Más carreteras eléctricas y almacenamiento: las claves para mejorar el sistema luego del corte de luz más grande desde el terremoto de 2010

Una vez recuperado el suministro eléctrico en gran parte del territorio nacional, el debate se ha tornado en cómo mejorar el sistema para evitar que un corte de luz masivo como el que tuvo lugar este martes, que se convirtió en el mayor apagón desde el terremoto del 2010, se vuelva a repetir.

Pese a que aún se desconoce cuál fue la causa de la falla que desencadenó la interrupción del servicio, las primeras pericias apuntan a que fueron varios los controles que erraron, en distintas etapas del sistema eléctrico, para que el corte de luz se propagara de manera inédita en casi todo Chile.

Todo ocurrió el martes a las 15:16 horas, luego de que una desconexión del sistema de transmisión de 500kV en el Norte Chico privara del suministro eléctrico a millones de personas desde Arica hasta Los Lagos por varias horas.

Humberto Verdejo, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, comenta a The Clinic que los eventos similares a este corresponden, efectivamente, al terremoto del 2010.

Luego está el extenso apagón registrado el 24 de septiembre de 2011, que abarcó desde Coquimbo hasta Maule, debido a una falla en un transformador de 500/220 kV en la subestación Ancoa, en Linares, región del Maule. Y finalmente, la histórica nevazón en Santiago el año 2017.

Cómo mejorar sistema eléctrico de Chile

¿Qué mejoras requiere el sistema eléctrico actual? Sobre esto, Verdejo dice que “la red requiere urgentemente mayor infraestructura de transmisión e instalación de sistemas de almacenamiento. Esto es crucial para avanzar en la transición energética”.

“Sin carreteras eléctricas la columna vertebral de la red seguirá con problemas, y la falta de sistemas de almacenamiento seguirá ocasionando la perdidas de la energía solar que no se puede transportar en ciertas horas del día”, añadió el académico, quien también instó a “agilizar la construcción de líneas de transmisión e instalación de sistemas de almacenamiento”.

Por su parte, el exministro de Energía durante la primera administración de Sebastián Piñera, Ricardo Raineri, opina que el corte masivo de esta semana da cuenta de “la fragilidad con que quedó operando la red eléctrica”.

“También debemos recordar los cortes de suministro producto de la nevazón de 2017 y del temporal de viento y lluvia del invierno pasado, que dejó a vastos sectores de la población sin suministro por días y semanas. En estos dos últimos casos, los efectos climáticos sobre la red eléctrica pudieron haberse atenuado con programas mejorados de mantenimiento preventivo (poda y despeje), y una capacidad de respuesta de cuadrillas de emergencia mayor”, añadió Raineri.

Por su parte, Claudio Seebach, decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, indicó que “la falla del sistema eléctrico del martes pasado ocurrió a nivel de la transmisión, y fue un evento muy improbable, pero de muy alto impacto, y probablemente las formas de abordarlo son, por un lado, aumentar la capacidad de mañamiento, potencialmente con interconexiones con Argentina, como también la posibilidad de revisar adecuadamente los sistemas de protección, los niveles de software, de cómo están operando y cómo están integrados todo esto”.

A juicio de Seebach, para asegurar la calidad del suministro es necesario mejorar el sistema de distribución. “En el futuro, crecientemente, una sociedad más electrificada y también una sociedad más enfrentada a efectos de crisis climática, o eventos extremos, requiere de ser más capaces de abordar la resiliencia al sistema eléctrico. Y necesitamos aumentar la inversión en resiliencia, en transmisión, como también en almacenamiento y capacidad de generación, y almacenamiento distribuido”, señala.

“Todo eso en su conjunto nos va a permitir evitar, o al menos mitigar, los impactos de potenciales eventos catastróficos, como fue lo del martes pasado, que nunca van a dejar de existir en un sistema de transmisión integrado, y que ha ocurrido en muchos países del mundo, no solamente en Chile, y que, aunque es improbable, siempre podría volver a ocurrir”, concluye Seebach.