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Opinión

17 de Noviembre de 2024
Sandro Baeza / The Clinic

Perfil de Cathy Barriga: Not alcaldesa (no es Barriga, es Robotina)

Foto autor Kike Mujica Por Kike Mujica

Kike Mujica perfila a Cathy Barriga, la exalcaldesa de Maipú que empezó en la farándula, alcanzó a ser nombrada como posible carta a la presidencia por miembros de la UDI y que hoy está en la cárcel. "La pregunta es ¿por qué frente a todas estas “excentricidades” la UDI nunca apretó el botón de pánico? Tenía ojos de peluche, nariz de peluche, boca de peluche y patas de peluche: era plausible que el show público podía terminar mal", escribe Mujica.

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Entrevista de Amaro Gómez-Pablos a Cathy Barriga en el matinal “Bienvenidos”, de Canal 13. Junio de 2021.

Barriga: “Nosotros somos muy preocupados en Maipú. Por ejemplo, cuando hacemos las obras de teatro, todos tienen palomitas de maíz, chocolate caliente, en los días del niño, en las vacaciones.. Si hace frío están las mantitas; en las corridas está la botella de agua y la polera”. 

Gómez-Pablos: “¡Pero eso es ser Farkas! Y los recursos municipales son acotados, alcaldesa…”.

Barriga: “No, no, esto no es a lo Farkas. Esto es ser… a ver… es como ser mamá”.

Nace una estrella en Rock&Pop

Los entrevistados para este perfil, gran parte de miembros de la UDI, conscientes o no, hablan reiteradamente de “la Robotina” para referirse a Barriga. 

A veces, en tono despectivo; otras, sarcástico; también en modo de tardía autoflagelación: “¡Confiamos en alguien que se hacía llamar Robotina! Como la Cicciolina”.

Barriga nunca se pudo sacar a Robotina de encima. Quizás nunca quiso.

¿Cómo nació “la Robotina”?

Esto me lo relatan exejecutivos del canal Rock&Pop. 

Corría 1995 y dicha estación estaba a punto, con grandes expectativas en el medio televisivo, de salir al aire. En la parrilla figuraba un programa de dos nerds que veían películas malas, comiendo pizza, una especie de Beavis and Butthead. “La idea fue de Marco Silva”, me comenta un gerente de esa época. Los protagonistas eran Rodrigo “el Pera” Cuadra” y Juan Andrés Salfate -Rumpy participó en algunos capítulos- y el nombre era “Maldita Sea”.

A poco andar, el equipo creativo del programa propuso incluir en el elenco estable a una mujer.

Entonces apareció de la nada Barriga. 

“No me acuerdo bien cómo llegó ella; había muchas personas que concurrían a nuestros casting”, dice el ejecutivo.

El rol de Barriga era de “also starring”: no debía hablar. El nombre fue un tributo a Robotina, la asesora del hogar de los Supersónicos, una serie animada creada por los célebres William Hanna y Joseph Barbera, que la rompió en los 60.

“Hoy la Robotina no podría salir en la tele, porque no hablaba y si lo hacía era poco y nada y básicamente se explotaba su cuerpo”, cuenta el ejecutivo.

Agrega: “En algún momento el director del programa me comentó que Barriga había pedido un rol más protagónico: hablar y participar más. Aceptamos. Así se hizo muy conocida por lo freak de su personaje, su ropa, su actitud algo angelical, pero a la vez su look sexy”.

A poco andar, el personaje perdió fuerza. Fue despedida. La relación terminó mal, recuerdan ex Rock&Pop. Barriga demandó al canal. Fue una ruda negociación.

Luego fue protagonista de “Mekano”, ese boom de hormonas en horario de protección infantil y en el canal de Ricardo Claro. Un programa de alta audiencia y que llevó por primera vez a Megavisión a ser N°1 del rating.

“La Granja Vip”, de Canal 13, también fue un hit. Un reality que multiplicó la imagen de Barriga.

La hija de José y de Ilse, que creció en Peñalolén, era a esas alturas una celebridad en el rústico mundo de la farándula nacional.

Entonces cambió de nombre. Cathy no nació Cathy sino Catherine Carolina Barriga Guerra (51 años, 1973). En marzo del 2016 modificó legalmente su nombre. 

“Nadie me conocía por Catherine, siempre fui Cata o Cathy, así que decidí cambiarlo”, explicó.

UDI pop

En 2015, ad portas de la elección, un grupo de pobladoras de Maipú se tomó las oficinas de prensa de Canal 13: querían hacer pública su demanda por terrenos para construir viviendas sociales. Yo era director de prensa y tuve que negociar para que no irrumpieran en los estudios.

Logré convencer a un grupo de 10 dirigentas que conversáramos en mi oficina. 

La líder era la más joven. Ultrona, obligó al resto a no aceptar el café y galletas que les ofrecí para distender el ambiente. “Compañeras, están tratando de comprarnos”, gritaba.

Luego de tres horas de conversación, no recuerdo por qué nos vimos comentando la próxima elección municipal que se venía en Maipú.

Le pregunte a las 10 por quién votarían. Tres por la frenteamplista Claudia Mix, tres nulos y cuatro por “la Cathy, la Robotina”.

La líder del grupo no podía creerlo. Sus camaradas de toma votarían por la “facha de Mekano”. 

Barriga parecía crecer como la espuma. 

Pero siempre la pregunta era:

¿Por qué un personaje estrafalario de la TV terminó en la papeleta electoral bajo las banderas de un partido tradicional como la UDI?

“Seré sincero: porque ella podía y quería ganar. Así de simple. Era popular y conocida”, reconoce un exmiembro de la directiva de la UDI.

Sin duda, dicen en ese partido, que el link de Barriga con el gremialismo se explica por su relación con el clan Lavín. No tenía historia política alguna ni era militante. Con Joaquín Lavín León son pareja desde 2009.

Así, Barriga con la venia de la UDI, se embarcó en su primer desafío electoral. Se presentó en 2013 a consejera regional por Cerrillos, Estación Central y Maipú. 

Arrasó: obtuvo 55 mil votos (23.6%). El segundo postulante consiguió 21.000 (9%).

Una dirigente histórica de la UDI me dice que su gestión fue muy aceptable. La exchica “Mekano” cautivaba y seducía con su sonrisa inocente, su voz angelical y siempre de punta en blanco.

A la par, los Lavín-Barriga se proponían conquistar Maipú. En 2012, Lavín León postuló a la alcaldía. Perdió frente a Christian Vittori. Insistió pero como diputado: fue electo en 2013. 

Barriga, entonces, decidió dar la batalla que su marido había perdido.

Ganó con 35.283 votos (36.3%) vs. los 30.519 de Vittori (31.4). La ayudó que la izquierda llevara otros dos candidatos.

Barriga fue una de las grandes sorpresas de esa elección. Y ganó con tintas épicas. 

  • Era la primera mujer en la historia en ser alcaldesa de Maipú.
  • Desde la vuelta a la democracia, la derecha solo había gobernado cuatro años (el RN Roberto Sepúlveda, 2000-2004).
  • La UDI, por primera vez, llegaba a ese sillón edilicio.

El gremialismo estaba en llamas con Barriga. El paroxismo fue cuando en diciembre del 2018 la entonces presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe, al ser consultada por sus cartas para La Moneda, dijo:

“Tenemos nombres más que suficientes: está Joaquín Lavín, encumbrado en las encuestas; está Evelyn Matthei, que aparece con buen performance; están rostros cercanos a la UDI (…) como Alfredo Moreno, la Cathy Barriga; es decir, tenemos nombres más que suficientes”.

Barriga, era que no, sintió que era su momento. Dijo que cuando caminaba por las calles de Maipú la gente le decía “presidenta”. 

“Dejo que Dios me ilumine. Mi motor es la gente y voy a estar donde la gente quiere que esté, y si de corazón me acomoda, lo digo, voy a estar donde quieran que esté”, sentenció.

Lavín León argumentaba que su mujer era capaz de ganarle a cualquiera: “Hace tiempo que Cathy se ha ganado un espacio en la política nacional, rompiendo un poco los modelos de las personas que estamos en política”.

Lavín Infante, el suegro, se sumaba: “Es una mujer power. Me siento superorgulloso de todo lo que ha logrado. El futuro hay que dejárselo a Dios y a la vida. Y si su nombre llega a estar en el voto presidencial, feliz votaría por ella”.

Todo brillaba. Literalmente: autos, marcos de cuadro y lápices tenían que ser dorados.

Alertas y más alertas

El edificio municipal de Maipú parece una antigua casa de playa del litoral central dañada por el paso de los años. Tiene dos pisos. En el primero está la oficina del alcalde, que parece haberse quedado estacionada en los 80. 

Al lado del sillón edilicio existe otra oficina. Ahí Barriga organizó una especie de guardería infantil para su hijo menor, con dos personas a cargo de los cuidados.

Su otro hijo era el encargado de cantar la canción de un festival que ella animaba y que le costaba $700 millones.

También produjo un matinal en el cual ella conducía y que se grababa en la copa de agua de la sanitaria cuya propiedad es del municipio. Los vecinos todavía recuerdan que, molesta por los ruidos que producían las máquinas del lugar, que importunaban la grabación del programa, mandataba a apagarlos. Entonces, la presión del agua de las casas del sector bajaba.

Un sinfín de alertas iban y venían: los peluches, relojes, collares, gastos onerosos en festivales en los que las estrellas eran “dobles de”, crear becas a su nombre, organizar fiestas del amor y un largo etcétera.

La pregunta es: ¿por qué frente a todas estas “excentricidades” la UDI nunca apretó el botón de pánico? 

Tenía ojos de peluche, nariz de peluche, boca de peluche y patas de peluche: era plausible que el show público podía terminar mal.

Así fue.

"Escuchar la parte querellante es impresionante, fui súper fuerte": Las primeras palabras de Cathy Barriga al salir de la segunda jornada de audiencia

En rebeldía

“El plan original, cuando postuló, era que si ganaba, el partido le pondría a tres funcionarios de primer nivel: un administrador, un director jurídico y un secplan (secretario de planificación)”, me dice un alto dirigente de la UDI.

Pero no.

Barriga se declaró en rebeldía desde el principio. No aceptó intervención alguna de la UDI. Solo Lavín León tenía espacio. “Joaquín se dedicaba full a la municipalidad. Se le veía tarde, mal y nunca en el Congreso”, me dice un diputado gremialista.

Desconfiada y con un carácter difícil, Barriga se atrincheró en el municipio y quien osara contrariarla, se iba. Tuvo 14 administradores municipales y 11 secretarios de planificación municipal.

“Cuando vi un video de ella con unos osos peludos sentados en una especie de concejo municipal, pensé que estábamos en problemas”, dice un parlamentario UDI.

Pero nadie se movió. “La Coca Van Rysselberghe la apoyaba”, dicen. “Creo que muchos callaban por respeto a Joaquín padre”, agregan. “Nos faltó un téngase presente, un llamado al orden, pero como no era militante, no nos daba bola. Y no podíamos recurrir a cada rato a Lavín padre ni menos a Lavín hijo, que era parte de su mundo”, argumentan.

Con el gobierno de Piñera hubo poca química. Una exministra me cuenta que Barriga la invitó a un evento en Maipú: la hizo esperar más de una hora antes de recibirla. Y tuvo un encontronazo mediático con Jaime Mañalich, ministro de Salud durante la pandemia. Barriga interpeló, a través de los medios, al ministro por la muerte por Covid de un poblador de la comuna. Era el segundo en fallecer por la pandemia. Mañalich la desmintió a su estilo: “La alcaldesa miente”. 

Y agregó: “Muchos alcaldes no han entendido que la postergación de las elecciones municipales significa también una postergación de la campaña”.

Barriga volaba por la libre. En el intertanto, los intestinos del municipio crujían por un enredo mayor en las finanzas y una gestión ruidosa, pero mediocre. El ejemplo patente era el caos en la empresa sanitaria de Maipú: SMAPA, la única sanitaria 100% municipal de Chile. La empresa sufría la enorme fatiga de infraestructura. Las calles eran ríos que erosionaban el pavimento y las casas tenían filtraciones. Tomás Vodanovic, el actual alcalde, sostiene que una de las razones por las cuales ganó es por hacerse cargo del megaproblema de la sanitaria. 

Barriga no acusaba recibo. Su mundo era rosado. Era la mamá de Maipú.

El mecanismo

Los peluches no son los protagonistas del fraude al fisco que tiene a Barriga en la cárcel. La fiscal del caso, Constanza Encina, estima en $32.700 millones el monto de la defraudación. No es que Barriga decidió comprar $32 mil millones de osos rosados a luca y ahí se configuró el cráter financiero. Esto va mucho más allá de las onerosas excentricidades de la edil.

En diciembre de 2021 se presentó la primera acción contra Barriga. Los abogados querellantes establecieron el delito por perseguir: “La imputación que hicimos es que el déficit de la municipalidad se había generado a partir de maniobras fraudulentas para adulterar la contabilidad”. 

Grosso modo, Barriga junto a un petit comité de su confianza, adulteraron durante años las finanzas del municipio. Movió piezas para que los encargados de los presupuestos rindieran cuentas sólo a ella, eliminando los controles de gobernanza.

Hay un ejemplo muy gráfico para los querellantes: “Nombró como directora de control a una señora a punto de jubilar, sin conocimientos de gestión municipal. Ella señalaba en todos sus informes que el municipio se encontraba en perfecto equilibrio financiero. Nos enteramos, cuando la formalizamos por falsificación de instrumento público, que le ofrecieron a cambio de su silencio subir de cargo a su hijo, que también se desempeñaba en el municipio”.

La estrategia de los querellantes es dejar claro que esto no fue “mala gestión” –“todos los municipios tienen déficit”- sino “torcida gestión”. “Es cómo se llegó a ese déficit, el más grande de la historia. Y se llegó porque adulteraban la contabilidad del municipio”, explican. 

Y también derribar la línea argumentativa de que Barriga no se llevó un peso para la casa. “Nadie le ha imputado a la alcaldesa haberse llevado un peso al bolsillo. La querella que presentamos es por fraude al fisco”, dicen.

“Tampoco es un juicio sobre la pertinencia de los gastos. O sea, si estuvo bien o mal comprar peluches. Mencionamos ese tipo de gastos para demostrar que pese a que sabía de la situación deficitaria, siguió ordenando que se hicieran ese tipo de gastos”, dice un querellante, que agrega que muchos de las compras incomprensibles, como peluches, fueron adquiridas con las platas de la Corporación de Educación de la comuna. “Eso es lo grave”.

El abogado de Barriga, Cristóbal Bonacic, sostiene que solicitaron al Ministerio Público que investigaran los años 2014, 2015 y 2016, porque “se darán cuenta de que todo aquello que hoy día se le imputa a la señora Cathy Barriga viene de periodos anteriores, porque es la práctica, la habitualidad bajo la cual se administró desde hace muchos años la Municipalidad de Maipú, y ahora el Ministerio Público pretende endosarle exclusivamente responsabilidad a la señora Cathy Barriga”, profundizó.

“El hecho de que haya habido un supuesto déficit, en ningún caso puede ser considerado sinónimo de un fraude al fisco, porque los trabajos que se hicieron o los servicios que se contrataron iban en beneficio de la comunidad”, agregan.

“Los collares eran reconocimientos que costaron $13 millones. Y los famosos peluches, que tienen una justificación educativa, tienen un valor de $54 millones. ¿Cómo se llega a los $31 mil millones? Yo de verdad que no sé”, concluye la defensa de la exedil.

Final

Le pregunto a tres miembros de fuste de la UDI. 

Pido que sean sinceros.

-¿Hubieran presentado a Cathy Barriga como candidata en Las Condes o Vitacura?

-No-, es la respuesta.

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