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24 de Octubre de 2024

El impacto de la falta de lectura llega a las escuelas de Humanidades: “Algunos no han leído mucho y no han aprendido a sostener un texto”

En 2023 la Universidad de Chile reveló que entre un 80-84% de los chilenos no comprende adecuadamente lo que lee. Las consecuencias de los problemas de lecto-escritura llegan también con los estudiantes que entran a carreras de Humanidades. Aquí, el testimonio de una docente de filosofía en la Universidad Católica al hacer clases a muchos alumnos que han leído menos que los de antes. "Muchas veces, los alumnos leen tratando de pillar al autor. No confían en él. A priori, suponiendo que el autor está en una posición enemiga y eso es precisamente, porque no han leído mucho y no han aprendido a sostener un texto", dice.

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María Jesús Montecinos lleva más de 10 años haciendo clases universitarias. Es filósofa, y hoy día también es docente de Filosofía en la formación general de la Universidad Católica. En todos esos años, ha visto un centenar de debates estudiantiles en clases respecto de los textos filosóficos que leen en el ramo. Kant, Sócrates, Platón, Aristóteles… Todos se interesan por la teoría clásica.

Pero un día, discutiendo a Aristóteles, uno de sus alumnos levantó la mano y le dijo: “Bueno, pero esa es la opinión del autor”, insinuando que lo que decía no era cierto. “¡Y era un texto de Aristóteles!”, exclama Montecinos recordando la anécdota. “Uno puede buscar otras maneras de pensar los problemas, pero Aristóteles no te está ofreciendo una opinión. No se trata de una conversación en el living de la casa con los amigos. Es el fundamento de una corriente filosófica”, continúa.

Lo que sucedió ese día, es síntoma de lo que María Jesús Montecinos define como “la angustia de los estudiantes universitarios al leer”. La filósofa, expresa que hay una consecuencia sorprendente de que un estudiante llegue sin un bagaje de lectura o el hábito de leer establecido. “El alumno llega sin la modestia que se necesita para leer a un autor”.

El año pasado, se reveló que entre un 80-84% de los chilenos no comprende adecuadamente lo que lee. Los resultados fueron publicados en el segundo Estudio de Competencias básicas de la Población Adulta, realizado por el Centro Microdatos de la FEN en la Universidad de Chile.

Pero las consecuencias del declive de la lecto-escritura en el país -incluso antes de la pandemia-, no solo son no entender lo que se lee. Es, según la experiencia de la docente en ramos universitarios, que ni siquiera confían en en el autor y por ende, lo leen sin modestia.

“Cuando uno lee, uno esperaría una disposición de apertura a lo que el autor te va a ofrecer. Muchas veces, los alumnos leen tratando de pillar al autor. No confían en él. A priori, suponiendo que el autor está en una posición enemiga y eso es precisamente, porque no han leído mucho y no han aprendido a sostener un texto”.

Independiente de que después un lector se quede con lo que le parece importante, el problema de llegar a leer grandes autores en los ramos universitarios y no darles la oportunidad de mostrar una parte de la verdad, afecta directamente a la comprensión del mundo.

El estudio de la Universidad de Chile especifica que el 65% de los profesionales chilenos sólo entiende textos simples. También que un 27% no llega a un nivel básico de comprensión lectora. Eso significa, que el paso por la experiencia de la lectura en la universidad -antes de salir al mundo laboral-, tampoco está influyendo en mejorar el hábito.

“La sociedad no está entregando herramientas para que los estudiantes sepan sostener un texto desde niños”, dice Montecinos. “Atravesar un texto es saber que no todo es placentero en él. Que a veces se pelea con el texto, que también se tienen que buscar fuentes, o apuntes. Es una pega muy rica pero que supone detenerse. Hay una temporalidad, un reposo en la lectura”.

Se necesita tiempo para leer. Esa razón, afecta directamente el meollo del problema, que según Montecinos, tiene que ver con la biograficidad de la lectura en nuestro país. O sea, poner todas las expectativas de aprendizaje de este tipo de hábitos, en la familia.

“Hay pocas condiciones para transmitir en las familias las lecturas. La lectura necesita mucho tiempo y eso también habla de condiciones privilegiadas”, dice Montecinos.

Según el Informe de Hábitos y Percepciones Lectoras en Chile, publicado por IPSOS en 2022, el 54% de los adultos que dijeron que leían todos los días y por placer, contaron que sus madres, padres o personas con las que vivía, leían libros, diarios y revistas.

He ahí el dilema del tiempo como privilegio. “Si un papá está leyendo es porque puede tomarse el tiempo de leer”, explica la filósofa. Por lo mismo, el informe también informa que el 38% de los chilenos no lee libros por falta de tiempo. Y el 40% solo leyó 4 libros durante ese año.

La docente explica que la falta de experiencia en la lectura también afecta a la forma en la que se expresan los alumnos en las clases. “Hay una dificultad que uno ve en los alumnos de poder expresar lo que están pensando. La lectura te ofrece eso, conceptos, riquezas, articulaciones”, dice.

“A veces les cuesta incluso reconocer los matices en los debates. Se centran mucho en el sentir propio, que es algo muy importante, pero no es lo único que tenemos. Eso también afecta que no hayan leído tanto. La modestia también tiene que ver con eso”, continúa.

El informe IPSOS también habla de que el 59% de los adolescentes en Chile leen por gusto, pero el 64% lo hace por obligación. En eso, la universidad a la que llegan también afecta. María Jesús Montecinos también es doctora en Educación de las Universidades Alberto Hurtado y Diego Portales. Desde ahí, analiza que “entrar a una universidad de excelencia ayuda. Puede que no tengan buena base de lectura pero al menos, tienen algún grado de disciplina. Eso también es un privilegio”, concluye.

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