Opinión
3 de Noviembre de 2024¿A cuánto el voto? La dispar relación entre aportes de campaña y resultados
Gabriela Villalobos, columnista de The Clinic, analiza los aportes que recibieron los principales candidatos y la efectividad que tuvieron en el resultado de la elección. Por ejemplo, cada voto del independiente Matías Toledo, alcalde electo en Puente Alto, costó poco más de $1, mientras que para la derrotada Marcela Cubillos cada voto costó $10 mil. "Las diferencias en los costos pueden parecer anecdóticas. Pero la verdad es que también muestran que los aportes en campaña no hacen al ganador", asegura Villalobos.
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El sábado 26 y el domingo 27 fueron días de elecciones. El lunes fue la jornada de sacar cuentas: la participación alcanzó el 84,9%, Chile Vamos obtuvo 87 de 122 alcaldías y en el caso de los gobernadores, en once regiones se deberá volver a las urnas para una segunda vuelta. Ese conteo de votos llegó rápidamente el mismo día de los comicios. Pero los candidatos ahora se preparan para enfrentar otros cálculos: el de los dineros de cada campaña.
Todavía quedan algunas semanas para que podamos acceder a los datos de los ingresos totales y los gastos de cada candidato. Pero ya tenemos el de las donaciones. En total se recibieron $39 mil millones a través del sistema de aportes que administra nuestro Servicio Electoral. Y escribo “nuestro” porque hay pocas cosas que producen más orgullo en nuestra institucionalidad -debilitada ante los últimos escándalos políticos- que este servicio. Supimos de segundas vueltas, derrotas y triunfos el mismo día de una elección en la que elegimos entre más de mil candidatos a alcalde, decenas de miles postulantes a concejal y otros tantos gobernadores y cores. Ahora también tenemos el detalle de cuánto recaudó cada uno de ellos.
Claudio y Francisco Orrego recibieron, con amplia ventaja, los mayores aportes entre todos los candidatos que compitieron durante el último fin de semana de octubre. El primero recaudó $769 millones, mientras que el segundo recibió un total de $446 millones. Estos no son los únicos fondos con los que contaron. En Chile las campañas se pueden financiar a través de aportes privados, del Estado (a través de anticipos y reembolsos) y también vía créditos. Pero las donaciones son una pieza clave. En el caso de los Orrego, sus campañas por la gobernación de la Región Metropolitana lograron convencer a un total de 2,8 millones de electores en las urnas. Aunque con valores diferentes.
Claudio Orrego obtuvo 1,6 millones de votos tras su campaña con aportes por $769 millones. En otras palabras, cada voto le “costó” $467. Francisco Orrego obtuvo 1,17 millones de votos recolectando $446 millones, lo que nos da un voto por cada $653. En otras palabras, la campaña de Claudio Orrego parece haber sido más efectiva en primera vuelta. Lo que no sabemos todavía es si le asegurará la gobernación. Eso lo haremos recién el 24 de noviembre.
Donde sí tenemos resultado claro es con los tres candidatos que recibieron los mayores aportes en las campañas por alcaldías. Mario Desbordes lidera el listado con aportes por $150 millones. En segundo y tercer lugar están Karla Rubilar ($135 millones) y Marcela Cubillos ($134 millones). Ambas perdieron ante contendores bastante menos conocidos y con menos poder recaudatorio.
Saquemos los cálculos: la relación entre aportes y votos nos da que cada voto por Rubilar costó $6.177. Son números muy alejados de su contendor, el alcalde electo Matías Toledo. Según la plataforma del Servel, Toledo sólo recibió aportes por $201.500 y consiguió 172 mil votos. Cada voto le costó poco más de $1. Las donaciones que recaudó difícilmente financiaron su campaña, por lo que hace falta tener más información sobre sus ingresos totales.
La historia de Cubillos y su contrincante ganadora Catalina San Martín también tiene grandes diferencias, pero no abismales como lo es el caso de Puente Alto. La alcaldesa electa recaudó $77 millones, cerca de la mitad de Cubillos. Pero mientras cada voto para esta última “costó” $10 mil, los de San Martín fueron por $9 mil.
Las diferencias en los costos pueden parecer anecdóticas. Pero la verdad es que también muestran que los aportes en campaña no hacen al ganador. Una primera razón podría ser que el verdadero financiamiento viene de otros lados. El patrimonio personal o los créditos tal vez han ganado importancia. Pero un segundo argumento también tiene que ver con las formas de hacer campaña. En cada proceso se ve menos propaganda en las calles y más en redes sociales. Y en esto se necesita más expertise que sólo recursos para lograr llegar al público adecuado. Conocer al electorado potencial es clave. Si no lo es para ganar, al menos para rentabilizar cada voto.