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Álvaro Hormazábal
Felipe Figueroa / The Clinic

Entrevistas

9 de Febrero de 2025

Álvaro Hormazábal, el primer despedido por la crisis de los incendios: “El Gobierno no tomó los aprendizajes, sigue pegado en el show mediático”

"Si tuviéramos una emergencia de la misma envergadura va a estar complicado el tema". A un año de los incendios en Valparaíso, el exdirector del Senapred -la primera autoridad en salir en la crisis- hace un cuestionamiento al modelo de gestión del Gobierno y las decisiones que ha tomado. También, dice que hay dudas que aún no se resuelven. "Lo que hay que dilucidar es cuál fue el motivo por el cual Conaf no pudo entregar la información", plantea.

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El recuerdo de Álvaro Hormazábal del viernes 15 de marzo de 2024 aún le genera frustración. Ese día todavía dirigía el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) y recibió un llamado de la ministra del Interior, Carolina Tohá. Era para pedirle la renuncia en medio de la cuestionada gestión del Gobierno en la respuesta a los incendios en la región de Valparaíso. Así, Hormázabal fue el primer caído del Ejecutivo en salir en medio de todas las críticas.

“Fue un día complejo. Estaba con un pálpito, como cuando uno sabe que algo va a suceder. El eslabón más débil de la cadena era yo. ¿Por qué? Porque soy un funcionario público, que ha hecho carrera en la gestión de desastres, sin partido ni afinidad política”, dice Hormazábal a The Clinic a un año de los incendios, en la oficina privada en que trabaja en Las Condes para instituciones públicas y privadas.

—¿Le dieron explicaciones sólidas para sacarlo?

—No, ninguna. Nunca recibí una explicación sólida de cuál era el motivo.

—¿Quién fue la persona que lo despidió?

—Ahí la que me lo comunicó fue la ministra del Interior.

—¿Pero usted cree que fue decisión de ella?

—No, ella me manifestó directamente que no. Que era el Presidente el que le había solicitado la renuncia. Y después, el día subsiguiente, el domingo, me reuní con el exsubsecretario Monsalve, también en La Moneda, y me ratificó lo mismo. Que era una decisión de Presidencia.

—Usted siente que no fue una decisión unánime.

—Yo creo que no. Tengo la percepción de que no fue unánime.

—¿Y cree que responde a algo más mediático que técnico?

—Sí, totalmente. Porque, más encima, después del año de los incendios, uno se da cuenta de que todos los informes que hay en la Comisión de Investigadora, dicen que el Senapred regional fue más que nada una oficina de comunicaciones, más que tener un rol articulador. Es decir, todo lo que dije desde el día uno, cuando salí, y lo dije en los medios, se ha ido verificando. Como Senapred fuimos un servicio que estuvo permanentemente en los puestos donde tenía que estar en los incendios.

—¿Y qué cree que fue lo que gatilló su salida?

—Había que dar una muestra de que se estaban tomando medidas contra algo en los incendios. No estaba claro, pero algo había fallado y había que tomar una medida lo más rápido posible contra alguien.

—¿Usted hace alguna autocrítica con respecto a su gestión en los incendios?

—Siempre lo he dicho: empatizando con todo lo que sucedió, lo que más me autocritico es haber confiado en que Conaf iba a cumplir su tarea y su rol, porque me confié en que ellos iban a entregar la información. Quedó demostrado, que cuando a nosotros nos pidieron que evacuáramos, los mensajes de alerta salieron de inmediato, en menos de dos minutos estaban saliendo las alertas. Es decir, nuestro sistema de comunicaciones funcionó, la redundancia del sistema funcionó. ¿Que esa alerta salió tarde? Sí, salió tarde. Pero, insisto, no salió tarde porque nosotros, como Senapred, nos demoramos. Salió tarde porque el organismo que tenía que avisarnos se demoró.

—Un año después, ¿cree que su salida tuvo sentido? ¿Cree que el Gobierno cambió un poco la forma de operar en los incendios?

—Sigue igual. No veo ni un cambio.

Exdirector de Senapred, Álvaro Hormazábal.

“Lo que hay que dilucidar es cuál fue el motivo por el cual Conaf no pudo entregar la información”

Hormazábal comenzó su carrera en el Ejército. “Entré a los 14 años en la Escuela Militar y crecí como oficial de armas. Y partí mi vida profesional en Coyhaique, estuve siete años construyendo la Carretera Austral. Hice curso de buzo táctico. También fui brigadista. Pasé de estar con una pala en incendios a ser el director de Senapred”, cuenta el exdirector que hoy tiene 52 años.

—¿Cómo fueron esas primeras 12 horas desde que empezaron los incendios en Valparaíso?

—Fueron tres días en que no llegué a mi casa. Nos quedamos en el Cogrid ese día. Fueron bien complejas, porque en general veníamos de un periodo de emergencia continuo. Habíamos salido de un periodo de lluvia muy intensa, con afectación importante y no estábamos terminando de salir de eso cuando comenzaron los periodos de mayor recurrencia de incendios forestales. Entonces ya veníamos bastante desgastados y ya estábamos con… yo en lo personal llevaba cinco años que no había tomado vacaciones. Ya estaba como bien agotado por todo el tema.

Y ese día viene todo el proceso del incendio de Valparaíso y cuando empezamos a ver que era el complejo Las Tablas, un lugar que era bastante recurrente, pero que las condiciones estaban bien complicadas. Y había un aviso meteorológico y alertas meteorológicas que indicaban que las condiciones estaban bien complejas. Así que en ese momento nos constituimos nosotros en Senapred con subdirectores y un jefe de gabinete en la sala de mando, en la que estaba un comité de crisis, y estuvimos monitoreando este incendio y todo el resto de incendios.

—¿Usted siente que el Gobierno fue entendiendo la magnitud de los incendios?

—La magnitud se fue agrandando a medida que íbamos teniendo mayor cantidad de gente, porque hubo un momento que nosotros estuvimos ciegos. No teníamos información, salvo lo que salía por la prensa ya cuando empezaron a aparecer los primeros cuerpos. Pero hasta ese minuto, el organismo que tenía que entregarnos la información oficial, que era Conaf, no tenía un panorama de lo que estaba sucediendo. No sabíamos la zona. No teníamos un mapeo o un polígono de la zona que había sido afectada.

Entonces, cuando empezamos a ver que ya estaba en el Jardín Botánico y que empezaron a aparecer fallecidos, ya uno empezó a ver la magnitud del evento. Y ahí, fue cuando nosotros tomamos contacto con la ministra, con el subsecretario, y que nos pedían también antecedentes. Los que no teníamos, porque no nos estaba llegando la información de los organismos competentes.

—¿Qué fue lo que falló ahí?

—Yo siempre he dicho que ese es el hecho que hay que dilucidar, cuál fue el motivo por el cual Conaf no pudo entregar la información. Siendo que tenían el vuelo volando, siendo que las torres estaban reportando que el incendio se iba acercando a sectores urbanos. ¿Dónde se cortó el eslabón entre esa información que tenía Conaf y no reportaba y no entregaba al nivel político o al nivel técnico, en este caso la Senapred? Porque esa información nunca la tuvimos, pero sí hemos podido ver a lo largo del desarrollo de esto que sí, así lo dice la Comisión Investigadora, ellos tenían información del vuelo y tenían información de las torres. ¿Por qué eso no lo transmitieron en el mismo minuto?

—¿Alguen advirtió que Conaf no estaba dando toda la información?

—No, porque hasta ese minuto lo que nosotros teníamos era que Conaf había perdido los sistemas de comunicación, pero ese era el argumento que nos daban, porque para nosotros no era muy creíble. Porque nuestro sistema de comunicación en Senapred no falló, y en el puesto de mando donde estaban, ya sea en Las Tablas, o el que estaba cerca de Quilpué, habían funcionarios de Conaf que estaban con comunicaciones, estaban con los P-25, estaban con satelitales. Entonces podrían haber transmitido la información. Entonces realmente yo creo que lo más importante es dilucidar qué pasó ahí con Conaf que no entregó toda la información.

—¿Y por qué se demoró tanto Conaf?

—Eso es lo que no sabemos.

—¿Pero usted los llamó?

—Yo ese día tengo 256 llamados hechos a distintas autoridades, entre ellos está el director regional de Conaf, funcionarios de Conaf.

—¿Cuántas veces llamó a Conaf y no le contestaron?

—Más de 20 veces. Más de 20 veces que llamé a CONAF y no recibí ninguna respuesta. Simplemente me daban información que estaban combatiendo el incendio, que si bien estaba complejo, pero en ningún momento nos dijeron, hay peligro de que esto llegue a la zona urbana. Yo creo que hay dos instituciones que no estuvieron a la altura. Una que fue Conaf, que por su parte no nos entregó la información que correspondía en los minutos que correspondían. Y también los municipios, sobre todo el de Viña del Mar y Quilpué en su minuto.

“Que no nos llame la atención que cuando vuelva a crecer la vegetación vayamos a tener las mismas quebradas quemadas”

Hormazábal dice que después de su salida por las consecuencias de los incendios fueron varias las autoridades que lo llamaron. “Me hablaron varios ministros y subsecretarios”, asegura.

—¿Qué costo le trajo su salida?

—Es complejo, porque no soy una persona que haya aparecido en la gestión del riesgo de desastre. Mi carrera ha estado ligada a eso. Soy miembro del Colegio Nacional de Gestión del Riesgo de Desastre en Chile y en México. He dedicado mi vida a la gestión del riesgo de desastre. Fui ocho años director regional de Trapacá. Entonces no soy una persona que hayan traído de afuera y hayan puesto acá. Por suerte, hoy estoy trabajando de forma independiente, sigo en el rubro de la gestión del riesgo de desastre y es donde me voy a mantener. Yo creo que al final, cuando en un par de años más se pueda ver efectivamente cuáles fueron las causas del incendio, yo creo que el nombre, por lo menos, mío no debería estar dentro de las causas de que causaron el incendio.

—Con respecto a la forma de proceder del Gobierno en los incendios. ¿Cuál es la evaluación que hace a un año de la gestión?

—Creo que hay dos falencias que son súper importantes, y una es que gran parte de los recursos hay que colocarla en la etapa de prevención y mitigación de incendios. Por ejemplo Villa Botania, yo creo que es el más claro ejemplo de lo que hay que hacer. No quiere decir que esa es la solución que nos va a salvar. Villa Canal Chacao se hizo exactamente lo mismo y se quemó. Pero sí hay que educar a la gente, capacitarla, que la gente entienda, que sea partícipe. Y, eso es, invertir en capacitación en incendios, invertir en trabajo en terreno con las comunidades y eso es lo que no se está haciendo todavía de buena forma.

—Y uno sigue viendo salidas de autoridades por los incendios. La última fue en el Serviu de Valparaíso.

—Es que eso da lo mismo. Dudo yo que su salida vaya a permitir que agilicen la construcción de las viviendas, porque el sistema así es lento, es burocrático, es grasiento. Entonces mientras no se logre sacar toda esa grasa, y se haga más dinámico, siendo que hay herramientas para hacerlo, no se va a poder construir algo sólido.

—¿Por qué cree que el Gobierno nunca mejoró ese desorden en los incendios?

—Porque todas estas medidas son medidas que hay que tomarles a largo plazo, y ningún gobierno en general va a poder sacarle un brillo durante su gestión. No les llama la atención. Son medidas estructurales que van a demorar muchos años en hacerlas, pero en un minuto hay que partir haciéndolas. Y eso no se hace actualmente. Entonces, prefieren lo fácil. En la conmemoración del año había que dar una muestra. Y la muestra es sacar a alguien.

—¿Qué fue lo que dice que hicieron con usted?

—Así es. 

—¿Usted cree que el Gobierno tiene los aprendizajes necesarios a partir de la experiencia?

—No, no.

—¿O sea que el Gobierno no tomó los aprendizajes?

—No, no. Al final sigue exactamente lo mismo, con anuncios puntuales. El Gobierno no tomó los aprendizajes por si vuelve a pasar, sigue pegado en el show mediático.

—¿Cree que el Gobierno se ha preocupado más en lo mediático que lo técnico?

—Sí, totalmente. Al final seguimos con lo mediático más que con lo real. Es decir, el tratar de buscar causales en personas puntuales, como fue mi caso en su momento, y no en hechos reales y concretos.

—¿Y no escuchan al experto?

—En general escuchan lo que les conviene. Y lamentablemente estamos cayendo en un ciclo que es vicioso, porque va a volver a pasar, a lo mejor no este año, por todo lo que hay quemado. No nos puede llamar la atención que en tres o cuatro años más tengamos un evento nuevamente importante en el sector.

—¿Y usted qué pensaba cuando se empezó a transformar en algo tan político, cuando empezaron a designar ministros enlaces? Primero fue Maya Fernández y después Camila Vallejo.

—Cuando se empezaron a generar estos puestos de ministro de enlaces, mi percepción es que tendió más a complicar que a facilitar el trabajo. Porque ya el sistema en sí es complejo, está el delegado, el Cogrid, Senapred, se mete este ministro de enlace, que muchas veces no viene muy claro, que no son competentes al tema en sus carteras, y complicó mucho más el manejo de la emergencia.

—Dio una sensación de que se estaba poniendo más foco en lo mediático que en lo operacional.

—Sí, totalmente. Al final tratan de hacer ver que se están haciendo cosas, generando actos, que son actos que uno sabe que en la práctica no son actos que vayan a traer una repercusión directa en el manejo de la emergencia. Pero sí comunicacionalmente se puede dar por entendido que ‘estamos preocupados’, ‘estamos colocando un ministro importante para esto’.

—Pero era incómodo.

—Totalmente. Porque al final uno se entendía con el subsecretario, con la ministra de Interior, estaba este ministro, estaba el delegado presidencial, entonces se generó un desorden en el fondo. Se desordena más el sistema. Es complejo. Porque el sistema de la gestión de riesgo todavía es un sistema que está fragmentado y no funciona como debería ser. Entonces cuando tú, a esta fragmentación, le colocas un integrante más todavía, más se desordena.

—¿Y en qué cosas se veía ese desorden?

—Cuando uno iba a un lugar y le decían, ‘vino la ministra y comprometió esto’, y uno sabía que eso no se podía hacer. O que se estaba realizando algo en x lugar, y uno estaba orientando los esfuerzos para otro lugar, pero estaba comprometiendo en otro sector. Eso te complica para poder desarrollar el trabajo.

—¿Su relación con las alcaldesas de Viña del Mar y Quilpué en ese minuto era tensa o no?

—Es que nunca tuve relación con ellas, en ningún momento me llamaron. Partimos mal del primer día, cuando me llama el subsecretario y me pide que quiere esa noche para el día siguiente 7.000 colchones y yo mando los 7.000 colchones el fin de semana largo. Tuvimos que hablar con empresas grandes del país. Y el día siguiente en la mañana me dicen que llegaron 4.000 colchones de vuelta porque la bodega de Viña no los quiso recibir, porque no trabajaban después de las 6 de la tarde. Entonces así partimos.

—A nivel general. ¿Qué hay que mejorar?

—En este momento la respuesta del país debería estar con dos focos principales: uno, en evitar que existan incendios. Y, por otro lado, en poner todos los esfuerzos en la reconstrucción. Y tiene que ser una reconstrucción que sea real, porque al final cuando uno va al sector se da cuenta que lo único que están reconstruyendo son para las personas que lamentablemente vivían justo en asentamientos irregulares. Es decir, que no nos llame la atención que cuando vuelva a crecer la vegetación en el sector vayamos a tener nuevamente un incendio y vayamos a tener las mismas quebradas quemadas. Porque alguien tiene que poner cerrojo y decirle a las personas ‘oiga, aquí no se puede instalar’. Y si se instala, tienen que sacarla. Si se vuelve a instalar, la vuelven a sacar. Pero ¿qué pasa? seguimos construyendo el riesgo.

¿Es muy complejo?

—El sistema está complejo. El tema presupuestario es complejo. Hay empresas a las que todavía se les deben recursos. La empresa que arrendó los baños químicos para Viña del Mar, aún le deben más de tres mil millones de pesos. Hay empresas de helicópteros que no se les han cancelado los vuelos. Entonces claramente si tuviéramos una emergencia de esta envergadura, va a estar complicado el tema.

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