Política
1 de Noviembre de 2024Matías Walker y su balance electoral: “Si fuéramos tan irrelevantes no habrían tantos análisis de la votación de Amarillos y Demócratas”
Matías Walker, vicepresidente del Senado y figura clave del partido Demócratas, analiza el futuro del partido a una semana de las elecciones municipales. Tras un intenso seguimiento electoral, defiende los resultados obtenidos, aunque el pacto entre Demócratas y Amarillos no haya logrado ninguna alcaldía de las 56 en disputa. Walker basa su optimismo en los resultados de concejales, argumentando que los 457,000 votos alcanzados representan una base sólida para el fortalecimiento del centro político. En esta entrevista, el ex-DC aborda también el caso Monsalve y la situación actual del gobierno: "Ha habido una serie de contradicciones en el Gobierno y por parte de la propia ministra Tohá respecto de cuándo tuvieron conocimiento de esta denuncia de violación", señala.
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El vicepresidente del Senado, Matías Walker, viene de un fin de semana ajetreado. Es miércoles, casi mediodía, y, con evidente cansancio, recuerda que se quedó hasta las cinco de la mañana del lunes actualizando la página del Servel para ver los resultados de las elecciones de concejales, donde, según él, se encontraba la verdadera prueba para la proyección de su partido: Demócratas.
Walker recibe a The Clinic en la oficina de la vicepresidencia del Congreso en Santiago. Ahí comenta la coyuntura política y los últimos antecedentes del caso Monsalve. “Creo que no queda espacio para que no se asuman responsabilidades políticas. Yo creo que el Presidente lo tiene claro“, señala.
Además, entrega su balance de las votaciones que, a diferencia de lo que dicen los analistas, considera un resultado positivo. El exdemocratacristiano responde a quienes sitúan a Demócratas en la irrelevancia política, habla de los desafíos que enfrenta su partido para convocar al electorado de centro y comenta la compleja decisión de apoyar a Claudio o a Francisco Orrego en la elección de gobernador de la Región Metropolitana.
—¿Cómo evalúa usted el plano político general de esta semana?
—Claramente son semanas marcadas por el escándalo de la acusación de violación contra Manuel Monsalve y por el resultado electoral del fin de semana. Lo primero, claramente un escándalo que le pega al Gobierno en su línea de flotación y en uno de los pilares del curso de la coalición de gobierno que era el feminismo. Más allá de eso, pone a prueba a todas las instituciones.
Tengo plena confianza en el fiscal Armendáriz, creo que es un fiscal serio. Lo peor que se puede hacer es, desde la política, pautear lo que tiene que hacer el fiscal. Hay que dejar que investigue. No me queda duda de que está haciendo una investigación exhaustiva y no es bueno que se le pautee cuándo tiene que formalizar. Él va a formalizar cuando tenga todos los antecedentes para poder hacerlo.
—¿Cree que la figura de la ministra del Interior, Carolina Tohá, está en cuestión hoy día a propósito del caso Monsalve?
—Lo dije la semana pasada y lo reitero, yo creo que no queda espacio para que no se asuman responsabilidades políticas y creo que el Presidente lo tiene claro. Ha habido una serie de contradicciones en el Gobierno y por parte de la propia ministra Tohá respecto de cuándo tuvieron conocimiento de esta denuncia de violación.
Hay legítimas dudas por parte de la ciudadanía si realmente había intención de pedirle la renuncia a Manuel Monsalve o esto fue gatillado por las publicaciones de prensa que revelaron este escándalo. Entonces, creo que en estos casos tienen que asumirse las responsabilidades políticas de parte de quienes correspondan.
El vaso medio lleno en la elección de Demócratas
—Sobre las elecciones, ¿cuál es su análisis?
—Sobre los resultados electorales estoy muy satisfecho por el país. Hay un tránsito, como dijo Roberto Méndez, hacia el centro, hacia la moderación. Si uno ve los resultados dentro de la propia coalición de Gobierno el giro fue desde Apruebo Dignidad hacia el Socialismo Democrático y si uno ve en el caso de la derecha el giro fue desde el Partido Republicano, que había sacado un 35% de la elección última de constituyente, hacia Chile Vamos. Particularmente sale muy bien parado Renovación Nacional con un liderazgo muy dialogante como el del senador Rodrigo Galilea.
En el caso del Centro Democrático (Amarillos y Demócratas), nosotros objetivamente estamos muy satisfechos con resultados en la elección de concejales: haber obtenido 457.000 votos en la primera medición electoral que tenemos como pacto centro democrático. Es muy interesante obtener un 4,4% de los votos. Fue muy similar a la votación de partidos históricos como la DC y el PPD.
Eso nos llena de orgullo porque además fue difícil. Nosotros nos constituimos como partidos muy cerca de la elección. En el caso de mi región, de Coquimbo, recién tuvimos resolución del Servel para constituirnos como partido en el mes de mayo y en junio ya estábamos inscribiendo nuestros candidatos y obtuvimos 10 concejales. Logramos elegir un alcalde en Punitaqui que se inscribió con voto independiente precisamente por el tema de la premura de los plazos con el Servel, pero que es un alcalde que apoyamos nosotros, en una comuna donde también obtuvimos dos concejales demócratas.
Objetivamente, para ser nuestra primera medición, estamos muy conformes en las comunas. Ese es un análisis que hicimos ayer, que hizo Amarillos también: en las regiones y comunas donde competimos, sacamos más del 7% de los votos. Eso creo que es un punto de partida muy importante para lo que viene, seguirnos consolidando como pacto centro democrático.
—Sobre las elecciones ¿Esperaba un resultado mejor para Demócratas? ¿Cuál era su expectativa antes de la elección?
—Yo siempre dije que no me atrevía a hacer predicciones, pero lo que yo tenía claro es que no íbamos a medir por la elección de concejales. Todos los partidos se miden por la elección de concejales, pero particularmente un partido nuevo. Eso yo lo dije antes y por lo tanto lo reitero: después de haber elegido 55 concejales y 70 concejales como pacto, una votación de 457.000 ciudadanos que votaron por esta alternativa de centro sin recursos realmente me tiene muy conforme.
Obviamente esperábamos elegir más alcaldes, pero sabíamos que era cuesta arriba porque, además, nosotros tomamos una definición. En algún momento nosotros podríamos haber ido con Chile Vamos y haber formado un pacto con ellos, pero tomamos una decisión política, dejando la calculadora de lado que era pararnos en nuestros propios pies como pacto de centro y sin Chile Vamos.
Creo que fue una buena decisión. Finalmente, lo que en política genera rédito a largo plazo es la consistencia y si nosotros nos fuimos de la Democracia Cristiana, y después nos expulsaron porque sentimos que la Democracia Cristiana se fue a la izquierda, no era para irnos a la derecha, sino que para formar un pacto de centro y así se denominamos este pacto centro democrático y, obviamente, el ir con un pacto con Chile Vamos nos hubiese asegurado más alcaldes, pero hubiéramos perdido consistencia.
—Respecto a la moderación del electorado, no pudieron capitalizar los partidos de centro ¿Cuál es el análisis que hace usted? ¿Qué faltó para que ustedes pudiesen convocar a dicho electorado?
—Creo que partir de una base de 457.000 votos en la primera elección es muy positivo. En las comunas y en las regiones donde competimos sacamos más de un 7, 7,7% de los votos. Eso me parece muy interesante porque ese es un piso y a partir de ahí podemos construir. Muchos hablan del umbral del 5% a propósito de la reforma del sistema político y el hecho que donde competimos hayamos obtenido más del 7% de los votos nos abriga la esperanza de que en las elecciones parlamentarias vamos a superar ese empleo.
—¿Cuál es el desafío entonces?
—El desafío es convocar a todo el electorado que se declara de centro, como se muestra en la encuesta CEP y en la encuesta Cadem. Creo que tenemos un espacio para crecer. Para lograrlo, como centro, debemos encontrar un tono adecuado, un tono no solo crítico cuando corresponde, sino también un tono propositivo y tono dialogante.
¿Qué tienen en común alcaldes electos como Sebastián Sichel, Mario Desbordes, Jaime Bellolio y Catalina San Martín? Son liderazgos dialogantes y propositivos, que no se limitan solo a las críticas. Y ahí es, por lo menos el estilo que yo he tratado de cultivar como senador. También es lo que han hecho nuestros diputados que votaron a favor de la idea de una reforma de pensiones, es la decisión que tomamos con nuestros diputados de votar a favor del proyecto de ley de cumplimiento tributario y para subir la pensión garantizada universal.
—Entonces, en este desafío de convocar al centro. ¿Lo que falta, básicamente, es tiempo?
—Nos falta tiempo y mejorar el tono, un tono más propositivo, un tono más dialogante. Ese es el desafío. Desde luego, reencantar a todos quienes desde el centro estuvieron por el rechazo. Lo dijimos desde el primer minuto porque el momento refundacional de Demócratas y de Amarillos fue el triunfo del rechazo. Siempre dijimos que el 62% no era de derecha, pero hay todavía muchos sectores que vienen del centro y la centro izquierda que estuvieron por rechazo que no se han sentido motivados para ingresar. Ahí tenemos un desafío de convocar a esa antigua Concertación porque nosotros nunca, a diferencia del socialismo democrático, renegamos de la obra de esos gobiernos. Hemos conversado mucho con el presidente Frei. En su momento conversamos con el presidente Lagos y el desafío es convocar a ese electorado que estuvo por el rechazo desde el centro.
Definición y Proyección del Centro Democrático
—La Democracia Cristiana también tuvo resultados subóptimos, sin embargo también busca convocar a un centro ¿cómo analiza usted el resultado de la DC y el estado actual de su antiguo partido? ¿Cree que Demócratas y la DC compiten por el mismo electorado?
—Nosotros no competimos en estas elecciones con la Democracia Cristiana. Cada uno fue a buscar su propio electorado. Apoyamos lealmente a alcaldes democratacristianos que habían hecho una buena gestión y que se salieron electos. En mi caso apoyé a Denis Cortés en Illapel, que competía contra Luis Lemus, exdiputado socialista y ganó. El diputado Calisto apoyó lealmente a Carlos Gatica, alcalde reelecto en Coyhaique. O sea, nosotros apoyamos a los buenos candidatos de la Democracia Cristiana. Pero, lamentablemente, la DC continuó con su extravío a la izquierda. Vimos a liderazgos de la Democracia Cristiana con Irací Hasler (PC) en Santiago. A veces una imagen vale más que mil palabras y eso ha provocado el declive de la DC. A mí me da mucha pena, porque es nuestro partido toda la vida, un partido que fundó mi abuelo. Me da mucha pena ver a la DC abrazada de esa forma al Partido Comunista, a líderes octubristas que renegaron de los gobiernos de la DC.
—Hoy, con aparente calibre que tiene el partido Demócratas ¿Cómo proyecta la contienda presidencial?
—Tal como lo hicimos en estas elecciones municipales: que nos paremos nuestros propios pies y nos presentemos a la ciudadanía como una opción de centro en primera vuelta. Creo que desde Carolina Goic, probablemente, que el electorado genuinamente de centro no tiene una alternativa por quién votar en primera vuelta.
—¿El proyecto político de Demócratas y Amarillos cómo se proyecta tras esta elección?
—Mi postura desde un principio siempre fue que Demócratas y Amarillos fueran un solo partido y que se fusionaran. Y voy a seguir sosteniendo esa postura. Creo que un partido que pueda fusionarse y que parta de 457.000 votos, de un 7% del electorado en las comunas y regiones donde compitió, es una opción muy interesante para los ciudadanos que se declaran de centro, más de un 20% si uno toma los resultados de la encuesta CEP.
—¿Y cuál es ahí el impedimento o la diferencia fundamental entre Demócratas y Amarillos?
—Yo no veo diferencias de fondo entre Demócratas y Amarillos. Lo que pasa es que ellos venían con un movimiento armado, que fue muy importante en la campaña del Rechazo, un movimiento ciudadano, después decidieron convertirse en partido político y después vino nuestra renuncia y nuestra posterior expulsión de la DC cuando compartimos con el 62% de la ciudadanía la opción por rechazo. Pero bueno, así como la Revolución Democrática y Convergencia Social se fusionaron y tuvieron un debate interno, yo espero que ese debate se haga y que Demócratas y Amarillos sea un solo partido.
—A propósito de los resultados de las elecciones han aparecido voces acusando que Demócratas y Amarillos no son tan relevantes políticamente ¿qué responde a ese análisis?
—Bueno, si fuéramos tan irrelevantes no se dedicarían a analizar la votación de Amarillos y Demócratas. Si algunos creen que tener un 7,7% de los votos en las comunas y regiones que competimos es irrelevante, allá ellos, que sigan viendo la política y la vida en blanco y negro.
Nosotros, a partir de esta base, vamos a seguir consolidando una opción de centro para Chile porque creemos tiene que volver a ser un país como lo marcaron los gobiernos de la concertación. Un país que crezca en base a acuerdos, que podamos llegar a un acuerdo en materia de pensiones, que podamos disminuir las listas de espera de salud, con colaboración público-privada, que podamos llevar adelante un plan de emergencia habitacional y, en definitiva, un país donde podamos volver a caminar tranquilos por la calle con crecimiento económico y generación de empleo.
—En Radio Cooperativa, Isidro Solís, habló sobre la sobre representación mediática de Demócratas y Amarillos ¿cómo ve usted esta crítica que se ha hecho a Centro Democrático y a los medios por una aparente sobre cobertura?
—Creo que nosotros efectivamente jugamos un rol muy importante en el triunfo del rechazo, creo que es un gran mérito haber formado estos partidos en tan poco tiempo y tan encima de las elecciones y haber obtenido esta votación en las comunas en que competimos, superando la votación del PDG, superando la votación de Social Cristiano, superando la votación del Partido Liberal, por ejemplo, que hoy día tiene un candidato presidencial como Vlado Mirosevic.
Yo le dije a mis candidatos que no tenía plata, pero tenía mis zapatillas para recorrer y acompañarlos y lo mismo hizo Ximena el Rincón que recorrió todo el país y nuestros seis diputados de Demócratas y todos nuestros liderazgos y permitieron que obtuviéramos todos 55 concejales. Me quedo con el análisis que dice que sí es una votación muy relevante para el tiempo que tuvimos para constituirnos y presentar estas candidaturas.
—Cuál va a ser el posicionamiento de Demócratas para la segunda vuelta de gobernadores de la Región Metropolitana? ¿Claudio o Francisco Orrego?
—Esa es la pregunta que hubiera encantado que no me hicieran (ríe). Mira, es un tema que está en análisis. Hay definiciones más fáciles que otras. Por ejemplo, en mi región, en Coquimbo, compite Cristóbal Juliá, candidato por Evópoli, que sacó la primera mayoría, con un consejero regional del Partido Comunista, como Javier Vega que representa ideas bastante distintas a nuestras. Ahí la definición es más fácil.
Soy partidario de analizar la realidad región por región. En la Región Metropolitana es muy importante lo que opine nuestro principal liderazgo, que es la diputada Erika Oliveira. Algunos quieren apoyar a Claudio, otros quieren apoyar a Pancho. Lo que pasa para mí es muy difícil dar una respuesta. Yo soy muy amigo de Claudio. Nos formamos juntos en política, crecimos juntos. Creo que ha hecho una buena labor como gobernador regional. Se equivocó en la opción de la apruebo, yo se lo dije. La gente que eligió Claudio Orrego fue gente que votó por el rechazo. Creo que hay cosas que aclarar todavía respecto del convenio con la Fundación Procultura.
—La Gobernación es querellante…
—Sí, son querellantes. Bueno, espero que eso se aclare. Y Pancho Orrego es un liderazgo muy interesante, sacó más de un millón de votos…
—¿Pero le acomoda del liderazgo de Francisco Orrego? Menciono que uno de los desafíos de su partido era ser más propositivo y abierto al diálogo y Francisco Orrego no representa necesariamente esas formas, ¿o sí?
Sí, yo tengo un estilo distinto, más dialogante, quizás más propositivo. Pero bueno, es una decisión que tienen que tomar nuestros militantes de la Región Metropolitana. Sé que hay distintas opiniones y para mí es difícil dar una respuesta porque yo me siento muy amigo de Claudio Orrego y siempre admirado mucho su trayecto.