El camino del pastor evangélico que se convirtió en el nuevo alcalde de Concepción 

La mañana siguiente a las elecciones municipales y regionales del domingo 27 de octubre algunos electores penquistas no tardaron en hacer aparecer en redes sociales diferentes memes que aludían al Festival REC y al ganador de la contienda electoral en Concepción, el militante del Partido Social Cristiano (PSC), Héctor Muñoz Uribe.

Una de las imágenes difundidas muestra una popular instalación con el nombre de la ciudad, ubicada en el Parque Bicentenario, frente al Teatro del Biobío, y que figura acompañada de una guitarra eléctrica. Algo así como un homenaje a la ciudad que ha hecho de la música rock un atributo identitario.

Sin embargo en la parodia, la icónica guitarra fue reemplazado por un habitual instrumento de cuerda utilizado en agrupaciones musicales surgidas bajo el alero de la Iglesia Evangélica. Lo anterior, debido a la conocida inclinación cristiana del jefe comunal electo de la capital regional.

Para nadie en la ciudad es un misterio que esa es una las características más reconocidas del también exmilitante de Renovación Nacional (RN), de la que nunca ha negado y, por el contrario, le ha generado importantes réditos electorales.

Pero, al mismo tiempo, ello se ha transformado en los primeros temores entre sus detractores que ya adelantan un importante retroceso en materia de políticas culturales y de diversidad sexual en el municipio de Concepción. Sin ir más lejos, fue la administración saliente la que instaló una oficina de género y diversidad en la cada alcaldicia. Aunque él adelanta que la mantendrá.

“Cruzar el desierto” y ser padre a los 18

En los alrededores del estadio municipal Ester Roa Rebolledo, se ubican algunos de los barrios más emblemáticos de Concepción como Collao, Nonguén, Los Lirios o Villa Huáscar. Todo esto, muy cerca del Regimiento Chacabuco. Por ello, no es casual que algún miembro de muchas de las familias avecindadas en esas poblaciones pertenezca a alguna rama de la Fuerzas Armadas. En este sector, la familia Muñoz Uribe crió a sus tres hijos: Hans, Jorge y el mayor, Héctor, recién electo alcalde de la comuna, tras alcanzar el 21,96% de los votos, y superando por estrecho margen a la carta del oficialismo, el abogado de la DC Aldo Mardones.  

Los padres del nuevo jefe comunal son decisivos en su formación, en el camino elegido. Ella, Jenny Uribe, dueña de casa, fue la que lo encaminó hacia la fe cristiana. Huérfana desde temprana edad, conoció el mundo de la iglesia evangélica “Reconcíliate con Dios” también siendo pequeña. Ese espacio, esa forma de ver el mundo, fue la que les transmitió a sus hijos siendo niños, quienes acudían a los cultos sin manifestar ningún tipo de queja, aunque tampoco sin hacer mayores aspavientos. Héctor siguió los pasos de su madre hasta los 14 años, aproximadamente, pues a partir de entonces comenzó con una etapa que el mismo califica de “rebeldía”. 

Quienes profesan la religión evangélica suelen decir, coloquialmente, que hay un momento que un creyente está “un tiempo en Egipto”. Ello alude a un pasaje bíblico, cuando el pueblo de Israel vagó 40 años en esa tierra hasta que Moisés “los libertó”, explica una fuente ligada a la fe cristiana. Fue a los 14 años y hasta un poco después de su ingreso a la universidad que Muñoz reconoce haber atravesado ese “viaje”.

Y sí, esa “rebeldía” es entre comillas, porque el culto y/o las oraciones fueron cambiadas por actividades que son propias de un adolescente, como los amigos, la música y el fútbol. 

Muñoz, desde hace años, participa del club Los Arrayanes de la Asociación Deportiva “Vegas de Nonguén”, en Concepción. Juega como delantero y fue justamente en un partido de fútbol, hace cuatro meses, que se fracturó dos costillas. Algunos de sus cercanos dicen que hubo tiempo en escuchaba a Guns n’ Roses, durante la época del liceo, aunque hoy, cuando tiene que plantarse frente a un karaoke, lo hace interpretando las baladas del italiano Eros Ramazotti.

Recién había llegado a la mayoría de edad cuando fue padre por primera vez. Hace unas semanas, en días previos a los comicios electorales, se conoció la situación precisamente de ese hijo, el mayor: el joven fue detenido en el sector Aurora de Chile, de la capital regional, con un arma de fogueo adaptada para disparar y 18 gramos de marihuana, por lo que en la actualidad está con la medida cautelar de arresto domiciliario nocturno.

Muñoz, en medio de la campaña, tuvo que salir a manifestar que su hijo se vio involucrado en un incidente confuso que le corresponderá investigar a la justicia. También sostuvo que estaba con un tratamiento, por problemas de salud mental. El hijo, Héctor Ignacio, nació fruto de su relación con Karen Cane, su polola de esos años. Con ella mantiene, actualmente, una buena relación, incluso con el esposo de ella. La madre de su hijo mayor, además, lo apoyó en su campaña. 

Águilas y la diputada Muñoz

Ya cursando estudios superiores de Química y Farmacia en la Universidad de Concepción, Muñoz Uribe retomó activamente de su compromiso con la fe. Entró a la carrera por la influencia de su padre, Héctor, un oficial mayor que ingresó al Ejército en 1974 y que siempre estuvo ligado a la enfermería, incluso “haciendo patria” en el territorio antártico nacional, entre 1985 y 1993.

Era el único integrante de la dotación con conocimientos médicos, y ello lo motivó a perfeccionarse. Es la razón por la cual una serie de libros sobre la profesión se fueron acumulando en la vivienda familiar, los que con posterioridad fueron tomados por el ahora jefe comunal y uno de sus hermanos.

Así, Muñoz Uribe siguió el camino de su padre tras rendir la Prueba de Actitud Académica, obteniendo un poco más 700 puntos en matemáticas que, por entonces, ponderaban cerca del 50% de la carrera. Pudo haberse inclinado por una ingeniería, pero su modelo paterno fue el que lo influenció. Lo mismo ocurrió con su hermano Jorge, quien actualmente está avecindado en Cabrero, donde tiene dos farmacias comunitarias. Héctor también trabajó ahí un tiempo, en particular, tras el término del segundo gobierno del fallecido presidente Sebastián Piñera, donde ocupó el cargo de Seremi de Salud.

En la Universidad de Concepción, Héctor Muñoz comenzó a consolidar, no solo una carrera profesional, sino también su interés en la política. En la casa de estudios conocería, además, a su esposa, la diputada del Distrito 20 Francesca Muñoz, con quien cumplió recientemente 20 años de matrimonio. Ella era estudiante de inglés y previo a su matrimonio pololearon tres años. Fruto de esta relación nacieron sus otros dos hijos: Francesca, de 17, y Juan Pablo, de 11.

Héctor también fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (UdeC) y lo hizo con el apoyo del grupo de evangélicos las Águilas de Jesús, pero quizás no muchos recuerden que por esos años estaban en la otra vereda Franco Quidel, periodista y mano derecha del exconsejero regional, Javier Sandoval, uno de los férreos opositores a la gestión del gobernador regional, Rodrigo Díaz, en tiempos del Caso Convenios.

Años después, aún trabajando para lograr ser parte de la fe, aparecieron nombres como el arquitecto Camilo Riffo, el mismo que compitió en la elección del fin de semana con el apoyo del Movimiento por un Municipio Ciudadano, o la actual presidenta de la Cámara de Diputados y Diputadas, Karol Cariola, quien tomó la posta en la presidencia de la FEC, una vez que Muñoz no fue reelecto.

Lo que viene

A tres días de su elección, el alcalde Muñoz ha sentido el golpe de realidad que significó un triunfo que muchos veían como imposible. Dentro de su agenda recibe a periodistas, colegas políticos y alcaldes y a líderes de la sociedad civil.

Frente a la preocupación por ejercer un rol autoritario y conservador, el alcalde electo reconoce que no ejercerá el cargo exclusivamente según su fe y su manera de pensar, y pone como ejemplo de ello a la Oficina de Diversidad, instalada en el anterior período. “La Oficina de la Diversidad se va a mantener. Tiene un presupuesto, por ejemplo, sobre los $40 millones y eso no se va a tocar”, adelanta.

Su alocución también hacen referencia a otros asuntos que, seguramente, tendrán protagonismo durante su gestión: también está la Oficina de Asuntos Religiosos, que en el mundo cristiano es activa, por su labor social, y casi no tiene presupuesto: solo $7 millones. “Entonces, creo que al mundo cristiano ese tipo de cosas le estaba molestando. No vamos a cerrar nada, pero que se haga justicia”, explica a The Clinic.

“Mis convicciones son democráticas. Yo creo en la libertad de culto, en la libertad de expresión. Eso no solamente para mi credo, sino para la libertad de expresión de los demás. Me refiero no solo al mundo evangélico, sino también a las otras religiones, a la gente que no cree. La libertad de expresión en Chile existe, la democracia se recuperó. Tuvimos una dictadura… y yo digo dictadura, no tengo problema en decirlo como otro candidato… tuvimos una dictadura, donde no habían libertades”, añade.

Su frase, que hace referencia al pinochetismo, tiene que ver con una cuestión local: particularmente aludió a la polémica frase del expostulante a alcalde independiente, James Argo, quien en una entrevista radial en Concepción dijo que la régimen de Augusto Pinochet no era una dictadura.

Muñoz opina distinto, aunque dice que no habría habido un Pinochet sin un Allende. “Creo que hay que hablar del futuro. Si me insisten mucho en el tema, muchas veces mi opinión va a ser el silencio. Porque creo que hay que avanzar”, recula el alcalde electo.