Entrevistas
16 de Noviembre de 2024Gianluca, el cantante urbano que lanzó su nuevo disco mientras trabaja como garzón: “Nunca lo imaginé después del éxito que tuve”
El cantante, pieza fundamental de la primera explosión urbana chilena, acaba de publicar su primer álbum en cinco años. En ese tiempo, fue salpicado por una funa, tuvo un mediático quiebre amoroso y pasó por varias depresiones, mientras veía el ascenso al estrellato de varios de sus colegas. Ahora, dice haber encontrado su lugar y modera sus expectativas. Tampoco tiene complejos en admitir que trabaja como garzón en un local chino en Providencia para costear su carrera. "Estás haciendo algo artístico y piensas: 'esto no me está dando plata’”, dice.
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El último trabajo que tuvo Gianluca antes de convertirse en uno de los pilares de la explosión de la música urbana en Chile fue en la cocina de un Papa John’s. Poco después de eso, en 2017, el ascenso de su propuesta, impulsado por su himno “Siempre triste”, le permitió poder dedicarse exclusivamente a sus labores creativas.
Sin embargo, hace cuatro meses, tomó una decisión que iba en la dirección opuesta. Se dio cuenta de que era momento de volver a emplearse y empezó a trabajar como garzón, de lunes a sábado, en un restaurante chino en Providencia. Ahí, muchas veces lo reconocen y le piden fotos. En otras ocasiones, si se trata de comensales extranjeros, es el propio Gianluca el que se anima a contarles a los clientes que él tiene una carrera musical.
“Es bacán. No soy Gianluca el artista, soy uno más, soy otra persona. Está superbien. Obviamente, me costó dar el paso. Me costó harto tiempo, pero lo necesitaba ya, necesitaba un ingreso fijo. Ha sido un reto conjugar las cosas, pero me hizo bien también para mi rutina, para ordenar mis tiempos. Verse en aprietos de lucas es lo peor que te puede pasar porque estás haciendo algo artístico que piensas: ‘Chucha, esto no me está dando plata, no estoy haciendo plata. ¿Qué estoy haciendo? Estoy puro hueveando’. Pero a pesar de todo esto, nunca he pensado en dejar de hacer música”, dice.
La confirmación de esa última frase se materializó hace unos días con la publicación de “El último romántico”, el segundo álbum de su carrera y sucesor de “Yin yang” (2019), que lo hizo ser el artista con más nominaciones en los Premios Pulsar de 2020.
El evocador título de este nuevo proyecto, extraído de una canción homónima de Nicola di Bari, tiene varias capas de interpretación. La más evidente es la de su contenido amoroso, contando en sus canciones la historia de una relación desde el comienzo hasta el final. Además, el abundante material audiovisual que acompaña al álbum muestra a un nuevo Gianluca, de aspecto vintage, vestido de traje y con flores en las manos o en el bolsillo de su chaqueta.
Esas imágenes apelan directamente a las principales referencias que tuvo para este trabajo, entre las que cita a nombres como Julio Iglesias o Luis Miguel. Su música conecta a Gianluca con una imagen recurrente de su vida familiar, la de su madre y la radio siempre encendida.
“Mi mamá es muy de escuchar la Radio Imagina, música romántica, nostálgica, que habla de amores, de pérdida, de desamor. Y yo también tengo ascendencia italiana por cierto lado. Entonces a mi papá también le gusta mucho, como que siempre tuve cierta fascinación por los cantantes italianos. Mi hermana también”, recuerda.
Gianluca explica que, más allá de las letras, el título del disco también viene por una sensación de romanticismo hacia el oficio de músico, de seguir haciendo las cosas por amor al arte y de tener “un fuego personal que siento que hoy en día no está en la música”.
“Me pasa lo mismo con el fútbol. Yo soy de la U y me acuerdo de un momento donde los jugadores se identificaban más con la camiseta, donde era más raro ver a un jugador de la U pasara a jugar en el Colo. Al final como que había más pasión, en todo sentido. Si bien hoy día también está, también hay un subtexto de la plata, la plata y la plata. Y a todos nos ataca eso, a mí también. Entonces creo que también volví a conectar con una parte de mí que quizás tiene que ver más con mis inicios”, dice y agrega: “Me apasiona ser creativo a mi manera, hacer las cosas artísticamente como me gustan, jugarme por mis proyectos. Yo siempre lo he dado todo por mi proyecto, he invertido todo en mi proyecto y siento que eso es lo que me hace feliz”.
Si en su momento Gianluca emergió como la figura alternativa de la escena urbana, “El último romántico” confirma esa vocación y de hecho se aleja completamente del reggaetón y casi totalmente del trap. En su reemplazo hay mucha más presencia de ritmos electrónicos y también baladas y boleros con giros contemporáneos. La lista de colaboradores potencia esa veta, sumando a nombres caracterizados por propuestas más autorales, como son la argentina Lara91K y los chilenos DrefQuila o Akriila, una de las últimas revelaciones de la música nacional, quien ha generado un prolífico vínculo con Gianluca.
—Akriila lo ha mencionado como una de sus referencias. ¿Siente que ha influenciado a nuevas generaciones?
—Sí. Claramente mi música, de una u otra manera, influenció muchas carreras, lo que pasó también con la música más alternativa urbana. Como que yo inventé cosas que acá no existían, entonces hicimos con “Yin yang” muchos puentes, muchas cosas, que de repente hay gente que le gusta más o que le gusta menos. Pero sí con la Akrii somos superamigos y ella me inspira a mí, tanto como en su momento yo la inspiré a ella cuando estaba en el colegio. O sea, son cosas bien power que me hayan escuchado en el colegio, que es un momento donde la música te marca, entonces bacán. Y claro, pues yo aprendo mucho de lo que están haciendo los cabros nuevos también.
—A estas altura, ¿qué significa la etiqueta de lo urbano?
—Yo siento que siempre va a ser una parte de mi música. No me molesta, me gusta, me da también la posibilidad de ser versátil, que es lo que me gusta en la música. Ya estoy pensando en lo que viene después y lo que viene después quizás está más ligado con el urbano, quizás no, pero como que eso es lo que me atañe desde un principio, a menos de que de un momento a otro haga una cosa radicalmente distinta. Igual me gustaría hacer de repente una banda, como proyectos alternativos, pero es harto tiempo, creo. Lo que hace el Cristal Briceño con sus bandas (Ases Falsos, Fother Muckers, Los Mil Jinetes, Grupo Crisis, etc) lo encuentro una locura.
—¿Y en su día a día sigue escuchando música urbana? ¿Trata de mantenerse actualizado con lo que sale?
—No sé si me mantengo tan actualizado, hace unos días estuve escuchando a Young Thug, a Juice WRLD también estuve escuchando a Lil Uzi, el último disco que sacó. Es que hay artistas que me gustan mucho, pero escucho mucho en inglés. Pero mientras hacía el disco y posterior al disco, casi no estaba escuchando música urbana, estaba escuchando muchos boleros, muchas buenas canciones, como esta canción que sacaron Lady Gaga con Bruno Mars, me encantó, la escuché mucho. Como esas canciones que uno dice ‘La cagó el coro’. Igual siempre escucho algo de trap. Cranberries igual estuve escuchando harto este año y también a Charly García, que he estado escuchando discos que no había escuchado nunca”.
“La industria me acogió, pero a la vez me dio la espalda”
Aunque en estricto rigor “El último romántico” es su primer álbum en cinco años, lo cierto es que Gianluca nunca dejó de publicar música en ese intertanto, incluyendo el lanzamiento de dos mixtapes, concepto que se usa en el mundo urbano para referirse a recopilaciones de canciones. La segunda de ellas se llamó “Minion mixtape”, salió a fines de 2022 y tenía alta presencia de reggaetón, con colaboraciones de nombres masivos de la nueva camada urbana como Marcianeke y Gino Mella.
Unos días después de haber publicado ese trabajo, del cual tenía altas expectativas, alguien se le acercó en la calle a pedirle una foto y le preguntó qué le pasaba que ya no sacaba música. “No estábamos llegando a la gente”, evalúa sobre esa etapa y agrega: “Ahí yo hice reggaetón por sobre todas las cosas, muchas colaboraciones. Y lo saqué antes del verano, entonces pensaba que algún tema se iba a pegar, que iba a pasar algo, que iba a empezar a tocar y como que iba a agarrar fuerza esto y que la gente me iba a querer de nuevo con eso que estaba haciendo. Y no fue así para nada”.
A todas luces, el hito que lo desconectó del público fue la polémica en la que se vio envuelto en octubre de 2020. Por esos días, circuló en redes sociales una acusación de violación contra el cantante Pikette23, por ese entonces colaborador habitual de Gianluca. Aunque la voz de “Siempre triste” salió a apoyar a la presunta víctima, luego de eso Pikette23 publicó pantallazos de una conversación con Gianluca donde éste contaba que también había tenido relaciones con ella y la calificaba de “loca”.
“Mi cancelación tiene que ver con que de cierta manera se me desenmascaró de que yo era muy distinto a como la gente me veía o la gente tomó otra percepción completamente distinta de la que tenía de mí, entonces eso generó que yo también me viera de una forma distinta”, evalúa hoy sobre ese episodio, que también repercutió en el quiebre de su relación amorosa con Princesa Alba.
Aunque dice que en la calle nunca nadie le dijo nada, asegura que sí se le cerraron puertas en el ámbito musical. “La industria de cierta manera siempre me acogió pero a la vez también me dio la espalda. Como que todos me decían: ‘No entiendo cómo pasó esto, si tú no hiciste nada’, `tú eres seco’. Pero después nada. Y yo lo entiendo, cada uno está en su carrera, cada uno está cuidando su lugar. En un momento hubo mucho miedo también por todo esto de la funa y la cancelación”.
Luego añade: “Hay cosas en la vida que pasan nomás y ya. Por algo habrá sido. Yo igual en ese momento estaba en una que no era como mi camino. Nunca había tenido un problema, en mi carrera iba todo superbien, pero en ese momento no estaba todo tan bien, no estaba tan claro, la música que estaba haciendo no estaba inspirada. Como que estaba en una zona tan cómoda que era peligroso. Yo tenía en mi mente pegarme haciendo trap latino, colaborar con gente de afuera y no sé qué. Pero siento que ahora mismo, el disco que hice obviamente no existiría y quizás en que estaría porque todo esto a mí me sirvió un montón”.
—¿Actualmente tiene una mirada autocrítica de ese episodio?
—Sí, pero a esta altura no vale la pena. Ya ha pasado tanto tiempo que es puro sufrir. O sea, claro que le daba mil y un vueltas a todo el tema en su momento, por qué lo hice así, por qué no lo hice, por qué no hablé más de las cosas. Porque al final la mierda cae sobre mí y la acusación no era contra mí. Lo fundamental de todo esto era otra cosa y claro, como yo estaba con la Trini (Princesa Alba) y era más importante huevearme a mí, huevearla a ella. De hecho hoy en día, por lo que más me huevean es por eso, como por cosas asociadas a ella.
—En el último disco de Princesa Alba, hay una canción en la que dice: “Cada hombre que besé, después de mí flopeó (fracasó)”. Se podría interpretar como que está refiriéndose a usted.
—Claro, o sea, soy parte de esos hombres. Siento que no es necesario. Pero no sé, ella también es parte de lo que yo te digo antes, como de te apaño, hablo contigo, tenemos buena onda, pero para afuera no, porque eso no me conviene.
—¿Pero mantienen contacto hasta el día de hoy?
—O sea, si nos vemos nos saludamos, conversamos un poco. Somos expareja y somos colaboradores, tenemos canciones que van a estar ahí para siempre. Yo igual soy el tipo de persona que nunca cierra la puerta y tampoco soy rencoroso. Como te digo, hay una buena onda, pero como que no se la van a jugar. Pero al final entiendo, es mediático, es parte del juego. Porque a ella también le sirve hablar de mí y generar algo ahí, pero siempre lo va a mantener ahí como en el lado de la polémica o lo que le sirve más a ella.
Minutos después, agrega: “A la Trini la vi ayer en una hueá (el estreno de la película “Oasis”) y me dijo que le había gustado el disco. Yo también me alegro de que le esté yendo bien. Por eso te digo que son emociones complejas. Y yo entiendo que al final del día somos colegas de trabajo, como pasa en otras pegas”.
La proyección de Gianluca: “Siempre he sentido que me va a ir bien”
El 7 de marzo de 2020, cerca de dos mil personas llenaron el Teatro Teletón para el lanzamiento de “Yin yang”. En aquel entonces, el boom urbano ya había empezado a manifestarse notoriamente en festivales pero aún eran pocas las oportunidades para demostrar el poder de convocatoria individual de cada artista, por lo que ese show puede ser fácilmente considerado como uno de los hitos de la primera oleada del género en Chile.
A los pocos días, el confinamiento por la pandemia llegaría al país cerrando la etapa fundacional del género urbano en Chile y dando paso a un período en el que se incubaron las magnitudes masivas que hoy tienen los máximos referentes locales de este estilo, un fenómeno que Gianluca miró desde afuera.
Nombres que hasta entonces habían avanzado a la par con él, como Young Cister, Polimá Westcoast y Pablo Chill-E, fueron teniendo sus momentos de explosión personal, creando éxitos globales y llegando a escenarios como el Festival de Viña del Mar y el Movistar Arena.
“En algún momento me afectó pero también yo estoy en mi volá y las cosas que pasan por algo pasan. Nunca me imaginé que iba a estar trabajando para costearme después del éxito que tuve y de cómo se daban las cosas. Pero di el paso, me atreví y me ha hecho increíble, me ha hecho superbien”, comenta.
Y agrega: “Entonces estoy creciendo a mi manera. Estoy creciendo como tengo que crecer yo y de repente también con todo esto que pasa, no me gustan tanto los escenarios tan grandes. Me encuentro más en escenarios más pequeños, donde puedo hablar más con la gente. Me encuentro con otro tipo de sensaciones, me encuentro con sensaciones de repente de mucha sensibilidad, he tenido crisis de pánico. Yo no soy una cosa de Super Bowl, yo soy más como este loquito que se para con su guitarra y canta”, dice. Y añade con una sonrisa: “Aunque no sé tocar guitarra”.
La etapa en la que Gianluca desapareció del ojo público estuvo marcada por varios períodos de depresión. “En un momento todas estas polémicas y todas estas cosas, la cancelación y todo, se tornaron mucho hacia mi físico y eso te jode mucho la cabeza. Yo siempre he tenido temas con el peso, con ser gordo y esas cosas desde que soy chico. Y claro, tengo facilidad para subir de peso, como le pasa a harta gente. Entonces, es superpenca eso, porque te sientes mal de una manera que ya no tiene que ver con lo que hago o con lo que hice, si es que me están diciendo feo o guatón”, opina.
Según el cantante, el año pasado fue un punto bisagra para él, donde tomó medidas drásticas para salir adelante. Dejó de fumar, mejoró su alimentación, empezó a hacer deporte, profundizó en sus conocimientos sobre budismo, cambió parte de su equipo de trabajo y se puso las pilas con terminar el disco, que venía desarrollando desde el 2021.
Ahora, espera que la publicación del disco le permita volver a girar por Chile, al mismo tiempo que se alista para el estreno en cines de “Los afectos”, drama musical dirigido por Aníbal Jofré y Diego Ayala, donde Gianluca es parte del elenco que encabeza Gastón Salgado, que en el pasado Sanfic ganó el premio a Mejor interpretación por este rol. “Fue todo un hito verme actuando en el cine. Estaba nervioso, no sabía si lo había hecho bien pero a la gente le gustó harto”, comenta y añade: “Me gustó mucho la experiencia. Ya quiero que salga y ver qué puede pasar con esto de la peli, que me abre otra arista”.
—Hay una canción del disco en la que dices: “Si fuera tan fácil, no sería interesante”. Aunque habla de amor, también se podría aplicar en tu carrera.
—Sí, puede ser. Hace poco estuve revisando discos duros de justo antes de que pasara toda esta hueá, del año 2020, y escuchaba y decía: ‘No pasa nada con esto’. No había un asunto, una sustancia. Y uno se pone a pensar qué hubiera pasado y quizás terminaba peor porque ahora en verdad yo me siento expectante de las cosas que vienen musicalmente. Me siento superbien creativamente, superseguro también. Siento que todo este periodo de hacer mucha música en estos años que pasaron, me sirvió mucho como un entrenamiento, como para entenderme mejor, para entender por dónde voy. Yo, a pesar de todo, siempre he sentido que me va a ir bien y, a pesar de todo, igual no me quejo, lo he pasado bien.