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Opinión

6 de Julio de 2025

¿Qué te pasó, Evelyn?

Foto autor Kike Mujica Por Kike Mujica

Kike Mujica escribe su columna de hoy sobre el punto de inflexión de la candidatura presidencial de Evelyn Matthei, que ha bajado en las encuestas y está siendo superada por Kast. "La candidata deberá mover bien las piezas para ese escollo inicial. Tendrá que privilegiar entre darle palos a Jara o a Kast", dice Mujica.

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Un político con mil batallas electorales en el cuerpo me dice que una de las peores pestes en cualquier campaña es la ansiedad. “Es enemiga de la estrategia”, argumenta.

La ansiedad campea cuando las encuestas traen, cada semana, malas noticias. Es falso que son inadvertidas: mueven la aguja emocional de los comandos. Sumen redes sociales y se arma el quilombo.

Matthei punteó por largo tiempo en los sondeos. Como si aprendiésemos nada del pasado, muchos la daban por Mandataria.

Según Cadem, ella partió junio con 19% de apoyo y terminó con 10%. Su rival, José Antonio Kast, partió el mes recién pasado con 16% y terminó con 24%.

“No voy a mentir. Estamos preocupados por los números, porque cuando todas las encuestas coinciden, eso se llama tendencia. Y la nuestra es a la baja”, me dice un político de Chile Vamos.

Con los malos resultados, se viene la maldita ansiedad. El intento de revertir la caída lo antes posible. Un crujidero de tripas mayor que nubla y pone en duda tanto  la identidad -estrategia- como el plan -la táctica-.

Eso estaría pasando en el comando de Matthei.

¿Cuál es el plan de Matthei?

Desde el interior del comando me dicen -a modo de reclamo- que aún no existe un plan claro. Que los partidos se han demorado más de la cuenta en fijar y concretar la estrategia que los guiará de aquí al día de la elección.

“Y si ese plan existe, sería bueno que lo comunicaran, porque yo he viajado por Chile y hay un “ejército” de militantes de CHV dispuestos a dar la batalla. El problema es que pocos saben cuál es el plan”, cuenta un dirigente de la oposición.

La confusión respecto de la estrategia podría explicar decisiones que han durado poco -el equipo infinito de voceros– o temas que ha intentado poner la candidata en la agenda -el acuerdo SQM y Codelco- que suenan descontextualizados y extemporáneos.

“Han estado muy lentos en definir y comunicar el plan maestro. Ahí ha fallado la conducción de los partidos de Chile Vamos”, me dicen desde el comando.

¿Y la candidata no ha removido el tablero?, pregunto.

“Si lo ha hecho, pero son cuatro partidos que están en la discusión. Eso aporta matices y puntos de vista, pero también ralentiza la toma de decisiones. Kast no tiene que preguntar a infinitas personas; nosotros sí”, me dicen.

Entonces asoma el estilo Piñera. “El escuchaba, pero cuando marcaba el rumbo, no se perdía, pese a que Carlos Larraín o el Cote Ossandón alegaran a los cuatro vientos”, me dice un excolaborador.

Matthei y el fantasma Kastiano

Hay un hito que quebró al mundo de la derecha: la reforma de pensiones.

Es la Guerra Santa.

Ahí se hizo carne la división entre “duros” -republicanos y libertarios- y los “blandos” -Chile Vamos-.

El punto es que los duros no dudan en su dureza. Los blandos, en cambio, no son químicamente puros: se acomplejan y temen perder adhesión en el mundo opositor, sobre todo cuando ven que Kast sube en las encuestas.

Eso parece ocurrir dentro de las huestes de Matthei: ¿Estamos en lo correcto? ¿quiere Chile una derecha dialogante y que convoque a los moderados de este mundo? ¿Bukele no nos gusta?

La tentación de parecerse a Kast está siempre ahí. Algo muy parecido a las tribulaciones que vivió el extraviado mundo socialista frente al surgimiento de la nueva izquierda.

“Si no aprendemos de esa experiencia, somos tarados”, me dice un parlamentario de CHV.

Matthei en los últimos días ha endurecido su tono contra Kast. Este se mantiene impertérrito.

“Debemos saber cuándo y cómo pegarle a Kast. Otro punto por discutir es el tono. Y no ponerse ansiosos con las encuestas y sacar la metralleta sin táctica”, me dice un dirigente opositor.

Los temores

“Tenemos que apretar las clavijas y estar conscientes de que estamos en un mal momento”, opina un dirigente de CHV.

Por lo pronto, las tareas, según las fuentes con las que hablé, son fijar un plan maestro y ceñirse a él; desplegarse por Chile y activar a los cientos de concejales, alcaldes y parlamentarios que tiene CHV a lo largo del país; y fichar nuevas voces.

Paula Daza es una clave. “Es creíble, fue protagonista de la exitosa gestión del Covid y suma adhesiones en las mujeres, segmento donde Kast flaquea”, me dicen.

¿Pero qué pasa si los números siguen bajando?

Son sabidos los rumores que rodean la campaña de Matthei: que ha pensado bajarse o que han pensado bajarla. De hecho, uno de los supuestos “tapados” -Juan Sutil- salió a desmentir prontamente su imaginaria candidatura. También se difunden especulaciones sobre su salud que nadie ha comprobado.

Descartada por hoy una abdicación de Matthei, la pregunta es qué podría pasar si en los próximos sondeos baja de los dos dígitos y Franco Parisi la deje como cuarta preferencia.

Esta situación podría traer aparejada la estampida de los parlamentarios de CHV que necesitan estar pegado como siameses con el candidato winner.

Los postulantes al parlamento ahí no se pierden: la lealtad depende de los votos que le puedan sumar -y no restar- a su campaña. “La traición de la fotito” es siempre una opción.

El otro susto en la oposición es que Jeannette Jara se convierta en un “fenómeno popular” que logre superar la barrera histórica de apoyos que tiene el PC. Y que el factor “personalidad” se convierta en un eje, más que lo programático.

¿Bastará con vociferar que es comunista para ahuyentar a los desprevenidos votantes? ¿Y si no es así, quién es la carta ganadora para enfrentarla: ¿Kast o Matthei? ¿La derecha dura o la blanda?

En el comando de Matthei argumentan que el voto “no sabe/no responde” -que es alto aún- tenderá a privilegiar a los moderados, no a los extremos. Por ello, deben perseverar en su mantra: la elección se gana por el centro.

Republicanos, al contrario, dice que se gana por la derecha.

Los pasos que vienen

La derecha tendrá primarias en noviembre: la primera vuelta presidencial.

La candidata deberá mover bien las piezas para ese escollo inicial. Tendrá que privilegiar entre darle palos a Jara o a Kast.

“Tohá hizo una campaña enfocada en la primera vuelta presidencial y no en la primaria. Y así le fue como le fue”, me dicen desde CHV.

“Primero debemos enfocarnos en ganarle a Kast”, opina un miembro del comando.

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