El factor moderación que se apodera de la campaña presidencial de Jara y Kast: cuánto han cambiado sus discursos para conquistar al centro
Ambos lideran la carrera presidencial, según las últimas encuestas. Ambos también han debido ajustar sus discursos, dejar de hablar sobre algunos temas o tomar distancia de lo que históricamente piensan en sus respectivos sectores. Todo con la intención de superar los techos electorales en los que se les encasilla bajo el paraguas del PC y del Partido Republicano, respectivamente. Jara, por un lado, ha buscado una mirada transversal, al punto que sus cercanos la han postulado como la abanderada de la “centroizquierda”. Por estos días también cerró la puerta a una nueva Constitución y dijo arrepentirse de posar con la polera del “perro matapacos”. A su vez, Kast ha puesto en relevancia las urgencias sociales por sobre algunas batallas que dio en sus anteriores postulaciones. Alejado de lo central han estado sus posiciones valóricas o su mirada sobre los presos de Punta Peuco. En ambos partidos, no obstante, rechazan hablar de una moderación. "Es un esfuerzo por construir mayorías políticas", dicen, por ejemplo, en el PC.
Por Eduardo Monrroy y Rodrigo Córdova 6 de Julio de 2025

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“La verdad es que Kaiser me ha ayudado. Si yo salí con una pistola, él salió después con un fusil“.
Esa es una frase que al interior del Partido Republicano han oído decir a José Antonio Kast en el último mes cuando han entrado a evaluar los factores que hoy lo tienen en una posición expectante de la carrera presidencial.
La comparación —pistola versus fusil— rememora cuando en marzo ambos candidatos, Kast y el diputado y abanderado libertario, Johannes Kaiser, subieron casi en paralelo a sus redes videos en los que aparecían manipulando armas. En el caso del republicano, lucía pistola en mano practicando tiro, con un mensaje que realzaba: “Con los delincuentes no se dialoga, se actúa”. Kaiser, a su vez, portaba un fusil tratando de dar en el blanco.
Y es que algunos republicanos reconocen que la irrupción de Kaiser terminó por correr los márgenes de la derecha y mostrar a Kast en una posición más moderada del espectro político. Algo que, añaden, ha ido de la mano con un viento favorable a las ideas del sector desde el triunfo del Rechazo al proyecto de la Convención Constitucional.
La palabra moderación, en todo caso, evitan utilizarla en la colectividad. De hecho, aseguran que el cambio en el último tiempo de Kast no es fruto de una moderación, sino más bien de un aprendizaje o de una maduración propia de sus dos aventuras presidenciales anteriores.
“No es que nosotros cambiemos, es el ecosistema el que ha cambiado”, resume un integrante del equipo de campaña de José Antonio Kast.
En la misma línea, aseguran que no ha existido una moderación en su propuesta, pero sí en la manera de aproximarse a ellas. O derechamente de evitar abordar ciertos temas ni entrar en conflictos “menores”.

Kast: más que una moderación, aprendizaje
Un ejemplo que es mencionado en el círculo republicano es la mirada de Kast sobre los presos en Punta Peuco. Si hasta hace unos años el candidato era capaz de anunciar una visita a los condenados por delitos de la dictadura, días atrás optó por evitar pronunciarse sobre la decisión presidencial de modificar el penal a uno común.
En su entorno explican que se trató de no caer en polémicas que pudieran llevarlo a cometer un “error” de cara a noviembre, como sí, aseguran, ocurrió con Evelyn Matthei cuando a causa de ese debate mandó a callar a la vocera (s) de Gobierno, Aisén Etcheverry.
“Y todos ya saben lo que Kast piensa al respecto”, añaden desde el partido.
Esta semana hubo otro acercamiento a esa materia en la que Kast evidenció un giro en la manera de tratarla. En una conversación con La Tercera fue consultado acerca de si como mandatario otorgaría indultos a los presos de Punta Peuco. Kast mantuvo su posición de apertura a entregar esos beneficio. Sin embargo, marcó un matiz: “Ese no es el tema que hoy preocupe a la ciudadanía“.
Quienes conocen a Kast dicen que esto guarda relación con mantener un discurso más responsable en materia de políticas públicas.
Varios, de hecho, recuerdan el programa presidencial que presentó en 2021, que contuvo distintas propuestas que terminaron abriendo flancos a su campaña, como la eliminación del Ministerio de la Mujer o su agenda medioambiental, que fue tildada por la izquierda como “negacionista”.
Por lo mismo, es que ese programa ahora se considera que será mucho más acotado y con una mirada más enfocada en las mayores urgencias ciudadanas, para lo cual ha estado a cargo Carmen Soza, directora ejecutiva de Ideas Republicanas.
“Es una moderación en ese sentido, no es que haya bajado el punto de mira en seguridad, la inmigración o la sobriedad fiscal”, explica un dirigente del Partido Republicano.

La decisión de no revivir viejas batalllas, como su mirada contraria al aborto y al matrimonio igualitario
De la mano a esto, además, se tomó la decisión de no revivir ciertas batallas que lo caracterizaron en sus anteriores postulaciones a La Moneda o incluso durante el proceso constitucional de 2023, que estuvo liderado por los republicanos.
En ese marco, se mencionan materias como su rechazo tajante a cualquier forma de aborto, que algunos creen que complicaron las opciones de la derecha por sacar adelante el proyecto constitucional de 2023. Menos poner como eje discusión su mirada contraria al matrimonio igualitario —promulgado a fines de 2021— ni su intención de revertirlo en caso de tener mayoría en el Parlamento.
“El matrimonio es entre un hombre y una mujer”, decía Kast el 7 de diciembre de 2021, en plena campaña de segunda vuelta.
“No son ni de cerca el foco de esta campaña”, subrayan en la colectividad.
Un fantasma de sus anteriores campañas y los guiños al centro
En la colectividad, sin embargo, están conscientes que a ratos reflota la personalidad por la que a ratos se ha caracterizado el candidato en sus anteriores aventuras presidenciales, lo que —dicen algunos— quedó latente durante su participación en el debate de Enela, en La Araucanía, hace un par de semanas, cuando exigió mayor tiempo para dar su discurso y se enfrentó con la periodista Paloma Ávila.
El episodio generó miradas contrapuestas en la colectividad, donde se ha buscado evitar que se cometan errores de campaña y no revivir los “fantasmas” de sus anteriores postulaciones a La Moneda. El punto más negativo de ese suceso, creen algunos, es que se le vio confrontacional con una mujer, un electorado que en la derecha sostienen que le es más esquivo a Kast.
Así, al interior del Partido Republicano explican que la intención es que Kast esta vez se vea como un candidato capaz de superar los “techos” de sus anteriores candidaturas. Para ello, se señala, se debe tratar de ampliar la base electoral.
Bajo ese contexto algunos ubicaron los recientes elogios de Kast al expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle. A mediados de mayo, el candidato realizó su primer guiño al exmandatario, un día después de que el Presidente Boric realizara una cadena nacional para dar cuenta de la entrega de un informe por parte de la Comisión Presidencial Para la Paz y el Entendimiento.
“(El Presidente)ni siquiera mencionó el acuerdo y el estudio más importante que se ha hecho en el tema de La Araucanía, que fue el de Eduardo Frei, del año 1999″, fustigó Kast horas después en una entrevista en Tele13 Radio.
A inicios de junio, además, durante una entrevista en Emol TV calificó al militante DC como un “estadista” y lo describió como la persona que más conoce de las relaciones del Asia Pacífico.
Días más tarde, The Clinic daría a conocer que Kast fue cambiando su mirada sobre la gestión del exmandatario luego de sostener conversaciones en el contexto de un par de charlas en las que han coincidido. En ellas, según fuentes republicanas, tuvieron la oportunidad de conversar sobre políticas públicas,
Desde el círculo de Frei, sin embargo, se preocuparon en los días siguientes de subrayar que ambos no se han reunido de manera privada ni mantienen mayor relación.

Jara, ¿de centroizquierda?
“Hoy día yo no soy la candidata del Partido Comunista, soy la candidata de la coalición de centroizquierda del país”, afirmó Jeannette Jara el lunes siguiente a las primarias presidenciales del oficialismo, buscando despejar cualquier intento de posicionar al PC como eje exclusivo de la izquierda chilena, como han tratado de posicionar miembros de la oposición.
Si bien la abogada y administradora pública milita en el PC desde los 14 años, hoy en su estrategia se ha tratado de posicionar como una candidata de una izquierda “moderada”, algo que en el oficialismo consideran necesario para convencer al electorado de centro y aumentar sus posibilidades en caso de pasar a una segunda vuelta.
Su estrategia no nació tras la victoria del domingo pasado. Desde el inicio de la campaña —afirman en su equipo—, Jara evitó el clásico clivaje izquierda-derecha y, en cambio, apostó por temas que traten de conectar directamente con la ciudadanía. Allí se menciona su origen fuera de la élite, su capacidad de alcanzar acuerdos para impulsar políticas públicas como las 40 horas, la Ley Karin y la reforma de pensiones, además de su carisma y cercanía, que se trató de resaltar sobre todo en sus redes sociales.
“Yo no vengo de la élite. Creo que es un plus importante respecto de cualquier otra candidatura (…) Me gusta poder representar y conectar con las mayorías populares, que han estado ausentes de la política chilena”, dijo Jara en su primera entrevista como candidata a primarias con La Tercera.
A esta narrativa se sumó una campaña digital distendida, donde la candidata aparecía bailando, riendo y participando en desafíos virales. Algo que para resultó sumamente contrastante en relación a la campaña que llevó a cabo el también militante comunista Daniel Jadue, de cara a las primarias de Apruebo Dignidad, en 2021.
Por otra parte, desde su comando explican que el programa de gobierno presentado por Jara también fue pensado como un gesto de amplitud hacia el resto de los partidos oficialistas. Se trató de otra gran diferencia con la campaña de Jadue, cuando el exalcalde de Recoleta presentó en 2021 un texto de más de 200 páginas que terminó abriéndole distintos flancos, como al plantear una ley de medios para regular el ejercicio periodístoco.
Esta vez, dicen en el oficialismo, Jara ha tratado de impulsar la idea de una apertura programática con el resto de las fuerzas del Socialismo Democrático. Por ejemplo, la noche de su triunfo en las primarias quiso dar una señal de apertura a introducir cambios en sus miradas económicas, considerando que en su programa inicial generó polémica la idea de incentivar la demanda interna.

Su distancia de la mirada del PC frente a Cuba, su giro con el “perro matapacos” y una nueva Constitución
Por otro lado, puso énfasis en una condena más transversal sobre las violaciones a los derechos humanos, considerando que en la campaña de primarias se le cuestionó por sostener que Cuba tenía un sistema democrático distinto al resto de los países.
“No quiero a Chile subordinado a gobiernos extranjeros ni modelos extremos, por eso mantendré una política internacional basada en la independencia y el multilateralismo, defensora de los DDHH en cualquier lugar del mundo donde se violen, en línea con lo que ha sido nuestra tradición como Estado”, dijo.
Días, en todo caso, ya había marcado distancia de su partido en torno al régimen cubano. “Hay informes internacionales respecto de presos políticos (en Cuba), y eso me parece que son vulneraciones a los derechos humanos”, dijo, algo que dirigentes influyentes del PC no han compartido al sostener que en ese países no existen presos políticos.
Por otra parte, en el oficialismo otro giro de la abanderada a la hora de abordar algunos simbolismos relacionados al estallido social.
Esta semana, por ejemplo, una vez que resultó vencedora de las primarias, desde la oposición recordaron cuando posaba con una polera con la imagen del “perro matapacos” y el puño izquierdo alzado. Tal como hace un año el Presidente Boric tomó distancia de esa figura, lo propio hizo la militante comunista. “Fue una tontera de mi parte y nunca debí haberlo hecho”, dijo en el matinal Mucho Gusto.
En todo caso, en el sector reconocen un giro evidente a la hora de aproximarse a la idea de impulsar un nuevo proceso constitucional. Y es que a solo tres días de las primarias, el presidente del PC, Lautaro Carmona, manifestó en el programa Sin Filtros que la candidata debía impulsar una nueva Constitución durante un posible gobierno.
Pese a que se trata de una demanda histórica del sector, Jara no tardó en responder: “Quiero ser sumamente clara: no haremos compromisos que no podamos cumplir”. Y agregó: “Otro proceso constituyente no está en las 20 medidas programáticas propuestas para Chile. Hay otras urgencias y prioridades ciudadanas. Lo tengo clarísimo, y esas serán mis prioridades desde el día uno”.

El peso de ser PC y su distancia con Jadue
Para distintos dirigentes oficialistas, estos gestos hacia el centro son clave de cara a las elecciones de noviembre. No solamente para mantener alineado al conglomerado completo, dicen, sino también para convocar a quienes aun no están convencidos de apoyar la candidatura de Jara, sobre todo el electorado de centro.
Y es que en el PC son conscientes de que en sus 113 años de historia, solo han logrado superar la barrera del 3% en las elecciones presidenciales con Gladys Marín en 1999 y que existe una parte importante de la ciudadanía aún muestra resistencia a votar por figuras ligadas al comunismo.
Con la reciente victoria de Jeannette Jara, el partido logró por primera vez ganar una primaria presidencial. Aunque su triunfo era esperado dentro de su comando, sorprendió la amplitud de la diferencia con el resto de los candidatos. Ese resultado, comentan miembros de su círculo, proyecta a Jara como la militante comunista con mejor rendimiento electoral en la historia del partido.
Según su equipo, Jara siempre entendió que su militancia podía convertirse en una carga política y comunicacional, especialmente por las polémicas posturas del partido en torno a regímenes como los de Cuba o Venezuela.
Por eso, desde el inicio de la campaña optó por despegarse del símbolo del PC y enfocar su narrativa desde otro lugar: presentarse como una candidata de gobierno y no de partido. Su objetivo, dicen en su entorno, fue claro desde el principio: si ganaba las primarias, sería la candidata de la coalición oficialista, no solo del Partido Comunista.
Para ello, en todo caso, debió marcar distancia con importantes liderazgos del PC, como el exalcalde Jadue. Jara, por ejemplo, rechazó la idea de incluirlo en su comando como promovió Lautaro Carmona. Además, recordó que él se encuentra en medio de un proceso judicial —investigado por eventuales delitos de corrupción en el marco del caso Farmacias Populares— y cualquier decisión sobre su figura debía ser posterior a la resolución de la justicia.
Pese al malestar inicial, algunos dirigentes comunistas calificaron internamente ese episodio como una especie de “costo político útil”, ya que —aseguran— expone a la facción más dura del partido y contribuye a despejar el camino para que Jara continúe fortaleciendo una identidad propia, menos sujeta a los equilibrios internos del PC y con mayor libertad para proyectar una candidatura de amplitud.

“No es moderación, es un esfuerzo por construir mayorías sociales y políticas”
Por lo demás, cercanos a la candidata, como el senador Daniel Núñez han tratado de catalogar a Jara como una abanderada de la centroizquierda. “Jeannette Jara tiene la capacidad de ir más allá del eje de la izquierda”, dijo el parlamentario en una entrevista en Tolerancia Cero.
Esto último en el oficialismo leyeron como una manera de desligarla de los sectores más duros del sector y mostrarla como una figura más bien moderada.
Tal como sucede en el caso del Partido Republicano, en el PC también evitan hablar de una moderación. “No lo es, esto es más bien un esfuerzo por construir una mayoría política y social, no lo denomino de otra forma”, sostiene el diputado Luis Cuello, militante comunista.
Analistas como Cristóbal Bellolio sostienen, en cambio, que para que Jara y estén en el lugar en el que están hoy, han debido moderarse. “El discurso de Kast se ve más moderado en comparación a Kaiser, y en el caso de Jara, es evidente que ella ha tratado de descomunistizarse e incluso despolitizarse para generar una sensación de mayor cercanía a su persona”, sostuvo en una reciente entrevista con The Clinic.
Jara,de todos modos, reforzó hace unos días que su candidatura “no me representa solamente a mí, por suerte, sino que representa a toda la centroizquierda del país”. En la misma línea, dijo esperar convocar otras fuerzas políticas, a los independientes y a otros partidos que hoy no están con nosotros pero que podrían sumarse”, dijo en su intervención.
En ese marco, hay quienes incluso han visto un intento de Jara de acercarse a figuras más transversales de cara a la izquierda y que han logrado llegar a La Moneda, como la expresidenta Michelle Bachelet, con quien conversó telefónicamente el pasado el domingo en la noche y con quien se pretender realizar un futuro encuentro, que eleva las expectativas del oficialismo para la noche del 16 de noviembre, el día de la primera vuelta.