel donde el agua debe bajar cada dos horas entre las 7:00 am y las 21:00 pm. Así, pase lo que pase, lo que importa es cada cuanto se toma agua, no cuánta.

La idea, dijo Holloway a The New York Times, fue “crear una botella que convierta el beber agua y el miedo a beber agua, en un divertido juego al que se juega durante todo el día. Quería ayudar a inspirar a las personas a beber más agua; motivarlas a beber sorbos durante todo el día”.

Pero en Chile, la ingesta de agua no ha calado tan hondo. Según la académica del INTA, Nelly Bustos,
“el consumo de agua es bajo en forma generalizada en todos los grupos. Hay un máximo de sólo 17,1% en los adultos de 30 a 49 años. Una cifra alarmante es la de los menores de seis años y especialmente los escolares de 6 a 13 años. Son los que reportan menor cumplimiento, con solo el 3% que declara el consumo recomendado, de seis a ocho vasos de agua/ día”.

A pesar de esto, la especialista destaca que sí “existe como consenso internacional que para aumentar el consumo de agua, es clave dar acceso”. Como ejemplo, pone el programa Elige Vivir Sano, que entregó más de 26.000 botellas de agua a los y las estudiantes para motivar el consumo de agua durante la pandemia. “Eso, lo acompañaron de una estrategia educativa de marketing social lo que permitió tener resultados positivos que lograron aumentar el consumo de agua en estudiantes, durante el confinamiento”, dice.

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