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Política

14 de Febrero de 2025

El giro del Frente Amplio al bacheletismo: desde la “colaboración crítica” a un eventual respaldo presidencial

No fue un giro de un momento a otro. En los albores de la creación del Frente Amplio, siempre hubo quienes tuvieron un vínculo más estrecho con la Concertación y con Michelle Bachelet. En esa época, alrededor de 2013, sin embargo, esa cercanía no era bien vista por la mayoría de los frenteamplistas. Diez años después, el partido que fue crítico del gobierno de Bachelet se abre a respaldar una eventual tercera candidatura presidencial, incluso podría ser dejando espacio y no presentar un candidato propio.

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Esta semana, el Frente Amplio ha demostrado que el respaldo político hacia Michelle Bachelet trasciende las fronteras del Socialismo Democrático. Diversos personeros han confirmado que, en caso de que la exmandataria se presente nuevamente como candidata presidencial, dejarían de lado la decisión de llevar un candidato propio a las primarias.

Sin embargo, este respaldo nunca ha sido transversal dentro del Frente Amplio. De hecho, algunos miembros de la colectividad ven este apoyo a Bachelet como el resultado de una larga batalla cultural dentro del partido, impulsada por el entonces incipiente bacheletismo en su interior.

Prueba de este respaldo fue la declaración del jefe de la bancada de diputados del FA, Jaime Sáez, quien dijo a Tele13 Radio que “si la presidenta Bachelet decidiera ir por una tercera candidatura, nosotros la vamos a apoyar”.

Entre sus argumentos, postuló que intuía que había una “inmensa mayoría” al interior de la tienda política que mostraría disposición para “apoyar a la presidenta Bachelet tempranamente“.

Al interior del partido hubo molestias por este comentario, pero no porque fuese en contra de lo que se piensa en el Frente Amplio, sino porque se adelantaba a una definición que deberá tomar el comité central de la colectividad en marzo.

A pesar de que en diciembre se había definido que el Frente Amplio presentaría un candidato para competir en primarias, la opción de Bachelet seduce y podría cambiar esta determinación.

Frente Amplio: cuando fue la amenaza de la Nueva Mayoría

El origen de los actuales dirigentes del Frente Amplio surgieron a raíz de las movilizaciones estudiantiles en la década anterior. Desde ahí, personajes como Gabriel Boric y Giorgio Jackson se plantearon como una alternativa política a la izquierda tradicional que había Gobernado postdictadura.

Más que presentarse como alternativa, comentan varios personeros del Socialismo Democrático, irrumpieron con fuertes críticas.

En 2016, por ejemplo, el diputado Boric apuntaba a que Ricardo Lagos era “la peor cara” de la Nueva Mayoría. La idea del Frente Amplio era diferenciarse y ser críticos con la izquierda tradicional. “Cualquier persona que responda políticamente al proyecto de la Nueva Mayoría a través de vínculos orgánicos u oportunistas no es alternativa para nosotros”, dijo Boric cuando era parlamentario.

De hecho, había plena conciencia de que el Frente Amplio estaba en un proceso importante de crecimiento. “Nuestra oportunidad de emergencia política y de constitución política es con autonomía de la Nueva Mayoría, si no, no va a ser”, dijo Boric.

Un año más tarde de esas palabras, fue la presidenta Bachelet quien le respondió a los otrora dirigentes estudiantiles.

En una entrevista la exmandataria sostuvo que la aparición del Frente Amplio respondía a una reproducción de las élites. “No vemos una gran irrupción de gente, por ejemplo, de clase media o gente de clase obrera. No he visto yo, a lo mejor existen. Más bien son los hijos de…, conozco muchos hijos que están todos mirando estas organizaciones, porque les parecen atractivas, más modernas”, sostuvo Bachelet.

Ahí, fue el mismo Boric quien respondió a través de redes sociales. “Creo que a la gente se le debe juzgar por sus ideas, convicciones y acciones, no por donde nacieron ni por quienes son sus padres/madres”, escribió y aseguró que el FA se compone por “clases populares, media emergente y también por quienes provienen de sectores de elite que no quieren reproducir privilegios”.

Una frontera sensible

Quienes recuerdan esa tensión dicen que fue una de las más duras que le tocó vivir a Revolución Democrática. Era el año 2014, Michelle Bachelet asumía por segunda vez como Presidenta de la República y el Frente Amplio aparecía como una joven fuerza política de izquierda que, entre otras cosas, buscaba ofrecer una alternativa a la Nueva Mayoría y a la ex-Concertación.

Era época de elecciones internas en RD, el partido más longevo del Frente Amplio, y las listas en competencia tenían un aspecto diferenciador que ponía en tensión a la colectividad: apoyar o no el gobierno de Bachelet.

Los “territorialistas”, quienes candidateaban a Simón Pérez, tenían una visión crítica de la Nueva Mayoría y abogaban por ser oposición a ese gobierno. Por otro lado, desde los “pantalones largos” estaba Pablo Paredes, actual director de la Secretaría de Comunicaciones del Gobierno, quien era más cercano al bacheletismo, al igual que Miguel Crispi, actual jefe de los asesores del Presidente Boric, y Sebastián Depolo, actual embajador de Chile en Brasil.

En esa elección, Paredes se impuso como coordinador nacional, equivalente a una presidencia de partido, con un 58,3% de los votos. Pérez Wilson, por su parte, obtuvo un 41,7%. Ese resultado fue complejo para la directiva de la época, pues, si bien apoyaban a Bachelet, había una gran parte de la militancia que era crítica.

“No somos parte de la Nueva Mayoría, pero sí estamos defendiendo el programa que prometió Bachelet a la ciudadanía y que tuvo un inmenso respaldo. A eso nosotros le estamos poniendo el hombro, hemos dejado los pies en la calle. Los que nos critican, ¿le quieren pegar a RD o le quieren pegar al programa? Son críticas injustificadas y sospechosas”, dijo Paredes en ese entonces explicando la posición más cercana al bacheletismo.

Esa postura, que buscaba mantener una distancia y cercanía con la Nueva Mayoría para tranquilizar tanto a quienes apoyaban como a quienes rechazaban a Bachelet, se denominó “colaboración crítica”. Sin embargo, esa definición también generó incomodidad en la ex-Concertación, pues se acusó al Revolución Democrática de buscar se parte de los logros del Gobierno, más no de los costos a pagar por los errores.

El encuentro con el bachelestismo

Fuentes al interior del Frente Amplio comentan que desde Convergencia Social y Comunes, los otros partidos que componían la colectividad, no había ningún acercamiento al mundo bacheletista. Sin embargo, antes de que el Frente Amplio llegara a La Moneda se comenzó a gestar un ánimo de aprobación a la exmandataria.

Desbordar Lo Posible es uno de los lotes del Frente Amplio, al cual pertenece el Presidente Boric. Desde ahí, comentan frenteamplistas, se comenzó a tener una mejor relación con personeros de la Nueva Mayoría.

Esos lazos que se fueron generando, más los que se habían hecho desde Revolución Democrática, fueron claves para el aterrizaje en el gobierno.

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