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Ministro Nicolás Grau
Fotos: Felipe Figueroa/The Clinic

Entrevistas

14 de Diciembre de 2024

Nicolás Grau, ministro de Economía: “Nuestro compromiso con la responsabilidad fiscal ha sido intachable, no así el de la oposición”

El ministro de Economía, Nicolás Grau (Frente Amplio), realiza un balance económico de 2024 y aborda las complejidades y desafíos para el próximo año. "Estoy totalmente convencido de que vamos a dejar una situación económica mejor en el país", asegura el economista. Y agrega: "A veces se cree que las posturas más conservadoras son más responsables fiscalmente, pero eso es empíricamente falso". También plantea que la opinión pública es demasiado categórica para las cifras que tiene Chile. "¿Qué pasa que la gente del resto del mundo quiere venir a Chile y en la conversación cotidiana parece que es el peor lugar para vivir?", se pregunta.

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Mientras posa para las fotografías de esta entrevista, algunas de ellas con las plantas que hay en el piso 12 del edificio del Ministerio de Economía, el ministro Nicolás Grau evita hacer referencias a las disputas ambientalistas que se han dado en los últimos días, luego de que el Primer Tribunal Ambiental de Antofagasta acogiera la reclamación de Andes Iron y dejara sin efecto el rechazo del comité de ministros -que incluye a Grau y otros ministros- sobre el proyecto minero Dominga.

De eso, asegura, no puede opinar mucho porque prefiere que las instituciones funcionen. “Aquí tiene que operar la institucionalidad y la institucionalidad tiene distintas opciones. Las distintas partes tienen derecho a seguir instancias posteriores y nosotros como comité de ministros tenemos que actuar en el marco de lo institucional, que es lo que hemos hecho siempre”, asegura el economista.

—Con respecto al proyecto Dominga, ¿por qué no se inhabilitaron las ministras Hernando (exministra de Minería) y Rojas (ministra de Medio Ambiente) si usted se había inhabilitado en el caso Los Bronces, en una situación muy similar? 

—Desconozco si tenían que hacerlo. En mi caso era muy simple. Yo, dos semanas antes de la discusión de un proyecto, hice un comentario, que lo hice con otra intencionalidad, pero la cuña apareció como que tenía una visión positiva del proyecto antes de mirar los antecedentes. Y por lo tanto, como esto ocurrió dos semanas antes de la votación, era muy evidente en mi caso que me tenía que inhabilitar. Desconozco qué opinión específica están señalando que la ministra de Minería, que es la ministra de Minería anterior, por cierto, y la ministra de Medio Ambiente se tendrían que haber inhabilitado. Lo desconozco. 

—Ministro, ¿usted es partidario de respetar la institucionalidad o de insistir como lo está pidiendo su partido el Frente Amplio, que incluso ha traído una declaración pública hace pocas horas, que habla de corrupción, con un cuestionamiento súper duro?

—Desconozco esos antecedentes. No sé si hay alguien que tenga algún antecedente. No tengo ningún antecedente de que ninguna decisión aquí tenga vicios de esa naturaleza. Por supuesto, aquí tiene que operar la institucionalidad y tiene distintas opciones. Las distintas partes tienen derecho a seguir instancias posteriores y nosotros, como comité de ministros, tenemos que actuar en el marco de la institucional, es lo que hemos hecho siempre. 

—Y desde el punto de vista más ideológico. Un sindicato en una columna en LUN fue muy crítico con respecto al efecto en el empleo que puede generar rechazar el proyecto Dominga. ¿No se les da una dualidad entre los principios medioambientales y también los sindicalistas y el empleo?

—En el comité de ministros uno tiene una tarea muy concreta, que es tomar una decisión respecto a si corresponde ambientalmente que un proyecto se desarrolle y esa decisión tiene que ser sobre la base de antecedentes técnicos, y es por eso que en el caso de Dominga, como en el caso de los Bronces, y en todos los casos que nosotros hemos revisado, siempre hemos seguido la recomendación del SEA, que es lo que corresponde. Esa es nuestra obligación como ministros, que tenemos que tomar una decisión basada en elementos técnicos. 

“El 2024 está terminando mejor de lo que se esperaba”

El ministro Grau es uno de los 10 ministros -de los 24- que se mantiene desde que empezó la gestión del Presidente Gabriel Boric. Antes había sido el jefe programático en su área de los programas de gobierno del actual Mandatario y también de la ahora embajadora en México, Beatriz Sánchez.

“Estoy totalmente convencido de que vamos a dejar una situación económica mejor en el país”, asegura, al hacer un balance de sus tres años en el Ejecutivo.

—En la cuenta pública del 1 de junio, el Presidente puso énfasis en materia económica. Habló de crecer por encima del promedio de los ocho años anteriores, de empleabilidad, de tasas de informalidad. Viendo un poco el panorama, seis meses después, ¿aún cree que las metas que se propuso el Presidente se pueden cumplir?

—Primero, creo que es muy importante que el Presidente esté poniendo un énfasis tan relevante en el crecimiento. En los dos primeros años de Gobierno la economía estuvo muy presente, pero desde una perspectiva más bien de solucionar los desequilibrios macroeconómicos, abordar los sectores que estaban rezagados, que no se habían logrado recuperar del Covid, y todo eso en cierto sentido generó condiciones para que el 2024 el desafío principal fuera justamente acelerar la inversión. Y todo el 2024 nos hemos dedicado a eso. Que tiene como expresión principal los gabinetes de crecimiento y empleo en todas las regiones, en que nosotros solo en la parte de inversión privada identificamos esos 225 proyectos, que son más de 70 mil millones de dólares.

Entonces, ese mensaje que da el Presidente es muy relevante para que todo el Estado actúe en esa dirección. Y los objetivos específicos, yo por supuesto creo que son realizables. Creo que nuestra economía tiene que crecer más. Cuando se hacía la proyección de cuánto iba a crecer la economía en 2024, a finales de 2023, todos los analistas, el grueso de los análisis, hablaban de crecer 1,5% y vamos a terminar creciendo en torno al 2,4%. Por lo tanto ese esfuerzo y ese impulso que hizo el Presidente tuvieron fruto.

—Pero igual con un 2,4% o un 2,2%, o incluso menos como dicen algunos, sería muy complejo estar por encima de los últimos ocho años anteriores o de los gobiernos anteriores. Esta semana se habló de las posibilidades de que este sea el Gobierno con menor crecimiento desde el retorno a la democracia. 

—Bueno, eso depende de lo que pase este año y de lo que pase el próximo. Pero, insisto, creo que los objetivos que planteó el Presidente son objetivos adecuados y, además, porque plantearlos de esa manera, por supuesto que movilizan y dan una noción de urgencia. El Presidente ha sido muy claro respecto a que la economía chilena esté creciendo en torno al 2% es insatisfactorio. Es algo contra lo cual hay que rebelarse y trabajar duro para que eso pueda cambiar. Y nosotros estamos haciendo un conjunto de reformas que van a ayudar a que eso ocurra. A que efectivamente ese deje de ser el techo del crecimiento en Chile. 

Pero igual ustedes pensaban que el crecimiento iba a ser mejor este año, ¿no? 

—Depende de en qué momento. Te insisto, o sea, si nos ponemos a finales de 2023, cuando nosotros hablábamos de que íbamos a crecer en torno al 2,5%, el mercado decía 1,5%. Por lo tanto, nosotros parecíamos totalmente fuera de rango. Cuando uno lo mira ahora en perspectiva, el resultado está mucho más cercano a nuestra visión que a ese 1,5%. Entonces, ahora, si uno lo mira con la perspectiva que existía en enero de este año, en enero-febrero que tuvimos un IPC muy alto, puede ser que hayamos bajado algunas décimas. Pero en lo grueso, el 2024 está terminando mejor de lo que se esperaba. 

¿Cree que sería muy complejo terminar siendo el peor gobierno desde el regreso a la democracia en cuanto al crecimiento? 

—Es un tema que todavía está en juego y depende de muchas cosas. Pero lo importante es que nosotros estamos abocados para tener un 2025 lo mejor posible y heredarle a las próximas administraciones condiciones estructurales para que se pueda tener un mejor crecimiento. Esas condiciones estructurales no existían cuando llegamos. Porque sé que esto es más complejo de ver, pero cuando uno llega a un gobierno tiene que hacerse cargo de la situación económica del país. Y la situación económica del país cuando llegamos era de una economía sobrecalentada, que tanto el Banco Central como la política fiscal tenían que actuar de manera responsable para contener la inflación. Y ese ejercicio, por supuesto que tuvo un impacto en crecimiento, pero era lo que había que hacer. 

Ministro Nicolás Grau: “No he visto evidencia sólida de que el aumento del salario mínimo pueda tener un efecto en el empleo”

Pese a que el Gobierno se ha propuesto la creación de 700 mil empleos para el fin del mandato de Boric -según lo que dijo en la cuenta pública- la actual administración no ha logrado bajar los índices de desempleo. Según el ministro Grau, porque al crear más trabajo también aumentan más los otros números.

—¿Por qué, si es que se ha ordenado y se ha logrado regularizar la economía, en términos de empleo, los datos del Banco Central y los datos de desempleo muestran que se mantiene e incluso ha aumentado? 

—¿A qué número en específico? Porque cuando uno ve los datos del INE, lo que puedes ver es que se han creado unos 300.000 empleos. Por lo tanto la economía ha creado empleo, el problema que hemos tenido es que la tasa de desempleo se ha mantenido alta porque la creación de empleo ha estado a la par en el fondo del crecimiento de la fuerza de trabajo. 

—¿Y eso es lo que hace que hoy en día haya más desempleo que cuando entraron al gobierno? 

—Hay mucho más empleo, pero también más desempleo. 

—¿Y en qué orden de prioridad entra la empleabilidad y la informalidad para lo que queda del gobierno?

—Bueno, cuando uno dice que hay que acelerar la inversión, hay que acelerar el crecimiento, en última instancia porque tú quieres mejorar la calidad de vida de las personas. Y la expresión principal de eso es el empleo. Ahora, la informalidad en Chile hoy, el 27% que tenemos ahora, es más bajo que cuando nosotros ingresamos. Y es más bajo además que las cifras históricas.

—¿Y, en el tema del empleo, cree que la Ley de 40 horas y el aumento del salario mínimo afectaron en temas de desempleo? ¿Fueron factores para el empresariado? 

—A ver, el caso de 40 horas no tiene ningún sentido, porque eso recién se empezó a implementar. Por lo tanto, ni siquiera el timing de eso hace sentido. En el caso del salario mínimo, lo que ocurrió es que el aumento importante del salario mínimo, que fue un compromiso de campaña, un compromiso que cumplimos antes de tiempo además, fue acompañado con un subsidio a las pymes, que en la actualidad reciben 150.000 pymes. Y toda la evidencia que nosotros tenemos, que por supuesto vamos a ir mostrando con el tiempo, es que eso efectivamente permitió cuidar esos empleos.

No he visto evidencia sólida de que el aumento del salario mínimo pueda haber tenido un efecto en el empleo. De hecho, cuando se implementó, lo que uno veía es que el empleo que a nosotros nos faltaba, respecto a lo que hubiese sido la proyección de empleo en Chile, era un empleo informal. ¿En qué sentido? En que el formal ya se había recuperado y el informal es el que estaba abajo. Por lo tanto, es muy difícil que una dinámica de esa naturaleza la haya creado un aumento del salario mínimo. Entonces, si hay evidencia sólida y alguien presenta aquello, habrá que estudiarla. Nosotros nos preocupamos mucho de diseñar mecanismos que protegieran el empleo frente al alza del salario mínimo y creo que eso ha sido exitoso. 

¿Y cómo cree que ven las pymes el trabajo y la evolución de este gobierno?

—Eso hay que preguntárselo a ellos. 

—Pero por lo que les dicen a ustedes. 

—Nosotros creemos que hemos construido algo con las pymes, con sus gremios, que es una innovación. Y esta idea de que el diseño de las políticas públicas sea conjunto con ellos. El alivio a la deuda tributaria, el proyecto de ley de pago a 30 días, las mejoras que hicimos en compras públicas para que le compren más a las pymes, el subsidio de salario mínimo. Todos estos diseños fueron hechos en conjunto con las pymes. No estuvimos siempre de acuerdo en todo, pero en las cosas gruesas sí estuvimos de acuerdo, así que creo que hemos hecho un buen trabajo. Pero la evaluación que ellos tienen es una evaluación que tienen que expresar ellos. 

“A veces se cree que las posturas más conservadoras son más responsables fiscalmente, pero eso es empíricamente falso”

El fin de semana del 30 de noviembre el Comité Central del Frente Amplio, máxima instancia del partido de Grau, tuvo su primera sesión presencial. En ella los temas económicos fueron largamente discutidos y también la disconformidad de la militancia con la política fiscal de La Moneda, la que es encabezada por el ministro de Hacienda, Mario Marcel.

“Las diferencias que se han identificado al interior de la propia coalición de gobierno, siendo una de las más claras el manejo de la política fiscal, han sido factores determinantes en el ripioso curso que ha tomado la agenda de reformas”, se leía en el acta que publicó The Clinic.

—En el Comité Central se habló de una disconformidad de su partido con la política fiscal del Gobierno e insisten, por ejemplo, en la superación del neoliberalismo. ¿Usted cree firmemente en eso?

—Son dos cosas totalmente distintas. A mi juicio, y esto estuvo presente en el programa de Beatriz Sánchez y en el programa del Presidente, la responsabilidad fiscal es un elemento central de cualquier política económica. Es una condición necesaria para hacer otras cosas. 

—Pero en su partido dicen que están disconformes. 

—La responsabilidad fiscal no es sinónimo de no cubrir las necesidades sociales del país. Lo que pasa es que cuando uno cree en la responsabilidad fiscal, hace lo que ha hecho este Gobierno. Que es ser responsable con los recursos que existen, pero al mismo tiempo generar condiciones para que aumente la recaudación. Este Gobierno, en este aspecto, bajo el liderazgo del Ministro de Hacienda, va a permitir que tengamos un aumento de la recaudación fiscal de dos puntos del PIB, 0,5 que viene del royalty y 1,5 del cumplimiento tributario. Por lo tanto, creo que es muy importante separar la conversación de tamaño del Estado de Estado responsable. 

Pareciera que hay gente en el Frente Amplio que todavía no está conforme. De hecho, en el mismo acta se habla de que los cambios del gobierno han sido más lentos de lo que se esperaba. 

—Es que estás mezclando cosas en tus preguntas. Si el tema es si hay una visión en el Frente Amplio crítica de la responsabilidad fiscal, yo diría que no, eso no existe, a tal nivel, insisto, que en los dos programas se ha puesto como eje central. Si, en cambio, la pregunta es si Chile requiere ciertas transformaciones relevantes, por ejemplo que podamos responder a las necesidades sociales del país, para que podamos responder a las necesidades sociales del país, en pensiones, en materia tributaria, por supuesto que eso el Gobierno lo comparte.

De hecho, el Gobierno ha impulsado esas reformas y en el caso tributario avanzamos. Y en el caso de pensiones, bajo el liderazgo de la ministra Jara y el ministro Marcel, espero que también podamos avanzar. Por lo tanto, lo que quiero decir es que la idea de transformaciones importantes en el país, que es algo que siempre nosotros hemos sostenido como Frente Amplio, es compatible y, de hecho, deseable que vaya en conjunto con la idea de responsabilidad fiscal.

—Pero en el acta lo dicen tal cual, hablan de disconformidad con la política fiscal del Gobierno. 

—Lo que pasa es que hay que ver específicamente a qué se refiere eso. Pero en ningún caso, quiero ser muy claro, eso implica que el Frente Amplio no tenga un compromiso con la responsabilidad fiscal. Porque a mí me ha tocado conducir esa perspectiva en los dos momentos más importantes que el Frente Amplio ha presentado su opinión, que es cuando construyó los programas de gobierno. 

—Y cuando hablan de superación del neoliberalismo como uno de los principios fundantes del Frente Amplio, ¿usted se mantiene como un creyente de que hay que superar el neoliberalismo?

—A ver, el neoliberalismo tiene distintas dimensiones. Una fundamental es esta idea de que cada individuo tiene que resolver sus problemas de manera individual, no una sociedad que se hace cargo de ciertos desafíos fundamentales. Esa idea que es constitutiva del neoliberalismo, por supuesto que yo no la comparto. Y creo que nuestro programa ha sido un esfuerzo por avanzar en una dirección distinta. Y hay otras dimensiones que tampoco comparto. O sea, la idea de superar esa forma de organizar la sociedad, por supuesto que la creo. 

—En diversos ministerios, y el Presidente, han hablado de este proceso de aprendizaje en el poder. Desde el punto de vista económico, ¿cuál ha sido el aprendizaje para usted que llevaba todo un camino con el Frente Amplio, siendo analista, comentarista muchas veces?

—Siempre un gobierno cuando ejecuta cuando gobierna, tiene que lograr una mezcla entre buscar concretar el máximo de su programa, al mismo tiempo que se hace cargo de ámbitos que no anticipó en su minuto o por lo menos no anticipó su relevancia y yo creo que nosotros en el Ministerio de Economía hemos logrado ese equilibrio. Estamos avanzando con la Agencia de Financiamiento e Inversión para el Desarrollo, que era algo que era parte de nuestro programa. Estamos avanzando también en materia de pesca, en ambos casos con votaciones prácticamente unánimes, dos componentes principales de nuestro programa. Y estamos avanzando en materia de permiso, que es algo que no estaba en nuestro programa y que nosotros identificamos ya a los seis meses de gobierno como algo fundamental que teníamos que transformar.

—¿Se ha arrepentido de comportamientos pasados, entendiendo ahora la relevancia que tenía la relación con el mundo privado, con los empresarios?

—No sé qué comportamiento específico mío tendría una implicancia. En ese caso, mi relación con los empresarios durante el ministerio y también en la experiencia anterior que tuve, que fue principalmente cuando estuve en los procesos programáticos tanto de Beatriz Sánchez como del Presidente, siempre ha sido una relación muy positiva. 

—No cree que, pese a que en el Gobierno sí se han entendido algunas cosas y hay maduraciones políticas. En el ámbito económico del que estamos hablando, en la militancia pareciera que esas maduraciones, esas reflexiones no se han impregnado tanto. Por ejemplo, en las bancadas.

—El comportamiento de la bancada del Frente Amplio y en general de la izquierda en materia económica ha sido impecable, impecable. Ve todas las votaciones económicas relevantes. Pero más allá de eso, insisto, el Frente Amplio, mucho antes de gobernar, mucho antes de estar cerca de gobernar, defendió el principio de responsabilidad fiscal. A veces hay desconocimiento de estas cosas. Yo no sé si, por ejemplo, has leído el programa de gobierno de Beatriz Sánchez. Te invito a que lo hagas.

—Estoy leyendo el último acta de la instancia más importante de su partido.

—Te invito a que lo hagas para que veas en el fondo cómo es la postura. Esta idea de que nosotros teníamos una visión económica que cambió, es una idea que, cuando uno ve los documentos, que son los documentos oficiales respecto a estos temas, se da cuenta que hay mucha continuidad, en particular en el tema de responsabilidad fiscal. En la campaña de Beatriz Sánchez se innovó mucho porque se hicieron diálogos en todo el país. Y esos diálogos en todo el país definían las prioridades, definían además las prioridades de las cosas nuevas que íbamos a hacer, definían además las fuentes de financiamiento de las cosas nuevas que íbamos a hacer y se preocupaba de que en el diseño existiera una concordancia entre las dos cosas. Es decir, que no se propusieran cambios que implicaran generar una falta de financiamiento.

Y en cambio, esto no ha sido cierto en el otro sector. Fíjate tú que Chile, en los 10 años de gobiernos antes de nuestro Gobierno, prácticamente todos ellos tuvieron déficit fiscal. Nosotros heredamos, de hecho, cuando llegamos al gobierno, el gobierno anterior había tenido un 8% de déficit fiscal el último año. Eso tiene diversas explicaciones. Y nuestro Gobierno logró justamente ordenar aquello.

—Eso era por las medidas del estallido y la pandemia. 

—No, pero te estoy diciendo, por eso estoy con los últimos 10 años. Donde la mayoría de esos años fueron de oposición. Entonces, esta idea de que la responsabilidad fiscal es algo no valorado por, en este caso, quienes componen el Gobierno, que es tanto la izquierda como la centroizquierda es una cuestión que empíricamente no se sostiene. 

—Yo lo decía porque estaba leyendo el documento de su partido, que dice que el oficialismo está dividido por política fiscal. En el Frente Amplio hay un sector importante del ámbito de la salud que está disconforme, desde el Colmed.

—El Colmed no tiene que ver con el Frente Amplio. Lo que pasa es que yo tendría que ver todo eso porque puede estar fuera de contexto. Lo que estoy señalando es que es normal que, en un país que tiene una serie de necesidades urgentes, las personas quieran que esas necesidades se satisfagan lo más rápido posible. Y eso lo expresa cualquier persona. Lo expresan los parlamentarios de todos los colores políticos.

La pregunta de acá del millón es: cuando tú defines tu programa, ¿te comprometes o no te comprometes con la responsabilidad fiscal? Y mucho más importante que eso, cuando ejecutas el programa. El compromiso de nuestro Gobierno, y de todo nuestro programa, y el compromiso con la responsabilidad fiscal de todos los que hemos tenido algún rol económico en el Frente Amplio siempre ha sido en eso intachable. Y no así en la oposición en años atrás y, sin embargo, nadie les pregunta eso. Alguna vez se ha hecho la pregunta de todos esos años de gobierno, en que muchos no hubo pandemia, por qué tuvieron déficit fiscal.

Y esto es en Chile y en muchos otros lugares del mundo, a veces se cree que las posturas más conservadoras son más responsables fiscalmente, pero eso es empíricamente falso. Y creo además que tenemos una visión en que le asignamos al Estado un rol relevante en la economía tenemos que ser especialmente rigurosos en la forma en que el Estado actúa en la economía partiendo, por supuesto, por su responsabilidad fiscal.

“No se aquilata bien lo que fueron los logros de los dos primeros años de Gobierno en materia económica”

En las últimas semanas, las noticias económicas en Argentina, con el gobierno de Javier Milei, han sido comentadas y comparadas por varios expertos en Chile.

El ministro Grau, y los demás ministros del gabinete, han evitado referirse al modelo trasandino, por las constantes diferencias diplomáticas que han tenido Milei y Boric.

—A propósito de los ejemplos internacionales que ponía, muchos han comparado la situación hoy en día de Chile y Argentina. ¿Usted cómo ve el modelo actual argentino? ¿Y hay algo que se pueda rescatar de él para aplicar en Chile en temas de crecimiento?

—Por razones obvias, no puedo hacer un comentario de la política económica de otro país. No solo Argentina, sino que de ningún otro, pero sí puedo hacer comentarios respecto a nuestra política económica. Nosotros fuimos capaces de reducir la inflación y hacer un proceso de normalización de nuestra economía con todos los desequilibrios macroeconómicos que se traían desde la administración anterior. Hicimos todo eso reduciendo la pobreza. Creo que a veces no se aquilata bien lo que fueron los logros de los dos primeros años de Gobierno en materia económica. A mí, por supuesto, no me corresponde hacer esa comparación con otros países, pero es una comparación que sí podría hacer la prensa. 

Pero también es a propósito de fenómenos sociales, en el fondo hay cosas que eran un poco lógicas que iban a cambiar en base a cómo estaba la situación de negativa.

—¿Tú dices que es lógico, por ejemplo, lograr la normalización que hizo nuestra economía bajando la pobreza? Yo lo que te invitaría es que mires qué otras experiencias de países tienes, no solo en nuestra región, sino en cualquier otro lugar, que hayan logrado hacer un ajuste macroeconómico de este tamaño al mismo tiempo que lograban reducir la pobreza. Y lograban reducir la pobreza, aumentar el salario mínimo y además generar empleo. Creo que a mí, insisto, no me corresponde hacer una comparación, pero una prensa que ve la experiencia internacional y que está interesada en poder comparar perfectamente lo que podrían hacer y ver lo que ha hecho Chile comparado con otros países.

—¿Hay algo en que haga una autocrítica de estos años?

—Por supuesto que hay mucha autocrítica.

—¿En qué cree que ha fallado en materia económica este Gobierno? 

—No corresponde que lo haga en una entrevista de esta naturaleza. Quien crea que en un cargo de este tipo lo hace todo bien, es una persona poco realista. Hay muchas cosas que podríamos haber hecho distinto y es un aprendizaje cotidiano de nosotros. 

¿La relación con los empresarios es parte de eso? 

—​​Nosotros hemos tenido una muy buena relación con los empresarios en el trabajo que hacemos desde el Ministerio de Economía. Una relación que entiende que las transformaciones productivas que requiere el país requieren de una articulación público-privada. Y esa articulación público-privada se ha visto en nuestra política de litio, en nuestra política de hidrógeno verde, en los temas de transición energética, en el plan de data center que estamos impulsando.

—Pero no han sido pocas las veces en que el Presidente ha enfrentado a grandes empresarios: habló de pesimismo ideológico, habló de más Narbona y menos Craig, que no fue capaz de explicarlo, muchas veces hablaron de los agoreros… Y en su partido hablan de que hay una oligarquía, de que hay empresarios que rechazan reformas para promover el status quo. Entonces igual se sigue dando esta disputa ideológica con el gran empresariado

—A ver, es una pregunta muy larga con muchas dimensiones, pero lo que señalaría respecto a una parte de lo que estabas preguntando es que efectivamente uno, en el día a día, los comentarios que se ven en la prensa, los comentarios de la prensa y de quienes intervienen en la prensa, no parecen tener una relación razonable con los datos. Tú imagínate que hicieras el siguiente ejercicio: sin saber los datos, lees lo que se comenta en la opinión pública en los últimos 2-3 años. Y, después de hacer toda esa lectura, yo te digo que 2023 fue el año de mayor inversión extranjera desde el 2014.

¿Te parece que hay una proporcionalidad entre el nivel de optimismo o pesimismo que se expresa en esas conversaciones y lo que realmente ocurre? Y el problema es que en la economía, por supuesto, las opiniones crean realidades también. Entonces, esa mirada, que no se condice, insisto, con lo que uno ve en los datos, que no son perfectos, porque Chile tiene un montón de desafíos económicos, que el Presidente siempre lo ha reconocido, pero parece haber una disonancia total entre esos datos y las opiniones que se dan. 

“¿Qué pasa que la gente del resto del mundo quiere venir a Chile y en la conversación cotidiana parece que es el peor lugar para vivir?”

Hay una cifra en materia económica que en el Gobierno admiten que puede ser de mucha complejidad a la hora de los balances de fin de la administración: si se cumplen los pronósticos de empresarios, Boric podría ser el Presidente con menos crecimiento económico desde el regreso a la democracia.

—Incluso si se dan los pronósticos del Gobierno, sería el segundo peor, entiendo, después del primer gobierno de Bachelet. Entonces, no siento tampoco que haya un invento dentro de que el crecimiento de este Gobierno no ha sido…

—… A ver, es que estamos hablando de cosas distintas. La economía chilena tiene muchos desafíos. La capacidad de crecimiento de la economía ha ido bajando con el tiempo. Y las cosas que nosotros vamos a mejorar al respecto van a mejorar las condiciones de los futuros gobiernos. Así como nosotros lo que tomamos fue una economía con una capacidad de crecimiento del 2%. Esa fue la economía que heredamos nosotros. Nuestro desafío es que heredemos a las futuras administraciones una economía con una capacidad de crecimiento mayor al 2%. Ese es nuestro desafío. Por lo tanto, el manejo económico y la contribución económica que haga nuestro Gobierno tiene que ser evaluado por esas dos cosas. Por lo que sucedió en números durante nuestro Gobierno y también por las condiciones que creamos para futuras administraciones.

En materia de inversión uno ve los datos en distintas dimensiones y algo que ha enfatizado el Presidente y efectivamente no parece haber una concordancia entre los datos y lo que se dice. Déjame dar otro ejemplo. A veces uno ve ciertos comentarios y pareciera que Chile fuese el peor lugar para vivir. Y yo veo los datos y veo que en el 2024 estamos teniendo en materia de turismo… pasamos lo que tuvimos hasta antes del estallido de 2019. Es decir, estamos superando el turismo internacional, me refiero a lo que ocurría antes del 2019. Entonces, ¿qué pasa que la gente del resto del mundo quiere venir a Chile y en la conversación cotidiana parece que Chile fuese el peor lugar para vivir? Entonces, hay una disonancia entre, de nuevo, los datos… 

—¿Usted cree que eso es solo culpa de la prensa? ¿O de los empresarios? Eso es lo que está haciendo. ¿No hay responsabilidad del Gobierno?

—No. No estoy hablando de eso. Cada uno tiene que ver la responsabilidad que cada uno tiene. Yo no estoy adjudicando la responsabilidad. Esto es fáctico. Es un hecho. No estoy ni siquiera hablando de una causalidad. Eso no me corresponde. 

—¿Por qué los grandes empresarios siguen con ese nivel de crítica, según ustedes, del Gobierno?

—Ni siquiera he hecho ese comentario. Eso lo estás diciendo tú. 

—Se lee en prensa y en distintos lados a los grandes empresarios siendo muy críticos con la gestión económica del Gobierno. 

—Yo no he visto en las declaraciones, por ejemplo de Ricardo Mewes o de Rosario Navarro, una visión muy crítica del manejo económico del gobierno. Eso no lo he visto.

—Pero esos son los gremios. 

—Los grandes empresarios están representados en eso. 

¿Usted cree entonces que los grandes empresarios no son críticos de la gestión económica? 

—Eso se tendría que preguntar a ellos.

—Está diciendo que no. 

—Yo estoy diciendo que sus expresiones gremiales, los que normalmente sale la prensa, creo que tienen una mirada equilibrada respecto a las cosas que han pasado. 

Ministro, a cuadras de acá está la plaza de Baquedano, que fue muy perjudicada en el estallido social. ¿Cree que han logrado reparar ese daño que se hizo con el sector económico del barrio? 

—O sea, a ver, cuando nosotros llegamos al Gobierno, estaba la dificultad que había ocurrido por el estallido y de la pandemia. Reparar todo lo que ya ocurrió en términos económicos para las personas que tenían su negocio en ese entorno era sumamente complejo. Pero nosotros hemos hecho un trabajo con ellos y con otros para fortalecer los barrios. Y lo importante es que cuando termine este Gobierno vamos a haber remodelado toda la Alameda, incluyendo Plaza Italia. Y le vamos a haber dado a nuestra ciudad, en esa parte que es su columna vertebral, le vamos a dar una mirada, un diseño distinto y mejor.

Pero a uno siempre le gustaría ayudar y contribuir mucho más a la realización de los distintos negocios. Lo que pasa es que era una tarea compleja cuando iniciamos. E insisto, lo importante es que los gobiernos dejen la situación mucho mejor de lo que la tomaron. Y eso es justamente lo que vamos a hacer con ese sector. 

¿Y con la economía igual?

—Por supuesto, mucho mejor. Nuestra economía, cuando nosotros nos vayamos, vamos a haber hecho una mejora sustantiva en materia de permisos. Vamos a haber dejado equilibrada la macroeconomía, que estaba totalmente desequilibrada cuando nosotros llegamos. Y vamos a tener menos pobreza de la que cuando llegamos. También vamos a tener el salario mínimo, que en última instancia es lo que importa, el salario de las personas. Más de un 20% real de aumento. Entonces, estoy totalmente convencido de que vamos a dejar una situación económica mejor en el país. 

—¿Cree que la gestión económica de este gobierno ha sido mejor que la de los anteriores?

—A mí no me corresponde hacer ese tipo de comparaciones. Lo que me corresponde hacer es decir cómo estaba el país económicamente cuando nosotros llegamos y cuál va a ser la situación del país cuando nosotros nos vayamos. 

—Y por qué entonces la sensación en la calle está así, la opinión en las encuestas, por ejemplo. Hoy en día los candidatos de oposición arrasan… ¿Por qué cree que hay una, según su visión, desconexión tan grande entre lo que ustedes ven y lo que ven la gente en la calle? 

—No necesariamente hay una desconexión. Las personas pueden tener distintas posturas sobre diversos temas. A mí la postura de las personas es muy importante y muy válida. Y si hay insatisfacción, uno tiene que trabajar más fuerte nomás, para que disminuya esa insatisfacción. 

—¿Y cree que es probable que la gente vote por un proyecto de continuidad de este Gobierno si es que el crecimiento económico es el peor desde el retorno a la democracia?

—Bueno, ¿qué van a votar las personas? Es un tema que habrá que ver en su minuto. Yo veo lo que votaron en la elección de los gobiernos regionales y creo que no estuvo tan mal. 

¿Usted cree que están totalmente con opciones de tener un gobierno?

—Insisto, veo la votación de los gobiernos regionales y creo que estuvo bastante bien. 

—¿Cree que para el trabajo económico que han hecho sería muy perjudicial que ganara la oposición en un siguiente gobierno? 

—Eso lo tienen que decidir las personas. La gracia justamente de los sistemas democráticos es que son las personas las que evalúan a los gobiernos y la posible continuidad de ellos. Y nosotros trabajamos para hacer una mejora sustantiva en las condiciones económicas del país. Pero finalmente, ¿cómo se evalúa ese tema? Por supuesto que lo tienen que evaluar las personas. 

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