
Política
6 de Febrero de 2025Jaime Mañalich: “El presidente Piñera me había mostrado su chequeo para la licencia de piloto. Tenía una enorme pericia para volar”
El exministro de Salud recuerda sus últimas conversaciones con el exmandatario y cómo fue enfrentar una pandemia dentro del gobierno, en una gestión que es destacada como uno de los principales legados de Sebastián Piñera. El nefrólogo relata su sorpresa cuando se enteró del accidente, ya que, dice, estaba al tanto de los exámenes que se había realizado el expresidente en los últimos meses para renovar su licencia de piloto. También habla del "vacío político" que a su juicio quedó tras su partida y reconoce que era de los que creía que Piñera iba a asumir un nuevo desafío presidencial.
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El exministro de Salud Jaime Mañalich cuenta que la última conversación que tuvo con el expresidente Sebastián Piñera se dio dos semanas antes de su fatal accidente aéreo. Hablaron de la vida, de sus planes a corto plazo, nada relacionado a la pega, como dice el nefrólogo. El exmandatario incluso le propuso a su exsecretario de Estado que lo fuera a ver al Lago Ranco unos días.
“Manteníamos un diálogo fluido después de su paso por La Moneda. Yo iba a su casa, conversábamos mucho. Me juntaba con él varias veces ahí en su oficina en Vitacura“, relata Mañalich a The Clinic, quien asegura que el exmandatario siempre se mostraba preocupado del rumbo del país, poniendo de ejemplo que por esos días estaba coordinando acciones para apoyar en la reconstrucción por los devastadores incendios en la Región de Valparaíso.
—¿Cómo se enteró de lo que ocurrió ese 6 de febrero?
—Estaba en una reunión y se armó un ruido por ahí con gente que decía que ocurrió algo. Ahí llamé a una de las hijas del presidente directamente, a Cecilia, la doctora. Ella me confirmó que efectivamente hubo un accidente y que temían lo peor. Me dijo que la Pichita, la hermana, estaba bien, que era como la persona más frágil de los que iban, por así decir, en el helicóptero. Después hablé de nuevo con ella y me confirmó que la persona que estaba desaparecida era su papá.
Fue tremendo, tremendo. Yo me paré en la reunión, me puse a llorar afuera durante un momento estando solo. Fue un momento muy, muy duro. Y me sorprendió de alguna manera porque se había hecho los exámenes en noviembre, y me los había mostrado, de su chequeo para la licencia de piloto que tenía que renovar todos los años. Tengo la copia de aquí, de hecho.
—Estaba todo en orden.
—Había dado el examen práctico, el helicóptero entiendo que estaba perfectamente bien. Entonces, como te digo, me sorprendió enormemente que hubiera ocurrido este accidente y cómo se fue conociendo después. Yo había volado muchas veces con él, habíamos recorrido desde Tantauco una buena parte de la costa occidente de la Isla de Chiloé y en realidad tenía una enorme pericia para volar.
—Lo que se decía en algún momento de que pudo haber tenido responsabilidad no le hizo nada de sentido, entonces.
—O sea, es una cuestión súper delicada que es la que yo creo que hay que tener mucho cuidado. Estamos hablando de un expresidente de la República, experto en volar. Por lo que he sabido de la prensa, no había rastro de alcohol, de ninguna droga, ninguna cosa rara. Había estado recién con un amigo, no había tomado nada, iba de vuelta. Entonces yo creo que es una cosa que hay que analizar con mucho, mucho cuidado. Bueno, la fiscalía está encima de eso porque hay que demostrar claramente que en realidad esto se debió a un error humano, que no hubo otra causa para este terrible accidente. Pero se ha demorado mucho. Entiendo que el helicóptero está siendo periciado en Estados Unidos y no se ha dicho la última palabra que es lo que pasó.
Por otra parte, me parece que irresponsablemente la Dirección General de Aeronáutica insinuó que el presidente andaba sin cinturón de seguridad. Eso es imposible. Él no era una persona que no respetara las reglas y que hubiera andado en helicóptero sin cinturón. De hecho, la DGAC se corrigió después.
—Con el pasar de los meses la valorización del expresidente fue creciendo en las encuestas. Recientemente un sondeo de Criteria lo posicionó como el mandatario mejor evaluado desde los 90. ¿Qué ocurrió para que se generara eso?
—Me sorprendió gratamente todo lo que ocurrió inmediatamente después de su fallecimiento. Y distingo muy particularmente el talante de estadista del presidente Boric de haber participado en la ceremonia, haber garantizado una ceremonia de Estado en el Congreso y de haber hablado tan bien del presidente Piñera, cosa que ya venía ocurriendo desde su primera cuenta presidencial. Él, en la práctica, se disculpó de lo que había sido el actuar de cuando fueron oposición, del maltrato que le habían dado al presidente Piñera.
Creo que hubo un aprovechamiento político tanto de la pandemia como del estallido social y con todo eso las posiciones se polarizaron en Chile. Pero la gente después empezó a reconocer que esto había sido pasado de giro. Y que en realidad aquí nos encontrábamos frente a una persona que había dado todo lo imposible por un camino democrático, por la lucha por la pandemia, por los 33 mineros. O sea, todo lo que hoy día las encuestas reconocen como los grandes hitos de su mandato.
—¿Qué mencionaría como una de las principales características del expresidente Piñera?
—Él fue un gobernante que estaba muy encima, estaba preocupado de que la agenda política en sus dos gobiernos estuviera en control del presidente de la República y se involucraba, incluso con un riesgo personal enorme, en todas las tareas. Pienso en la reconstrucción, en el rescate de los mineros, en la pandemia. Él era el líder político absoluto de cada uno de esos gestos de gobierno. Era de una exigencia feroz, pero él estaba a cargo y creo que la gente reconoce que el hombre delegaba, ordenaba y estructuraba, pero nunca dejaba de eludir su responsabilidad como presidente de lo que ocurría en el país.

Piñera en la pandemia: “La Moneda estaba transformada en el Ministerio de Salud en ese tiempo”
—En las encuestas la ciudadanía menciona la gestión de la pandemia como uno de sus principales legados, algo que a usted le tocó liderar desde el Ministerio de Salud. ¿Cómo recuerda esos meses?
—El presidente Piñera estaba muy encima de cada una de las medidas. Él las aprobaba, las discutía y al final llegábamos a acuerdos. Te quiero recordar que teníamos reunión de gabinete en la práctica durante ese primer periodo de la pandemia hasta junio del año 2020, todos los días la moneda. O sea, La Moneda estaba transformada en el Ministerio de Salud y él como presidente estaba encima de cada una de las acciones. Fue el gran gestor de la apuesta precoz por las vacunas, y lo hizo a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y la subsecretaría. O sea, coordinaba a Hacienda, Defensa, Salud, RR.EE, y era incansable desde primera hora de la madrugada a la noche para hacer eso.
—Se valora esa gestión, pero no estuvieron exentos de críticas.
—A todos nos sorprendió que, a pesar de que teníamos un clima político muy adverso, se logró que la ciudadanía y el mundo político comprendieran que estábamos frente a una crisis sanitaria mayor, que había que deponer las armas. Hay que recordar que el plebiscito constitucional de entrada iba a ser en abril de 2020 y la que propuso que se postergara, por razón de la cuarentena y la pandemia, fue la entonces la presidenta del Colegio Médico, la doctora Izkia Siches, en un gesto muy valorable. Porque en realidad era una medida absolutamente necesaria. Era necesario que una cosa que tenía tal calibre político como era postergar ese plebiscito, como se hizo, viniera más de la oposición y particularmente de ella.
Yo creo que durante el primer período de la pandemia hubo una cierta paz política que duró hasta fines de mayo, junio. De ahí ya el manejo de la pandemia se transformó en una herramienta política, de lucha política, donde dos personas que después fueron ministros, Diego Pardow y la misma doctora Siches, hicieron una carrera muy meteórica, criticando al gobierno por el manejo de la pandemia y proponiendo medidas que eran un poquito insensatas. Pero al final de cuentas cuando empezó el reconocimiento internacional, se fueron callando las voces críticas y logrando un reconocimiento que es cada vez más firme.
—¿Va a ser su principal legado lo que ocurrió con la pandemia?
—La cosa de los mineros, la cosa de la pandemia, la cosa de la reconstrucción van a ser los principales legados que la gente va a recordar. Pero a mí no me cabe duda ninguna que el legado más importante, el legado político, de haber optado por el camino de la paz y la nueva Constitución, para lograr una salida democrática e institucional a una crisis que era muy grave y que no sabía por dónde podía tener un acuerdo. Políticamente es el principal legado, como lo reconoció recientemente la señora Cecilia Morel.
—¿Qué piensa cuando le critican que entregó la Constitución y que esas críticas vengan desde la misma derecha?
—Ahí lo primero es que uno lo echa de menos, en el sentido de que el hombre estaría liderando un discurso, una conversación y eventualmente acuerdos políticos para reconocer que este era el camino. Sería distinto que fuera el propio presidente Piñera ahora el que lo estuviera diciendo y reconociendo y dándole mérito, no en una lucha como es ahora, que es una lucha muy visceral, polarizada en Chile.
Hoy estamos bien polarizados y se echa de menos la figura del presidente diciendo: esto es lo que ocurrió en realidad y que haber sacado a los militares de la calle habría constituido un quiebre de la democracia muy difícil de reparar. Esos son gestos que describen a los grandes estadistas.
Mañalich: “Quedó un vacío político muy grande. Ese liderazgo aglutinador de voluntades y de mayorías hoy no está”
—A propósito de lo que mencionaba, ¿usted considera que quedó un vacío político muy grande en la derecha?
—Sí, yo creo que quedó un vacío político grande, porque Piñera era un líder nítido, con gran carisma, que hablaba claro una vez que tomaba una posición frente a algún tema. Tomaba una posición clara, la defendía y sobre todo nunca cortaba los puentes. Ese liderazgo aglutinador de voluntades y de mayoría hoy no está.
—¿Sería tan profundo ese quiebre que se ve en la derecha, como se dejó ver en la reforma de pensiones si el presidente Piñera estuviera acá?
—Yo creo que no. Nadie puede garantizar que le hubiera ido bien. Pero no me cabe absolutamente ninguna duda de que él no habría cesado ningún momento de conversar, menos se habría prestado para críticas en la prensa. Él tenía una cosa virtuosísima: no tenía capacidad de rencor. Podía ocurrir que alguien lo tratara muy mal en los medios, pero después los llamaba por teléfono y acordaba que se tomaran un café. Y resultaba ser una conversación privada, planteaba traer expertos, crear un comité. Yo creo que se mantendría si ese espíritu y ese accionar se mantendría si él estuviera todavía con nosotros.
—¿Era alguien realmente de derecha a su juicio?
—Hay que definirlo como una persona de centro-centroderecha. Él tiene un origen democratacristiano. Nunca perdió la capacidad de conversar en forma realmente fecunda con el centro. Recuerdo en tiempos del estallido socialsus conversaciones con el senador Jaime Quintana o después con la senadora Yasna Proboste. El hecho de conversar con el presidente la elevó a posible candidata presidencial. Significaba inmediatamente para ella un rédito político que hizo que la senadora Rincón dejara de ser candidata presidencial de la DC.

“Yo era de los que pensaba que Piñera iba a asumir un tercer desafío presidencial”
—¿Es Evelyn Matthei quien representa hoy de mejor manera el legado que deja el expresidente Piñera?
—A mí no me cabe ninguna duda que la habría apoyado en la presidencial. Por ejemplo, recuerdo cómo Piñera la apoyó en 2013 para su primera candidatura presidencia, independiente de que las posibilidades que tenía eran muy remotas. Creo que ella representa el mejor legado y tiene la mejor oportunidad de heredar este legado de preocupación por el país, de hacer las cosas bien y de tener una forma de hacer política en la que la fuerza fundamental es el encuentro a través del diálogo.
—¿Usted era de los que creía que el presidente Piñera iba a buscar un tercer periodo presidencial?
—Yo era de los que creía que sí. No quiero decir que él me lo haya dicho alguna vez. Pero pensaba sinceramente que él iba a estar dispuesto, de acuerdo a las circunstancias, a lo que mostraban las encuestas, a asumir un tercer desafío. Pero te insisto, nunca me dijo una cosa así. Y si alguien, recuerdo en mi presencia, le preguntaba esto, él no contestaba, no decía ya vamos, y no tenía ningún esquema de trabajo, como sí lo tuvo mucho tiempo atrás. Yo, de hecho, participé en el primer grupo Tantauco cuando él falló en su primera elección presidencial ante Michelle Bachelet. Ahí el trabajo que teníamos era de tres años antes de esa elección. Es decir, él estaba trabajando con equipos, formalmente con planes. Tenía un plan de gobierno.
—Antes de que ocurriera el accidente las encuestas ya comenzaban a evidenciar una revalorización de su figura.
—Sí, lo alcanzó a ver. Lo comentamos, y él estaba muy contento de ese reconocimiento tardío en las encuestas. Pero también estaba contento de las manifestaciones políticas que iban ocurriendo, desaparición de agresión en los medios, una cierta tranquilidad en la vida cívica que él tuvo en forma muy importante. Estaba muy contento de eso los dos últimos años de vida.